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~La Incertidumbre de Aquella Noche~

~Goku~

Dicen que se escuchó el quebramiento de vidrios.

Algunos aseguran que hubo disparos y ruidos muy fuertes difíciles de adivinar de qué se trataba.

Otros solo pasaban por la acera de la calle con el fin de solo despejar su mente luego de un día de mierda repitiéndose una y otra vez que todo estará bien.

Pero la verdad aun nadie la sabe.

Los involucrados fueron fundidos en la eterna perdición.

Entonces, ¿Por qué tengo una hinchazón en mi ojo derecho y la ropa impregnada de rojo con las manos secas de sangre?

Bueno, tendrás solo que saber que solo era el chico que caminaba en la acera con la finalidad de sentirme un poco mejor pero que después no recuerda muy bien lo que paso y ahora se encuentra sentado con una mesa en medio y dos oficiales del otro lado esperando que emitiera alguna respuesta a su pregunta, el zumbido retumbaba en mis oídos con la mezcla de mis ruidosos latidos, las manos comenzaron a sudarme haciendo humedecer la sangre manchada en mis palmas ¿Qué hago aquí?

—Niño, es importante tu declaración, ¿Qué paso en la casa de los Ox?

—Quiero ir a casa. —es todo lo que logre susurrar, sentía la garganta apretada, como si mi piel recordara lo que me habían hecho, pero... ¿qué me hicieron?

Uno de los oficiales se levantó pasando sus manos por su frente de manera exasperada, el otro aún se mantenía sentado con las manos sobre la mesa con unos papeles que tenía mi foto en una esquina. Quizás es un dato personal mío, no sabría aclararlo, porque según ellos era un testigo clave de lo que ocurrió y sin embargo mi mente se mantenía reservado negándose a devolverme los recuerdos de los sucesos que sucedieron hace menos de dos horas, estaba totalmente cerrado y apagado.

— ¿Qué hacías en la casa Ox a horas 23:15 de la noche? —es un poco rápido y borroso la imagen que se presenta en mi mente; la casa de ventanales grandes con rejas, el vidrio de los ventanales tenían grietas, a un pequeño golpe de quebrarse, y yo estaba frente a la puerta con una piedra grande en mi mano.

—Colabora niño. —exige el oficial parado, su mandíbula se encontraba apretado, yo trague duro, mi ojo derecho comenzaba a presentarse el dolor.

—Estaba en la fiesta del aniversario de los esposos Brief. —Es cierto, recordaba esa parte, apreté mis labios.

—Sin embargo te encontramos en la escena del crimen, no mientas.

—Digo la verdad pero salí por un poco de aire. —aclare en un susurro temeroso.

— ¿Por qué razón fue por un poco de aire? ¿Fobia social? ¿Ingiere alguna droga? ¿Asunto familiar?

—No, fue por...—junte mis manos a palma abierta para masajear mis sienes— mi novia.

—La señorita Ox se comunicó con usted y por eso fue a su casa.

—No saque conclusiones rápidas Señor. —dije incisivo.

—Acláranos este en crucigrama niño. —pidió un poco menos exasperado el oficial de pie al estar hablando.

Me tome segundos para recordar que me motivo a salir de aquella celebración, era sencillo, lleno de bocadillos, variedades de comidas y bebidas, mis padres estaban conmigo, pero luego me separe de ellos para buscarla, cuando la encontré estaba con otro de una manera muy íntima.

—Encontré a mi novia con otro...yo lo golpee con tantas fuerzas. —aleje mis manos y mire mis nudillos raspados y rojizos prueba de lo que hice— Los Brief echaron a mis padres conmigo de su celebración, entonces tuvimos una discusión en el auto camino a casa. —continúe mirando uno de mis dorsos con sus nudillos maltratados y la otra mano la lleve a mi cuello para rascarme al sentir una picazón que exigía de mis uñas.

—Déjame adivinar, ocurrió un accidente. —el oficial parado le golpeo la parte trasera de su cabeza y escuche claramente que dijo "discreción"

—Uno pequeño sin ningún herido. —Papa perdió el control del volante y al parecer los frenos no servían por lo cual chocamos con un poste de luz, el me echó la culpa por el accidente y mientras mama le exigía que no me gritara yo salí del auto y corrí— Salí del auto para tomar aire. —puntualice.

—Según registros del departamento de policía, aquel accidente ocurrió a las 21:24 de la noche. —Ya tenían registrado ese asunto— El chico que golpeaste se encuentra estable, pidieron que te hagas cargo de los daños. —Hice una mueca pero me dolió un poco hacerlo, mi rostro palpitaba de dolor.

— ¿A dónde te dirigiste después? —pregunto de manera sutil el que se mantenía sentado.

Sé a dónde me dirigí, mi mente recordó aquello, tuve nauseas de tan solo recordar mi cobardía— A una fiesta.

—De los Ouji. —asentí a la asertiva del oficial frente a mí, el que está de pie se apoyó contra la pared— Estuviste ahí. —Sus ojos se opacaron, vi todo rasgo suyo ponerse pálido— ¿Viste lo que ocurrió?

—Por error...yo solo quería probar algo fuerte para que despejara mi mente. —Confesé— Ox Milk estaba entre ellas.

— ¿El habla sobre el intento de trata de blancas? —le pregunta a su compañero, él le da la razón y por inercia cubro mi boca— Primero el desastre en la casa de los Brief, el accidente de poste de los Son y ahora eres el testigo de otro caso, ¿estarás diciendo la verdad?, esto no es ningún interrogatorio para crear bromas ni mentira niño. —deja en claro dejando de apoyarse en la pared para caminar a mi lado y posar una mano sobre mi hombro.

—Ella no había asistido a clases por una semana y asumí que al verla en ese momento en esa habitación muy debilitada atada de manos y con cinta sobre su boca que estaba secuestrada junto a otras chicas, esa fiesta era la venta de ellas. —Lleve una mano a mi abdomen— Me golpearon al abrir esa puerta, sentía muchas náuseas y mareo, me sentía impotente, cuando me sacaron de ese lugar viendo a jóvenes disfrutar de la supuesta fiesta ,no pude aguantarlo más y vomite sobre el tipo que me arrastraba fuera.

—Reportaron un incendio en cuyo lugar, nuestro equipo actuó rápido con otra llamada de que había algo sospechoso, la segunda llamada la realizaste tú. —estaba muriendo de miedo, y fue ese maldito miedo que me obligo a caminar y realizar un disturbio con los autos de esos cabrones.

Destroce sus vehículos con piedras, lo suficiente para que sus alarmas se activaran y llamaran la atención de todos, yo corrí de nuevo a esa habitación y ella solo me miro, no hizo ningún movimiento ni vocalizo algo cuando le quite la cinta de la boca, con mis piernas temblando y la voz en un hilo la inste a ponerse de pie, salimos por la parte trasera.

—El incendio no lo provoque pero si reporte lo sospechoso en esa fiesta. —Se acercaba lo que ocurrió en aquella casa— Hice un escándalo con sus autos mientras unos chicos se reían por todo y me apoyaban, con esa distracción saque a Ox de ese lugar, la lleve a su casa, no había nadie ahí.

—Tengo sed. —susurro, sus labios se veían purpura y resecos, trague duro, se veía fatal.

Asentí y murmure un permiso a la nada para ingresar a su cocina, agarrar un vaso y abrir la llave del grifo, este no chorreó ni un poco de agua, ni siquiera una gota. —Mierda. Joder. Maldita sea. —palmee fuerte el grifo, busque en la heladera pero no había rastro de agua o algún energizante, solo había muchas verduras y carne que olían fatal, lo cerré y volví a la sala y me senté en el sillón donde ella estaba, jugué con mis dedos nervioso.

—Hay una tienda a unas cuadras, iré a comprarte agua y algo para comer, ¿bien? —no respondió, tenía la mirada fija en el suelo.

Entonces solo hizo un leve asentimiento, salí de la casa y corrí a la tienda.

Me repetí muchas veces que todo iría bien, estaba comenzando a calmarme cuando me detuve frente a su casa volviendo con las compras, mis manos temblaron y soltaron las compras y de inmediato cogí una piedra deteniéndome en la puerta, respire profundo y no exhale como imagine al escuchar el claro grito de Milk— ¡Ayuda!

Toso repetidas, mi boca se seca, siendo un nerviosismo escalofriante recorrer por mi espina dorsal, emito arcadas al inclinarme a un lado, el zumbido en mis oídos vuelve a hacerse presente, todo de mi es un nulo de manojo inservible, la visión se me nubla y maldigo en voz alta. Siento que me toman por los brazos, forcejeo y pataleo entre hipeo y jadeos pidiendo que se alejen, que quiero irme a casa.

—La lleve al mismo infierno. —balbucee sintiendo la culpa encimarse en mis hombros— La mataron....es mi culpa. —me rompí entre las diversas imágenes que se presentaron de golpe en mi mente.

Su cuerpo ensangrentado entre una mesa destruida, la sala hecha una mierda, los vidrios a punto de quebrarse, el golpe directo en mi rostro con demasiada fuerza que me derrumbo al suelo dándole el tiempo de cargar su escopeta y apuntara sobre ella y cuando disparo solo vi el cuerpo de una pequeña caer, en ese momento mi voz se había silenciado, había otro sujeto que sujeto de ella y la estrello contra uno de los ventanales, no pude si quiera gritar, me levante y le arroje la piedra en su entrepierna, dejo caer el arma, la tome y otro disparo se escuchó, mas vidrios romperse, y un cuerpo cayendo a mi lado, la lluvia solo hacía del ambiente más aterrador.

No dude en disparar al sujeto que la pateaba contra el suelo pero al ser mi primera vez disparando retrocedí mucho pasos quedando aturdido por el disparo, acalambro mis manos y otro golpe me fue encestado en la cara, quede desorientado, mama tenía razón, era cobarde pero tenía mucha terquedad y determinación en mi sistema que forcé a mi cuerpo endurecerse y correr al tipo que me había golpeado y saltar sobre él, ¿un joven de dieciséis años con un peso de más de setenta con un hombre mayor con más cuerpo y peso que el mío, que ventaja tenia?, la ventaja de morderlo muy fuerte y darle muchos golpes con toda la fuerza que tenía en todos los lugares que tuve acceso y a los que no.

Una silla fue rota en la espalda del sujeto que tenía sujetando con fuerza el pelo de Milk, era un adolescente con sangre resbalar en la esquina de su cabeza, dejo en el suelo al tipo, a quien tenía agarrándome con fuerza fundió sus dedos en mi carne y alejo con brusquedad de su cuerpo para arrojarme con un puñete en el ojo lejos de su alcance contra algo vidrioso, susurre maldiciones, no quería rendirme, no quería dejar que le hiciera daño.

—Milk... —mi voz era un hecho de hilo delgado carrasposo, estaba rota, no podía siquiera hablar, estaba en una clase de ahogo por daños físicos y la puta impotencia de que mi cuerpo no quiera levantarse.

Escuche gritos, jadeos, muchos ruidos y golpes, apreté mi labio inferior entre mis dientes y con un impulso salí de los vidrios, caí en una televisión plasma ahora destrozada, y viendo al sujeto consiente dándole una bofetada al adolescente sujete la escopeta que había dejado caer y esta vez no pude abalanzarme contra el porque se giro y ubico sus manos alrededor de mi cuello y apretó, apretó mucho y me alzo, mis pies colgaban, no podía respirar, deje caer el arma y levante mis puños para golpearlo pero mi fuerza era nula.

Entonces se escucho un disparo, el hombre aflojo su agarre y pronto tosió sangre que salpico mi ropa y rostro, me dejo caer y otro disparo fue a deparar en su cabeza, el hueco que se presentó en esa parte me hizo sentir tantas nauseas, parálisis y gritar por el horror, terror y pánico, nunca había visto tanta sangre salir de alguien.

Ante un quejido y otro de jadeos fuertes voltee el rostro, Milk estaba con la cara contra el suelo, su cuerpo débil, su ropa echa un desastre, pese al shock que sentía me arrastre hasta ella y verificar su estado, no lo supe porque de inmediato entraron muchas personas cubiertas de chalecos, cascos y uniforme policiales quienes nos apuntaban con sus armas, el adolescente soltó la escopeta y dejo caerse de rodillas con la mirada sobre los dos cuerpos de menores que estaban sobre charcos de sangre, mi mente maquino un poco la situación y se confirmó al ver un portarretrato con su cristal quebrado a mi lado; eran hermanos de Milk.

Cuando desperté lo primero que hice fue inclinarme a un lado con una mano sobre mi estómago para desechar todo lo que había ingerido el día anterior, vomite mucho que el sabor amargo me provoca asco.

—Hijo.

—Mama. —dije al levantar la mirada, bueno, el hinchazón cubrió por completo mi ojo derecho así que solo podía ver con uno, tuve tanta mierda pasando que no me importo si parecía estúpido llamarla más fuerte como un niño y derrumbarme cuando me rodeo con sus brazos y apretarme contra si llenándome de seguridad y calidez— Fue horrible mama...fue tan...—hipee y me aferre más a ella que acariciaba mi espalda y revolvía el pelo susurrándome que todo estaba bien.

Unos pasos se escucharon pero no quise mirar de quienes se trataba, solo quería abrazar a mi madre.

Ella me calmo, me dio ánimos e hizo sonreír, limpio mis lágrimas y pude mirar a los oficiales de la interrogación, con un doctor y otro que en el bolsillo de su bata decía su especial; Psiquiatría, los cuales vieron el suelo haciendo muecas, mama me dejo solo con ellos para buscar con que limpiar mi desastre.

Era claro que tuve un ataque de ansiedad o pánico y que me encuentro en un hospital, para mi sorpresa traen consigo una silla de ruedas— Necesitas salir a tomar aire. —Los mire mal, el oficial serio le dio un codazo a su compañero que me dijo eso, se murmuraron.

Y luego solo me dijeron que era obligatorio que fuera con ellos y que por seguridad iría en una silla de ruedas al estar muy debilitado, no tuve opción porque me agarraron y sentaron en esa silla y me sacaron de mi habitación, me informaron mi estado, lo que tenía que hacer y cómo debía afrontarlo, era claro que esto quedaría como un trama total, debía dar ciertas declaraciones que serán confidenciales, luego se presentaron, por fin.

Los sujetos de la interrogación, el que se mantuvo sentado era Black, el que estaba de pie era Zamas, el Psiquiatra se presentó como Lapis y el doctor solo dijo que se llamaba Broly, estarían atendiendo los casos en los que me vi envuelto para asegurar mi seguridad y la de los dañados, pronto supe a quienes se refería.

Milk estaba sobre una camilla con un respirador mascarilla en su boca pero estaba despierta, las heridas y hematomas en su piel eran notorias pero solo verla aun respirando me dio tanto alivio.

—Le hablamos a la joven sobre tu declaración, al parecer decías la verdad. —Dijo Zamas que esta vez recibió un codazo por parte de Black.

Ella giro el rostro, ellos me acercaron a la camilla y no dude en sostener su mano por rápidos segundos. —Milk. —la nombre, sus labios se ampliaron en una pequeña sonrisa que hizo que suspirara.

Luego dirigí la mirada a la otra camilla, en el descansaba el adolescente.

— ¿Trajiste agua? —me susurro en pregunta.

—Puedo ir a buscar pero con lo que ocurrió anoche mejor lo pedimos a una enfermera, no quiero dejarte sola otra vez. —asegure.

— ¿Con que piensas defenderme?

—Puedo morder y mis puños no están en vano, veo de donde cuelga la intravenosa así que podía usarlo.

—Que chico más terco, sale de muchos lugares problemáticos y quiere meterse en otro problema si atacan a su chica. —veo el presente sonrojo de la azabache así que miro de mala gana al oficial Zamas.

—Está incomodándola, porque no hace algo útil y busca un vaso de agua. —quizá fui maleducado pero en este momento me ponía a la defensiva por ella.

—Zamas, ve por agua, él se niega a dejar sola su chica. —dice el doctor dándole palmadas al oficial, este se queja pero justo viene un enfermero y le pido que por favor me consiga agua, acepta.

Ella me habla de su hermano, lo mucho que lloro por el asesinato de sus hermanas, su hermano no ha despertado desde lo ocurrido, aún se encuentra inconsciente por lo ocurrido, le han inyectado somníferos porque cuando había despertado solo gritaba y lloraba mucho, pero al parecer no tenía pesadillas.

—Te diremos esta confidencialidad por petición de la presente. —habla Black— Se ira a la capital con otro nombre y apellido, su hermano igual con la diferencia que entrara a un centro de rehabilitación, consumía heroína y otros tipos de sustancias, ambos...los tres recibirán terapia, los que los atacaron era el ex enamorado de la señorita junto a su tío, tenían una enfermiza obsesión con ella. —tomo un respiro, el agua llego, lo recibió y bebió todo en unos tres tragos, sí que tenía sed, le entrego el vaso al enfermero y agradecimos por el favor. —Al parecer eran huérfanos, su tutor era el tío que los ataco, investigaremos las razones por que hicieron tan atroz ataque y femicidio.

—Quiero mantener conmigo a mis hermanas. —Es lo que dice ella, sé que se refiere a la incineración.

Ellos aceptan.

Y luego lo que ocurre en cuestión de horas es que somos primera plana en periódicos, en digitales y noticias, en todo momento estoy a su lado, mama consuela a Milk junto al chico que ha despertado y se encuentra acostado junto a su hermana, apago la televisión y bajo la mirada, he pasado los peores miedos de mi vida en una sola noche que ya no sé qué pensar, tengo miedo de alejarme y vuelvan a atacarlos.

No quiero que todo empeore en esta circunstancia difícil, estoy cansado.

—Solo por lo que pasaste, no te haré trabajar como burro para que pagues por los daños al chico que golpeaste. —Giro la mirada hacia la puerta, mi padre hace una mueca al verme. —Estas horrible, pero eres mi hijo, fuiste valiente anoche, ten, necesitas alimentarte. —agarro el bote reciclable en la que emana un delicioso olor.

—Fui todo menos valiente padre. —quite la tapa del bote; Ramen.

—Traje para ustedes igual menos para mi esposa por dejar que me entere de todo por los chismes de mis vecinas. —Milk limpia las lágrimas de su hermano el cual mira con sospecha a mi padre pero termina por aceptar la comida, ella igual acepta y comen de manera silenciosa.

Hay un vigilante en la puerta, papa nos comenta que hay muchos periodistas fuera del hospital y que fue difícil que lo dejaran pasar, luego de conversar por muchas horas, el horario de visita se acaba, me siento cansado pero me niego a dormir, no puedo hacerlo.

Mis padres se retiran, yo debo ir a mi habitación pero me mantengo firme a quedarme con ellos.

El hermano de Milk parece inquieto, ha sorbido su nariz muchas veces y se ha rascado la nuca, no parece estar bien. —Es porque no ha ingerido su dosis de heroína, estará así por un buen tiempo. —aclara un enfermero, se coloca detrás de mí y comienza a mover la silla de ruedas estando yo sentado.

—No, no quiero irme.

—También tienes heridas propias y necesitas descansar. —Sacudo mi cabeza— Le inyectaran un tranquilizante al muchacho, ella estará bien, hay vigilantes y policías cuidando de ustedes.

—Goku, no te preocupes por nosotros, ve a descansar. —Dice ella preocupada, está cansada y solo es cuestión de tiempo para que caiga dormida.

—Me niego. —espeto mirando al enfermero de manera desafiante.

—Eres muy tenaz. —Farfulla— Me gustan los romances y más cuando el chico quiere proteger a su chica de toda maldad. —Parece fantasear pero de todas maneras mueve la silla, coloco mis manos en las ruedas y sujetar para detener su andar— Lo siento pero tengo órdenes estrictas.

El vigilante de la puerta viene a su llamado, me sacudo cuando sujetan mis manos y esposan pero logro darle un golpe con mi cabeza al enfermero, Milk se ríe por mi drama y terquedad en quedarme. —Descansa Goku, gritare si pasa algo. —dice.

—Promételo. —pido, ella asiente y lo promete, suelto un suspiro y decido ya no forcejear con el enfermero y vigilante para ser llevado a mi habitación.

Y cuando el tiempo transcurre, los días y días van pasando hasta llegar el juicio, aun no podemos respirar en paz, las perdidas y marcas de esa noche estarán con nosotros de por vida, debemos aprender a vivir con ello.

El hinchazón en mi ojo ha disminuido, solo está el horrible hematoma morado verde, ya puedo caminar pero mi cuerpo aun siente un poco de dolor por los golpes, mi espalda tiene muchas cortes con costras por la caída al televisor, no tuve cortes profundo, Milk ha estado quedándose con nosotros, por más extraño que parezca, la sobreprotejo mucho y estoy atento a sus pasos, estoy trabajando en aquella inseguridad, pero no me ha puesto un alto por aquello, su hermano es lo difícil, pero estamos ayudándolo para que no decaiga en la desesperación para consumir drogas.

Entonces los días se transformaron en semanas, muchas semanas en las que la conocí mucho más a Milk, en la última noche que estaría en casa estábamos mirando la ventana, estaba entre mis brazos, su hermano dormía entre los brazos de ella, al día siguiente se irían a la capital.

—Gracias por sacarme de ese lugar. —Habla cuando la encontré en esa supuesta fiesta— Y entrar a casa sabiendo que estaba ocurriendo algo malo, haz sido muy atento conmigo.

—Solo quiero tu bienestar. —entonces atisbe su hoyuelo.

—Escuche tu insistencia de ir conmigo a la capital, tus padres terminaron por regañarte. —Mis mejillas hierven, quizás si fui un poco insistente con mis padres. —Gracias por ello pero quiero cuidar de mi misma y de mi hermano, somos dependista del uno del otro Goku. —Eso me lo dicen con mucha frecuencia.

—Llámame todos los días, estaré muy pendiente.

— ¿Qué pasa si encuentro pareja? No le gustaría que te cuente todo de mí.

—Piensas mucho, lo principal es nuestra recuperación pero aún me preocupa lo que pueda ocurrirte, eres importante para mí. —inspiro y exhalo, me gusta estar a su lado, y no se siente enfermizo ni toxico.

— ¿Te gustaría que cuando cumplamos la mayoría de edad nos comprometamos? —juega con mis dedos sobre su cintura.

—Me gustaría.

—No lo dudas.

—En mi mente ya hasta tenemos nietos, ¿sueno estúpido, te incomoda?

Aspira profundo— Me gusta ese plan, pero debemos ver qué pasa, tal vez cambiamos de opinión más adelante.

—Pensemos nuestras opciones. —me acuesto bien, ella a mi lado acariciando el pelo de su hermano.

—Seamos amigos por ahora, tomémoslo despacio. —concuerdo con su opinión.

Pero luego de verla acostarse de costado y ubicar su palma sobre mi mejilla obtuvo toda mi atención, llevo sus labios sobre mi frente dejando un beso allí. —Me gusta este paso. —asegure, bajando su rostro para dejarle un beso igual en la frente.

—No beses a nadie en la frente, es nuestro símbolo de promesa. —aseguro con voz suave, asiento.

—Te quiero. —confesé.

Junto su frente con la mía. —Te quiero. —confesó, nos mantuvimos en nuestra burbuja por muchos minutos hasta que fui el primero en querer dormir, algo que no suelo hacer desde esas situaciones— Duerme, voy a cuidarte esta vez. —Quiero negarme pero el sueño comienza a vencerme. —Esto es muestra de que confías mí. —susurra, quien siempre duerme primero es ella, tengo insomnio y estoy muy a la defensiva de quienes se le acercan, como dije estoy trabajando en ello y al parecer estoy siendo por primera vez quien puede conciliar el sueño primero.

—Estoy seguro contigo. —le balbuceo, busco mi comodidad para dormir, cuando lo encuentro, no tardo en fundirme en el sueño.

La vida me empuja en estos momentos a sanar y fortalecerme, esperaba tener alguna pesadilla pero en lo único que ensueño es a mi azabache soltando mi mano para caminar por delante de mi pero mirándome, no sonríe con alegría, es solo eso, una sonrisa, no digo que estoy desesperado y desconfiado, no, esa noche nos marcó, su sonrisa representa que no podremos superarlo de manera rápida y aunque debemos alejarnos, debemos seguir caminando.

Cuando la mañana llega, soy espectador de como la noche desaparece para que el sol salga, es inevitable no pensar que lo que ocurrió esa noche será reemplazado con un nuevo día, nuevas oportunidades para lograr brillar y llenarnos de paz como sentir la calidez de los rayos del sol en tu rostro.

—Te ves bien. —susurra.

—Me siento bien. —respondo.

Cuando nos levantamos hacemos lo rutinario que se hace, luego desayunamos, mi madre y padre nos molestan que hacemos bonita pareja, escuchan al hermano de Milk y le aconsejan, luego recibimos la llamada de los oficiales de que están esperando a los Ox, sus cambios de identidades es un hecho, tienen tutores que se ofrecieron para cuidarlos en la capital y que harán cumplir con lo establecido con ellos.

