
Premios Gullruten (henjei) 2/2
Tarjei:
Cuando el ascensor se abrió, en su interior habían unos tipos vestidos con trajes de color negro,camisa blanca y corbata , gafas de sol y un pinganillo en su oreja, a nuestra espera cruzados de brazos y al parecer, con pocas ganas de entablar una conversación civilizada. Apareció un tipo mucho más bajito que esos dos vestido con un traje blanco y un semblante carismático que transmitía mucha diversión.
Como el sombrerero loco en Alicia y el país de las Maravillas, pues igual.
—¡Que bien, que bien! ¡nuevos invitados!—Se pone a dar brincos y entro en pánico.
Odio cuando alguien se pone a dar saltos dentro de un ascensor. ¿Que nadie entiende que puede caerse de repente?
—Muy genial.—Dice Henrik serio.
Está mosqueado y no entiendo por qué, pero no me gusta que se ponga así y menos en un día como este.
—¿piso?—Pregunta el buen hombre. Nos miramos todos con la misma cara de pan quemado y aparece Tove, nuestra asesora, agente y mánager, para salvarnos.
—El cuatro.—Dice rápidamente y desliza su dedo en la pantalla de su móvil y toca con un dedo el pinganillo que lleva en la oreja.—Todo bien, Marie, los chicos ya están aquí, tengo que dejarte, estamos en un ascensor y ya sabes, no hay cobertura. ¡Chao, chao!—Se quita el micro de la boca y nos mira resplandeciente.—Nerviosos, ¿chicos?
—Ni que lo digas.—Dice Henrik ansioso.
Tove lo mira yo diría que con fascinación, como deseosa de escuchar todo lo que le salga de esa boquita. No es la primera vez que pasa que alguien del equipo es tan "demasiado agradable" con Henrik.
No sé, pero a él lo miran con unos ojos diferentes que a nosotros.
¿tal vez por su madurez?
—Las tripas nos van de un lado a otro.—Rio un poco. Tove ni siquiera me mira, está más ocupada charlando con Henrik.
—¿y los trajes?
—Charlotte y Folke los llevan.
—¿os han chivado—hace una sonrisa pícara y habla más por lo bajo cuando dice «chivado»—Las preguntas de la entrevista?
—No creo que deban hacerlo.
—¿ah no? deberían, no queremos que os pongan en un aprieto.
—sabremos salir, no somos unos críos.
—Bueno...
Como disco al vuelo captamos la indirecta. Sacha, David y yo nos miramos pensando lo mismo.
—Que tía.—Murmura Marlon y la puertas del ascensor se cierran.
Ninguno se decide por abrir la boca para decir algo salvo Tove y Henrik que no dejan de hablar sobre el transcurso de la gala hasta que una llamada entra por el pinganillo y empieza a hablar con un tal Gunnard.
—Solo busca meterse en tu cama.—Le comento por lo bajo.—Un momento contigo a solas y portada en las revistas del corazón.
—No me lo habría imaginado.—Se acerca a mi rostro. Puedo oler su aliento apestar a marihuana y a menta desde aquí.
—Eso es lo que todos buscan de ti.—Murmuro agachando automáticamente la cabeza cuando su aliento choca contra mi oido.
—¿Y que es lo que buscas tú entonces?—Cierro los ojos al escuchar su voz, que es música para mis oidos.—¿lo mismo que ellos?
—N-n...
Las puestas del ascensor se abren de par en par y todos salen por patas. Salvo Henrik y yo.
—Tu primero.—Digo cabizbajo en vano, porque se que no va a irse a ningún lado hasta que no lo haga yo.
Recibo una mirada cargada de electricidad que me paraliza el cuerpo entero y en cierto modo, admito que llega a excitarme y a secarme la boca. Luego de que logre recomponerme, lo encuentro al otro lado de la habitación conversando con Charlotte y Folke que lo ayudan a sacar el traje de la bolsa como si nada acabara de pasar.
Vale, no ha pasado nada pero me he puesto nervioso.
—Oye, ¿podrías...
—Claro.—Ayudo a Marlon a atarse la corbata.
—¿Que hay entre tu y...
—Nada.
Se que se refiere entre Henrik y yo, todos son muy pesados con el tema.
—Se nota que hay...
—Él tiene sus novias y yo tengo mis cosillas por ahí, no hay nada.—Cojo mi traje y me encierro en una habitación a cambiarme.
