FOLDEN OMEGAVERSE 3/3
Springtrap lo había convencido de quedarse un poco más con el objetivo de que calmara su humor. De cierta forma lo hizo entender que jamás llegaría a nada si no hablaba seriamente con Golden; regreso, y fue con él... eso tenía que significar algo.
Eran cerca de las 2 de la mañana cuando estuvo cerca de la fachada de su casa, fue cuando bajo la luz de un farol distinguió algo brillante en el suelo. Con curiosidad vio que era una ganzúa, lo que llevo su mirada hacia su puerta, esta estaba forzada.
Un pánico hizo que de un instante otro su instinto lo hiciera correr dentro de la casa; buscando desesperadamente el olor de Golden. Unos golpes en el piso superior hicieron que encontrara una escena que enfureció a su alfa interno.
Un sujeto sostenía al omega mientras otro intentaba por todos los medios arrancarle el collar a base de fuerza mientras intentaba no ser mordido por su víctima.
La pelea fue ruda y dolorosa...
Foxy termino por casi matar a uno de los delincuentes siendo detenido a tiempo por el rubio. Con mucha ira aun acumulada, el alfa dejo ir a ese par dispuesto a buscarlos después.
Ya calmada la situación, el peli rojo reparo en que no solo habían intentado quitarle el collar, la ropa del muchacho se hallaba desgarrada no siendo muy visibles algunos rasguños por la oscuridad de la habitación.
-¿Estas bien?- Lo acomodo sobre la cama.
-Sí, llegaste a tiempo-Dijo mientras trataba de cubrirse con la manta a tiempo y agradecer infinitamente a aquel objeto costoso fuera de tan buena calidad que era prácticamente irrompible.
Después de tanto algarabío, por fin el alfa pudo respirar con algo de alivio; aquel susto lo traumaría de por vida, el solo imaginarse que Golden pudo sufrir algo horrible... ¿Qué hubiera pasado si decidía volver en la mañana? Jamás se lo perdonaría.
-Lo siento...-Su voz era baja, trataba de ser considerado con el omega-...todo-
El otro comprendía a que se refería, se sentía mejor escuchando aquello-Yo también lo siento-
Quedaron en un silencio incomodo... tenían mucho que decirse pero estaban inseguros de que resultado tendría si hablaban, las cosas se habían complicado tanto que temían arruinarlo aún más. En un intento de reducir la tensión, Foxy busco ropa en buen estado para que el otro se abrigara.
No muy seguro, el omega intento cambiarse negándose en redondo a que lo ayudaran ya que los forcejeos de su pelea habían reavivado el dolor de los golpes que recibía de su prometido.
-Idiota- Murmuro el zorrito al escuchar desde afuera como Golden se quejaba de cada pequeño movimiento; sin preguntar entro a la habitación justo en el momento en el que el torso del contrario estaba al descubierto.
-¿Pero qué...?-Quedo mudo al ver tantos moretones y rasguños, muchos cubiertos con vendas indicando la antigüedad de las heridas. El otro no supo que hacer, ya era tarde para ocultarse y explicarse le daba vergüenza, espero todo... un reclamo, un reproche, quizás insultos, que le pidiera explicaciones... jamás en su vida imaginó que Foxy se acercaría con mirada más iracunda que en su vida vio y lo empujara boca abajo en la cama poniendo una mano sobre su espalda para evitar que se levantara.
La mente del zorrito trabajaba a mil, las ideas y pensamientos terminaron por mezclarse y mancillarse en una conclusión que lo llevaría a cometer posiblemente la más grande estupidez de su vida. No iba a dejar que nadie le volviera a hacer daño, no iba a alejarse de nuevo... no cuando siendo tan perfecto como era, el omega corría demasiado peligro viniendo de todas partes; su familia para empezar que lo vendió al mejor postor, las malas personas que habían sido capaces de meterse en una casa ajena y tratar de hacerle daño, aquel quien le habría lastimado tanto el cuerpo, el mismo que a causa de sus palabras hirió profundamente al otro...
No, todo eso tenía que acabar, así fuera por la fuerza.
En un movimiento ágil visto por Golden saco la navaja que ocultaba bajo su colchón.
"¡¿QUE VA A HACER?!" El omega se hallaba desesperado. De pronto, todo quedo claro cuando de un tirón sintió el collar caer, totalmente expuesto lo siguiente que sintió fue un ardor que lo paralizo de dolor. Lo estaban marcando con tanta fuerza que apenas recupero la movilidad a los segundos, dio el grito más fuerte de su vida alcanzando notas que ni como cantante había logrado.
Su instinto de supervivencia hizo que se arqueara y moviera violentamente tratando de resistirse, rasguñaba las mantas como si su vida dependiera de ello y aun así su fuerza no era nada para el alfa que reclamaba al fin lo que le pertenecía. Este tomo consciencia de su instinto y lo soltó sintiendo la gloria colarse por su cuerpo, sintiéndose dueño absoluto de todo por sobre quien quisiera arrebatarle lo declarado propio.
-¿Por... porque?- Golden retrocedió de inmediato tocándose la herida sintiendo un mareo producto del shock.
-Eres mío, siempre lo fuiste- Declaro.
-No... no tenías que...-Lagrimas se resbalaron por su rostro-... Mi padre me matara...-
-Olvídate de eso...-Lo tomo suavemente del mentón-...ya nada se puede hacer-
-Si... si me... hubieras escuchado- Pensó en aquella noche en la fiesta.
-¿Crees que eso me interesa ahora?-Reto mientras se acercaba al omega.
-No quiero que te hagan daño- Afirmo sintiéndose más y más mareado.
-De ser necesario nos iremos, pero ahora mismo... tu cuerpo se está calentando- Su olfato no le fallaba, acababa de desencadenar el celo en el omega.
-Foxy...-Jadeo dejándose llevar por la hormigueante sensación desatada desde lo más recóndito de su instinto.
El alfa atrapo su boca en un beso lento y pasional que se hacía cada vez mejor al pensar en cuando tiempo estuvo esperando ser digno de poseerlo, se sentía ansioso y predispuesto.
Los brazos del omega lo rodearon buscando cercanía mientras apresaba en sus manos el cabello de su ahora pareja. Unidos en un beso que se hacía cada vez más posesivo, el calor aumentaba provocando el aumento de su excitación en cada una de sus caricias.
Los besos bajaron por el cuello casi pálido del joven mientras leves mordidas marcaban un rastro dejado como prueba de presencia, un territorio conquistado y una piel virgen que no volvería a sufrir de algún otro golpe mientras el pelirrojo viviera.
Acostados uno sobre el otro, se fueron deshaciendo de las prendas una a una buscando más contacto entre ellos; los gemidos del rubio advertían de una necesidad impetuosa por saciar ese deseo tan básico y carnal que solamente Foxy le despertaba, cuantas noches soñó con verse apresado en esos brazos y ser tomado con infinito cuidado ya que le entregaría una pureza que fue resguardada a capa y espada por su familia, al menos eso podía agradecerles.
Sintiéndose necesitado y urgido, el alfa abrió las piernas de su pareja posicionándose en medio. Se separó un momento viendo con mucha lujuria como Golden se retorcía en busca de más contacto, el olor que despedía era tan embriagante que temía perder el control ante sus impulsos.
El prepararlo con sus dedos solo aumentaba la expectativa y el deseo por poseer y corromper; ni en sus sueños más húmedos imaginó que se sentiría tan bien. Incluso el rubio perdido en su mundo de sensaciones podría haber previsto que cada roce, cada sonido, cada beso... podrían llevarlo a la locura. Ya le habían robado el corazón hace mucho, su alma le pertenecía desde el día que sintió una esperanza dentro de si, ahora su cuerpo sería entregado en bandeja de plata al amor de su vida.
Sujeto sus piernas a la cadera del alfa mientras daba leves rasguños en su espalda al sentir la primera invasión de su ser, agitado pero no cansado besaba con lujuria en medio de gemidos incitantes.
Foxy estaba a poco de perder la cordura, sabía que lo necesitaba así que poniéndose en la posición más cómoda posible inicio con el más placentero y lento proceso de su vida. Sentida los arañazos como dagas clavadas ardiendo y tentando a ver hasta donde llegaba; contuvo el dolor incipiente de su pareja con un beso tan invasivo que no daba la oportunidad de emitir ruido alguno.
Con lentitud llego hasta el tope sintiendo como todo el cuerpo del rubio estaba tenso y agarrotado; intento relajarlo con caricias y besos tratando de contener las inmensas ganas de embestirlo cual fuera un animal. Ya acostumbrado, comenzaron un lento vaivén que hacia soltar suspiros y sollozos al omega, cuando el dolor hubo pasado y el placer era como un tupido velo que nublaba la visión de ambos, las cosas tomaron un rumbo más apresurado dejando de lado la delicadeza inicial.
Cada vez con más fuerza y rapidez, ambos estaban muy cerca del clímax final, abrazados uno al otro, el primero en ceder al calor fue Golden retorciéndose y arqueando la espalda mientras sus manos estrangulaban la tela de la cama; Foxy no se detuvo hasta que en un par de estocadas más sintió como tocaba el cielo dentro de su amada pareja. Todo era perfecto, el mundo eran solo ellos dos perdidos en un amor que si querer los había orillado a tomar las riendas casi a la fuerza.
Agitados, ambos miraban el techo tratando de recuperar fuerzas.
-Sabes...-Dijo Golden-... huir no suena tan mal-
-¿Lo harías?-
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Golden regreso a su hogar recibiendo toda la ira de su progenitor; había hecho quedar mal tanto a su familia como a la empresa... eso sería imperdonable. Pero tendría que soportarlo, solo un tiempo... solo un poco. Debía también mantener en secreto su marca ya que si fuera descubierto, no solo lo castigarían a él, Foxy pagaría muy caro su atrevimiento.
El líder de la empresa excuso a su hijo diciendo que este había contraído una enfermedad y que pronto estaría en condiciones de viajar y poder hacer oficial el enlace. Mientras, mantenía encerrado a su primogénito siendo vigilado las 24 horas del día.
La pareja hubiera podido escapar aquella noche pero no tenían nada preparado, ni dinero, ni pasajes; quedarse ahí era demasiado riesgoso así que quedaron en que aparentarían alejamiento hasta que Foxy pudiera hacerse con un capital pequeño pero suficiente para irse lejos, llegados a ese punto, el alfa se contactaría de alguna forma con el omega quedando en tal lugar a una determinada hora.
Tenían alrededor de tres meses antes de que el padre del rubio volviera de un viaje importante y decidiera enviar a su hijo de nuevo con su nueva familia política. Sin embargo, el tiempo se les acababa mucho más rápido de lo que pensaron.
-¿Qué sucede aquí?- El mayordomo personal del joven entro a la habitación al recibir una alerta de las mucamas.
-Ha estado vomitando demasiado estos días, hoy intentamos darle de comer pero no logra recibir nada...- Dijo una de ellas mientras la otra acompañaba al muchacho en el baño mientras devolvía el desayuno-... creo que debemos llamar al médico-
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La doctora familiar, una omega mayor fue a la mansión con total discreción para evitar que reporteros y periodistas hablaran ya que estos estaban a la orden del día desde que Golden anuncio su compromiso.
Jeffrey espero pacientemente a que la mujer saliera de la habitación después de la consulta.
-Le di un somnífero, se sentía mareado- Explico una vez sentados en el comedor a solas.
-¿Qué es lo que tiene doctora?- El mayordomo esperaba que no encontraran nada malo en el jovencito, su preocupación radicaba de la idea de que tal vez, el estar encerrado y estresado había altera el ciclo normal del muchacho.
-Le hice un examen físico...-Su rostro mostro desconcierto-... la verdad no quise divagar así que mientras dormía le tome una muestra de sangre...-Saco el pequeño aparato compacto que manejaba para esos casos-... no revelo nada preocupante pero...-Dudaba-... solo para estar segura le hice otro tipo de prueba- De su bolsillo saco el pequeño aparato.
Jeffrey casi se desmaya al ver el "positivo" en letras mayúsculas.
Esa noche, el mayordomo daba vueltas y vueltas en largo pasillo; no entendía como ocurrió y tampoco le importaba... Solo sabía que si su jefe se enteraba de eso el infierno mismo se desataría sobre el omega. Aun sin poder creérselo, decidió violar la confianza puesta en él por el bien de ese joven a quien conocía desde que era un niño.
Enterarse de la noticia tuvo un doble efecto en Golden, el primero fue angustia ya que se hallaba más presionado que nunca, y el segundo fue felicidad... por él, por Foxy y porque su mayordomo estaba dispuesto a ayudarlo.
Nunca supieron de ellos después que una simple nota llegara a manos del señor Golden.
"Hasta nunca"
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