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Qᴜɪɴᴛᴏ ➼ ❝ ᴘᴏʟɪᴄíᴀꜱ ʏ... ¿ꜰᴏʀáɴᴇᴀ? ❞


Capítulo con contenido +18, si no te agrada este tipo de lectura, esto no es oara ti.

Disfruten este one shot ♡.



Estaba harto de no ser tomado en cuenta.

Harto que no valoraran mi trabajo que día a día he demostrado y en las misiones que he realizado. Enfrentarme al peligro es algo muy propio en mí y es que proteger a los civiles era mi deber. Prometí solemnemente proteger a todo individuo que corra riesgo de algún peligro. Y hasta ahora lo he hecho de maravilla, ¿por qué no me pueden ascender al puesto que quería?

No estaba pidiendo nada de lo que no merecía. Ser Teniente era mi mayor aspiración y he trabajado de manera ardua para demostrar que si merezco el puesto. Ahora estaba manejando la patrulla haciendo rondas nocturnas con un humor de perros y mi estómago estaba rugiendo del hambre, lo cual es una pésima combinación.

Muy a lo lejos divisé a una mujer que estaba golpeando ferozmente a un hombre. ¿Qué le pasaba al mundo? Es como si estuviéramos en una película donde no existieran leyes ni policías, cada persona hace lo que se le de la gana, esto era increíble.

Encendí las sirenas para ver si así dejaban de pelear, pero no sirvió de nada. La chica sin duda no soltaría a este muchacho y no tenía intenciones tampoco de hacerlo.

Bajé con rapidez y tomé a la mujer de la cintura para evitar que su pie terminara en la cara del tipo, que ahora no se movía.

—¡Déjame! ¡Mataré a este hijo de puta! — estaba fuera de si, como si un perro rabioso la hubiera mordido y ahora no podía controlarse. Reí por pensar estupideces. — ¡No te saldrás con la tuya, imbécil! ¡¿Quieres ganarte la vida?! ¡Pues trabaja, idiota!

—Ey, tranquilízate por favor — pedí intentando que guardara calma — si sigues así tendré que llevarte detenida, pero si me explicas solo llamaré a la ambulancia para que vean a este hombre y te dejaré en libertad. Respira y cuéntame... eso, respira — trataba que regulara su respiración, haciendo ejercicios que ayudaban a esto y estaba funcionando — eso es, así...

—Este tipo... este tipo se intentó sobrepasar conmigo y además me quería robar. Pensaba... pensaba que no iba a hacer nada, pero se equivoca, soy cinturón negro en taekwondo y su peor error fue tocarme un pelo... — levantó su vista y me miró. Sus ojos azules sentía que me penetraban hasta el alma - llevo dos años en Corea y jamás me había sucedido algo como esto...

—Definitivamente no eres coreana... -— respondí lo obvio. Su pelo rubio junto a sus ojos azules, además de sus rasgos más occidentales le daban un toque magnífico, era una mujer muy bella — llamaré a la ambulancia y diré que lo encontré tirado aquí, ¿te parece? — busqué entre sus pertenencias del tipo algún carnet de identidad y cuando lo encontré, lo ingresé al sistema para ver su historial de antecedentes y vaya que tenia prontuario, la mayoría por los mismos delitos de ahora, robo con violencia y abuso sexual, ¿qué hacía libre un tipo así? Esto era algo sumamente negligente — igual necesito que se lo lleven detenido, es un peligro para la sociedad, él debería estar tras las rejas...

Solo me observó y después asintió de manera cautelosa. Aún estaba asustada y la entendía, tuvo que haber sido algo traumatico. Una sola vez intentaron robarme y el idiota no ha vuelto a ver la luz del sol.

—Gracias. Muchas gracias — hizo una reverencia en noventa grados — gracias por no decir que fui yo la que golpeó a este idiota. Aunque mamá no estaría enojada, estaría orgullosa de que mis cursos hayan valido la pena — volvió a hacer una reverencia y se dio media vuelta.

—¡Espera! — detuve su andar. Y ahora me encontraba nervioso, ¿por qué hice esto? — ¿quieres que te lleve a tu casa? Llamé a otro oficial para que viniera a custodiar a este tipo, también a la ambulancia...

Me dio una mirada de duda.

—¿Me llevará a mi casa? No vivo tan cerca, señor...

Señor. Me hizo sentir como un tipo de cincuenta años.

—No será problema, además andarás asustadas por las calles, no es algo menor lo que te sucedió — traté de justificar, más a mi mismo la verdad. Mordió su labio y estaba dudando - soy un oficial, nada te sucederá camino a tu casa y llegarás a salvo.