—Empiezo a pensar que es más que una simple casualidad el hecho de que siempre acabes donde yo.—Exaltado me doy la vuelta y me encuentro con el torso desnudo de Henrik en primer plano.
Ese fuego interno que se aviva cada vez que nos vemos se enciende provocándome una gran quemazón en el estómago.
—Henrik.—Balbuceo al verlo.—En realidad yo no...
—Es una coña.—Se acerca a mí con los brazos bien abiertos.—Siento haberte puesto nervioso antes.
—¿Eh?—Noto un sudor frio bajar por mi espalda.
—Se que estas nervioso por el tema de los premios y no fue buena idea bromear sobre que te caerás en medio del escenario. Fue malo por nuestra parte...
—Ah bueno, tranquilo, ha sido una...—Me ahogo en mis propias palabras cuando de repente me abraza.
Su olor corporal, sus brazos rodeando mi espalda, sus dedos acariciándome la nuca con tanta ternura, su cuerpo ofreciéndome cobijo, todo Henrik, invade todos mis sentidos haciendo que me convierta en su maldito titere.
El juego de actuar se nos fue un poco de las manos hace mucho tiempo.
—Lo siento.—Murmura contra mi oído.
—Tranquilo...
Me siento como si estuviera flotando en una maldita contradicción. Quiero que se separe para poder respirar tranquilo lejos de la alteración que provoca en todos los campos de mi cuerpo pero tampoco quiero que se aleje de mí por las buenas sensaciones que me produce: protección y...
protección.
—Ponte tu traje. Quiero ser el primero en verlo.
No se si eso ha sido una orden o simplemente me lo ha pedido como se pide el pan en la panadería.
En silencio saco el traje de su bolsa y lo dejo cuidadosamente sobre la cama: Cabe recordar que estamos en una habitación de hotel, es normal que haya una cama.
Lo veo de reojo sentarse una silla justo en frente del espejo. Cojo una bocanada de aire fresco y empiezo a desnudarme bajo su atenta mirada.
No debe darme vergüenza, ya hemos hecho esto antes.
—¿Me pasas la...—Cuando giro para señalarle lo encuentro tendiendome la chaqueta.—Gracias.
—De nada.
Me quedo mirándome a través del espejo aún pensando en si ponerme la corbata o no ponérmela.
—Hey, ahora me das opinión.—Me pongo la chaqueta y como si fuera capaz de leerme la mente me tiende la corbata.
La coloco alrededor de mi cuello como nos enseñaron los estilistas para que no pasara precisamente esto. Miro a Henrik haciendo pucheros. No voy a reconocer que no se ponerme la corbata porque no se ponerme la corbata y no me da la gana dañar mi orgullo.
—Aguarda.—Busca algo en su bolsillo y saca su segundo móvil. El negro y no ese blanco que siempre acostumbra a Isak. Me quedo viéndolo a través del espejo. Con una mano intenta apretarme la pajarita mientras con la otra mano graba al espejo. Hago una mueca porque me estaba apretando un poco.
Claro que mientras yo me ahogo él solo se ríe y graba nuestros reflejos.
—Me...me...—Saco la lengua pidiendo agua. Henrik ríe y me abraza por la cintura.
—Aflójala un poco.—Besa mi mejilla dando un suave apretón en mi cintura.—Vamos a charlar un poco allí.
Me lleva hacia unas sillas de lo más duras donde nos sentamos. Even me pregunta cosas triviales a lo que yo respondo con sinceridad.
—¿Ahora eres periodista?—Sonrío viendo lo que hace.
—No viene mal aprender del mundillo.
—Eres muy completo.—Sonrío.
—¿Que?
—Eres agradable, amable...sabes cocinar, tienes dinero.
—Nunca me había dado cuenta de lo perfecto que soy.—Me confiesa.—Gracias por hacérmelo ver.
—¿Lea nunca te dice esas cosas?
—No exactamente.—Me acomodo en el respaldo de la silla.
—¿Que te dice?
—Busco algo más que "pichoncito, cariñito, etc..." ¿sabes a lo que me refiero?
—Sí.
—Sonríeme un poco, pequeño.—Me cambia drásticamente de tema.
—¿Por qué?—Obedezco.
De mis labios sale una sonrisa espontánea. Esa sonrisa que solo surge cuando está él o se habla de Henrik.
—¿Te acuerdas que tenemos que grabar unas cosas para Isak y Even?
Henrik tiene la costumbre de, cuando nos toca grabar algo relacionado con la serie, en este caso, de nuestros personajes, siempre dice que lo grabamos para ellos, no por nosotros para trabajar y ganarnos el pan de cada día, sino que cuando él viene a grabar conmigo lo hace por y para darle a Isak lo que se merece desde el principio de la serie.
—No acabo de entender por qué dices siempre que grabamos para ellos.
—Escrito en el guión, si simplemente te leo, en este caso.—Coge el guión.—Que Isak sonríe viendo a Even cantar, realmente no sabes que siente Isak viendo a su novio cantar al leerlo en el guión...—Me mira sin tener muy claro si lo he entendido.—¿Sabes a lo que me refiero?
—Creo que si...
—Tu le das vida a Isak, viéndote a los ojos.—Se levanta de la silla y me coge de las manos.—Puedo saber que dice la sonrisa de Isak, que dice su mirar...en cambio si lo leo solo siento que son palabras que alguien ha puesto en el papel. Isak necesita de esos sentimientos y nosotros, Tarjei, tu y yo, necesitamos que el mundo conozca quienes son Isak y Even y que sienten por el otro.
Sus palabras me hacen suspirar y desear con todas mis fuerzas que Lea aproveche, cuide y mime a Henrik como se merece.
No todos los actores llegan a ver más allá de su personaje como para ver el de otra persona.
—Desde que vi a Isak en el primer capítulo, supe que necesitaba algo.
—¿Si?—Nos tumbamos en la cama.—¿El qué creías que necesitaba?
—Yo siempre vi que Isak estaba frustrado por estar viendo que sus amigos vivían experiencias que él no.
—¿Te refieres a que estaba celoso?
—No exactamente.—Contesta.—En su cabeza, yo creo que el sentía que todas esas mierdas del amor, el sexo, no habían sido creadas para él y eso le frustraba.—Se inclina un poco hacia mi cuerpo y acaricia mi pelo.—Luego en la segunda temporada, no se ve, pero es cuando Isak empieza a pasarlo mal con su familia por el tema de su madre y en la tercera luce triste.
—Hicieron milagros conmigo para hacerme las ojeras.—Sonrío.
—Cuando Even llegó a mi vida, supe que tenía que darlo todo de mí, para que Isak al fin, dejara de ser inseguro, para que no dudara de si mismo...—Abrazo su cintura y apoyo la cabeza en su pecho.—¿Soy un pesado, no?
—No.—Respondo sinceramente.—Me encanta oirte hablar.—Sigue.
—El día que nos conocimos en el casting sentí una especie de...
—Conexión natural.—Digo a su vez riendo.—Si que eres un poco pesado con eso.
—Supe que tenía que reflejar eso o incluso más con Isak y Even.
—Dejame decirte, que lo has conseguido.
Entonces, me acerqué a su rostro y le di un beso con el que demostrarle que tan buen trabajo hace cada día con Even para Isak, que Tarjei Sandvick Moe se ha enamorado de su personaje en la ficción.
—Eres un gran actor.—Murmuro rozando sus labios con los míos.
—El que está nominado al mejor actor del año eres tú, pequeño.
—No saben valorar tu talento.
—¿Y tú si?—Arquea las cejas.
—Has conseguido que yo me enamore de Even, imagínate cuanta gente más lo habrá hecho también.
—Solo he hecho lo que tenía que hacer.
—Ya...—Presiono mi frente con la suya.—Pues has hecho un trabajo excelente.
Y justo cuando volvía a acercarme para besarlo, llamaron a la puerta. Tove, vestida con un vestido blanco muy elegante entra en nuestra habitación
—Tenéis que salir ya. Las entrevistas empiezan en quince minutos.
Automáticamente nos levantamos de la cama. Yo voy a seguir a Tove cuando de repente Henrik me da la mano.
—Voy a estar ahí para ti todo el tiempo.—Entrelaza nuestros dedos.—Recuerda que tu y yo somos uno. Con una mirada nos decimos más que con palabras.
Los nervios empiezan a invadirnos pero el tacto del pulgar de Henrik acariciando mis nudillos en cierta manera me tranquiliza bastante.
—Está bien.—Cojo una bocanada de aire.—Allá vamos.
Abajo nos encontramos con Marlon, David y Sacha. Ellos, al igual que nosotros llevan sus mejores galas: David un traje rojo con mucho brillo, Marlon otro rojo pero de tono más mate y finalmente, Sacha lleva un traje gris normal y corriente, para no arriesgar mucho.
—Hey.—Henrik se acerca a mi oído.—La camisa de Isak te queda de muerte. Combina genial con el traje.—Me guiña un ojo y se aleja junto con los demás chicos, de nuevo al coche.
