VIII: Tan cerca pero tan lejos (Beal)
Sugerido por WickedDesires1
El one shot está inspirado en la trama del anime "El bosque de las luciérnagas"
Aclaración: Acá la isla de los perdidos no existe.
Auradon era el reino perfecto, con jardines perfectos, playas perfectas, ropa perfecta, gente perfecta, y por supuesto, reyes perfectos.
Los reyes Adam y Bella gobernaban de forma justa y bondadosa el reino, unos de los mejores reyes que pudo haber tenido Auradon.
El príncipe Benjamin es el hijo de la pareja real con 8 años de edad.
A pesar de su corta edad, se observaba claramente que iba a llevar un muy buen liderazgo al reino, tal como sus padres lo hacen.
En aquellos momentos el pequeño príncipe se encontraba dentro de unas "clases adicionales", aquellas clases se le daban únicamente a los niños entre 7 y 9 años de sangre real que estudiaban en la prestigiosa primaria de Auradon. El fin de estas clases era preparar a los niños para futuros deberes reales, eventos, entreotros.
Ben miraba con mucha atención la lección de ese día, a pesar de su corta edad se tomaba muy en serio el rol de futuro heredero al trono, y quería estar lo mejor preparado posible desde ya.
Sentada a su lado había niña de su edad, apoyaba el peso de su cabeza sobre su mano, miraba con cierto aburrimiento y desinterés la clase mientras sus ojos poco a poco se cerraban.
-No te duermas Lon, esta lección es importante-le susurró Ben mientras le sacudía ligeramente el hombro a la niña sentada a su lado que a parte, era una de sus mejores amigas.
La niña bostezó y se rascó los ojos.
-¿Que tiene de importante el vals, Ben?, es aburrido-le susurró Lonnie.
-Pues, como eres una princesa, algún día te van a invitar a eventos de princesas, y tendrás que bailar el vals con príncipes-le explicó Ben.
-Bueno, en teoría no soy una princesa, ya que no soy hija de una reina, si no de la emperadora de china.
-Bueno, igual es parecido.
-A parte, ya se bailar vals.
-Pues acá te enseñan a bailar más correctamente-le responde Ben.
-Señor Benjamin Beast, señorita Li Lonnie ¿Les parecería pasar al frente y ser los primeros en darnos una demostración de como bailar el elegante y sofisticado baile que es el vals?
-Si señor Din Don-dijeron rápidamente Ben y Lonnie el señor Din Don era demasiado estricto y los niños le tenían miedo.
Ambos niños fueron al frente de la clase, ya al estar ahí Ben puso una mano en la cintura de Lonnie mientras Lonnie puso su mano en el hombro de Ben, luego entrelazaron sus manos sobrantes.
Cuando la música resonó los dos empezaron a bailar el vals al ritmo de la música, de forma fluida y elegante, mientras que el señor Din Don explicaba el baile.
Lonnie y Ben se consideraban hermanos entre si, por lo tanto esa clase de contacto o cercanía no los ponía nerviosos o incómodos como sería con otros niños, simplemente no les causaba nada.
-¿Ves? Bailar vals no es tan malo-dijo Ben, mientras ambos bailaban.
-Nunca dije que fuera malo, solo dije que era aburrido-le respondió Lonnie-y aún lo es.
-Lo que tu digas Lon-dijo Ben algo burlesco mientras rodaba los ojos.
Mientras Ben y Lonnie seguían bailando la vista de Ben se cruzó con una de las tantas ventanas del salón, donde logró divisar algo que parecía ser...una silueta humana, observándolo fijamente.
-L-lonnie, ¿Viste eso?-pregunta Ben en shock.
-¿Ver que?
-Allí, en esa ventana.
Lonnie como pudo intentó mirar a la ventana sin romper la continuidad del vals.
-Allí no hay nada Ben-dijo Lonnie extrañada.
-¿Que? pero- -Ben también miró como pudo a la ventana, la silueta había desaparecido-...te juro que vi una silueta de...una niña.
-Probablemente fue un fantasma~ -dice Lonnie, imitando la voz de un fantasma al decir la última palabra, Ben la mira asustado- es un chiste- ríe- relájate, solo debe ser tu imaginación
-Pero se vió...tan real.
-Señor Benjamin, concéntrese, está perdiendo la postura, lo que es muy importante para bailar correctamente el vals-Lo regañó el señor Din Don
Ben sacudió brevemente la cabeza para concentrarse bien en el vals.
(...)
La clases ya había finalizado , Lonnie y Ben se encontraban caminando a la salida.
