; ᴘᴀʀᴛᴇ ᴜɴᴏ.
Jungkook miró el reloj en su muñeca y movía su pierna algo inquieto.
A las dos debía ir a casa de su amigo para tener las cosas claras del bebé y sabía que se encontraría con la odiosa de Sonyi.
Tiró su cuerpo hacia el respaldo del sofá pensando si era correcto cuidar de alguien más cuando apenas podía cuidarse a sí mismo. Las fiestas terminaron siendo su lugar feliz y pasaba borracho casi todos los fin de semanas. Sabía que no estaba bien y que su vida debía tomar un rumbo diferente... pero no podía.
Pensó seriamente sentar cabeza cuando se había enamorado, pero nada de eso funcionó, terminar con el corazón roto no fue la mejor sensación y volvió todo a un punto de partida, un punto que quizás nunca tuvo que tener un desvío.
Sin perder mas tiempo se levantó para emprender a casa de Namjoon y Hana, pero no contaba con que ya hubiera otro auto estacionado a las afueras.
Se adelantó.
Pensó en sus adentros y luego recordó que era Sonyi de la que estaban hablando. Esa mujer llega antes a un lugar o nada. No le gusta llegar a las justas a un lugar y mucho menos tarde. Al lado del lujoso Mercedes estacionó su Audi. Podía darse ciertos lujos al ser el accionista mayoritario en la empresa de sus padres, prácticamente era como un jefe ahí, estaba a cargo de las tomas de decisiones y todo lo relacionado al bienestar de la compañía.
Una famosa marca de ropa y era privilegiado al poder presenciar a las modelos que desfilaban ahí.
Resopló al salir del vehículo y sentir la brisa helada azotando su rostro. Se arregló su abrigo y mirando su reflejo en la ventana caminó hasta la puerta, dudando si tocar el timbre o si entraba como si fuera su casa.
Optó por tocar el timbre.
Su pie izquierdo daba pequeños golpes en la acera y sin querer algo de nerviosismo se apoderó de él.
—Wow, gracias por venir Jungkook. Creí que te arrepentirías — un abrazo lo dejó perplejo. Separó un poco au cabeza al observar a la esposa de su mejor amigo quien lo estaba abrazando.
Con algo de duda le dio pequeños golpecitos en sus hombros.
—Eso jamás — mintió. Claro que lo haría, no era tan estúpido como para confesar que tuvo sus cuestionamientos. — aunque no necesitaba ayuda para esto, eh. Ahora tendré que pasar tiempo con la pesada de Sonyi.
—¿Vienes llegando y ya quieres alboroto?
El pelinegro se sobresaltó al escuchar la voz de la rubia a su costado.
—¿En que momento llegaste ahí?
—Que te importa.
—Siempre tan linda. — rodó los ojos y miró nuevamente a Hana, quien sonreía divertida al ver el panorama.
Jungkook y Sonyi eran como el agua y el aceite. Siempre tuvieron sus diferencias y dejaban claro que no podían estar en un mismo lugar sin tener alguna discusión por la cosa mas mínima.
—Bueno, los cité para que puedan estar al tanto de todo lo relacionado a Jungwon. Ustedes saben que él es algo... complicado — trató de explicar haciendo una leve mueca.
—Define complicado — pidió Jungkook, sentándose en el taburete de la isla en la cocina.
—Tiene un humor bastante peculiar... Puede estar feliz un momento y al otro ya estará llorando. Sé que la paciencia no es la gran virtud que tienen ustedes, por eso les advierto con antelación.
Hana tenía bastante claro que su amiga y Jungkook podían terminar con un estrés gigante y más cuando jamás se han familiarizado tanto con bebés. Pero realmente no tenía más opción. Llegó a Seúl para estudiar y luego nuevamente se iría a su ciudad, en Daejeon, pero no contaba con que el amor le tocaría las puertas.
Dos años de relación y un bebé de un mes de nacido cuando decidió casarse con el que consideraba el amor de su vida. Volvería a vivir esa historia una y miles de veces más.
—Ósea salió igualita a ti — molestó el pelinegro, ganándose un golpe en el hombro.
—Le diré a mi hijo que se porte terrible contigo — amenazó Hana, entrecerrando sus ojos.
—Bueno, entiendo — prosiguió Sonyi, cruzando sus piernas. Jungkook le dio una mirada de reojo. — ¿Cuándo comenzamos?
—Nos iremos pronto. Namjoon está arriba arreglando las maletas.
Sonyi asintió, sentándose en la alfombra peluda de color rojo que había en el centro del salón para observar lo que hacía Jungwon. Estaba tan tranquilo jugando con unos legos que no quiso irrumpir su paz.
—Jung toma biberón en las mañanas y en las noches. Su almuerzo es a las doce y su cena a las seis. — abrió el refrigerador, mostrando todo su interior — aquí está todo listo para estos días. Lo único que deben hacer es cuidarlo mucho, mucho y cambiarle el pañal.
Jungkook hizo una leve mueca, tratando de disimular muy bien.
—¿Aún usa pañales?
—Sí — dijo apenada — creo que no es su momento de dejarlos. Cuando lo intentamos se orinaba por todos lados aunque le dijéramos que debía avisar para llevarlo al baño.
El pelinegro miró al niño y entrecerró sus ojos.
—Entendido.
—¿Seguro que no tendrán problemas en sus trabajos? — le había preguntado lo mismo a cada uno, unas diez veces
—Soy mi propio jefe, puedo darme el lujo de faltar algunos días y más para ayudar a mi mejor amigo y a su esposa — le restó importancia, tratando de asegurar que todo estaba bien, que no se debía preocupar por nada. — esa pregunta seria mas para Sonyi, pasa mas en la oficina que en su casa.
La rubia soltó una risa sarcástica, mientras negaba con su cabeza.
—Wow, eres increíble. — enarcó una ceja — Yo si trabajo, Jeon, por eso debo ir a la oficina siempre.
—¡Yo también lo hago!
—¿Mirar a las modelos ahí es trabajar?
—Claro. Debo verificar que todo vaya en orden y que la ropa se vea bien.
—Nuevo récord — Namjoon apareció en el lugar con dos maletas en sus costados — duraron diez minutos sin atacarse.
—Jungkook es un idiota. Yo podría haber cuidado perfectamente a Jungwon sola, sin la ayuda de él — miró mal al pelinegro, quien la estaba taladreando con sus orbes.
—Eh, discrepo un poco de eso, amiga — sonrió angelicalmente la castaña — sabes que no hubieras sido capaz.
—¡Bueno! Llegó la hora amor. Voy a llevar las maletas al auto.
—¿Llevan maletas para estar una semana? — cuestionó algo dudoso el pelinegro, mirándolos de manera inquisitiva.
—En estas dos maletas yo llevo tres poleras, boxers, calcetas, útiles de aseo personal y tres pantalones. Todo lo demás es de Hana.
—Bueno... debía echar todas mis cosas — se intentó justificar, cruzando sus brazos — adiós mi príncipe. Te portas bien, ¿si? Sabes que mamá te ama, estaré aquí pronto cielito, no hagas enfadar a tus tíos, ellos te cuidarán mucho...
Sonyi y Jungkook miraban la escena con sus frentes arrugadas. El bebé ni siquiera la estaba mirando y Hana se pondría a llorar si estaba un minuto más.
Se acercó a besar la cabeza de su hijo y darle un apretado abrazo. Namjoon también se unió, dándole besos en el cuello que lo hacían reír a carcajadas. Sonyi ya no miraba la escena como algo vergonzoso, sino como algo emotivo. Eran una linda familia y pensó si alguna vez ella podría tener algo igual... quizás no con hijos, pero sí con un lindo perro y también un gato, amaba los gatos.
—Cualquier cosa nos llaman, por favor. Esto es muy difícil para mí, nunca había estado tantos días lejos de mi bebé — Hana explicaba dando pucheros — les haré videollamadas y ustedes siempre deben atenderme, ¿bien?
—Bien, Hana. Ve, les queda un largo viaje. Trata de descansar en el auto, quizás allá no puedas descansar bien estando en el hospital — le respondió la rubia acariciando el cabello de su amiga, quien le dio una sonrisa triste y asintió.
Ambos salieron de la casa para caminar hasta el vehículo. Namjoon antes de subir miró por la ventana, donde estaba Jungkook y Sonyi quien tenía a su hijo en brazos y movía la mano de su pequeño casi obligándolo a decir adiós. El azabache sonrió divertido, confiaba en ellos, sabía que podrían dejar sus diferencias de lado por un bien común.
—Bien, ¿qué se hace ahora? — Jungkook habló luego de ver el auto partir. Observó la escena de Sonyi quien intentaba hacer reír al pequeño Jungwon. Sin querer una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
—Tratar de divertirlo, ¿no? No quiero que llore, entraría en pánico en la primera media hora de niñera. Eso no puede suceder.
—¿Cuál es tu plan?
—¿Bailar?
—Bailas terrible — soltó una pequeña carcajada, a lo cual Sonyi le lanzó un lego que impactó justo en su frente — ¡Auch, Sonyi! ¿Qué mierda?
—No digas groserías frente al niño — lo apuntó con su dedo, evitando reírse al ver como su frente tenía una pequeña zona roja.
—Tenemos toda la tarde, ¿qué tal si vamos al parque?
—¿Tú quieres salir al parque? — preguntó y lo miró como si fuera un bicho totalmente extraño — ¿y dejar que la gente divulgue que tienes una familia escondida?
—Nunca me ha importado lo que diga la gente de mí. Creo que lo sabes muy bien.
La rubia prefirió guardar silencio, aunque sabía que era cierto. Jungkook es el empresario del momento, siempre está en el ojo del huracán, uno de los rostros más bellos superando a cantantes y actores, mujeres estaban enamoradas de él y siempre estaba en la boca de todos cuando había algún escándalo respecto a sus salidas con chicas.
—Bueno, que va. Vamos. ¿Quieres ir al parque, Jungwo? — el bebé hizo un pequeño balbuceo — ¿no habla?
—Al parecer no — respondió obvio — ¿Jungwo, quieres algo? — nuevamente el pequeño hizo un balbuceo casi inaudible — definitivamente no, no habla.
Pensó que quizás sería algo dificultoso si lloraba y no sabia comunicarse.
—Okey. Vamos al parque.
Tomó al pequeño en brazos para salir, pero Jungkook la detuvo.
—Es invierno, Sonyi.
—¿Y qué tiene?
—Tú estás abrigada y el niño solo tiene un sweater.
Bajó la mirada para encontrarse con aquellos ojos rasgados iguales a los de su padre que la miraban fijo y rectificó lo que el pelinegro le estaba diciendo.
—Ow, ya estás teniendo el instinto de padre león cuidando a su cría — se burló caminando escaleras arriba para ir a la habitación del pequeño Jungwon.
Lo dejó en el suelo para que comenzara a correr por toda la habitación mientras ella le buscaba algo mas abrigado. Cuando encontró el atuendo ideal, volteó buscando al bebé, encontrándolo agachado con el rostro rojo.
—¡Jungkook!
No entendía porque estaba haciendo tales muecas y estaba muy, muy rojo.
—¿Qué pasa?
—Mira a Jungwo, algo le pasa — utilizó un tono bastante preocupado. Jungkook inmediatamente hizo lo que la chica le pidió viendo la cara del niño. Frunció el ceño y miró con mas detenimiento entendiendo lo que estaba pasando.
—Está concentrado.
—¿Qué? — preguntó sin entender nada.
—Yo coloco la misma cara cuando estoy en mi lugar mas privado — miró a Sonyi quien seguía sin entender ni mierda — está cagando, bruta.
—Oh...
Soltó una risa al entender todo. Su estómago había dolido pensando lo peor y él... él solo estaba haciendo sus necesidades.
—Por ser lenta tú lo cambiarás.
—El tío Jungkook debe hacerlo.
—Para eso está la tía Sonyi.
—Para hacer esto mas justo, será al piedra, papel o tijeras — propuso colocando una mano en su cintura — si sales tú, luego me tocará a mí y así. ¿Qué te parece?
—Me parece justo — asintió. Vieron como el pequeño bebé regordete soltaba un grito de diversión para volver a correr por la habitación. Jungkook al sentir un olor tan poderoso, tapó su nariz de manera inmediata.
—¿Qué es lo que come este niño?
