Nota. Algunas fechas y eventos han sido alterados para fines de que el fic quede mejor. Por favor, no se pongan de intensas ahre 🤠 las amo.

Nicole se miraba en el espejo, se miraba de frente y de perfil. Hacia poco que se entero de que estaba embarazada.

Estaba muy feliz por aquello. Acarició su vientre aún sin crecer y unas lágrimas de felicidad recorrieron sus mejillas.

Llamaron a la puerta y fue cuando bajó su blusa y se arregló la ropa.

—¿Esta todo bien?— preguntaron del otro lado.

—Sí, ya voy.

Lavo sus manos y abrió la puerta. Allí estaba Draco Malfoy mirándola con una pequeña sonrisa.

Aún les faltaba un año para terminar el colegio, pero francamente a Nicole no le importaba eso.

Temía decirle a Draco de su embarazo, no sabía como podría reaccionar.

La pareja se dirigió a la habitación del platinado y juntos se recostaron en la cama. Se miraban el uno al otro.

—No deberías regresar al colegio este año, con Dumbledore muerto las cosas se van a complicar.

—Quiero regresar. Sabes que necesito ver a mis amigos.

—No es seguro.

Nicole lo comprendía, no quería poner en riesgo la vida de su futuro hijo. Y tarde o temprano debía decirle a Draco.

—Lo sé...— estaba por hablar pero fue interrumpida por Draco.

—Debemos terminar— dijo— no te quiero poner en peligro, te amo y me dolería que algo te pasara. Mi tía Bella se ha mudado con nosotros y al señor tenebroso le gusta hacer reuniones aquí.

—Entiendo.

Nicole realmente lo comprendía. Sabía que Draco lo hacía por su bien.

El chico abrazó a su novia y durmieron juntos por última vez. Si quería mantener a Draco a salvo no podía decirle del pequeño.

Nicole se fue a Japón con sus padres para estar a salvo durante la guerra. Aunque el padre de la chica regresó para luchar a lado de Harry Potter.

Nicole y Harry nunca fueron amigos, pero ella hubiera luchado a su lado sin importar nada.

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La guerra había llegado a su fin, los de último año podía regresar al colegio a terminar sus estudios y ahora que Nicole se había aliviado podía retomar sus estudios y después dedicarse a su pequeño.

Nadie se había enterado de su embarazo y prefería que todo se quedara de esa manera.

Durante su estadía en el colegio todo siguió de forma normal, excepto de que ya no estaba con Malfoy.

No podía ocultarle a su hijo por mucho tiempo más, sin embargo, Draco no hizo nada por acercarse a la chica y eso era lo que más le dolía a Nicole.

Al terminar sus estudios en Hogwarts comenzó su entrenamiento para ser sanadora. Deseaba darle un buen futuro a su pequeño y no por haberlo tenido iba a quedar estancada.

Habían pasado algunos años, Nicole se enteró de que ahora Draco estaba con Astoria y aunque al principio le dolió mucho, era mejor para todos que se mantuviera así.

Nicole estaba jugando con su pequeño de tres años cuando alguien llamó a la puerta de su casa.

Tomó a su hijo en brazos y fue a abrir. Fue una gran sorpresa encontrarse con Astoria.

—Hola, Nicole— saludó.

Nicole estaba perpleja.

—Astoria, hola— sacudió su cabeza un poco— por favor, pasa.

Se hizo a un lado y Astoria entró.

—Gracias.

—¿Quieres agua, té, jugo?

—Así estoy bien, gracias— Astoria miró al niño y sonrió— No sabía que tenias un hijo.

Nicole sonrió.

—Si, su nombre es Elijah.

—Es precioso— Astoria sonrió con autenticidad— se parece mucho a ti, pero tiene los ojos y la nariz de su padre.

Nicole la miró con sorpresa.

—Yo...—

—Tranquila, no se lo diré si no quieres.

—Gracias. Intente decirle muchas veces pero nunca pude.

—Deberías decirle. ¿Puedo cargarlo?

Nicole asintió y le entregó a Elijah. Astoria se notaba muy contenta y al pequeño le agradaba la invitada.

—Le agradas.

—Draco y yo tuvimos un bebé— dijo de pronto. Nicole ya se lo esperaba— Y viene porque quiero que tu lo críes. Tengo una enfermedad, imposible de curar y no me queda mucho tiempo. Sé que tu le podrás dar el amor que yo no podré.

—Astoria... no creo que sea una buena idea.

Nicole prefería no mencionar nada sobre la enfermedad de la chica para no ponerla incómoda.

Además podía notar que Astoria no se encontraba bien, se veía muy pálida y cansada.

—Draco te extraña— dijo— Sólo piénsalo, no me digas nada ahora.

Nicole asintió. Astoria bajó al pequeño quien de inmediato corrió a su madre.

Astoria les sonrió por última vez y se marchó de la casa. Nicole no sabía cómo sentirse o qué pensar.

Regresó a jugar con su hijo.

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Algunos meses más tarde, Nicole se encontraba con Elijah afuera de la mansión Malfoy.

Astoria le había mandado una carta a Nicole y Nicole se había enterado de la muerte de la chica.

Llamó a la puerta y un elfo abrió la puerta.

—Busco al señor Draco Malfoy.

—El amo no desea ver a nadie— dijo el elfo.

—Dígale que lo busca Nicole Clark.

El elfo asintió y a los minutos unas pisadas se escucharon.

Draco estaba frente a ella, agitado por correr.

—Nicole...

—Hola, Draco. ¿Puedo pasar?

—Sí, por favor.

—Vamos, mi amor— Nicole llamó a su hijo y el pequeño tomó la mano de su madre.

—Mami, mami, vi a un caracol por allá.

Nicole sonrió.

—Luego lo podemos ir a ver.

El niño asintió contento. Draco miraba sorprendido y sin comprender.

—Tienes un hijo— dijo Draco aún sorprendido.

—Sí.

Miró a Nicole.

—¿Puedo cargarlo?

La chica asintió y Elijah caminó a Draco con pasos torpes.

El platinado levantó al pequeño y lo miró con una sonrisa. Draco sabía que ese pequeño era su hijo.

Sonrió emocionado.

—Hola– le dijo al niño.

—Hola.

—¿Cuál es tu nombre?

—Elijah Malfoy.

Draco sonrió aún más al escuchar aquello.

—Espero que no te moleste que le haya puesto tu apellido— dijo Nicole.

Draco negó con una sonrisa.

—¿Cuántos años tienes?

El pequeño lo pensó un momento y levantó tres de sus dedos.

Draco lo abrazó. Amaba a Scorpius, pero le hubiera encantado ver el nacimiento de su pequeño Elijah.

—Yo soy tu papá— le dijo al pequeño.

Elijah miró a su mamá y esta sintió. Después vio a Draco y esta vez el pequeño abrazó a su padre.

—Papá...—

Nicole estaba llorando de la emoción.

Draco comenzó a caminar y Nicole fue tras de él. Abrió una habitación donde había varios juguetes de niño.

—Puedes jugar aquí, si quieres.

El niño miró a su madre esperando su aprobación. Nicole asintió y el niño se puso a jugar.

—Mami va a estar en la sala, mi amor.

—Sí, mami.

Draco y Nicole se fueron a la sala. Había mucho que debían hablar.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?

—Tenía miedo. Lo intenté muchas veces pero tu te alejaste de mi.

—Fui un idiota al hacer eso. Lo lamento tanto.

No importa. Hace unos meses Astoria fue a verme, me lo dijo todo y luego me dio una carta.

Nicole le entregó la carta a Draco y este la leyó. Ahora él no pudo evitar derramar unas lágrimas.

Se quedaron en silencio algunos minutos. Draco suspiró, aún le dolía lo de Astoria.

—¿Quieres conocer a Scorpius?

—Me encantaría.

Se dirigieron a la habitación de Draco, donde Scorpius dormía profundamente en una cuna, pero despertó en cuanto Draco entró.

El platinado cargó a su hijo y luego se lo dio a Nicole quien sonrió al tenerlo en sus brazos.

El pequeño comenzó a reír y Nicole no pudo evitar sonreírle.

—Le agradas— le dijo Draco— llora cuando alguien más lo carga.

—A mi me agrada este pequeñín.

Scorpius comenzó a cerrar sus ojitos y no tardó en dormir. Nicole dejó al pequeño en su cuna.

—Quiero que volvamos a estar juntos. Quiero criar a Elijah y Scorpius contigo.

Draco se acercó a la chica y la tomó de las mejillas.

—Draco...—

—Yo amé a Astoria, y me duele su pérdida. Pero quiero que nos demos otra oportunidad. ¿Qué dices? 

—Bien— dijo.

Draco sonrió y besó los labios de su amada. Esos labios que tanto había extrañado.

Ahora serían una familia.