-Te lo juro Lonnie, lo que vi fue muy real-le insiste Ben a su amiga.
-No sigas insistiendo con eso Ben, quizá sólo fue una niña cualquiera asomándose por la ventana-dice Lonnie restándole importancia al asunto.
-Pero esa chica se veía cómo...rara, no parecía ser de Auradon, o de cualquier otro reino.
-Vamos Ben, no creo que sea nada importante, probablemente sólo dormiste poco anoche y ahora estás algo cansado-le dijo Lonnie poniendo una mano sobre su hombro.
-Si...eso debe ser-se convenció Ben.
Después de esa conversación ambos niños llegaron a la entrada, donde se encontraron con otros dos niños de 8 años al igual que ellos, los cuales eran sus otros mejores amigos.
-Hola Jane, hola Doug-saludó Lonnie.
-Al fin llegan ya nos estábamos aburriendo de esperar-comenta Doug.
-Tuvimos, unos pequeños retrasos-dijo Ben-pero ya estamos aquí.
-Ahora que estamos todos acá...¡El último en llegar a la playa es una calabaza podrida!-exclamó Lonnie y casi al instante fue corriendo en dirección a la playa, la cual no quedaba muy lejos de allí.
Ben apenas reaccionó corrió en la misma dirección que ella.
-¡Ey! ¿¡Es tan difícil dar una cuenta regresiva antes de hacer estas cosas?!-exclama Doug para después correr.
-C-chicos ¡espérenme!-exclama la pequeña Jane para después intentar alcanzar a sus amigos, a pesar de ser la más lenta de los cuatro.
Tras una pequeña carrera, los 4 niños llegaron a la playa, o más bien al límite entre la arena de la playa y la acera.
Como estaban en la temporada de otoño, la playa estaba prácticamente vacía, y les gustaba aprovechar esta situación para poder jugar libremente allí.
-Bien, ¿Ahora que hacemos?-pregunta Ben.
-...¿Y si jugamos a las escondidas?-sugiere Lonnie.
-Por mi está bien.-dijo Doug.
-Por mi también-dijo Jane.
-Está bien, las escondidas serán-dijo Ben.
Así siguieron toda la tarde jugando. Lonnie y Ben, al ser parte de la realeza, no tenían mucho tiempo para jugar o hacer cosas de niños normales de 8 años, tenían que asistir a eventos con sus padres, tener clases adicionales, etc; por la tanto esos momentos donde podían divertirse los apreciaban mucho.
Los 4 niños estaban a punto de comenzar una nueva partida de escondidas, una partida como cualquier otra.
O al menos, eso pensaba Ben.
Sin imaginar que aquella partida iba a cambiar su vida por completo.
-Es tu turno de contar, Doug, otra vez-señaló Lonnie.
-Esta bien-dijo Doug rodando los ojos. Se dió vuelta de forma en que el quedaba dando la espalda a la playa y se cubrió los ojos-1, 2, 3...
Cuando empezó a contar Ben, Jane y Lonnie salieron corriendo en busca de algún escondite.
Pero Ben miró al rededor en busca de algún buen escondite cercano, sin obtener resultado, estaba empezando a afligirse.
-30, 31, 32......-escuchó Ben de parte de Doug.
En un ataque de pánico, corrió a la primera dirección que se le ocurrió y sólo se preocupó de correr lo más lejos posible para que Doug no lo encuentre.
Ben no calculó cuanto tiempo estuvo corriendo, pero sabía que la distancia entre donde estaba el y donde se supone que estaba Doug y las demás era mucha, así que suponia que estaba a salvo.
Se sentó apoyándose en una piedra cercana para recuperar el aliento.
Miró a su alrededor con cierta curiosidad e intriga.
-Nunca he estado en esta parte de la playa-murmuró Ben.
La parte de la playa donde había llegado Ben era la parte que topaba con uno de los bosques más grandes de Auradon, en aquel bosque la gente solía decir que que hay distintos seres mitológico y peligrosos, cosa que provocó que el pueblo entero prefiriera no acercarse allí.
Ben realmente sentía mucha curiosidad de entrar allí, sin embargo sabía que hacerlo estaría mal y que le podía pasar algo malo.
Continuó un rato mirando al hermoso horizonte y escuchando las olas del mar, aquella zona, al estar tan alejada de todo lo demás, era muy silenciosa.
En medio de todo el silencio escuchó un ruido proveniente del bosque, como si algo o alguien se moviera entre los arbustos.
