Alguna vez estuviste en una situación, un lugar, un simple momento donde no pudieses saber describirlo? Donde quedabas anonadado por su belleza, por el espectáculo visual que tenías frente a ti, por la simple belleza que la naturaleza te brindaba, donde todo parecía…

Mágico?

Bueno, no somos los únicos que piensan y sienten eso.

La nieve de los árboles caía con cada paso que él daba, dejando sus huellas impresas en la nieve mientras la Luna y las estrellas lo guiaban, el frío viento invernal chocaba contra su cuerpo y su rostro, haciendo que sus fosas nasales se encogieran para evitar respirar demasiado el aire frío que brindaba el ambiente y la mucosidad se acumulara en su nariz, sus ojos anaranjados se dirigieron hacia la Luna, admirando su belleza y su color amarillento pálido, recordaba como todas las noches cuando la estación fría llegaba, siempre salía en compañía de sus hermanos a ver el magnífico paisaje que se desbordaba ante ellos, hoy por hoy, tal vez ellos no podían verlo, se habían ido a descansar, por un largo largo tiempo, hasta que fuese adecuado volver a salir.

Con cada día que pasaba, sentían como aquello que les daba energía a todos y cada uno de ellos, disminuía poco a poco, nadie podía identificar la razón exacta, pero eso simplemente no se detenía, era una fuerza invisible que ninguno de ellos, ni siquiera él podía enfrentar, lo que fue sucediendo a lo largo de los últimos días fue algo difícil para él, pero si él quería que su familia, y muchos titanes inocentes pudiesen sobrevivir, debía mandar a todos a dormir, a invernar, al menos hasta que la energía del planeta volviese a su potencia habitual.

Había sido una despedida dura, el núnca se había separado de aquellos Titanes a quienes consideraba como su familia, ese día hacía el mismo frío de siempre, la blanca y pulcra nieve caía encima de ellos, acumulandose en sus escamas, o derritiensose incluso, ambos se estaban dando una despedida temporal, prometiendo volver al mismo punto de encuentro una vez se despertaran, y para que eso quedarse claro, empezaron a adorar uno de los enormes árboles que yacían en ese bosque de coníferas, usaron de todo, el gigante volador de fuego y el gigante de hielo usaron distintos frutos con sus respectivos jugos para atorarlos entre las ramas, el reptil gigante y el dinosaurio acorazado se encargaban de poner nieve en cada rama, haciendo que esta brillase con los pocos rayos de Sol que daba el atardecer, mientras que la enorme polilla se encargaba de hacer que el árbol resplandeciera con sus propios brillos, el grupo de hermanos se quedó un largo rato admirando el resultado.

Finalmente, cuando la Luna estuvo en su punto más alto, llegó el momento de despedirse por el momento, luego de un intercambio de suaves palabras y lágrimas, cada Titán se fue por su propio camino, con la esperanza de volverse a encontrar otra vez…

Aquellos recuerdos pasaban por la cabeza de Godzilla como si se tratasen de una película, solo habían pasado un par de días y el árbol seguía resplandeciendo con intensidad, solo quería dar un último vistazo a lo último que hizo junto a sus hermanos, dentro de él había una montaña rusa de emociones, nostalgia, tristeza, paz, etc; era un completo batido de pensamientos y sentimientos dentro de él, con un resoplido empujó el aire frío hacia afuera, mientras veía al cielo una última vez, una última vez antes de dormir.