Lyra miraba por la ventana muy nerviosa, esperaba a que su novio regresara. La causa de su nerviosismo era que estaba a punto de decirle algo a Percy y temía mucho su reacción.

Lyra sabía que Percy no estaba bien al negar a su familia. Los Weasley eran unas personas extraordinarias y le dolía que Percy no pensara lo mismo.

El pelirrojo apareció fuera de la casa y abrió la puerta, la casa era muy pequeña, pero era realmente acogedora para ellos dos.

La chica se sentó en el sillón y Percy apareció en cuestión de segundos.

-Hola- saludó Percy a su prometida.

-¿Qué tal el trabajo?

-Todo estuvo muy tranquilo, ¿qué tal tu en la tienda?

Lyra era dueña de una tienda de artículos variados en el callejón Diagon.

-Ya que pronto inician las clases, fueron buenas ventas.

-Me alegra.

Percy ya había terminado de quitarse su saco y corbata.

-¿Tienes hambre?

-No, comí antes de venir.

-Hay algo que quiero decirte...- se mordió la lengua luego de decir aquellas palabras.

-¿Qué es?

El corazón de Lyra se había acelerado y miraba fijamente a Percy. Este esperaba a que la chica comenzara a hablar.

-Quiero conocer a tu familia.

Lyra ya conocía a los Weasley, aunque no directamente.

-No- dijo automáticamente.

El chico se había molestado mucho. Lyra ya estaba arta de esa actitud de su novio, tomó todo el valor que tenía y se puso de pie. 

-¡Suficiente!, es momento de que hagas las paces con tu familia. No entiendo por qué no quieres relacionarte con ellos, es tu familia y ellos siempre van a estar para ti cuando los necesites- le dio la espalda a Percy- yo quisiera tener una familia, Percy.

El pelirrojo se acercó y abrazó a la chica por la espalda.

-Lo lamento, Lyra. Es sólo que ellos...- suspiró- bien, lo haré por ti.

Lyra quedó de frente a Percy y dio saltos de felicidad.

-Te amo.

Abrazó a su novio y casi caen al suelo.

Una semana más tarde la pareja se encontraba arreglando para visitar la madriguera. Percy no deseaba ver a nadie de su familia, pero amaba tanto a Lyra que haría cualquier cosa que ella le pidiera.

Lyra había preparado una tarta de calabaza y estaba emocionada por irse. En cuanto a su vestuario, optó por algo muy sencillo, un vestido informal y unos zapatos bajos fueron suficiente.

Acomodó la camisa de Percy y enseguida hicieron una aparición afuera de la madriguera.

Lyra tomó de la mano a su prometido y comenzaron a caminar. Ya frente a la puerta, Percy sólo miraba la puerta fijamente.

-Todo estará bien.

Eso fue suficiente para el pelirrojo para sentirse más seguro. Dio algunos toques a la puerta y una mujer fue la que abrió.

Al ver a la pareja, primero abrazó con fuerza a Percy y luego miró a la chica.

-Tu debes de ser Lyra, tenía muchas ganas de conocerte. Soy Molly, la madre de Percy.

Lyra sonrió.

-Es un placer conocerla.

-Vamos, entren. Ya casi está lista la comida.

Entraron a la casa.

-Preparé una tarta de calabaza, espero que les guste.

Molly sonrió emocionada.

-No te hubieras molestado, querida.

-Para nada, me encanta prepararlo y son pocas las oportunidades que tengo.

-Que linda. Lo guardaré para después de la comida.

Lyra miraba la casa con mucho interés, le encantaba todo lo que veía.

-Ellos son mis hermanos- dijo Percy a la chica- Ginny, Ron, Fred, George y parece que también vinieron Harry Potter y Hermione Granger.

-Hola- saludó la chica emocionada.

-La verdad creí que Percy mentía cuando dijo que tenía novia- dijo uno de los gemelos.

-Yo creí que sería un troll- dijo el otro.

-Pero eres muy bonita- dijeron ambos.

-Gracias.

La comida comenzó, todo era verdaderamente agradable, a Lyra le encantaba el ambiente que los Weasley habían formado.

Por otro lado, Percy parecía no querer estar allí y Lyra no entendía la razón.

-Debemos irnos- le dijo Percy a su novia.

-Pero...-

-Mañana tengo que ir a trabajar y ya es tarde.

A Lyra le comenzó a molestar la actitud de su novio.

-¿Cuál es tu maldito problema, Percy?- le gritó ya muy molesta.

El pelirrojo también se había molestado.

-¡Ellos son mi problema!

Los demás Weasley e invitados miraban con una tremenda incomodidad aquella escena.

Y una gran discusión dio inicio entre la pareja la cual terminó con Percy yéndose de la casa dejando sola a Lyra y a Lyra llorando de furia.

-Es un idiota- dijo uno de los gemelos.

-Lamentamos que hayan discutido por nuestra culpa- dijo el otro.

-No digan eso- habló Lyra con calma- el único culpable de esto es Percy y supongo que yo por pedirle que viniera.

Sonrió a los gemelos.

-Puedes quedarte si quieres, cariño- le dijo Molly.

-Gracias, pero no. Creo que mejor regreso a casa.

Molly asintió un tanto apenada, ella se sentía de alguna manera culpable.

-Sabes que puedes venir siempre que quieras. Aunque mi hijo no nos quiera cerca, tu ya eres parte de la familia.

Lyra aguantó las lágrimas y abrazó a Molly.

-Muchas gracias.

La mujer sonrió complacida y Lyra se despidió para luego marcharse.

Apareció en su casa, la cual estaba vacía. Fue a la cama y no tardó en caer dormida.

Al día siguiente decidió que no abriría la tienda, pues no tenía ganas de levantarse de la cama.

Percy no apareció en la casa los siguientes días.

El jueves por la mañana, Lyra estaba detras del mostrador de su tienda leyendo El Profeta.

Dejó su lectura cuando sonó la campana indicando que había un nuevo cliente.

Fue grande su sorpresa al darse cuenta de que era Percy.

-Lo lamento...- dijo- sé que tal vez me odias ahora, pero quiero decir que ayer en la noche fui a pedir disculpas a mis padres y hermanos por todo. Sé que soy un gran idiota y ahora vengo a pedirte que me perdones por mi estúpido comportamiento. Te amo, Lyra y aunque me cueste acepatarlo, tenías razón sobre mi familia, eso es: mi familia y a pesar de todo, ellos siempre van a estar para mi.

Lyra corrió a abrazarlo y cuando se separaron le dio un golpe en el pecho.

-Eso es por que fuiste un grandísimo idiota- le dio otro golpe- eso por no haber ido a dormir a casa- le dio otro golpe, esta vez en el brazo- y eso por que sí.

Percy rió y abrazó a su novia.

-Te amo, Lyra.

-Y yo a ti.

-Por cierto, mi madre nos ha invitado a comer el domingo.

-Perfecto, podré preparar más tarta de calabaza- dijo emocionada.