🔥Viva Las Vegas🔥

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Se sabe que Charles y Daniel coincidieron en Las Vegas en 2019, y ambos han dicho en cada oportunidad que se les presenta que fue una GRAN FIESTA, que no durmieron y que se la pasaron de lo mejor, aunque jamás han dado detalles específicos. Entonces dije SHOT POR ESO.

Disfruten :)

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Desde que tengo memoria, solo he querido saber 3 cosas: cómo se creó el universo, qué hay del otro lado de la luna... y qué pasó en Las Vegas 2019 con Charles Leclerc y Daniel Ricciardo.

Rumores se habían esparcido, fotos habían sido publicadas, indicios fueron revelados. Pero nada más. Los fans habían recopilado pistas a lo largo de los años, pero ninguno de los dos había dicho mucho, porque supuestamente habían quedado en dejarlo en secreto.

¿Pero por qué? ¿Qué pudo haber pasado como para que cada que alguien les pregunte al respecto se pongan nerviosos y respondan vagamente?

El gran salón había sido rentado por ellos. Deseosos de poder tener un poco de diversión sana antes de la carrera, buscando desesperadamente un día de relajación alejados de los fans para convivir con el resto de los pilotos y apostar un rato. Para unos era divertido, para otros no era nada, pero para la mayoría, solo era una pérdida de dinero.

-Espero que esto signifique que voy a ganar la carrera este fin de semana, porque qué asco de suerte, por dios.- Verstappen lanza sus cartas al centro, decepcionado (y con razón) de su juego.

Soltamos una carcajada ante eso, pero noto que solo tres personas de los presentes regresamos nuestra concentración al juego casi de inmediato. Leclerc se muestra incorruptible, pacífico pero serio ante el juego frente a él; Dani, al otro lado de la mesa, sonríe como es su costumbre. Esa es su poker face. Siempre sonriendo, sin importar su mano de cartas. ¿Tiene una triste escalera? Sonrisa. ¿Tiene el mejor juego de la baraja? Sonrisa. Con el tiempo aprendes a leer a los chicos, pero con el poker y las apuestas, las cosas funcionan de forma diferente. Se lo toman muy en serio.

Yo no tanto, pero no me gusta perder. La suerte está de mi lado nada más.

-Me retiro.- se queja Lando, al que habíamos prácticamente obligado a jugar hoy.

-Sí, yo igual.- agrega Carlos tomando su gorra del centro.- Les doy otra mañana, ¿sí? No me gusta ir por ahí si no traigo una puesta, me siento desnudo.

-Ya se quedaron con mi reloj, cabrones, más les vale que no me den problemas para rebasarlos el domingo.- complementa Checo poniéndose de pie para retirarse.

Y sí, no lo había notado, pero una gran cantidad de ítems se aglomeran en el centro de la mesa: relojes, pulseras, fichas, dólares, gorras.

Poco a poco, la mesa fue quedando vacía, y para el final de la noche, solo quedábamos nosotros tres. Separados por un espacio considerable, pero con una tensión latente difícil de ignorar.

-¡Puta madre!- perder aquí después de tener una racha ganadora durante toda la noche, se siente como cuando consigo P4. Tan cerca, pero a la vez tan lejos. Se siente como que todo el esfuerzo que hice fue para absolutamente nada. ¡Yo le quité ese reloj a Checo! ¡Yo había logrado dejar a Sainz sin su gorra! ¿Cómo terminé en estas circunstancias? Estos chicos van a dejarme limpia.-Mi suerte se fue hace rato. Tal vez deba dormir y volver a construirlo todo mañana.

-¡Qué rapido te rindes! Mira, te propongo algo, vamos a regresar a lo básico; quien saque la carta más alta, gana. Todo o nada. Si ganas, te diremos lo que pasó en Las Vegas hace 4 años, y si Charles gana, vas a alabarnos en las entrevistas del jueves. ¿Te parece bien?

Uy, ¿lo dicen en serio? Porque los alabaría en las entrevistas justo ahora si me lo contaran de verdad, porque genuinamente la curiosidad me mata por dentro.

-Trato.

Dan revuelve las cartas y me ofrece el mazo para que seleccione la primera.

-Puta madre... cuatro.

-Bien, esa es baja.- complementa Leclerc al seleccionar, con los ojos cerrados, su propia carta.- ¡As!

Fue una escena graciosa, a decir verdad, porque los tres nos encontrábamos sonriendo y celebrando. Pero nos costó un par de segundos caer en cuenta de lo obvio.

-¿Por qué estás festejando tú, Montgomery?

-¡Porque van a tener que contarme!

-¿De qué estás hablando? ¡El As es mayor! ¡Jack, reina, rey, As!- alega como si se estuviera disputando el campeonato.

-¡No! El As es una carta pequeña; As, dos, tres, cuatro!

Puta madre. Ambos volteamos a ver al australiano, quien se estaba partiendo de la risa ante toda esta situación.

-Lo siento, princesa. Pero Charles y yo juramos no contarlo jamás.

-¡Eso no es justo! Si no iban a contarme pudimos haber apostado otra cosa!

-Ali...

-¡O reparte otra vez! Lo limitamos a números nada más.

-Ali, no podemos contarte porque es muchísimo... pero podemos mostrarte, si quieres.

Hubo cierto algo en la forma en que lo dijeron. ¿Mostrarme?

-¿Cómo que mostrarme?

Intercambian miradas seductoras entre ellos, y no es hasta que los vi hacer eso que caí en cuenta del lenguaje no hablado que están compartiendo en este momento, frente a mí.

-Súbete a la mesa

¿La mesa en la que estamos jugando, se refiere? Porque algo me dice que no tiene mucho que ver con las apuestas a estas alturas.

-Perdón, ¿necesitas que te lo repitamos?- insiste Leclerc al ponerse de pie frente a mí.- Súbete a la mesa.

Podría culpar a los tragos que llevo encima, o a que ya es tarde y no estoy pensando con lucidez, pero la verdad es que la curiosidad pudo más. Y creo que a ellos les sorprendió en la misma instancia que les agradó verme obedecerlos sin poner mucha resistencia.

Daniel se acerca a mí, dándole vueltas al líquido alcoholizado dentro de su vaso. Da la impresión de que es un depredador a punto de cazar a su presa. Y es como si lo estuviera viendo por primera vez en toda mi vida.

-Siéntate en mi cara...- pide sin ningún tipo de pudor al acostarse por completo sobre la mesa. Con esa encantadora sonrisa que tanto lo caracteriza. Su cuerpo siendo enmarcado por las fichas y cartas que habían quedado rezagadas por el juego que hasta hace no mucho, había comenzado como algo inocente.

Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, supongo. Esa frase es mi única ancla para no arrepentirme ni caer en la locura al día siguiente, cuando la excitación y el calor del momento se conviertan en un recuerdo nada más, y tengamos que limitarnos a intercambiar sonrisas sencillas cuando nos veamos en el paddock.

¿Pero sentarme en su cara? Yo nunca... no tengo idea... ¿cómo se hace eso? ¿No va a incomodarse?

-Tiene práctica en eso, no te preocupes. Además, creí que querías saber lo que hicimos en el 2019. Estabas muy interesada, permíteme recordarte.- Charles se encarga de recorrer mis piernas con el dorso de sus manos, incitando a posicionarse en medio de ellas.

Empezamos jugando cartas, ¿cómo llegamos aquí?

-Ven, te ayudo.

Charles me toma de la cintura y me ayuda a sentarme en la mesa, y creo que nota la fuerza que estoy aplicando en mis nudillos al sujetarme del borde, porque me pide que me tranquilice, y que todo estará bien. Daniel hace su parte para quitarme los nervios al comenzar a besar mis brazos, logrando un efecto analgésico que termina por convencerme.

Por su parte, los dedos de Charles se enredan en la cintura de mis shorts, deslizándolos con facilidad por mis piernas hasta retirarlos por completo. Esa es una imagen que me prometí a mí misma no olvidar jamás: la imagen de Charles Leclerc, quitándome las bragas con toda la calma del mundo, devorándome con esos ojos llenos de lujuria, mientras tensa sus fuertes brazos y marca su pecho debajo de la playera.

Finalmente, Daniel regresa a su posición original, y Charles me ayuda a ponerme de pie sobre la mesa, indicándome que pusiera mis piernas a cada costado de Ricciardo.

-Tengo una vista privilegiada, he de decir.- comenta desde abajo, y me sorprende la naturalidad con que lo dice.

No sé cómo hacerlo, o qué hacer. Es la primera vez que hago algo como esto. Jamás había estado con dos personas al mismo tiempo, mucho menos había usado la cara de alguien como asiento. Aunque he de decir, los rumores en el paddock vuelan rápido, y Dan tiene muy buenas referencias en esta área.

-Dan, no... no sé.

Los nervios comenzaban a ganar terreno, genuinamente apoderándose de mí. Pero no pude pensar mucho más de ello, porque lo siguiente que llama mi atención son los dedos de Leclerc deslizándose entre mis pliegues, haciéndome despertar de todo tipo de trance, regresándome a la realidad. Por eso es tan bueno tocando el piano, me doy cuenta.

-¿Sabes?.- comienza subiendo sus dedos a sus labios solo para introducirlos en su boca y regresándolos a mi intimidad nuevamente.- Esa noche fue divertida, sí. Hablamos mucho de ella, pero algo me dice que vamos a poder mejorarla hoy. ¿Quieres saber por qué?- sus movimientos se mueven contra mi núcleo sensible, atormentándolo y haciéndome jadear con cada círculo que dibuja.- Porque ahora te tenemos a ti.

Casi agradecí en voz alta que Dan haya tirado de mis piernas, logrando su cometido inicial, porque estoy segura que hubieran dejado de funcionar en aproximadamente un segundo.

Solté un gemido desde lo más profundo de mi alma. No por excitación, ese vendría poco después, pero por la sorpresa. La hábil lengua de Ricciardo me penetra en cuando hace contacto con mi centro. Es una sensación única, me hace sentir vulnerable por la posición en la que me encuentro, pero ver a Daniel comiéndome de esa forma, con su nariz funcionando como un extra a lo que ya de por sí me está haciendo sentir, me hace no poder contenerme. Está en la posición adecuada para hacerme sentir maravillas.

Y el tipo aprisiona mis piernas con sus brazos, manteniéndome ridículamente cerca de él. Siento su aliento y escucho los pequeños gemidos que salen de su boca, deleitándose de los movimientos por inercia que hace mi cuerpo sobre su cara, enterrada entre mis piernas a estas alturas.

-Cómo me encantaría que te probaras, preciosa.

Estoy montando su cara. Y esa es una frase que jamás pensé que diría. Comprobado, esta es la mejor posición para tener un oral, porque puede recorrerlo y saborearlo todo sin ningún tipo de dificultad. Todo expuesto para él como si estuviera en display. Su nariz formando parte de la ecuación realmente múltipla mis sentidos, sintiendo además sus dedos colándose también.

-Sería una pena desperdiciar tu boca en este momento, ma chérie.- el monegasco, quien estaba a una distancia considerable mientras se masturbaba con la escena frente a él, se acerca a nosotros, presionando mis mejillas con su mano, logrando llamar mi atención -Abre...

¿Por qué estoy siendo tan complaciente con ellos hoy? No sé, pero le hago caso.

Mis propios gemidos se quedan amortiguados por la palpitante polla de Charles atravesándose entre mis labios, entrando y saliendo, reclamándome como si fuera suya. -Lo eres- pienso mientras las lágrimas de placer proporcionadas por los pilotos comienzan a derramarse.

