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🦅❤ KEIGO TAKAMI ❤🦅

Me subí al borde sintiendo el frío viento chocando con brusquedad mi rostro.

Mis brazos y piernas vendados temblaban pero no por miedo... sino por dolor y la emoción de que por fin dejaría de doler.

Varias lágrimas bajan por mis mejillas al igual que varios sollozos escapan de mis labios.

—Basta... — Escuché atrás de mi.

Me giré pero al segundo sentí sus manos tomándome el rostro.

—Ya no llores... por favor... — Dice suplicando —Quiero que olvides todos tus miedos y me abraces—

—K..Kei...go... — Murmuré.

No creí volver a verlo... no desde que sucedió todo.

Seca las lágrimas y me sonríe.

—Yo seré tu Ángel guardián, o si quieres, tu halcón... seré la mejor compañía para ti pero... no me dejes—

Miré abajo dudando pero luego vi que Keigo extendía su mano hacia mi.

—Puedo... enseñarte a volar— Extiende sus alas y yo me las quedo admirando —Pero lo haré si tomas con fuerza mi mano... —

—Keigo yo... no creo que... —

—Vendrán tiempos mejores, ____. Te lo prometo... —

Abrí los ojos de par en par como si sus palabras me hicieron reaccionar. Mis ojos volvieron a acumular lágrimas pero asentí y apoyé mi mano sobre la suya.

Él me jaló y me abrazó para luego alzar vuelo.

—Ya no hay porque sufrir... yo te protegeré... no permitiré que llores de nuevo, si no es de alegría—

Sonreí y me aferré a él.

—Gracias... —

Él me abraza con fuerza y como si tuviera miedo de perderme si me suelta.

—¿Vamos por pollo frito?— Pregunta.

—Tu no cambias ¿Eh?— Dije riendo un poco al estar calmada.

Él sonríe ampliamente y comienza a volar para ir a KFC.

***

***

—Jamás me cansaré de estas vistas— Dije estando en el balcón del departamento de Keigo.

—Ni yo de estas... — Murmura y cuando lo volteé a ver noté que miraba mi cuerpo que estaba cubierto por una de sus camisas como ahora era costumbre desde que, prácticamente, me obligó a quedarme aquí.

Me sonrojé y aparté la mirada pero luego siento que me abraza.

—Tengo una entrevista ahora así que debo irme... — Dice.

—Hm... bien, nos vemos en la noche entonces— Dije correspondiendo a su abrazo.

—Traeré pollo frito para cenar—

Él se aleja y yo me río.

Regresé adentro y me quedé haciendo las cosas que normalmente hago hasta que decidí prender la televisión y encontré el canal donde estaban entrevistando a Keigo.

Me acosté en el sofá y solo lo miré hasta que mi mano agarró inconscientemente la pluma de Keigo que él me había dado y comencé a pasarlo por mi rostro haciéndome cosquillas.

—Si y ade... m..más... — Keigo se detuvo e hizo muecas mientras se sonrojaba.

—¿Está bien, Héroe Hawks?—

—S..Si, si... n..no es... n..nada—

Miró hacia la cámara de forma como si me estuviera mirando a mi en particular y eso fue lo que me hizo reaccionar.

Vi la pluma en mi mano pero en lugar de soltarla se me ocurrió una maldad, lo dejé en paz un momento y él siguió con la entrevista hasta que volví a agarrarla y la lamí.

—Ah... — Keigo se cubre la boca y comienza a golpear el reposabrazos con su mano libre mientras se agacha un poco.

Jadeé contra la pluma y Keigo se levantó.

—L..Lo siento, no me siento bien... debo irme—

Sin decir más salió volando.

—Oh oh... — Murmuré.

¡¿Y ahora dónde me escondo?!

Salí corriendo hasta la habitación y me escondí en el armario.

Muy típico, pero tal vez, como sabe que es muy típico pensará que dije que es muy típico y porque es muy típico no me escondería justamente aquí así que... ¡Puede ser que me salve estando escondida en un lugar típico!

Bueno ya dije muchas veces la palabra típico.

