Historia de Amor (Muzan x Yoriichi)
Hace mucho tiempo, el rey demonio, Kibutsuji Muzan, peleaba casi todas las noches con la guerrera más fuerte que existió en la tierra, Tsugikuni Yoriichi
La mujer, tenía como único objetivo acabar con él, después de todo lo vivido, de perder a su marido y su hijo recién nacido, se dedicó por completo a asesinar a su objetivo
Sus batallas eran todas las noches, más parecían una danza, Muzan se cruzaba a propósito en el camino de la chica, para hacerla atacarle, no le importaba salir muy mal herido con tal de tener de frente a esa mujer, sus peleas acababan empatadas por así decirlo, ya que el se retiraba cuando ella le tenía acorralado o ella se retiraba cuando sabía que de ahí saldría mal herida
Yoriichi no tardó en darse cuenta de lo que sucedía, el hombre la buscaba con mucha frecuencia, sus apariciones no eran coincidencias, y que a pesar de que ella no era "delicada" como las mujeres de esa época, el demonio parecía estar enamorado, y ella decidió usarlo a su favor
Un día cuando lo acorraló, antes de que huyera le ofreció, su compañía y ella misma a cambio de eliminar a sus demonios, y sorpresivamente, aceptó
Los primeros días fueron una prueba, ella tenía mucha desconfianza, siempre andaba con su Nichirin cerca de él, pero este no tenía interés en atacarla, más bien le aclaró desde el principio "Te tendré el mismo respeto humano que he visto entre convivientes", con eso lentamente ella bajó la guardia, ambos vivían en paz en aquella casa
El se hacía pasar por un novedoso doctor que decía que sacando un poco de la sangre de un enfermero este se iba a recuperar pronto, como eran enfermedades leves se recuperaban a los días y pronto todos le creían, dejándose sacar sangre por el, esa era la nueva alimentación de Muzan, que fue aceptada por Yoriichi quien al ver su cambio y al vivir con el a diario, no tardó en enamorarse y consumar ese amor casi todas las noches, durante ese tiempo Yoriichi se acostumbró a ser nocturna para amar en cuerpo y alma al demonio que robó su corazón y que había desmantelado a más del 90% de sus demonios solo por ella, el mundo era un mejor lugar por ese amor, aún si le costaba a la mujer no ir al cielo, para ella, todo estaba bien, todo era perfecto
Pero el reloj seguía avanzando, por la marca ella podría morir pronto y el también porque para el rey demonio, la sangre no era suficiente, bajo la ropa trataba de ocultar a los ojos de su mujer las cicatrices que comenzaban a aparecer, sabía que ella las veía, pero nunca dijo nada, si quería vivir debía asesinar nuevamente, pero si Yoriichi se enteraba sería su perdición, estaba en una encrucijada, la amaba, pero odiaba la idea de morir
Esa noche, Muzan le hizo el amor con más ternura que antes, la tocó con cuidado y como nunca antes, y después de aquello, como Yoriichi era una simple humana, el cansancio la dejó dormida, el se preocupó de acostarla bien antes de llorar en silencio a su lado y besar su frente, porque aunque la amaba, más fuerte era su temor a la muerte, y se vistió y como bestia salió hacia una zona extremadamente alejada y oscura, para devorar a la primera persona que vió completamente sola, notando como las cicatrices desaparecían, sintiendose nutrido otra vez, se aseguró de no dejar rastro pero desgraciadamente, para el era muy tarde, aquel anciano, no estaba solo
Ella al despertar y no verlo fue a una aldea, hacia una semana que se retiró "por motivos personales" de los cazadores de demonios, así que no rendía cuentas a nadie, pero sus oídos no podían dejar de escuchar el fuerte rumor de una persona misteriosamente asesinada durante la noche y como los delirios de una niña no daban pista al "asesino real", y por curiosidad, decidió investigar, quizá era de los demonios que le faltaba eliminar al hombre que si no fuera un demonio, quizá hasta sería su esposo, ella reunió información de todos hasta llegar al lugar de los hechos, viendo de cerca a una niña golpeada, ella le pidió que escuchara su historia y se la contó con detalle, poco a poco cambiando su expresión
Muzan estaba en su casa, aún sentía un poco de culpa, pero no sé comparaba a las ganas que tenía de besarla en ese momento, besarla y tenerla como suya como todos los días, pero cuando llegó, en vez de el beso y el abrazo de todos los días, se encontró a ella parada en la puerta, con su Nichirin en mano, sus ojos hinchados por las lágrimas y el alma y el corazón roto por su traición
El trató de excusarse al principio, que no había sido él, que ella no tenía por qué llorar ni echar a perder el amor tan hermoso que habían construido, pero las pruebas eran irrefutables, y no le quedó más que llorar y suplicar perdón antes de que la chica intentara asesinarle, tal como en el principio, destruyendo la casa y los recuerdos juntos que habían forjado, habían sido años, años de amor y todo eso había acabado por culpa de la sangre y el miedo, cuando ella tuvo su espada en su cuello, derramó una lágrima delante de él, no fue capaz de asesinarlo ese día, pero juro tratar de hacerlo durante el resto de su vida
Muzan, dolido, al principio solo huyó y se escondió, luego comenzó a ignorar a su corazón y repobló con demonios, se llevó por puro despecho a la hermana de Yoriichi a su ejército
Pero siempre había querido reencontrarse con su amor
Una noche, llegó tarde, el cadáver anciano de su mujer yacía despedazado por su hermana, el se lamentó no poder despedirse de ella y casi mata a Michikatsu, sosteniendo sus pedazos en sus brazos y llorando y gritando de dolor, el jamás la reviviría, ella era mucho para ser un demonio, pero perderla, fue demasiado para Muzan, desde ahí, se volvió más siniestro y oscuro, hasta lo ocurrido que todos conocemos...
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Cuando fue derrotado, expulsado de la conciencia de Tanjiro, se encontraba desolado, con miedo, temblando por la creciente oscuridad que comenzaba a abarcar alrededor suyo, pero en las puertas del infierno, ahí la vió, en las puertas del infierno, la mujer más fuerte y hermosa que haya visto jamás le esperaba con un rostro serio
El estaba a punto de abrazarla pero no sé atrevía, su rostro se llenó de lagrimas, de pronto no era el demonio despiadado, era un hombre arrepentido por haber arruinado lo único bueno que en los siglos de su vida le había ocurrido
- Por qué me esperaste?
No hubo respuesta, el se puso de rodillas, ella debía estar en el cielo y no esperándolo para irse, lloró arrepentido, cada segundo que pasaba sentía que la oscuridad de la muerte le devoraba, eso lo hacía temblar
- Se que no lo merezco pero por favor... Por lo más preciado que tengas abrázame... No quiero morir solo...
Ella se agachó para arrodillarse frente a él, haciéndolo levantar su rostro para darle una de esas sonrisas que tanto le gustaban Después de una noche de amor
- ... Tu eres lo más preciado que tengo en el mundo...
Con esas palabras dichas se abrazaron fuertemente, de ahí no había marcha atrás, y mientras la muerte absoluta los consumía, ambos se juraban mutuamente reencarnar en algún lugar donde el miedo ni el ser les iba a separar jamás...
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