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Acontecimientos inesperados [Gouenji x Fubuki]

Resumen: 

Aquella noche Gouenji, ni Fubuki podían dormir, por lo que tras haber estado un rato hablando, Gouenji se queda profundamente dormido, y Fubuki descubre un pequeño secreto de él que le ayuda a declararse ese mismo día.

Advertencias: Un poco de perversión al principio e ideas alocadas de Claudia (???), más intento de comedia que no sé cómo quedó owo xDD.


Capítulo único.

Fubuki Shirou se preguntaba cómo había llegado a esa situación tan vergonzosa, en una en la que no sabía muy bien lo qué hacer, mientras sentía como sus mejillas ardían por la vergüenza producida, Dios era como un semáforo andante en aquella oscuridad en la que estaba sumido junto con el delantero de fuego, el cual le abrazaba contra él dormido profundamente, mientras él sufría de insomnio, y aunque el causante se trataba de su compañero de equipo y su amor secreto, no le importaba en lo más mínimo, ¿por qué cuándo podía aprovechar para estar abrazado a él de esa manera? Solo lo podía hacer cuando tenían la oportunidad de estar a solas, cosa que era un poco difícil teniendo en cuenta que en el equipo eran muchos, y también se sumaba el hecho de que estaban todo el día entrenando. El caso era que el corazón del joven albino de tan solo catorce años de edad latía del todo desbocado ante cada uno de los encantos de Gouenji Shuuya, estaba con los nervios a flor de piel, y no estaba muy seguro sobre lo qué hacer al respecto, debido a que este le abrazaba como si fuera un peluche, aunque no era exactamente a un peluche al que abrazaba contra él. Además de pensar que ante esas palpitaciones alocadas que sentía incluso en sus sienes, le iba a dar un ataque al corazón como un infarto, o se moriría del calor que no desaparecía de sus pálidas mejillas, además venía un pack incluido para hacer de forma definitiva que el sueño se lo llevara el viento lejos de ahí, las mariposas no dejaban de revolotear por su estómago, en un cosquilleo agradable pensando incluso que en realidad lo que se encontraba ahí dentro era más bien un zoológico.

Sí, de manera definitiva, Gouenji Shuuya le volvía loco, y le enamoraba más y más por momentos.

Si tan solo Gouenji le abrazaba mientras dormía ¿por qué estaba tan atacado a punto de darle un paro cardíaco?, era por una sencilla razón, una que en realidad no era tan sencilla, y es que ignoraba el hecho de que hablaba en sueños, y en dichos sueños el rubio le había dicho —claro, sin ser consciente de que en realidad hablaba en voz alta— de forma literal <<Shirou, te amo muchísimo, te necesito en mi vida, por ello no te separes nunca de mí<< y tras escucharlo con ese tono de voz tan adormilado, dulce y cargado con palabras sinceras hacia él, ante ese Fubuki que estaba en sus sueños y al mismo tiempo aquel Fubuki que le escuchaba atentamente, y a punto de darle algo de los nervios y de la felicidad al mismo tiempo, le dieron unas ganas locas de ponerse a bailar en medio de la habitación, sin dejar de repetir esas palabras que le emocionaban de una manera que no podía explicar porque si no se quedaba hasta corto, el caso era que estaba muy feliz, porque al fin y al cabo se hizo millones de líos mentales, unos en los que estaba seguro de que no sería capaz de corresponderle, y de manera inesperada que le hizo morir de amor y ruborizarse más que el pelo de su mejor amigo pelirrojo, ¡le escuchó en sueños declarándose!

Pensaba que era alguien inalcanzable para él, desde el primer momento que le vio sintió como una corriente eléctrica recorrer cada parte de su cuerpo, mientras le miraba con una esperanza tras haberse sentido de lo más derrotado tras su problema del trastorno de identidad disociativo, era como un rayo de luz tras ese pozo de oscuridad que se cernía sobre él trayendo consigo sentimientos de desesperación, y dolor aquellos que oprimían con fuerza a su pobre corazón, sin embargo, sentía que tenía un gran vínculo con aquel delantero que solo lo había oído de boca en boca de sus compañeros de equipo, hasta llegar el punto de que su relación se hizo más y más unida, le fue imposible no caer ante cada uno de sus encantos, esos que provocaban que mostrara su verdadera personalidad, Fubuki Shirou no solo tenía aquella personalidad amable, y risueña, se encontraba en su interior alguien gracioso que era capaz de decir cosas tontas con tal de hacer reír a sus amigos como era el caso de Hiroto, o esa personalidad burlona con la que hacía ruborizar y molestar a sus amigos, como era el caso de Gouenji, se había sentido de lo más especial porque tuvo la oportunidad de verle de lo más ruborizado en muchas ocasiones, o también tuvo el privilegio de escuchar su melodiosa risa porque ¡su punto débil eran las cosquillas! E incluso cuando todo aquel lío de los extraterrestres falsos acabó, él fue a casa de Gouenji a dormir, y viceversa, fue muy gracioso verle muerto de frío mientras intentaba hacer snowboard.

No obstante, aún había muchas cosas por las que estaba a punto de darle un infarto por los nervios —incluso podría ser que Gouenji lo tuviese todo planeado para cometer un asesinato sin que lo parezca—, cuando estaba a punto de quedarse dormido ante su embriagadora fragancia que le cautivaba por completo, Gouenji gimió...Literalmente. Pero además su nombre...El albino estaba que no se lo creía, no podía, ¡¿cómo iba a hacerlo?! Una cosa era que se declarara en sueños, y otra diferente era que tuviera un sueño erótico con él, incluso sonaba de lo más irreal, no obstante, esa era su realidad, cuando un día por la noche salió para ir beber agua por no poder dormir, se encontró con el delantero de fuego en la misma situación por lo tanto decidieron ir a hablar para que les entrara el sueño disfrutando de la compañía del contrario con risitas nerviosas que inundaban aquel cuarto, hasta que cuando menos se lo esperó Gouenji cayó en brazos de Morfeo, hasta ese punto en el que lo último que le faltaba era sentir una erección por parte de aquel rubio sensual que dormía abrazado a él sin enterarse de forma literal de una mierda.

<<Oh mierda, mierda, me va a dar algo en cualquier momento, Dios está teniendo un sueño erótico conmigo, ¡conmigo! Seguro que estoy delirando, tanto entrenamiento me afecta, seguro que es eso, cerraré los ojos, e intentaré dormir, para luego darme cuenta de que estaba soñando<<

Se dijo para sí el joven albino mientras sus nervios aumentaban más si era posible, sus mejillas ardían totalmente de la vergüenza producida, y cómo no, estaba seguro de que por la mañana no estaría ni vivo, ya lo tenía incluso asimilado, porque al fin y al cabo ¿cómo hacerlo si Goueni tenía una erección, mientras tenía un sueño erótico con él, tras haberse enterado de que le amaba también, que le correspondía después de haberse desanimado él solo pensando que eso era imposible, y que debía de conformarse con tal solo ser amigos? La friendzone era dolorosa, aunque la realidad era otra, debido a que se había mandado él solo a ese lugar, y todo por esos pensamientos negativos, a veces se imaginaba a sí mismo pegándole a su inseguridad por hundirle de esa manera. Estaba decidido, se iría a dormir, y mañana se declararía a Gouenji Shuuya, si es que llegaba vivo claro, y también esperaba no quedar como un idiota mientras trataba de decirle esas ansiadas palabras que sentían ambos, desde el fondo de sus alocados corazones, los cuales con tan solo su presencia latían del todo desbocados.

¿Lo había dicho? Creo que no, era un verdadero reto despertar al dormilón de Fubuki Shirou, había veces en las que le despertaba Hiroto tirándole sin piedad alguna de su calentita cama la cual le susurraba que se quedara más tiempo durmiendo, o por el contrario era Gouenji susurrándole en el oído, o soplándole, aunque en otras ocasiones preferiría hacerle cosquillas en los pies, sin embargo, el albino no sabía cuál de esas formas era mejor despertarse, porque con la forma de Hiroto se despertaba adolorido, y con las formas de Gouenji se despertaba avergonzado, o con muchas risas. El caso era que esa melodiosa vez que tanto le gustaba, se escuchaba en la lejanía, mientras él por el contrario soltaba un gruñido, palpando algo, era blandito, y lo empujó para luego escuchar una risita muy cerca de su oído, una que provocó que se encogiera sobre sí mismo haciendo caso omiso para seguir durmiendo como si nada. No obstante, su deseo no fue concedido, ya que al instante sintió como esta vez le soplaba en el oído, cosa que hizo que un placer del todo indescriptible recorriera cada parte de su cuerpo para luego soltar un suspiro, que daba entender lo obvio que le gustó, y tras abrir los ojos, vio como Gouenji Shuuya se encontraba sobre su cuerpo tratando de despertarle, y tras ver esa cercanía entre ambos, sus nervios no tardaron en aparecer, mientras el calor ascendía a sus mejillas, ante esa sonrisa dulce que le dedicaba el moreno.

—Ya era hora de levantarse bello durmiente, no sé cómo lo haces, pero hasta que no hago estas cosas no despiertas—eso fue lo primero que le dijo Gouenji tras abrir sus ojos azules, esos que no dejaba de mirar el rubio sus ojos negros brillantes, mientras Fubuki por su parte soltaba una leve risita nerviosa, por la naturalidad con la que le recibía su amor secreto, supuso que no se enteró de nada de lo acontecido la noche anterior, sino estaba seguro de que no sería capaz de mirarle a la cara, al fin y al cabo soñó con él, de manera muy romántica, una que se le quedaría grabada en su mente para siempre, ya que había soltado un gemido, ignorando el hecho de que hablaba en sueños hasta ahora claro—¿Has dormido bien esta noche? Quizás te di mucho calor, creo que nos dormimos abrazados ¿no?

—Cosas de la vida mi querido Shuuya—le respondió a lo primero estallando en risas ambos, para luego sentir como se quitaba de su cama, seguramente para no incomodarle, cuando en realidad Fubuki controlaba sus ganas locas de abalanzarse contra él para expresarle lo mucho que le amaba, y lo mucho que le necesitaba en su vida para poder sonreír, y seguir adelante con todo sin darse por vencido, porque él era su rayo de esperanza, aquel que provocaba que su corazón latiese del todo desbocado, junto con ese zoo en su estómago, cuestionándose cómo era capaz de mirarle a su sensual rostro como si nada tras lo sucedido la noche anterior, sin morir de la vergüenza producida, quizás era debido a que le daba más importancia al hecho de que le correspondía a los sentimientos de amo, aquellos que guardaba en su interior como un secreto, estando completamente seguro de que se lo contaría a su mejor amigo Hiroto Kiyama apodado de broma como el cotilla—Y-y claro que dormí bien, además no me das calor, m-me gusta dormir contigo—<<Teniendo en cuenta que casi muero por los nervios que me produces, y por esa declaración y erección inesperada, dormí genial<<pensó con sarcasmo, obviamente sin llegar a decirle eso, sino moriría literalmente, aunque lo más seguro era que Gouenji fuese detrás de él.

—A-a mí también me gusta dormir contigo, quizás deberíamos de hacerlo más seguido—le guiñó un ojo sintiendo como sus mejillas ardían ante ese gesto tan adorable junto con esas adorables palabras cargadas sin duda de amor, uno que él había descubierto sin que el rubio fuera consciente y eso era un punto a su favor para declararse, además tampoco se le pasó desapercibido ese rubor en sus mejillas, por lo se acercó a él para darle un besito en su mejilla colorada como un cariñito para darle los buenos días—B-bueno, pequeño me voy a vestir nos vemos en el desayuno, no te vayas a dormir de nuevo, que esta vez te atacaré a cosquillas ¿vale?

—Está bien, nos vemos ahora, hasta luego, te quiero muchísimo—eso último le susurró más bien para sí mismo, y seguro que Gouenji no lo había ni oído debido a que éste ya se había ido por la puerta de su habitación, así que como el tonto enamorado que era abrazó a su almohada dando vueltas por su habitación pensando para sí mismo una y otra vez que Shuuya le amaba, y en cierto momento, y sin avisar apareció Hiroto por la puerta, mirándole con una cara que decía sin tener que expresarlo con palabras que se le había ido muy lejos la olla, y que no volvería, o no por momentos. Lo que haría el amor, señores.

—Eh...Shirou Fubuki, ¿puedo preguntarte qué cojones haces? —preguntó con el ceño fruncido, no obstante, ambos no tardaron en estallar en risas, parecía que tenía un grave problema en la cabeza, sin embargo, no podía hacer nada por evitarlo estaba de lo más enamorado, y de manera inesperada había descubierto que le correspondía a los sentimientos, incluso sería capaz de ponerse a imitar a Spiderman y escalar por las paredes feliz de la vida ante la noticia. Poco después de vestirse, y de echar a Hiroto de la habitación para luego explicarle lo sucedido la noche anterior, mientras se dirigían al desayuno, hablando en voz baja para que nadie se enterara de aquel importante secreto—¿Me estás diciendo que Gouenji se quedó dormido en tu habitación, que se declaró en sueños, y que tuvo uno erótico contigo? —preguntó sin poder asimilarlo, para luego estallar nuevamente en sueños, parecía de lo más irreal viniendo del serio Gouenji Shuuya y delantero estrella del Raimon—Bueno, ya sabes a lanzarte tigre—bromeó el pelirrojo dándole palmadas en la espalda para darle ánimos, mientras le sonreía de manera amable, no lo sabía él bien, se lanzaría. Le haría como una especie de venganza por lo sucedido la noche anterior.

El entrenamiento de aquella mañana pasó bastante rápido, al fin y al cabo siempre se divertía jugando al fútbol junto con sus compañeros de equipo, además tenía un subidón de adrenalina que nadie era capaz de quitarle, es más Endou le había estado animando para tirar a portería, mientras que se quedaba sorprendido por todas las fuerzas que era capaz de sacar cuando desbordaba felicidad por todos los rincones que encontraba, incluso el aullido de lobo había evolucionado gracias a ello, y con Gouenji hizo su super técnica combinada crossfire que incluso parecía mucho más poderosa que anteriormente, y el rubio le felicitó alegando que hoy había sobre pasado incluso su propio límite, y eso le alegró aún más todavía si era posible. Ya habían terminado de comer, y esperó al rubio fuera del comedor, ya que tenía pensado llevarle a su habitación, y demostrarle por qué era tan popular entre las chicas, pensaba utilizar su lado ligón para declararse a él, aunque eso significara morir de la vergüenza porque este al fin y al cabo no lo conocía.

—S-shuuya necesito decirte algo muy importante, pero tiene que ser en mi habitación, no quiero que nadie nos escuche, es algo entre tú y yo—comenzó a decir un tanto avergonzado lo que se notaba a leguas con ese rubor pronunciado en sus mejillas pálidas, junto con un tono de voz un tanto vergonzoso tímido, para luego tratar de cambiarlo a uno un tanto más seductor, sabía que había caído rendido a sus pies, pero quería verle nervioso, quería verle ruborizado tal y como había notado que lo estaba en esos momentos, y aunque estuviera temblando como un flan con los nervios a flor de piel, junto con su corazón de lo más acelerado debido a que él también cayó a sus pies ante cada uno de sus encantos, aquellos que le enamoraban más y más y a cada momento que pasaba. Le cogió de la mano, aquella que era algo más grande que la suya, y que se encontraba tibia a diferencia de la suya que estaba helada, y con una sonrisa de tonto enamorado le guio hasta su habitación, y poco después cerró la puerta, y arrinconó al rubio contra la pared y él.

—S-shirou, m-me pones nervioso...—susurró su amado Gouenji Shuuya, sentía sus nervios, debido a que también temblaba como él, y eso le hacía morirse totalmente de la ternura que le producía, era un completo amor, uno que deseaba comerse a besos en cualquier momento, y a todas horas. Sentía que en cualquier momento de nuevo le estaba a punto de dar un infarto al corazón, se iba a declarar cosa que nunca se esperó ni mucho menos, y aunque sabía la respuesta, eso no quitaba el hecho de que su corazón latiera del todo desbocado ante ese sentimiento tan maravilloso llamado amor, aquel que estaba presente en ellos, ambos que se correspondían sin dudarlo, aunque el rubio desconocía dicha información. No solo su corazón se encontraba acelerado a punto de darle un infarto por su culpa de manera indirecta (quizás de nuevo quería asesinarlo), sino que sus mejillas ardían de la vergüenza sin saber cómo empezar exactamente con lo que quería decirle, sin embargo, ese cosquilleo agradable en su estómago, como si tuviese muchos animales en su interior divirtiéndose como si nada, le animaban para que se declarara de una buena vez.

—T-tú también me pones nervioso Shuuya, pero no solo eso, me vuelves del todo loco, creo que desde el primer momento en el que te vi supe que algo nos unía, quizás suene muy cursi, pero creo que nosotros somos almas gemelas, unas que han vivido millones de aventuras juntos, y que de nuevo el destino decidió unirlas. Me ayudaste desde que volviste al equipo nuevamente, a pesar de ese balonazo dolió lo suyo—ambos soltaron una risita nerviosa tras recordar ese balonazo, para hacerle entrar en razón y para hacerle ver la verdad deshaciendo en su camino a aquel problema que le atormentaba, el TID—Y desde entonces nos volvimos inseparables, siempre nos hemos apoyado en todo, y siempre hemos estado ahí en los buenos, y malos momentos, y cuando me quise dar cuenta ya te necesitaba a cada momento a tu lado, eres muy malo Shuuya, pero has robado mi corazón, por eso quiero que lo cuides muy bien, y que lo tengas tú, porque te amo muchísimo, y te necesito en mi vida, por eso nunca te separes de mí ¿vale? —tras terminar de decir aquellas palabras cargadas de amor, y de nerviosismo, le guiñó un ojo coqueto si ya no estaba enamorado de él, entonces seguro que caía a sus pies con su personalidad ligona que le caracterizaba en ciertos momentos. Solo bromeaba, pero es que decir que estaba nervioso era poco, todo su cuerpo era como gelatina, no dejaba de temblar, se esperaba su respuesta, pero en un rincón de su corazón aún se encontraba ese miedo al rechazo, ese miedo que, si se convertía en algo real, entonces acabaría del todo destrozado, y eso era algo que no quería imaginarse ni mucho menos. Aunque era imposible que le rechazara teniendo en cuenta el acontecimiento alocado de la noche anterior.

—¿A-acaso quieres matarme, Shirou? —preguntó Gouenji de lo más ruborizado ante esa declaración por parte del más bajo, que al igual que Fubuki, se encontraba temblando como gelatina, como si esas palabras que acababa por soltar por sus tentadores labios fuesen muy difíciles de asimilar, y de hecho si el rubio se hubiera declarado delante de él, con esa facilidad, pero de lo más avergonzado, y nervioso al mismo tiempo, se hubiera quedado de piedra sin poder asimilar nada de lo que acababa de suceder delante de sus ojos—S-Shirou, yo también te amo, tanto que no tengo palabras para describirlo, te necesito tanto a mi lado, y necesito también cuidarte, que si te pasase algo por mi culpa me daría algo malo, estoy seguro de ello. Desde que te vi, sentí como una extraña sensación de familiaridad, y entonces fue como si supiese que necesitabas mi ayuda, una fuerza inexistente me acercó hacia a ti, hasta conocerte, y no me arrepiento de nada, eres la persona más maravillosa que he conocido, me has apoyado incluso cuando soy un terco sin remedio, muchas gracias por todos esos momentos que has pasado a mi lado, y también por todos los que nos quedan—tras eso ambos se sonrieron de manera muy tímida, y se fueron acercando a sus labios, deseando probarlos, saborearlos hasta cansarse, aunque eso era del todo imposible...

Y de esa manera, por ser el primer beso de ambos, cerrando sus ojos, y dejando caer sus nervios, se correspondieron de manera torpe, de una manera en la que no sabían muy bien cómo besarse, pero que al mismo tiempo no quitaba el hecho de que fuera un momento inolvidable, y muy romántico por parte de ambos. El albino le abrazó por la cintura, pegando algo más sus cuerpos, y el rubio hizo lo mismo sin romper ese beso, suave, y tierno, aquel con el que se transmitían lo mucho que se amaban, y que se necesitaban en sus vidas. Ambos estaban de lo más atacados, sus cuerpos seguían temblando por esos nervios que recorrían cada parte de su ser, sus corazones latían del todo desenfrenados por ese sentimiento llamado amor, mientras sus mejillas ardían por la vergüenza, estaban incluso más ruborizados que el pelo de Hiroto Kiyama, contando además con esas mariposas que revoloteaban como locas por sus estómagos, sí, definitivamente estaban muy enamorados el uno del otro, y no habría nada ni nadie que pudiera impedir ese amor, y que estuvieran juntos para siempre. Se separaron de manera tímida, sonriéndose para luego soltar una risita nerviosa, y entonces notaron unas voces que provenían de la puerta de Fubuki.

—¿Ves, Kazemaru? No se me escapa ni una, yo ya sabía que Gouenji, y Fubuki por fin se estaban declarando su amor, ¡yo sabía que algo tramaban al escabullirse de esa manera, por algo soy el capitán! —Endou Mamoru, el capitán del equipo de fútbol tal parecía que había estado espiando sin permiso, había gritado por los pasillos como si nada lo que había hecho, mientras Fubuki estaba que se moría de la vergüenza, porque no solo el capitán le había escuchado, sino también Kazemaru, Dios...¡Habían escuchado sus palabras cargadas de cursilería, un lado que solo quería mostrarle a Gouenji! Hablando de Gouenji, este tenía los ojos cerrados, no obstante, tenía un tick en su ceja, si las deducciones de Fubuki estaban en lo cierto, el rubio tenía muchas de moler a balonazos a Endou por haberse atrevido a espiarles como si nada, arrastrando con él al pobre de Kazemaru, sin saber que había sembrado sin quererlo sus propias tumbas, sobre todo lo confirmó cuando abrió la puerta de la habitación de golpe.

—Vaya, tal parece que Endou me está pidiendo a gritos que le dé un balonazo ¿verdad? —hizo una breve pausa para luego añadir—Y Kazemaru tampoco se libra, pero como estoy de buen humor os doy hasta tres para salir corriendo—literalmente ambos salieron corriendo, mientras se agarraban de las manos, y reían por los pasillos, seguido de un Gouenji enfurruñado y avergonzado al mismo tiempo por haber cotilleado una conversación tan íntima como aquella.

Fubuki ese día llegó a una conclusión: Lo sucedido esta noche no se lo contaría JAMÁS a Gouenji Shuuya...O bueno, quizás se lo contaba algún día, pero uno muy lejano.

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¡Yey! Ya estoy aquí de nuevo con otro one-shot xDD, la verdad es que esta idea se me ocurrió así de la nada xDD, solo tenía planeado lo del principio y hacer un drabble con Fubuki en plan de ¿qué coño hago ahora? (?????), pero se me vinieron más cosas mientras escribía y pues acabó en un one-shot como se ve JAJAJ XDD.

Debo agradecer a Mariepianist porque estabamos hablando sobre esto y me dio la idea del final de poner que Endou y Kazemaru estuvieran espiando, y que luego Gouenji saliera detrás de ellos JAAJAJ XDD, muchas gracias assfsd <3 no sé qué haría sin ti assdfds <3, y ya sabes que esta historia pequeñita está dedicada a ti assdfds <3 te amo muchísimo assdfds <3 -Cuando Claudia fangirlea con su novia (???)- JAJA XDD.

Muchas gracias por leer ^^ y espero vuestros votos y comentarios assdfds <3 hasta la próxima mis queridos lectores :3!

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