—Pajarito... — Me cubrí la boca rápidamente al escuchar a Keigo canturrear —Sabes que... puedo encontrarte ¿No?—

Entra en la habitación y mira a todos lados.

Sentí que la pluma en mi cuello se movió y tocó mi cuello.

Me moví y me cubrí ya que me daba demasiadas cosquillas allí.

La pluma se suelta de mi cuello y pasa por mis manos, luego mis brazos y mis piernas.

—¡Hm!—

Me sobresalté acarició mi entrepierna y cerré las piernas sonrojada.

Las puertas del armario se abrieron.

—Ah... aquí estás... ¿Te divertiste?— Pregunta y sus alas se agitan soltando plumas.

Dejé de cubrirme.

—Si... bueno... Diosito, ayuda— Murmuré pero luego ya estaba en el hombro de Keigo.

—Dios no te ayudará esta vez... — Me tira a la cama y usa sus plumas para sujetar mis muñecas sobre mi cabeza —Además... No creo que ayude a alguien que está por cometer pecado—

Tragué grueso y mis piernas temblaron.

Se sube sobre mi pero se arrodilla entre mis piernas y agarra mi rostro con una mano.

—No escaparás esta vez, Pajarito— Se acerca más, hasta estar a centímetros de mi —Porque un halcón no suelta a su presa hasta comerla... y tú... eres mi plato principal—

Volví a tragar grueso pero luego siento que pega sus labios sobre los míos y me besa.

Me quedé quieta un momento pero luego correspondí. Sus manos van a mi espalda y se meten bajo mi camisa para acariciarme, sentí como apretaba sus dedos con fuerza sobre mi piel y los deslizaba.

Se separa jadeando pero luego vi que agarró una pluma y la hizo dura para luego agarrar su camisa y cortarla.

—Debo admitir que verte con mi ropa es... lo mejor de mi día— Dice.

—¡Hm!— Me sobresalté cuando me agarró por los muslos y me subió en su regazo apegándo mi cuerpo al suyo.

—Pero verte sin nada es lo mejor de mi vida... —

Hunde su rostro en mi cuello y comienza a morderlo, yo empecé a jadear.

Sus mordidas y besos bajaron por mi hombro y luego a mi pecho, besó el centro mientras con sus manos desabrochaba mi short.

—K..Keigo... —

Mis manos seguían sujetas pero hace que queden tras mi cabeza así que no tenía forma de moverlas.

Su mano desabrocha mi sostén y corta las tiras para quitármelo.

—Hm... tu cuerpo... — Sus manos delinean mi figura —Es perfecto... me encanta—

Muerde uno de mis pezones y lo succiona, tiré mi cabeza hacia atrás y sentí una molestia en mi intimidad.

—Mhh... Kei...go—

Una de sus plumas acaricia mi rostro y varias más mis brazos y el resto de mi cuerpo.

Hasta que sentí que con una mano me sujeta la espalda y con la otra invade bajo mi ropa en mi intimidad y presiona.

—¡Nhg!— Me estremecí por su toque y como empezó a frotar —Ah... mhm—

Mete un dedo en mi y yo me arqueo, más cuando mete un segundo dedo.

Comienza a simular embestidas mientras sigue besando mis pezones hasta que me acuesta sobre la cama pero sin dejar de mover sus dedos ni dejar de besar mis pezones.

Por inercia y para que llegara más profundo, abrí más mis piernas y me contraje causando que apretara sus dedos y él soltara algunos gemidos.

—Hm... hazlo de nuevo, Pajarito— Dice.

Volví a apretar sus dedos y él sonríe.

—Ah si... me encanta cuando me aprietas... se siente... mhm... bien—

Besa mi cuello y lo lame.

Yo sentía que ya no podía más y él lo notó, comenzó a mover sus dedos aún más rápidos y más profundo tocando mi punto g.

—¡Ah... !— Mi cuerpo entero tiembla y vibra al momento que me había corrido.

Saca sus dedos y lame el líquido en ellos.

Me sonrojé y aparté la mirada.

Escuché su ronca risa por mi reacción pero luego sentí como me quitaba el resto de ropa.

Se levanta y se quita la ropa para luego sentarse en el borde de la cama.

Vi como varias plumas se acercan a mi y me acaricia con ellas.

—¡Mhg!—

Separa mis piernas con dos plumas, acaricia mis pezones y frota mi intimidad. Con el resto de plumas las pasa por mi cuerpo haciéndome estremecer.

Aunque me costara, noté que Keigo me miraba mientras se masturbaba y gemía, se deleitaba con la imagen que sus plumas le daban de mi.

—Nhg... esto es mejor que... dhg... las fotos— Dice y sonríe riendo un poco, tira su cabeza hacia atrás —Agh... —

Se había corrido y antes de que yo pudiera hacer lo mismo detuvo sus plumas.

—Eso fue cruel... — Murmuré y traté de frotarme a mi misma con mis piernas o algo pero Keigo separa mis piernas.

—Ah no, Pajarito... yo haré que te vengas, tu sola... está prohibido— Dice sonriendo y cerca de mi rostro pero antes de besarme, sentí que aleja todas las plumas de mi, hasta las que sujetan mis brazos y al segundos, estaba sobre él pero frente a mi estaba su miembro.

—¡Mhg... !—

Sentí que lamía mi entrada mientras sujetaba mis piernas y las separaba más.

—Vamos... también quiero sentir estar dentro de tu boquita, Pajarito— Dice.

Yo jadeaba pero metí el miembro de Keigo en mi boca.

—Ah... mhg... Si, así—

Yo me movía mientras succionaba y lamía su miembro.

Me estremecí cuando sentí que metía nuevamente dos dedos en mi pero lamía toda mi intimidad.

Mis brazos fallaron y terminé pegando mis pechos a su cuerpo pero él siguió manteniendo mi culo arriba para seguir lamiendo.

Traté de seguir con mi trabajo en su miembro hasta que sentí que quitaba sus dedos, agarra y separa mi culo para luego meter su lengua en mi ano y yo solté un gemido bastante fuerte.

—¡Ghg! Ah... Keigo... —

Mis piernas temblaban pero él me sujetaba e impedía que me cayera mientras seguía estimulándome.

Solté un grito en cuanto me corrí y Keigo lame completamente mi líquido.

—Aún no me corro, Pajarito... — Dijo al notar que yo me quedaba quieta.

Sus manos acarician mi cintura y mi culo.

Yo hice el esfuerzo nuevamente de meterlo en mi boca y volver a estimularlo.

A los segundos se corrió y me vi obligada a tragar su líquido.

No era malo... sabía bien.

—Eso es... siéntate— Dice.

Apoyé mis piernas a los lados de su cuerpo y me senté en su abdomen pero sentí sus manos tomárme por la cintura y me levanta pero hace que me siente sobre su miembro y entra en mi.

Ambos gemimos al momento que estuvo dentro de mi por completo.

—Ah... muévete... —

Yo me tomé un tiempo para conseguir fuerzas y luego así lo hice.

Keigo me ayudó a moverme pero luego solo posaba sus manos en mi culo y lo agarraba.

—Hm... estas vistas son... mejores... —

Sentí sus manos subir y tomarme por los pechos para apretarlos y pellizcar mis pezones.

Yo estaba tocando el cielo, me encantaba y no podía dejar de gemir o jadear por la excitación.

En el momento que sentí el miembro de Keigo palpitar, fue cuando comencé a moverme más rápido y fuerte ocasionando que se corriera dentro de mi y me llenara por completo.

El sentir su cálido líquido fue lo que me orilló a correrme nuevamente y soltar un gemido más fuerte.

Jadeé y escuchaba como Keigo estaba igual de agitado que yo.

Pero luego me acuesta y sale de mi, me abraza y besa mi frente mientras acaricia mi cadera y nos cubre con la manta.

—Ahora ya no hay vuelta atrás, Pajarito... me hiciste completamente adicto a ti—

Sonreí ya que pensé que solamente yo era la que sentía esa adicción por el otro. Posé una mano en su mejilla y besé sus labios.

Él agarra mi mano y la acaricia mientras corresponde al beso.

Sin decir más, ambos nos acomodamos juntos y descansamos.

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