Dirigiéndonos a la estación de trenes, ella está con la mirada en el pasar de las calles a través de la ventana, no se ve destrozada o cansada, aunque no soy el tipo que descrifra que quiere decir cada gesto o que significa su silencio, aunque no me parece extraño, nuestras manos están entrelazadas, me gusta estar de esta manera, y cuando llegamos y la hora de las despedidas se presenta, solo me sentí atontado y extraño, nunca en mi vida me había despedido de alguien importante en mi vida, ahora esta ocurriendo pero solo sé que no es una bonita emoción ni alegría.

Hace un poco de frío y es por eso que acomodo la bufanda sobre su cuello y al terminar reacomodo su gorrito de lana, resopla pero estoy concentrado en que se encuentre bien abrigada que no me percato cuando coloca una mano sobre mi pecho.

—¿Irás a visitarme?

—No hay duda de ello, solo mandáme la dirección en la que estarás viviendo e iré. —beso su coronilla y jadeo cuando me abraza tan de pronto.

—No faltes a tus terapias.

—Cuida de mi cuñado, de ti y que su bienestar emocional no se venga abajo, no quiero que se rindan, lo que ocurrió fue tan impactante, no me sentiría cómodo al saber si están pasando por alguna situación difícil.

—Lo sé, pero puedo afrontarlos, ya cargaste mucho por este tiempo, me haz sostenido e impedido que no haga alguna locura. —Ejerce más presión en el abrazo que no dudo en envolverla en mis brazos y soltar un sonoro suspiro— Gracias.

Ladeo mi cabeza, dicen que cuando estas enamorado o te gusta alguien, quieres besarlo y llenarle de tu cariño y viceversa, mi enamoramiento por ella ha sido poco a poco, en este punto la quiero y he deseado besarla, pero no me siento digno de hacerlo, soy inseguro como todo joven pero esto es distinto.

Abro mi palma y la ubico con lentitud sobre su mejilla para acariciarla, sé que nos ven, hay muchas personas a nuestro alrededor, no se tratar mucho con situaciones de romance y es por eso que voy a tratar por ella, elevo su mentón haciendo que nuestras narices se rocen, este es nuestro momento, nuestra imperfecta colisión que hace que todo se sienta perfecto.

Uno mis labios sobre los suyos, un gritillo se escucha atrás pero le resto importancia cuando ella rodea sus brazos por mi cuello y me acerca más a su boca y con lentitud nos correspondemos, y si, me encanta, una calidez reconocible se presenta en mi pecho y garganta, la humedad de sus labios rosáceos presionando los míos me hacen ir a un volumen un poco mas acelerado, somos consciente de que somos la debilidad del otro y aunque la mayoría diga que velemos por nosotros primero, yo digo que cada uno tiene dependencia de algo o alguien, sea internet, celular, madre, hijo, mascotas o una razón, no somos seres que podemos decir que no dependemos de alguien para nuestra satisfacción o calma.

Y no, no esta mal, no lo está, siempre y cuando tengas un límite y no sea toxico ni dañino.

Cuando nos separamos, soy yo quien se oculta entre su cabello y bufanda al escuchar los silbidos y aplausos hacia nosotros por parte de nuestros familiares y esos policías.

—Dicen que hay que verle el lado bueno a las circunstancias. —habla— Y solo veo y tengo conmigo aquello bueno de esa noche. —sé que se refiere a su hermano y yo.

Prácticamente somos separados por el oficial amargado llamado Zamas, el tren solo los espera a ambos hermanos, dan una reverencia y agradecen a mis padres por el recibimiento y trato en la casa, luego solo dicen adiós y entran al tren.

Papá y mamá al ver el tren comenzando a moverse van al auto, yo quedó viéndome como aquel transporte se lleva a la chica que me importa, y que por esa razón la dejé ir sin ponerme angustiado y exasperado por su seguridad, porque confío en que las cosas en la capital les irá bien.

Y sí, tengo la certeza firme, de que volveremos a encontrarnos.

....

Dedicado a:
ox_princess

Espero que esto pueda gustarte, la neta siendo sincera me fluyo y quería aumentar mas pero mejor no, me iba a demorar más xd.

Es uno de mis one-shot favoritos, me dio un poco de escalofríos escribirlo :3

Gocen leerlo <3

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