—Está bien. Se lo agradezco, señor — caminó a paso lento hasta quedar a mi lado. Cuando vi a dos patrullas llegar y a una ambulancia, esperé a que mi compañero bajara de la patrulla para explicarle todo lo que sucedió.

—Tuviste acción eh, yo lo más que me encontré fue un borracho cantando a todo pulmón Ariana Grande, los vecinos ya estaban hartos — rió Yoongi y calló inmediatamente al ver a la diminuta mujer a mi lado — Hola, soy el oficial Min Yoongi. ¿Darías tú declaración de los hechos para poder denunciar de manera correcta? — preguntó cambiando su semblante y sonaba como más... coqueto. Conocía a este maldito, le llamó su atención. Le di una mirada de pocos amigos y él solo me ignoró.

—Si, claro...

—Ven, acompáñame — le ofreció su brazo y ella sin dudarlo lo tomó. Cuando iban caminando hacia los otros oficiales, él idiota volteó y levantó sus cejas de manera sugestiva.

Tardaron unos quince minutos en tomarle su declaración y cuando estuvo lista, caminó hasta donde me encontraba.

—¿Todavía está en pie que me vaya a dejar a mi casa? — su tono de voz salió tan dulce que sentía que me daría diabetes en este mismo instante.

—Por supuesto, sino no hubiera esperado — bromee un poco y ella sonrió. Y vaya que sonriendo se veía aún más linda. Salí de mis pensamientos y avancé hasta la patrulla, abriendo la puerta del copiloto para que pudiera subir, me agradeció y fue mi turno de subir. ¿Por qué diablos me sentía tan nervioso? No es que nunca hubiera estado con una chica y demonios, si que he estado con chicas. Pero ella se veía tan tierna, linda, que inspiraba un aura de tranquilidad y paz. — ¿cómo te llamas? - quise iniciar una conversación para dejar de estar tan tenso.

—Emma — respondió luego de unos segundos — Emma Baker...

—¿De que país eres? — tuve curiosidad al escuchar su nombre. Volvió a sonreír.

—Inglaterra. Vine aquí por un intercambio, llevo dos años viviendo aquí en Seúl. Si fue un poco complicado adaptarme aquí — iba a preguntar algo pero siguió hablando — no por el idioma, me encantan los odiomas y el coreano ya llevaba aprendiendolo hace cinco años, aquí lo perfeccioné aún más - sonrió orgullosa — sé coreano, japonés, francés, italiano, alemán y mi lengua materna, inglés...

—Wow, eres toda una poliglota — estaba impactado — yo quise aprender inglés pero fui un total fracaso, aunque si quiero ascender al puesto que quiero en mi empleo, debo aprenderlo.

—¿Quieres un cargo mayor?

—Así es, lo merezco hace bastante, pero al parecer mi jefe no piensa lo mismo. Ya no quiero estar haciendo estas rondas nocturnas, merezco más — y ahí volvía mi mal humor. Rayos, de solo recordar mi humor decaía de una manera monumental.

—Tranquilo, ya verás que cuando menos lo esperes, tendrás lo que tanto anhelas. Dicen que si fuiste perseverante, las recompensas serán magníficas.

—Gracias, que linda — la miré cuando el semáforo dio rojo.

—Et tu es magnifique — respondió en otro idioma. Quedé dudoso, quizás ese fue un insulto.

—¿Gracias? — respondí no sabiendo si era algo bueno o malo. Soltó una risotada y tomó mi brazo. Tragué duro al sentir su tacto.

—Dije que tú eres hermoso, muy guapo — siguió tocándome, hasta llegar a mi rostro y lentamente se comenzó a acercar. Su mirada había cambiado y es como si no quedara rastro alguno de la chica tímida del principio. — ¿sabes a dónde vamos? Estás manejando y ni siquiera me has preguntado mi dirección, oficial...

—Jeon Jungkook — respondí torpemente. Su cercanía si me afectó y cuando sentí una bocina detrás es que me di cuenta que el semáforo había vuelto al verde.

—Cierto, lo tienes en tú uniforme, que torpe soy - negó con su cabeza — ¿me darías tú celular?

—¿Eh?

—Para colocar mi dirección en el gps y sea más fácil llegar para ti — respondió obvia.

Y yo pensaba que me estaba pidiendo mi número.

—Oh, claro, claro, ten — se lo tendí y ella lo tomó animada. Cuando colocó la ruta, no estaba tan lejos su hogar, estaba a quince minutos de donde nos encontrábamos. — a todo esto, gracias por lo de guapo...

—Uno debe ser sincera, ¿no? — sonrió y me contagió, sonreí también volviendo a mirar hacia el frente. — ¿tienes novia?

—No, no me gustan... los compromisos — aclaré rápidamente antes que pensara mal. — ¿y tú? — pregunté mirándola de reojo.

—Dejé a un novio en Inglaterra. Prometimos un amor a distancia, pero ya sabes que las promesas duran demasiado poco. Él consiguió nueva novia y yo le desee la mejor de las suertes. Somos jóvenes como para estar llorando por amores que no pudieron ser, ¿verdad?

Y eso me hizo pensar de sobremanera.

La primera vez que tuve novia fue todo un fracaso. Quedé tan destrozado que lloré una semana completa sin salir de mi habitación, a mamá dándome charlas de que son cosas de la vida y a mi hermano burlándose, es por eso que ya no me gustan los compromisos. Y oír la frase que Emma acaba de decir me hizo replantear todo lo que hice en un pasado.

Somos jóvenes para estar llorando por amores que no pudieron ser.

—Te expresas de una manera increíble. Me gusta...

—¿Te gusto?

—Hablo de... — cerré mi boca antes de decir estupideces y decidí seguir el juego — Pues eres muy bella, ¿a quién no le gustarías?

—A mi ex novio — respondió divertida. Reí negando con mi cabeza, quedaba poco para llegar y no quería que acabara esta platica.

—Pues él es un imbécil — respondí sin más, hablando totalmente en serio — con lo poco que hemos hablado me di cuenta que eres una mujer espléndida y muy, muy inteligente. Tienes algo cautivador, Emma — confesé.

Y juro que no iba a coquetear con ella, pero fue muy difícil.

—¿Te puedo besar?

Frené de golpe cuando estábamos a la vuelta de su casa y la miré atontado.

—¿Quieres besarme? Pues hazlo — y ya estaba. Me contuve, claro que sí. Pero si venía una chica rubia de ojos azules con el rostro más bello que alguna vez vi, inteligente, poliglota y me pedía besarme, yo caería.

Diablos, claro que caería.

—Sei una persona molto interessante. Voglio assaggiare le tue labbra adesso — dijo en un acento que no fui capaz de descifrar por estar tan pendiente de sus labios. Su cercanía era peligrosa y estaba jugando con fuego. — E lo farò...

Fue lo último que dijo antes de atacar mis labios de una manera feroz que hasta me costó seguirle el ritmo, pero cuando lo logré, miles de sensaciones explotaron dentro de mí al sentir su tacto. Su lengua irrumpió mi cavidad bucal y yo la acepté gustosa, iniciando um combate entre ellas de una manera tan exquisita que me perdí por un momento. Nuestras bocas seguían un perfecto compás, tan malditamente bueno que no dudé un segundo en tomarla y hacer que se sentara a horcajadas encima de mí. Sí, era un poco incómodo, pero al diablo, no importaba nada. La rubia sin dudarlo inició un vaivén de sus caderas, logrando que parte de mi anatomía estuviera en rigidez en un santiamén. Acaricié su espalda hasta llegar a su cintura, apretandola aún más contra mi cuerpo, sin separar nuestros labios. Y cuando bajé hasta su cuello, sentí en mi oído un gemido tan exquisito que erizó cada vello de mi cuerpo. No detuve mi acción, dándole besos y pequeños mordiscos en esa parte tan sensible de su fisiología.

—Estás bueno, muy bueno — dijo volviendo a mover su cuerpo hacia adelante y atrás, un movimiento tan sencillo pero que provocaba demasiado. La erección que tenía en este mismo momento era descomunal y dolía, y dolió aún más cuando con sus manos la tocó, logrando que soltara un sonoro gemido — me tiene completamente mojada, oficial. ¿He sido mala? — preguntó tomándome el pelo y besando mi cuello.

¿Desde cuando un maldito juego de roles era tan placentero?

—Mala... muy mala. Tendré que castigarte por eso — seguí su acción. Y quizá hice algo que no le gustaría... tomé su trasero entre mis manos e hice que se frotara nuevamente en mi bulto, pero cuando jadeó, me percaté que lo estaba disfrutando tanto como yo.

Estaba caliente, muy caliente.

Más que con cualquier otra chica.

Agradecía tanto que fuera verano y justamente estuviera con una mini falda, podía sentir lo caliente que también estaba, totalmente húmeda por mí.

—Aceptaré su castigo, oficial — su voz tan sensual resonó en mis oídos. Ya no podía aguantar más, era fuerte, pero no tanto. Estaba en mi límite y necesitaba con urgencia liberar esta tensión.

Aún con ella arriba mio, busqué en la guantera del vehículo la caja de condones para sacar uno.

¿Era normal tener una caja de condones en una patrulla?

Ésta era mi patrulla, quizás no estaba a mi nombre, pero todos mis compañeros sabían que solo yo la manejaba. Y uno nunca sabe lo que pueda pasar arriba de un auto. O éste auto.

Aquí el claro ejemplo.

Emma comenzó a tocarse sus senos a través de su polera mientras yo me quitaba el cinturón para que mi pene pudiera tomar un respiro y apenas fue liberado, la rubia lo tomó con una mano y comenzó a masajearlo.

—Eso... eso se siente fenomenal — revelé mordiendo mi labio — eres muy mala, Emma Baker — le dije sacando el condon del envoltorio y al deslizarlo por mi falo, corrí sus bragas sintiendo su humedad entre mis dedos —¿quieres esto? — quizás estaba siguiéndole el juego, pero realmente quería saber si deseaba esto tanto como yo. Si ella me decía que se arrepintió, sería capaz de tragarme mi calentura y aquí nada pasó.

—¿Qué si quiero esto? — volvió a moverse rozando su intimidad junto a la mía. El calor apoderándose de mi pene a causa suya es magnífico — desde que te vi quise esto. Eres tan guapo y tan caliente...

—Entendí, entendí. Entonces las palabras sobran, ¿no?

Me hundí en ella tan profundo que retuve el aire en mis pulmones y Emma soltó un gritito que callé de inmediato al besara.

Mierda esto se sentía tan bien, tan, tan bien.

Lo que podía hacer en un asiento de auto era poco, así que ella se llevó todo el crédito al moverse como toda una diosa, montandome. Sujeté fuertemente sus caderas para que así fuera aún mas profundo.

—Oh, ¡Si! ¿Te gusta esto? ¿Mmh? — los susurros en mi oído no ayudaban en nada y solo hizo que comenzara a moverme torpemente intentando obtener aún más placer.

—¡Mierda! — gruñí al sentirla tan bien. Sus paredes le daban la bienvenida a mi pene, sintiéndolo muy apretado. Esto era el paraíso, sin duda alguna — eres increíble, muy increíble...

Podía ser toda una escena en donde una patrulla de policía se moviera de la manera en que lo hacía y también los vidrios comenzaron a empañarse, donde era notorio que aquí arriba se estaba teniendo sexo. Pero al diablo, podía ser el mejor sexo casual que había tenido en mi corta vida. Tan bella, tan... única. Su belleza era despampanante y su cuerpo era toda una obra de arte.

Me gustaría verla acostada en una cama, dispuesta para mí.

No iba a durar mucho si ella seguía moviéndose de la manera en que lo estaba haciendo, también que me susurre cosas obscenas y calientes en mi oído no alivianaban nada, era como echarle más leña al fuego, así que tomé su cintura y comencé a embestirla de manera feroz, logrando que ella se retorciera arriba mío.

Estaba llegando al limite y yo quería ver eso.

—¡Dios! C'est fantastique, Non si fermi, ¡Si, si!

Debo decir que quedé sorprendido ante sus cambios de idioma, pero eso solo me incentivó a que yo lograra mi cometido.

Ella soltó el grito mas sensual que pude haber escuchado indicando que había llegado a su punto máximo de extasis, con un grandioso orgasmo. Yo no detuve mis movimientos y fue mi momento de buscar paz, al verla directo a la cara, ella mordió su labio y Jesucristo... esto superaba el límite de sensualidad. ¿Cómo mierda podía ser tan sexy? Mi ceño se frunció y sentí el cosquilleo en mi vientre bajo, indicando que estaba a punto de correrme, y cuando lo hice, solté un gemido a la par de ella, quedando exhaustos.

Mi respiración era agitada, tanto como la de ella y mi corazón sentía que se saldría del pecho por tan rápido que estaba latiendo. Besé su hombro y le di un beso en la comisura de sus labios. Emma me dio una sonrisa de satisfacción total, dándome un abrazo y besando mi mejilla.

Salió de arriba mío y el vacío que se sintió fue horrible.

Acomodó rápido su faldita y yo dejé el condón guardado en el compartimiento justo en medio de ambos asientos, lo botaría apenas vea un basurero.

Cuando ordené mi uniforme y ajuste el cinturón de mi pantalón, la miré.

Tenía su codo en el respaldo y apoyaba su cabeza en su mano, dándome una sonrisa ladina.

—Esto estuvo... fantástico — confesé luego de observarla demasiado — sin duda alguna esto fue...

—Concuerdo — asintió aún sonriendo — logré mi cometido de liarme al policía guapo...

—¿Qué?

—Te había visto un par de veces antes y claramente no eres un chico cualquiera, ¿sabias que todas hablan de ti y lo guapo que eres? Que hasta te sacan fotos a escondidas, si ves una foto en redes sociales sabrás de lo que hablo...

Okey... Ahora estaba confundido.

»—el sexy policía de Seúl. Te había visto rondar por ese vecindario y cuando ese idiota intentó robarme y propasarse conmigo, no tenía dudas que llegarías tú... y así fue — su sonrisa fue triunfal y debo decir que yo estaba impactado. — lo que no pensaba, era que te ofrecerías a llevarme a casa.

—Oh bueno... es que me pareciste una chica increíblemente guapa e interesante — me sinceré peinando mi cabello hacia arriba — no creía que esto iba a suceder, pero molesto claramente no estoy...

—Bueno... temo decir que mi momento de marchar ha llegado — se arregló nuevamente su cabello y volvió a alisarse su falda, como si hubiera alguna arruga en ella.

La decepción que sentía era demasiada. Quería seguir conociéndola, me parecía alguien sumamente interesante. No solo por el sexo tan genial que acababa de tener, sino todo de ella me causaba curiosidad, me incitaba a conocerla de una manera mas profunda.

—¿Te puedo venir a ver otro día? Digo... solo si quieres — mordí mi labio esperando su respuesta. Soltó una risa nasal y abrió la puerta de la patrulla.

De tímida no había nada. Era una mujer segura de si misma, sabía lo que provocaba y eso me prendía más.

—Esta no es mi casa oficial, es de mi amiga — respondió para bajar y cerrar la puerta. Se acercó hasta la ventana y se apoyo en ésta. — te recordaré siempre, Jungkook... el sexo contigo fue lo mejor que me ha pasado en los dos años que llevo acá. La chica que esté contigo será la más afortunada — volvió a darme una gran sonrisa. — y espero puedan valorar tu trabajo. Te ascenderán, confía...

—¿Realmente me rechazarás? — inquirí antes que se marchara.

—Adiós guapo — guiñó un ojo para caminar moviendo sus caderas en un vaivén totalmente abrasador. Se detuvo y volteó — puede que el destino quiso que encontraras conmigo antes de que te ascendieran. ¿Quién sabe? — y sin decir otra palabra, siguió su camino. Intenté pensar en otra cosa antes de que mi erección incrementara por el solo hecho de escucharla hablar y caminar.

Golpee el volante y cerré mis ojos.

Tengo que ver el lado positivo de todo esto. Mi noche tuvo un buen desenlace. No creía que sucedería algo como aquello y es hasta impensado lo que ocurrió.

Cuando ya no la divisé, decidí volver hasta el cuartel, pero antes iría por unas hamburguesas. Cuando estaba comparándolas, la notificación de un mensaje resonó en el bolsillo de mi pantalón.

Lo saqué para ver que era un número desconocido.

Con algo de duda abrí el mensaje. En el primero aparecía como que yo le hubiera escrito, como si yo le hubiera mandado mi número... porque eso era lo que estaba escrito, mi número de celular.


Me gustaría ser una de las chicas afortunadas.

¿Aceptarías salir a cenar con ésta foránea?

Espero tu respuesta, chico guapo.

P.D; robé tú número cuando te lo pedí para colocar la dirección :)

Reí con algo de incredulidad aun viendo los mensajes.


¿Por qué no me lo dijiste de frente?


Fue mi respuesta con algo de burla.


Me gusta hacerme la interesante ;)

¿Tener una cita con la extranjera mas candente que haya visto en mi vida? Las citas no iban tanto conmigo, pero quería que se volviera a repetir la ocasión sin duda alguna y conocerla de mejor manera.

Acepto tu propuesta. ¿El sábado?


—¿Jungkook? — escuché como me llamaban para indicar que mis adoradas hamburguesas estaban listas.

El sábado será. Te veo pronto, guapo ;)<3.

Hice un pequeño baile de festejo para retirar mi comida agradeciendo por ella, obviamente.

Caminé hasta mi patrulla para soltar un gran suspiro aún sin borrar la enorme sonrisa de mi rostro.

Conocería más a fondo a Emma Baker...

¿Qué es lo peor que podría pasar?



Enamorarte profundamente, eso podría pasar 🤣.

Esto lo tenía escrito hace mucho rato y no me animaba a publicarlo, pero bueno, ojalá les guste 🥰.

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