Ben se volteó, pero no vió nada, sólo vió los árboles del bosque.
-Debió ser sólo el viento-pensó Ben en voz alta.
Tras esto, a Ben se le ocurrió la idea de recolectar algunas caracolas y conchas de mar, como aquella zona de la playa era muy poco visitada habían muchas de estas en la orilla sin ser recogidas.
Todas las caracolas y conchas marinas que encontraba las guardaba con el bolsillo de su pantalón, planeaba buscar las más bonitas para dárselas a sus amigos.
-Esta tiene un poco de celeste, seguro le encantará a Jane-se dijo Ben a si mismo admirando una concha marina recién recogida, para luego dejarla en su bolsillo-y esta tiene un poco verde, le va a encantar a Doug...¡Whoa!-exclama Ben cuando una ola casi lo alcanza pero afortunadamente alcanzó a correr.
Cuando la ola se fue, Ben notó como la marea había arrastrado una caracola con hermosos detalles rosados.
-Definitivamente esa le encantará a Lonnie-dijo Ben agarrándola del piso, cuando la sostuvo en sus manos para admirarla un pequeño cangrejo salió de esta, al parecer Ben había encontrado el hogar de este pequeño animalito- ups, discúlpeme señor cangrejo-se disculpó dejando al animal en el piso.
Ben miró como el crangrejito se fue en dirección opuesta al agua, pero de la nada su vista se topa con...una silueta, estaba en el bosque, espiándolo en silencio.
La silueta, un segundo después de que Ben lo viera volvió a ocultarse.
-¿Hola?-dice Ben acercándose lentamente al bosque- ¿Hay alguien ahí?
No hubo respuesta.
-No se quien seas, pero tranquilo...o tranquila, puedes salir, soy amistoso, no voy a hacerte daño.
De nuevo no hubo respuesta.
-Quizá Lonnie tiene razón, debo estar cansado y por eso veo cosas-se dijo Ben así mismo, para luego voltear en dirección contraria al bosque.
Tras algunos segundos, Ben escucha de nuevo el estruendo de las ramas moviéndose, esta vez estaba seguro de que no era su imaginación.
Rápidamente se voltea y finalmente logra ver con claridad quien era la persona que lo "atormentaba" ese último rato.
Era una niña, parecía tener más o menos su edad, sin embargo su apariencia era demasiado inusual, asta se atrevería a decir que no era humana.
Su piel era blanca, tan blanca que asta se atrevería a decir que ni siquiera tenía pulso, su cuerpo era delgado pero no al punto de parecer desnutrido, tenía unos lindos ojos verdes, y su cabello era corto y ¿morado?
La niña al percatarse de su mirada, en vez de correr se quedó en shock y miró con cierto miedo el niño frente a ella.
-Hola-saludó Ben acercándose con lentitud a la niña- soy Ben ¿Como te llamas?
La niña en vez de responder, salió corriendo adentrándose al bosque.
-¡Espera!-exclama Ben corriendo tras la niña, así entrando al bosque- ¿A donde vas? ¡El bosque es peligroso!-vuelve a exclamar la niña era muy rápida, así que poco a poco la fue perdiendo entre los árboles-¡Espera! ¡Niña!
-¡Ugh!-escuchó el grito de la niña, más un golpe en el piso, al parecer había tropezado, dándole tiempo a Ben para alcanzarla.
Al llegar la vió en piso sobándose una rodilla.
-Auch-pronunció la niña.
-¿Estás bien?-preguntó Ben- ven, te ayudo- se acercó a la niña con la intención de ayudarla a pararse.
-NO-grita la niña alejándose de la mano de Ben- No...me toques, en serio.
-Por favor, no me tengas miedo, no voy a hacerte nada malo, sólo quiero ayudarte.
-No puedes tocarme.
-¿Porque? ¿Es porque soy el hijo de los reyes de Auradon? Tranquila, no tienes que temerme por eso, en el fondo soy sólo un niño normal.
-No es por eso...no lo entenderías.
-Está bien- dijo Ben dudoso, simplemente supuso que a ella no le gustaba que los niños la tocaran o algo así- ¿Como te llamas?
-Yo...soy Mal-dijo dudosa la niña mientras se paraba del piso.
-"Mal", que nombre tan...inusual, ¿Eres extranjera o algo?
-Pues, podría decirse que no tengo sangre Auradiana.
-Está bien-dijo Ben, intentaba hablarle suave y acercarse despacio a Mal para no asustarla-¿Que edad tienes?
-Tengo 8 años-dijo Mal- al igual que tu.