Por el camino nos encontramos varios fans a los que dejamos alucinando con nuestras vestimentas. En cuanto llegamos al coche, encuentro a Henrik mirando su móvil.
—¿Pasa algo?—Acaricio su mejilla.
—Es una locura esto de las redes sociales.—Me enseña el móvil.
—¿Que esperabas?—Dice Marlon cuando entra en el coche.—Si nos ven y se hacen una foto con nosotros, la foto va de cabeza a instagram.
—La esperaba un poco más tarde.—El coche se pone en marcha.—No a los dos minutos de habernos ido.
—Ya, eso sí que es una locura.
Me quedo apoyado en el asiento, soñando despierto con los galardones colocados meticulosamente en la estantería de mi habitación, con la fiesta que nos montaremos en cuanto los premios terminen, pero sobretodo con Henrik lejos de Lea unos días mas.
—Me he apuntado a una agencia.—Dice Henrik.
—Si, hubo polémica con el tema.—Añade Magnus.—Hicieron lo que quisieron con tu entrevista. Julie nos lo dijo...
—Eso también lo sé.—Bufa.—Y me frustra mucho que manipulen lo que digo.
A mi no me frustra, a mi me enfada que le hagan eso a alguien tan bueno y bondadoso como Henrik.
—Cuando salga a la luz...
—No pienses ahora en eso.—Le sugiero.—Piensa en el fiestón que nos vamos a montar después.
Me sonrie reconfortado y nos abrazamos. Una vez más, me muero por besarlo, pero como es una cosa privada nuestra –aunque ellos lo noten a leguas– decido contenerme un poco.
—Hemos llegado.—Anuncia Tove. El coche frena y se gira hacia nosotros.—Váis a encontraros con periodistas despiadados en busca de información jugosa y si pueden envolveros en polémica lo harán.—Nos mira uno a uno advirtiéndonos.—Responded a lo mínimo. Punto.
—Pero...
—¡Fuera del coche que llegareis tarde!
Inmediatamente Marlon abre la puerta y vamos saliendo del coche uno a uno. Esta claro que Tove no quiere que se cuestione nada de lo que hace, siempre me deja con la palabra en la boca y eso me frustra.
—¿Que ibas a decir ahí dentro?—Levanto la cabeza. Acto seguido Henrik rodea con su brazo mi espalda y la acaricia.
—No importa.—Miro al frente.—Enserio, no...
—A mí si que me importa.
—Sabemos a lo que nos exponemos cuando entramos en el mundo de la actuación...—Murmuro.—A mi me pagan, a ti también...si nosotros ignoramos a los periodistas, ellos no cobran.—Le explico.
—¿Eso es así?
—Mi tío es periodista y...digamos que no le va muy bien.
—Entonces responderemos a lo que podamos, ¿vale?
—¿Lo haces solo por complacerme a mí?
—¡No! No quiero que por culpa nuestra la familia de alguien se quede sin comer.—Continúa acariciando mi espalda.—Tampoco es que tenga nada que ocultarle al mundo...—Lo miro con una ceja alzada.—Bueno, sí. Pero tu calla.
Los dos nos empezamos a reír hasta que viene un grupo de hombres a guiarnos dentro, junto con los demás.
—¿Nerviosos?—Pregunta David.
—Mucho.—Decimos Henrik y yo a la vez.
—Tíos, será divertido.—Añade Sacha.—Y muy genial.
Cuando un hombre se acerca hacia mí y me dice que yo entraré primero, el pánico me invade y me pongo tan nervioso como en la sala de espera del médico.
—Iré detrás de ti todo el tiempo, pequeño.
—Prométemelo.
—Que si, ¡sal a divertirte ya!
Continuará...
¡Aquí está la segunda parte de los premios Gullruten!
Espero que os haya gustado! Votad si os ha gustado, que no cuesta nada.
Podéis decirme en los comentarios todo lo que penséis y pedirme también el one-shot que queráis que haga.
Y ahora: Estoy dudosa.
Esque este capítulo estaba quedando larguísimo y no quería alargarme más para que no quedara muy coñazo.
He pensado que podría hacer un tercer capítulo de los premios Gullruten.
¿que os parece la idea? ¡decidme en los comentarios!
Este capítulo también va dedicado a biebs_larryx que fue quien lo pidió. Sobre todo, espero que te haya gustado a ti.
No olvideis de seguirme en mis redes sociales...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro