FOLDEN OMEGAVERSE 1/3
¿Comparar? ¿Era eso posible?
La vida le había dado muchas vueltas en el último año o eso pensaba el joven mientras caminaba cabizbajo por la avenida principal de noche en dirección a su hogar, su solitario y oscuro hogar... ¿Era posible siquiera vivir ahí? La mayoría de sus amigos rehuían de aquel lugar por espantar hasta a la alimaña más desagradable. Que irónico tomando en cuenta que más de una omega ocasional había pasado una noche exacta ahí.
Dentro de si se libraba una pelea que le estrujaba las entrañas por la inestable sensación de estar equivocado todo el tiempo. Hacia exactamente un año en esa fecha se había jurado conquistar el corazón de la que creyó era el amor de su vida, Chica... una beta de pelo rubio y ojos lilas provocando cierta corrección de lo que era su "bohemia" y desordenada vida.
Todo cambio cuando Freddy lo llamo preocupado una tarde pidiendo ayuda desde el centro comercial, tanto el cómo Golden quedaron atorados en el baño del lugar con el rubio en plena escena de celo. Tomándose un supresor para alfas y una mascarilla corrió sin más hacia el altercado sacando del camino a varios sujetos que rasguñaban la puerta del establecimiento.
Ojala los guardaespaldas de Golden hubieran llegado antes... ni siquiera con el más poderoso medicamento pudo dejar de sentir el aroma más penetrante que su instinto detecto jamás. Ni siquiera supo cómo se contuvo de saltarle encima a su amigo, tal parece que el castaño también se percató del efecto y lo golpeo con algún objeto contundente antes de que les dificultara las cosas a ambos omegas.
Y eso solo fue el inicio de sus problemas...
-Foxy- Una voz hizo que levantara su cabeza dándose cuenta de donde estaba.
¿Cuándo había llegado a su casa? Más importante ¿Qué hacía Golden en la puerta?
-¿No deberías estar en un avión?-
El rubio no sabía cómo responder, totalmente nervioso bajo la mirada como si quisiera que la tierra lo tragase. El pelirrojo suspiro... lo rodeo y abrió la puerta de su hogar.
-Hace frio, entra-
ºººººººººººººººººººººººººººº
Foxy preparaba dos tazas de café mientras su amigo se acomodaba en el viejo sofá de su sala. En lo que abría una gaveta vio un recipiente con la rama seca de una lavanda que le recordaba un hermoso día en su vida.
.
.
.
No había pasado más de un mes desde el incidente, y el muchacho trataba de aparentar que todo estaba bien... no es como si a veces en los momentos menos esperados el recuerdo de ese olor a menta y canela lo hiciera embobarse ahí donde estuviera parado.
Sus amigos decidieron organizar una salida ya que desde que se graduaron no se veían muy seguido. Tenía que ser justo en un parque jardín en primavera ¡Que conveniente! El aroma de toda clase flores para su sensible olfato seguro lo tendría bajo control ante el rubio.
El día fue divertido y la comida que llevaron también; fue en un momento dado que sus amigos hicieron diferentes cosas que Golden y él quedaron solos.
-Gracias por lo de la otra vez- Dijo el rubio con vergüenza.
Chasqueando la lengua, Foxy fingió desinterés- De nada-
El viento soplo fuerte levantando varios pétalos que quedaron atorados en la ropa y pelo de estos causando que uno y otro se rieran de lo ridículos que se veían.
-Hey...-El peli rojo se acercó al otro muchacho causándole un estremecimiento-... tenías una...- Le mostro una ramita de lavanda que había quedado en el pelo rubio.
-Eh...-Conteniendo sus nervios por la corta cercanía, Golden rio y se levantó del lugar dejando al alfa con una necesidad en la mirada y el recuerdo en su mano.
.
.
.
-Disculpa las molestias- El muchacho yacía apoyado en el marco de la puerta con un aire melancólico. Foxy estaba tan ensimismado en el recuerdo que no se percató que el café ya se había enfriado.
-Supongo que no puedes regresar a tu casa- Se apoyó en la mesa con los brazos cruzados y un tono serio de voz.
-Por lo menos hoy no-
Claro que no, lo matarían apenas pusieran un pie de vuelta en la mansión cuando Jeffrey debía asegurarse de que el hijo de su jefe estuviera sobre mar abierto en dirección al otro lado del mundo.
Ambos evitaban el contacto visual, era demasiado doloroso como para verse uno al otro, ya suficiente tenían con contener lo que sentían.