Mis rodillas, ubicadas a cada lado de la cabeza de Daniel, se encuentran sobre un lecho de las cartas de póker que recientemente fungían otro uso. Las fichas son testigo de lo que acontece en este casino privado, las únicas que pueden delatar lo que está ocurriendo en este momento.

Es excitante. Sobretodo el darme cuenta de que estamos rodeados de espejos, entonces puedo ver la reacción de Charles cada que dibujo círculos en su punta, o cuando quiero tentarlo y simplemente recorro sus venas con mi lengua. Echa la cabeza hacia atrás, deleitándose él también al percatarse de los espejos, y aprovecha para tomar mi cabello en una coleta improvisada y marcar su propio ritmo, sonriéndome desde arriba y dedicándome un guiño ocasional.

Me encantaría gemir para no tener que explotar. Daniel y Charles están haciendo un excelente trabajo conmigo, haciéndome cosas que jamás consideré siquiera explorar alguna vez. Ricciardo recorriendo su lengua por mi intimidad como si se tratara de un dulce, penetrándome con ella, su nariz robándome gemidos mucho más altos de los que suponía porque... es una grata sorpresa que golpea contra mi clitoris en los momentos perfectos, y Leclerc negándome separarme de él, diciendo que me veo como una puta diosa, según sus palabras, al estar complaciéndolo tan bien.

Estaba a punto de correrme sobre la boca de Daniel, pero creo que él pudo anticiparlo, y ambos chicos detuvieron lo que estaban haciendo.

-¿Qué hacen? ¿Por qué se detienen?.- pregunto un poco más frustrada que molesta. Mis piernas están temblando a estas alturas, pero no tengo ningún apuro en que se den cuenta de ello.

-Bonita, paciencia. Esto es exactamente lo que pediste. Dame un instante.- El australiano no tarda mucho en ir al baño y regresar con un pequeño bote de lubricante. No pierde el tiempo al vaciar casi en su totalidad, el suave líquido sobre su polla.

Se recuesta sobre el sillón, y al verlo así; apoyado en sus codos mientras muerde su labio inferior, con su polla erecta atravesándose en mi campo de visión, nubló todo pensamiento racional de mi mente. Después de tenerlo tan cerca de mí, no debería preocuparme o estresarme, pero una cosa había sido eso, y otra muy distinta, lo que sé que está a punto de pasar.

-¿Nerviosa, princesa?.- la voz grave de Charles cerca de mi oído me hizo regresar a la realidad. Voy a... ¿con los dos?

Los mismos pensamientos rondan mi cabeza. ¿Cómo voy a...? ¿Es siquiera eso posible?

-Déjanos encargarnos de ti, tú relájate.- me indica Ricciardo al poner sus fuertes manos en mi cintura y darme la vuelta para darle la espalda.- Shh, ¿confías en nosotros? Creo que hemos sido muy buenos contigo como para tener tu confianza.- agrega al verme algo tensa todavía, pero me limito a asentir, porque sé que lo que tienen planeado para nosotros esta noche, va a terminar siendo muy satisfactorio para los tres.

Dirige mi cuerpo hacia su entrepierna, haciéndome sentar sobre su polla poco a poco, deslizándola con facilidad, como si no fuera la primera vez que lo hago. Y por segunda vez en la noche, me encuentro embriagada por una sensación que jamás en mi existencia había imaginado posible. Creo que jamás había sentido tanto a alguien, como en este preciso momento.

La longitud de Ricciardo se encarga de llenarme, y de dejar en claro que no necesitaría nada nunca más en mi vida, solo esto. Solo a ellos. Inclusive sin moverse, logra hacer que arquee la espalda y me vuelva loca por la sensación.

-¿Se siente bien?- pregunta retirando el cabello de mi cuello, comenzando a moverse de a poco, pero lo único que sale de mi boca es un gemido como respuesta. ¿Pasé tanto tiempo sin experimentar esto? ¿Por?- Súper, porque dijiste que querías la experiencia completa de Las Vegas 2019, y Charles no ha comenzado contigo todavía, ¿así que por qué no separas las piernas para hacer su trabajo más fácil?