Ambos tenían tapadas sus narices. Sonyi nunca había olido algo tan nauseabundo y era increíble, porque aún estaba con el pañal puesto y la ropa.
—Antes de salir hay que cambiarlo. Uno, dos y...
—¡Espera! No estoy mentalizada — frenó en seco a Jungkook quien ya estaba listo para jugar. Respiró hondo y pidió a todos los Dioses ser la ganadora — ahora si, piedra...
—Papel...
—Tije... ¿A la tercera? — interrumpió nuevamente, ganándose una muy mala mirada del pelinegro.
—No, a la primera — dijo serio — piedra...
—Papel...
—O tijeras.
Jungkook dejó expuesta su mano con sus tatuajes al hacer un papel. Se lanzó al suelo y se quedó ahí, agachado.
—¡Hiciste trampa! — escuchó como su compañera se comenzaba a quejar tan rápido como levantó el rostro. — vi que moviste tus dedos de manera extraña.
—No seas mentirosa, rubiecita.
Sonyi abrió sus ojos sorprendida al escuchar nuevamente el ese apodo. Un apodo que el pelinegro le decía en un comienzo, cuando ambos tenían buena convivencia.
—Aceptaré mi derrota — respondió luego de un silencio que se sintió eterno — vamos corazón... cambiaré ese asqueroso pañal.
Lo tomó nuevamente en brazos para llevarlo al mudador y se quedó ahí, estática, sin saber que hacer.
—Cambié pañal en ese famoso juego... vamos Sonyi, no puedes quedar como una estúpida — hablaba sola intentando calmar sus manos que tenían leves temblores y también su corazón — primero quitar el pantalón... eso, bien. Ahora las pantys, bien, muy bien. Ahora... viene lo más importante — sacó levemente el velcro que sujetaba el pañal y mirando a lo lejos pudo ver mucha, mucha popó en él — ¡Jungwon, esto es demasiado!
Por inercia se llevó la bufanda a su nariz para apalear un poco el olor tan fuerte que salía. El pequeño soltó una risa mientras tapaba su rostro.
—Dios, no puedo, no puedo — se alejó un poco cuando hacía el intento de sacar el pañal por completo para limpiarlo... pero manchó su dedo completamente — No, no, no... dios mío, no... Vomitaré, yo... ¡Jungkook!
—¿Si?
Pegó un brinco en su lugar al escuchar su voz. Giró su rostro al verlo apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa burlona en el rostro.
—Necesito tu ayuda, Jungkook. Mi dedo tiene mierda — lloriqueó tomando una toalla húmeda para quitar excesos, pero debería lavarla mínimo quince veces.
—Primero termina eso y vas a lavarte las manos. ¿De que sirve que vayas a lavarte las manos si volverás a estar con popó? — preguntó obvio.
Sonyi suspiró con resignación. Tenía razon, joder, tenía toda la maldita razón. Quitó de manera rápida el pañal y lo cerró bien para lanzarlo al cesto de basura, que era especialmente para los pañales sucios. Se pudo percatar que el colchón del mudador también tenía mierda y al levantar las piernas del menor con cuidado, notó que tenía hasta la espalda.
—Wow, eso es una buena bienvenida, Jungwon — el pelinegro molestó con querer. Pero cuando vio que la rubia definitivamente vomitaría si seguía un segundo más, decidió ayudar. — ve al baño, yo sigo.
Sonyi le dedicó una mirada de pena antes de salir corriendo al baño. Jungkook respiró profundo y le sacó toda la ropa para darle un baño. Era lo mas sensato, no gastaría las toallas húmedas en vano.
—¿Qué te dieron de comer tus padres, eh? Cagas como si te comieras la alacena completa. Ni yo me he atrevido a tanto. — le conversó mientras le colocaba ropa limpia de manera más sencilla. Ya tenía dos años, levantaba los brazos y hacia algo de caso cuando le pedía que hiciera algo. Le puso sin dificultad alguna el pañal y todo lo demás.
—Tú si tienes dedos para el piano.
—¿Eh?
—Sabes hacer todo esto — explicó cuando vio que le echaba colonia en su cuello y ropa, quedando muy lindo.
—Tengo un hermano menor, ¿recuerdas?