-Vete arriba, yo saldré- Sin más, el dueño de casa tomo sus llaves y se fue sin esperar respuesta.
Golden quedo parado ahí sin saber qué hacer, de hecho... no sabía ni lo que hacía cuando en un impulso burlo a su escolta y corrió, simplemente corrió siguiendo a su corazón. Que idiota había sido pensando que tendría el valor ahora cuando no había podido expresarse en voz alta desde el día que se dio cuenta que estaba enamorado.
Subió escaleras arriba hacia la habitación de Foxy esperando no encontrarse con su tétrica mascota, rata rastrera que en más de una ocasión le hizo la vida imposible a su pobre paloma; rio por el recuerdo, aquel breve tiempo en el que vivieron juntos por la necesidad de tener un techo cuando huyo de casa, fue una época algo atolondrada.
Compartieron la casa durante algunas semanas aprendiendo muchas cosas uno del otro, costumbres, mañas, hasta secretos vergonzosos que se juraron llevar a la tumba. Fue ahí cuando en una noche en la que otra tonta discusión se libraba que salió algo a la luz que cambiaría las perspectivas del huésped provisional.
.
.
.
-¿Por qué llegas tan tarde?- Pregunto cuando a las 3 am. Foxy trataba de llegar a su habitación con sigilo.
-¿Y eso a ti qué? No eres nadie como para tener el derecho de sermonearme- Exclamo el recién llegado al ver que su invitado lo espero despierto en la sala con una manta rodeándolo.
-Es peligroso- Argumento.
-Yo crecí en la calle lamparita, que no se te olvide-
-Bien...-Molesto fue a la habitación, tomo un abrigo (el único que tenía) y bajo la extrañada mirada del dueño de casa salió a la calle.
-¡Hey!...-Foxy rápidamente salió dispuesto a detener al idiota de su amigo-... ¿A dónde crees que vas?-
Sin dejar de caminar, simplemente respondió-¿Y eso a ti que?- Buena jugada Golden, buena jugada.
Perplejo por su insolencia, Foxy no iba a permitir que le faltaran el respeto; con paso firme alcanzo al omega y lo cargo en su hombro sintiéndolo ligero a su fuerza.
-¡Oye! ¡Bájame!- Sorprendido por su posición, se resistió como pudo causando que el contrario casi perdiera el equilibrio en varias ocasiones.
-¡Deja de golpearme!...- Apenas abrió la puerta de la casa cerrándola de una patada-... ¡Quédate quieto!-
-¡¿Qué se supone que estas haciendo?! ¡Maldito poste de luz!- Se quejó rasguñando esta vez la espalda de su secuestrador.
Foxy lo subió escaleras arriba directo a su cuarto, donde con gran frustración lo tiro sobre la cama- ¡Escucha bien, solo lo diré una vez!....- Golden se replegó sobre sí mismo al ver lo imponente que lucía el otro- ... yo salgo porque conozco este lugar y me tienen miedo. Pero tú eres un omega de clase alta al que atacarían apenas lo olisquearan ¡Que no se te vuelva a ocurrir salir de aquí de noche!-
Por primera vez en su vida, el rubio sintió autentico temor del contrario, y no era el típico miedo a que le hiciera daño por lo bravucón que era; no... para nada, eso ya era usual hasta entre sus amigos. Esto era diferente, al fin había experimento lo que era estar bajo la influencia de "la voz" de un alfa.
-No lo volveré a hacer...- ¿Ese había sido él? No se podía creer que tan dócil y sumiso se sentía ante aquel arrebato-... lo siento-
Algo en el instinto del más alto despertó al escuchar el tono de voz del omega, una ira incontrolable lo había llevado a casi secuestrarlo en plena calle pero el verlo tan obediente y pasivo a sus palabras lo atraían de una forma casi bestial. En dos zancadas ya había llegado junto al omega y en un segundo ya lo había empujado posicionándose sobre él.
-¿Foxy?- El efecto de la voz aun no pasaba para el pobre muchacho quien no podía resistirse ya que su instinto lo tenía inmovilizado.
La razón y la locura peleaban en su cabeza, una le gritaba "Estas enamorado de Chica, él es solo tu amigo" mientras que otra le decía "Nadie toca lo que es mío" De pronto su mirada se dirigió al collar de casta costosa que rodeaba el virginal cuello de su presa... sería tan fácil romperlo.
Haciendo acopio de toda su voluntad, el zorrito cerro los ojos y salió casi corriendo de la habitación, esa noche volvería a salir y no regresaría hasta dentro de tres días en los que Springtrap lo alojaría en lo que ordenaba sus ideas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro