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❄️🎆Akaza🎆❄️


AU!Soulmate
La vida se ve en blanco y negro, hasta que te encuentres a tu persona destinada.
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***


Sus pulmones colapsarían en cualquier momento, el tratar de respirar en esa situación se estaba volviendo casi imposible. El humo y polvo ingresaba a su nariz y ardía en su garganta, el dolor de su cuerpo nunca antes lo había sentido. De pura suerte había logrado aterrizar correctamente, cuando el tren se descarriló creía que iba a morir.
Estaba con sus compañeros hace no mucho, había perdido a Nezuko y Zenitsu de vista cuando todo dio vuelta alrededor suyo.
Logró ponerse boca arriba, seguramente toda la suerte de su vida se había agotado cuando había caído en el césped sin nada que la aprisionara, la voz pilar que los estaba acompañando en el Tren infinito se escuchó a lo lejos, lo encontró con su adolorida vista dándole consejos a Tanjiro. Pudo respirar aliviada sabiendo que, al menos, ellos estaban bien.
Se quedó mirando fijamente al pilar, su pelo llamativo había captado su atención desde el primer encuentro, Tanjiro le había dicho que era de un flamante color anaranjado como el fuego, pero Shizu no sabía como era ese color.
Se puso de pie, rengueando hasta donde estaban ellos, quería tan solo poder ayudar. Su nichirin en su cadera aún permanecía allí, su haori con patrones de flores de cerezo estaba sucio de su propia sangre. Cayó de rodillas a un lado del varón, Tanjiro trataba de parar el sangrado de su abdomen con su respiración y ella se rio de él.

  — Gompachiro, no pareces estar pasando un buen momento— se mofó, imitando la voz de Inosuke y uno se los inusuales nombres por los que él solía llamar a su amigo. Tanjiro solo la miró y relajó los músculos de su rostro, aliviado de que Shizu estaba bien. Ella desvío su atención al pilar frente a ellos.

  — Joven Cerezo, es bueno que estés en buen estado— Rengoku se refirió a ella según el patrón de su haori y palmeó dos veces su cabeza. Ella le sonrió.

  — Rengoku-san, estuvo impresionante— lo elogió y él le dedicó una inmensa sonrisa, agradeciendo sus halagos y diciendo que era su deber cuidar de los demás.

La mirada del pilar se desvío con rapidez y en menos de lo que duraba un parpadeo, desenvainó su espada desviando un ataque dirigido a Tanjiro y que por consecuencia, también le habría dado a Shizu.

Frente a ellos había alguien con extrañas líneas en su cuerpo y kanji grabados en sus pupilas. Los ojos de Shizu quedaron atrapados en ese hombre, o mejor dicho, en ese demonio. Los colores llenaron sus ojos, dejándole apreciar su cabello de un rosa oscuro, pupilas color dorado y una sonrisa burlona de dientes afilados y postura perfecta.

Él no pareció notarla, su atención estaba totalmente centrada en Rengoku y en cómo él podría ser el único en seguir los movimientos de la Tercera Luna superior.

Akaza, ese era su nombre.

Shizu no pudo hacer nada en esa situación, solo pensar en cómo el mundo se le vino encima de un momento a otro puesto que su persona destinada no era nada más y nada menos que el cuarto demonio existente más poderoso. Se le revolvió el estómago en pensar cuanta gente se había comido, cuantos había asesinado por mero placer. El hilo del destino era cruel.

El combate que se estaba dando a sus ojos era imposible de seguir, los movimientos de Rengoku y los puñetazos de Akaza estaban a otro nivel, tanto que ni ella ni Tanjiro eran capaces de encontrar una brecha para ayudar al pilar. La luz del sol llegaría en cualquier momento, pero de los cuatro cazadores que estaban frente a la Luna, uno no llegaría a ver el amanecer.

Algo se quebró dentro de Shizu cuando el pecho de Kyojuro Rengoku fue atravesado por quien se suponía era su alma gemela, el grito de desesperación que salió de su garganta llamó la atención del demonio luego de haberse arrancado el brazo para escapar de Rengoku.
Su expresión cambió por completo cuando la vio, las lágrimas en el rostro de Shizu hicieron que dirigiera su atención a Rengoku de nuevo para volverla a ella; él también estaba viendo los vibrantes colores del mundo.

Huyó cuando el sol amenazó con matarlo y Shizu a duras penas se arrastró junto a Tanjiro para ayudar a Kyojuro, pero era demasiado tarde, no había nada que hacer.