-¿Tu como sabes eso?
-Eres el futuro heredero al trono, es prácticamente imposible no saber quien eres, o tu edad.
-Tiene sentido-dijo Ben- ...¿Te parece si salimos de este bosque? Estar aquí es peligroso-miró alrededor con cierto temor.
-Este lugar no es peligroso-exclama Mal-es mi hogar...
-¿Hogar?-pregunta Ben extrañado-nadie entra nunca a este bosque ¿Porque alguien viviría aquí?
-Este...olvídalo. Pero no pienso salir de este bosque-dice Mal cruzándose de brazos
-¿Está bien...?-dice Ben dudoso-eres rara.
-Si eso te molesta ¿Porque no te vas?
-No no no, no lo dije por ser malo. ¿Sabes? Siempre he creído que es mejor ser raro que ser normal y aburrido-dice Ben sonriendo.
-Yo pienso lo mismo-dijo Mal- aunque de todas lo que para ti es "raro" para mi es normal.
-¿Que? ¿Como así?
Mal apretó los labios dudosa, como si hubiera revelado más de lo que debería.
-Tranquila, se que apenas nos conocemos, pero no te preocupes pued-
-De acuerdo, te lo diré.
-¿En serio?-pregunta Ben sorprendido-¿así nada más? Valla, pensé que sería más difícil.
-De todas formas, si revelas lo que te estoy por decir, nadie te va a creer.-responde Mal-eres un niño, creerían que es tu imaginación.
Ben iba a decir algo al respecto, pero luego que lo pensó cerró la boca.
"Para tener esa edad , es muy inteligente"piensa Ben
-¿Entonces me contarás?.
-Por supuesto-Mal respira hondo- Hay una leyenda que pocos conocen, la leyenda de los humanos de sangre blanca.
-Espera...Creo que la conozco-exclama Ben.
-¿De verdad?
-Si, cuando era más pequeño, como de unos 6 años...recuerdo que estaba jugando en la biblioteca de mi madre, corría por toda la biblioteca, asta que llegué a un rincón muy alejado de todo lo demás, tenía mucho polvo, y telarañas, no recuerdo como exactamente, pero debajo de los estantes encontré un libro, se veía viejo , incluso diría que estuvo ahí desde antes que naciera, vi que en la tapa estaba el título "la leyenda de los humanos de sangre blanca"
-¿En serio?
-Exacto, recuerdo que cuando encontré ese libro me senté en el piso y lo comencé a leer , estuve toda la tarde en la biblioteca leyendo el libro, asta que ya era hora de cenar, y dejé el libro en alguna parte de la biblioteca, desde entonces no lo he vuelto a encontrar-Ben hace una pausa intentando recordar como era la leyenda- recuerdo que los humanos de sangre blanca eran como humanos normales pero con características peculiares, como piel pálida, demasiada delgadez, o en ciertos casos cabello de algún color poco humano...también recuerdo que al más mínimo roce con algún otro humano real, el humano de sangre blanca...desaparecía, gracias a un hechizo o algo así.
-Así es la leyenda-dijo Mal-o más bien, así es mi leyenda.
-¿Tu leyenda?, estás diciendo que...
-Así es-lo interrumpe Mal- yo soy, una humana de sangre blanca.
Ben abrió los ojos bien abiertos, sin creer lo que acaba de escuchar, estaba justo en frente de literalmente una leyenda. La siguiente reacción que tuvo Ben no la esperó Mal.
-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA-rió Ben a carcajadas.
-¿De que te ríes? ¡Deja de reírte! ¡No es gracioso! ¡Lo que te estoy diciendo es verdad!
-Lo siento, es que...-Ben intenta recuperarse de la risa-es difícil creerte, los humanos de sangre blanca son sólo una leyenda, y las leyendas...
-¿No son reales?-dijo Mal antes de que Ben termine- Pues te equivocas, la leyenda es verdadera, y no soy la única humana de sangre blanca, hay mas como yo.
-Lo siento, pero... no te creo.
-Ben...¡Mírame!-gritó Mal.
Ben la miró de pies a cabeza.
-Ahora, piensa ¿Me parezco a alguna otra niña de 8 años? ¿Conoces a otra chica de 8 años com característica cómo las mías? ¿Con este cuerpo? ¿Esta piel? ¿Este cabello?
-De hecho...no... pero...es que esto es imposible.
-Dime ¿Un humano común y corriente podría hacer esto?