Le dedico una mirada a Leclerc, quien se encarga de dejar un par de golpes suaves con su longitud en mi intimidad antes de penetrarme también.

Esperan un momento para comenzara moverse con propiedad, funcionando casi como una máquina. Usándome, pero marcando un ritmo que los hace jadear a los dos.

Estaba extasiada, ensimismada, pero disfrutando mucho del momento de todas formas. Charles Leclerc y Daniel Ricciardo, ambos follándome al mismo tiempo, compartiéndome. Entrando y saliendo de mí, regalándome la mejor vista que he presenciado en toda mi vida. Con la mano de Charles ejerciendo presión en mi cuello, sonriendo de lado al percatarse de que lo estoy disfrutando más de lo que debería, y las manos de Daniel atendiendo mis senos, pellizcando levemente mis pezones. No dejan ninguna parte desatendida, lo recorren todo, y se aseguran de que sea una noche que no vaya a olvidar jamás.

Leclerc sonríe con arrogancia cuando siente mi orgasmo destruirme a su alrededor, moviéndome por cuenta propia para tratar de sobrellevarlo. Sale de mí justo a tiempo para masturbarse un par de veces y finalmente correrse sobre mi abdomen, gimiendo ruidosamente al hacerlo. Dan hizo lo mismo segundos después, explotando su orgasmo dentro de mí.

Ninguno dice nada cuando todo termina y los tres nos encontramos recostados en el gran sillón. La tensión, si es que se le puede llamar así, que alguna vez nos envolvía a principios de la noche, se había erradicado por completo. Algo cambió para nosotros esta noche, no volverá a ser lo mismo. Y de hecho, creo que me gusta.

Porque algo me dice que no será la última vez.

(...)

Una incomodidad en mi espalda es lo que me hace despertar. La habitación está oscura, pero puedo distinguir perfectamente los muebles, el sillón y las sillas... y esa mesa que difícilmente se me va a olvidar en lo que me resta de vida.

Es una ficha lo que amenazaba mi columna vertebral con un dolor más severo, pero la retiro de inmediato. Estoy sola en el sillón, Charles está dormido sobre la mesita a mi lado, y Daniel yace en la mesa de póker donde toda la diversión tuvo lugar ayer.

Recorro el cuarto sin hacer ruido. Latas de cerveza, el mini bar parece completamente saqueado, Daniel está abrazando una piña... ¿Qué pasó ayer? jamás se sintió tan real como hoy.

¿En qué momento nos habíamos puesto la ropa de nuevo? No tengo idea.

¿Por qué hay una banda de tela enorme que dice "recién casados" tirada en el suelo? Excelente pregunta.

¿Y por qué los tres estamos usando un anillo? Ya será problema de la Alison del futuro, esa que va a tener que preocuparse por ello después de su primera taza de café.

¿Y por qué demonios Daniel está abrazando una piña?

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-Andrómeda🏎

Fun fact: fui a Las Vegas el año pasado y LA CANTIDAD de cosas que tienen en los baños de los casinos es para no creer😏🥵

Sí, los rumores son ciertos; este capítulo está inspirado en 2 episodios de Friends (si ya vieron la serie, creo que es muy fácil saber cuáles jaja) y en 1 de How I met your mother

La verdad es que desde que vi la foto falsa de una subasta en la que los fans pagaron muchísimo dinero a Charles y Daniel para que les contaran qué pasó en Las Vegas 2019, dije SHOT POR ESO.(Se las dejé en el insta, por si quieren una referencia😼)

¿Qué les pareció el cap? ¿Les gustó? ¡Quiero leerlo todo!

No les había contado, pero por cosas del destino, ya voy a tener más tiempo libre, así que podré escribir mucho más tranquila. Tendrán shots y novelas para rato :)

Sigan el insta para spoilers, dinámicas, encuestas y referencias visuales: Andromeda1655

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