  — Joven Kamado, Joven Cerezo, niño amarillo, chico jabali, enciendan sus corazones y mantengan la frente en alto.

Las lágrimas en el rostro de todos no dejaban de caer, la sonrisa que les dio Rengoku no hizo más que hacer doler sus corazones. Shizu continuó llorando por horas, aunque los demás cazadores fueron a buscarlos, aunque había conseguido ver los colores, su corazón dolía terriblemente.

...

Las semanas pasaron, el entrenamiento por volverse más fuerte comenzaba de nuevo, sus pulmones habían conseguido una capacidad superior a cuando Rengoku había muerto. Por desgracia, la primer persona en descubrir que podía ver los colores no había sido ni más ni menos que Shinobu Kocho, quien luego de decirle un par de palabras, había adivinado que se trataba de un demonio y para peor, de la tercera luna superior. La pilar no hizo más que contener su furia y palmearle la cabeza dos veces.

  — El amor es solo un proceso químico y los colores son sólo un fenómeno físico, no permitas que el destino decida tu vida por ti— le había dicho, en un tono que inútilmente trataba de esconder su furia. Shinobu odiaba profundamente a los demonios, aunque ya se había dado antes que un humano y un demonio estuvieran destinados entre sí.

Los días pasaron con lentitud, para Shizu se había tornado incómodo estar con el pilar del insecto, estaba segura que ella dudaba de sí iría a aceptar a Akaza como su alma gemela uniéndose a él, por lo que trataba de esquivarla lo más que podía.

En ese momento estaba yendo hacía el norte, su cuervo la guiaba diciendo que un demonio estaba aterrorizando un pueblo. No fue la gran cosa, era media noche y ya había resuelto el problema sin causar daños colaterales.
Contemplaba la Luna llena en medio de la noche aún con su uniforme puesto, la posada había ofrecido sus servicios gratis como agradecimiento por salvar al pueblo y ella no podía negar que estaba tremendamente agotada como para caminar los ciento cincuenta kilómetros que habían de vuelta.

  — Eres muy descuidada para ser un cazador— la voz a sus espaldas le heló la sangre.

No dudó un segundo en voltear con su nichirin en busca de su cuello, pero con obviedad él lo esquivó con facilidad, sacándole el arma de las manos. De un segundo a otro, Akaza estaba detrás de ella nuevamente, tomándola por sus caderas pegando sus cuerpos y respirando en su oído.

  — Que interesante, ¿por qué vería colores por una simple humana?

La cercanía la puso nerviosa, también el hecho de que alguien que ni siquiera el pilar de la llama había conseguido vencer estaba susurrando tranquilamente en su oído. Se volteó nuevamente, desenvainó una cuchilla que tenía en su muslo y quedó pegada en su cuello.
En ese momento Akaza no reaccionó, por más que el filo del arma le hubiese sacado un hilo de sangre que después de un segundo cesó, ella no tenía la fuerza suficiente para cortarle la cabeza con una pequeña y simple hoja. Él la miró fija e intensamente, sin decir mucho.

  — ¿Cuál es tu nombre?— cuestionó, mirando a los ojos a la cazadora y siendo testigo del profundo odio que le tenía, se notaba en sus lágrimas de frustración y en el desespero de no poder moverse de su agarre y de que con su cuchillo ya no podía traspasar la piel de la Luna.

  — ¿Qué quieres de mi?

La pregunta tomó desprevenido al demonio, ¿que quería de ella? La había estado siguiendo últimamente, le causaba intriga que luego de dos siglos sus grises ojos hubieran hallado nuevamente los colores. La curiosidad que le había causado esa humana seguramente se debía a esa estupidez de que una fuerza misteriosa llamada destino fuese a elegir su camino. La humana lloraba apretando los dientes, ella apreciaba al pilar que había asesinado y parecía odiarlo a él, lo miraba desafiante, envenenada de ira, ignorando que veía el mundo más allá del blanco y negro gracias a él.

Le sacó la cuchilla de las manos con un simple movimiento, cansado de que apuñalara su cuello una y otra vez sin obtener resultado, sólo manchando su propio uniforme.
La examinó de cerca, tenía unas pequeñas cicatrices en el rostro, su cabello era corto y sus manos callosas demostraban que se había esforzado tanto como los demás para poder luchar contra Muzan.
Ante la pérdida de su única arma, comenzó a golpearlo en el pecho con sus puños, una y otra vez sin mediar las consecuencias.

  — ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que matar a Rengoku-san? — gimoteó en su pecho, extrañada y rabiosa de que él no estuviera haciendo nada, no parecía pretender comer su carne ni tampoco matarla, de ser así ya habría perdido la vida hace rato.

  — Kyojuro malgastó su vida y su talento.

No dijo más, no lo necesitó, porque apenas pronunció el nombre del pilar ella se detuvo, quedando inmóvil entre sus brazos con la cabeza gacha. Sus músculos se destensaron solo dejándola llorar, moriría sin hacer nada, no tenía ni una pizca de oportunidad contra Akaza.

  — Matame de una vez— exclamó con la voz temblorosa—. ¡Matame ya! ¡Maldita sea! ¡¿Qué estás esperando?!

Los labios del demonio sobre los suyos acallaron sus gritos, liberó sus caderas para tomar su rostro, no pudiendo sostenerla cuando las rodillas de Shizu flaquearon. El beso la tomó desprevenida y más aún cuando se volvió algo más que un roce de labios, la lengua del demonio se escabullo hasta profundizar el beso a niveles que nunca había experimentado. A diferencia de lo que habría creído, los labios del demonio sabian a algo muy distinto de carne o sangre, el sabor de su boca fue lo que la embriagó, deslizando sus propias manos a los antebrazos de él y siguiéndole el suave ritmo que había marcado.

Akaza soltó a la humana, separándose y viendo como ella cayó al suelo de rodillas. Se relamió los labios, la sensación de hormigueo en su cuerpo y la adrenalina corriendo por su sistema le aseguraba que esa era un alma gemela, lo sentía en lo más profundo de su ser, su corazón latía y su sangre corría caliente por sus venas, nada aparte de una buena batalla había provocado esa emoción en él.

  — ¿Cómo te llamas?

Shizu temblaba, confundida porque después de todo, no había querido que ese beso se terminara. El demonio insistió en que le dijera su nombre, pero ella solo podía pensar en lo raro que sentía su cuerpo, lo electrizante del ambiente la estaba haciendo sudar.

  — Te odio— escupió con desprecio y la voz trémula, aún afectada por el contacto.

Akaza sonrió gatunamente, rodeandola como si fuera una presa, se colocó de nuevo detrás suya, tomándola por sus hombros y deslizando sus manos hasta las de ella, rodeando su cintura. Sus labios quedaron a la altura de su oído y susurró, a sabiendas de que eso no podría terminar bien.

  — ¿Cómo te llamas?

Shizu se siguió negando a dar su nombre, tal como si dedujera que si su propio nombre salía de sus labios su final no sería del todo bueno. El temblequeo de su cuerpo ya le hacía saber que el tacto de Akaza la hacía débil de formas que nunca había imaginado y como era de esperarse él tampoco ayudaba a cesar con el contacto.

 
  — ¿Señorita Shizu? ¿Está todo bien? —la interrupción de una de las empleadas de la posada encendieron todas sus alarmas, de alguna forma necesitaba decirle que debía irse ya que no sabía cómo reaccionaría aquel demonio.

  — Shizu... Lindo.

La Luna superior susurró para sí y segundos antes de que la mujer que llamó a su alma gemela entrara a los aposentos, el besó la sien derecha de Shizu, despidiéndose entre burlas y siendo muy consciente de lo consternada que ella se sentiría.

  — Nos veremos otro día, querida Shizu.

Akaza desapareció en un parpadeo, dejándola ahí sentada como si él nunca hubiera estado dentro de la habitación o como si nunca hubiesen unidos sus labios en un fogoso beso. La empleada entró a la habitación luego del quinto llamado que no respondía.

  — Señorita Shizu, ¿está todo bien? Oímos voces de hombres viniendo de aquí.

Tuvo que negar cualquier visita nocturna y encubrir la visita de la Luna superior, aunque sus labios aún estaban hinchados y sus piernas continuaron temblequeando unos minutos más.
Definitivamente volverían a verse y no sabía si la próxima vez solo se limitaría a un simple beso.

...

Pedido por katsuwx

Espero que te guste❤️ Y que les guste.

Recordatorio chido: si desean hacer un pedido, háganlo en el capítulo •Importante leer•. Agradezco si ponen el tipo de temática o el escenario si quieren ser más específicxs, sino, poner el personaje está bn también

Es por una cuestión de no perder nada y de organización jeje No querría que se intercalen los one shot con pedidos de otro personaje 🥴

Gracias

Fue divertido escribir con un au sobre un panadero🍩

Gracias por leer ltkm

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