—Cierto.
—No siempre hacia estas cosas porque teníamos niñera, pero me gustaba ayudar a la señora Haneul — sonrió al recordar aquello — también te comenté que uno de mis sueños era ser papá.
Sonyi rascó su oreja y asintió.
—¿Ya no?
—No puedo tener hijos si sigo estancado en una relación que no funcionó, ¿no? — habló mientras peinaba a su ahijado.
—Quizás no funcionó porque tenían diferentes proyectos.
—Quizás no funcionó porque ella no quiso arriesgarse a lo nuestro y prefirió el trabajo. — sonrió con ironía. Quizás ahora estaría igual que Namjoon, casado y con hijos.
—¿Eso es malo, Jungkook? — inquirió — ¿Es malo preferir lo profesional antes que lo amoroso?
—Es malo cuando sabes que la otra persona deseaba tanto eso como yo... — se encogió de hombros — pero bueno... son cosas del pasado que no son importantes ahora.
Sonyi asintió al ver que era un tema que aún le resentía y podía verlo con claridad. No quería ahondar en eso.
—Deberíamos llevarnos mejor esta semana. Siempre me estás atacando, desde que nos conocimos — intentó cambiar el tema para aliviar el ambiente.
—Tú me atacas desde siempre. Me dices que soy un engreído, ninfomano, egoísta y estúpido.
—Y tú me dices que soy una antipática, loca, de mente cuadrada y trabajólica.
—¡Pero si lo eres!
—Vete a la mier...
—No digas groserías frente al niño, rubiecita.
Jungkook miraba fijamente a la fémina frente a él. No había cambiado absolutamente nada, seguía igual. Siempre ha sido una persona hermosa. Solo era tan exasperante que terminaban discutiendo por cualquier tontería.
—Touché, conejito.
Jungkook sonrió divertido al escuchar el apodo. Ah, esa mujer.
—Teno hambe...
Tal fue su sorpresa al escuchar que el niño dijo palabras que Sonyi sacó su celular de manera inmediata.
—¿Lo escuchaste? Dime que lo escuchaste — pidió la rubia, mientras le marcaba a Hana.
—Sí, wow, me sorprendí...
—¿Qué sucede, Sonyi? ¿Todo bien? ¿Le pasa algo a Jungwo?
—¡Habló! ¡Jungwo habló! Su voz es tan tierna, Hana. Esto fue sumamente emocionante para mi, me imagino si lo escucharas tú — explicó con una felicidad tremenda. Escuchó una carcajada al otro lado de la línea.
—Amiga, Jungwo tiene dos años, claro que habla. — seguía riéndose a carcajadas, lo cual le dificultaba un poco hablar — A veces no le entendemos al cien, pero el habla hasta que le entiendas.
Se sintió la persona mas estúpida del planeta. Miró a Jungkook, quien tenía una mano en su frente riendo ya que había escuchado lo que su amiga había dicho a través del celular. Bueno... eran las dos personas mas idiotas del planeta.
—Ah... bueno... yo pensé que... ya que no hablaba nada y...
—Tan linda. Aún no llegamos, cuando lleguemos les hago una videollamada y así escucho a mi hijo hablar.
Volvió a reírse fuerte.
—Eres una odiosa. Adiós, cuando llames no te atenderé.
Cortó ofuscada.
—Creo que seremos un gran equipo, Sonyi — Jungkook sonrió, lo cual la contagió un poco.
Le sonrió de vuelta.
—Al parecer sí. Somos un caso extraordinario.
—Padrinos en aprietos.
—Ese es un buen nombre — rio mirando el suelo — ojalá no le cuenten a nadie de esto.
—Creeme que lo primero que hará Hana será contarle esto a su madre.
Suspiró con desgano y estiró su mano para ver si el pequeño la tomaba, quien lo hizo de inmediato.
—Vamos a darte algo de comer, pequeñín.
Salieron de la habitación con sus manos tomadas y Jungkook quedó observando la escena, sintiendo como su corazón se volvía loco con esto.
➳ ᴄᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀá.
El jk estuvo bien enamorado, que hasta hijos quería ehhhh 👀.
Espero les guste corazón, nos vemos en unos días para la segunda y parte final 🤭💘.
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