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Era una noche tranquila en Japón.

En un salón bastante elegante y costoso, había una celebración para los héroes por su arduo trabajo en proteger y cuidar a los ciudadanos.

Tú usabas un vestido de tono morado con algo de amarillo, no querías usar un gran vestido largo y estorboso como la mayor parte de las chicas, tu decidiste uno corto.

No planeabas venir a aquella reunión aparte de que tenías flojera y que tú ex iba a estar presente según la información que te dió tu mejor amigo y compañero de trabajo.
Sin saber porque, cambiaste de opinión con solo saber que iba a presentarse...pero a la vez no querías verlo...

-- ¿Por qué soy bipolar? -- susurraste para tí sosteniendo una copa con algo de vino.

Estabas en una parte de aquel gran salón esperando a que tu mejor amigo apareciera ya que lo habías perdido de vista.

Mientras esperabas, unos hombres trataban de coquetear contigo cosa que no lograban. Eras conocida entre tantos chicos por tu belleza y por estar en los 10 mejores, cosa que siempre tenías un pretendiente cerca de tí. Te fastidiaba, no porque no hayas tenido una relación desde hace unos 4 años no significa que estés urgida como para aceptar a cualquiera que solo quiere presumir te cómo si fueras un objeto, un logro de poder conquistar a la heroína más problemática si se trata de amor.

Suspiraste y empezaste a caminar ignorando las miradas en tí junto con las ganas de destrozar sus rostros.

Ibas a la mesa donde había una gran variedad de comida cuando escuchas la voz de uno de tus ex compañeros de la UA.

-- Que bueno que viniste, Bakugo.

Apretaste más el agarre a tu copa.-- ya está aquí. --susurraste.

Es estúpido pensar que aún sigues enamorada por tu ex después de 4 años pero, debías aceptar que no podías olvidar su relación...esos 6 años juntos fueron los mejores que te pudieron haber pasado; sus besos, sus caricias, sus abrazos, sus palabras de apoyo, su modo de un tonto enamorado cuando estaban solos, sus bromas al otro, sus celos, sus te amo...los extrañabas demasiado.

--Bakugo...--volviste a susurrar.

-- ¿Quién es esta linda chica?

--/¿chica?/ -- pensaste mientras dejabas tu copa en la mesa.

-- un gusto, soy su prometida.

En cuestión de segundos, sentiste como se formó un nudo en tu garganta y tus ojos empezaban a picar. Volteaste y los viste.
Bakugo sostenía su mano, ella lo miraba con esa sonrisa que tú le dedicabas y él... correspondía.

Debías aceptarlo, ella es realmente hermosa ; sus ojos azules resaltaban con aquel vestido que llevaba, tenía un excelente cuerpo, su cabello rubio y su piel blanquecina, se mostraba totalmente femenina...era como una muñequita de porcelana.

Era todo lo contrario a tí.

Era perfecta...

Te empezaste a alterar, sentías como de repente todos de estuvieran mirando cosa que no era cierta. Abrazaste tus brazos con tu mirada baja y fuiste afuera a tomar algo de aire...no querías seguir viendo eso.

Dabas gracias que no había demasiadas personas en aquella terraza. Tus codos estaban en la orilla recargados en aquel cemento que evitaba que calleras a un gran jardín que había bajo de este. Seguías abrazando tus brazos mientras llorabas en silencio.

-- ¿Por qué tuve que venir? -- susurraste.

-- Para que no pareciera un solteron de primera.

Te secaste tus lágrimas al escucharlo cerca tuyo.

Se detuvo a lado tuyo e imitó tu posición.

-- es una linda noche, no es bueno que estés llorando, demuestra que eres más bella que esta vista.

--...No entiendo...no entiendo. Después de tantos años aún siento lo mismo, no importa con quién salga o intente salir, simplemente no puedo. -- unas lágrimas volvieron a salir.

Tú acompañante te miró con tristeza, él te amaba y odiaba que estuvieras así por alguien que solo decidió terminar porque quería algo nuevo. Qué tontería.

--____, yo...

-- ¿Recuerdas sobre la oferta que me dieron los de la agencia?

-- ¿lo del cambio?

Asentiste. -- tenía hasta hoy para responder... acepté.

--¿QUÉ? ¿Por qué aceptaste?

-- llegué al punto de que necesito alejarme de todo esto, no puedo seguir sufriendo por alguien quien pronto se casará. No puedo...me iré para volver a encontrarme y tal vez, para encontrar a alguien más. -- recargaste tu cabeza en su hombro. -- gracias por tu ayuda pero, debo tomar otra opción.

--pero ____...

--te llamaré todos los días, te diré cómo estuvo mi día, estarás al tanto de todo. --sonreiste-- y, consigue a alguien ya que sé que te sentirás sólo cuando no esté. -- tocaste su mejilla. -- se que hay una chica para tí.

-- tú. -- susurró demasiado bajo evitando que lo escucharás. -- ¿Cuándo te irás?

-- mañana.

Suspiró y te separó. -- entonces vámonos, te ayudaré a empacar. -- acomodó tu cabello con una sonrisa que tú correspondiste.

--gracias. --tomaste su mano.

Empezaron a caminar para entrar al lugar ya que no había otra salida.

Mientras eras jalada por él pasando por toda esa gente, lo volviste a mirar. Ella abrazaba su brazo y besaba su mejilla, igual como lo hacías tú, él chasqueó la lengua algo sonrojado...como lo hacía contigo.

Ella estaba viviendo todo lo que tú habías pasado y apreciado de aquel rubio cenizo, no tuviste otra opción que sonreír al recordar y mirar al frente para no volver a mirar atrás...ya no.

El de ojos rubí, vió tu presencia. Dejó por un momento a su prometida y te siguió.

Ya estaban en la entrada, uno de los que trabajan ahí, trajo el auto de tu acompañante para irse, te abrió la puerta para que entraras, cosa que lo miraste con el ceño fruncido, como siempre ignoró tu expresión y esperó a que entraras para cerrar la puerta.

El rubio notó que estabas dentro de aquel auto, no se le ocurrió otra idea que gritar tu nombre.

-- ¡____!

Volteaste a mirarlo, sus miradas se juntaron nuevamente, sonreiste y moviste tu mano en forma de despedida.

Él encendió el auto y se fueron de ahí.

Tú ex se quedó un momento procesando lo sucedido. Colocó sus manos en sus bolsillos y sonrió para después volver a aquella fiesta junto con su prometida.

--/te volveré a ver/ -- pensó.

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Ustedes decidan quién es el chico. Es libre.

¿Segunda parte?