En eso Mal da un salto, pero no un salto común y corriente donde sólo te levantas algunos centímetros del piso y luego vuelves a caer, si no que saltó de una forma inhumanamente alta, incluso llegó un punto donde saltó por sobre las hojas y perdiéndose de vista, pero luego volvió a descender, cayendo sobre una rama de un árbol cercano.
-T-t-tu -Ben no podía articular bien las palabras, estaba en shock-a-acabas de...
-¿Ves? No soy una humana cualquiera, soy literalmente una leyenda. Nosotros somos particularmente livianos, así que podemos saltar a alturas muy altas.
Ben estaba boquiabierto, no podía creer lo que acaba de ver.
"¿Me tendrá miedo? Ya me estaba empezando a caer bien"
Pensó Mal, se sentiría triste si Ben escapara de ella, ya lo estaba empezando a considerar como un amigo.
-Esto...¡ESTO ES INCREÍBLE!-exclamó Ben.
-Se que probablemente ahora me tienes miedo pero...Espera ¿Que?
-¡Si! ¡Es la primera vez que estoy hablando con alguien que no es humano pero tampoco animal! Esto...esto es lo mejor que me ha pasado.
-¿Lo mejor?
-Si, o bueno, al menos lo más emocionante, aunque no lo creas, la vida de ser el príncipe de Auradon es mas aburrida de lo que parece ¡Nunca te dejan hacer nada! Así que nunca tengo tiempo para salir a explorar mi propio futuro reino...así que nunca puedo encontrar esta clase de maravillas.
-¿Yo soy una maravilla?
-Claro ¡Eres increíble!
-...¿Sabes Ben? Aunque seas un humano...me caes muy bien.
-Y aunque tu seas una...no humana, también me caes muy bien.
-...Ven, quiero mostrarte mi lugar secreto.
-¿Lugar secreto? No es que no quiera verlo pero...apenas nos conocemos.
-Se quien es de confianza cuando lo veo, a parte, ese lugar si es muy secreto...para los demás como yo, no para los humanos.
-Está bien, vamos.
Mal se dejo caer de la rama donde estaba cayendo bastante cerca de Ben.
-Recuerda, mantén tu distancia, si un humano me toca, desaparezco.
-Ok-Ben se alejó unos tres pasos de Mal-te sigo.
Mal empezó a avanzar y Ben la siguió. Como aquel bosque era tan desolado no tenía senderos o algo por el estilo, así que Ben no podía caminar sin tener agacharse para pasar por debajo de las ramas de los árboles, saltar para no caminar sobre ramas con espinas o hiedra venenosa; o tener que esquivar los árboles y arbustos que se le atravesaban.
Mientras que Mal caminada con total naturalidad, sin pausas o algún desliz, como si ha hubiera caminado por ese bosque miles de veces, lo cual obviamente ya ha hecho.
-Hey, ve más despacio-se quejó Ben.
-Agh, los humanos son tan lentos, no aguantan nada-dijo Mal rodando los ojos-pero si te sirve de consuelo, ya nos estamos acercando a la parte del bosque donde hay pocas plantas, así que podrás caminar más tranquilo.
Cuando finalmente Ben logra alcanzar a Mal ambos caminan juntos, con un metro de distancia uno del otro.
-Oye, ¿Podrías...contarme más de los tuyos y...de cómo es tu vida?
-Claro, ¿Que quieres saber?
-¿Cuantos más hay como tu?
-No muchos, somos unos...50 máximo, somos una clase de "grupo"
-¿Y ustedes viven en una aldea o algo así?
-Realmente no, estamos dispersados a lo largo del bosque. En realidad no solemos tener mucha comunicación entre nosotros.
-Oh, ¿Y ustedes pueden salir del bosque?
-Hay varias cosas que no podemos hacer, como salir del bosque, dejar que los humanos te vean, hablar con los humanos, saltar muy alto, y otras cosas.
-Pero...tu las desobedeciste todas.
-Exacto-dijo Mal orgullosa- las reglas son tontas ¿Quien las necesita?
-...Oye, si hay más como tu dispersados por este bosque, ¿Es posible que alguien nos esté viendo en este momento?
-Claro que no...supongo.
-¿S-supones?
-Mira, ya casi llegamos-exclama Mal.
Mal pasó por unos arbustos algo altos, Ben la siguió con algo de dificultad, no estaba acostumbrado a esas cosas, estaba acostumbrado a los arbustos cortados simétrica y elegantemente, y además estaba acostumbrado a pasar al lado de ellos y no a través.
Al otro lado había un pequeño río, a decir verdad aquel lugar no tenía ningún atractivo, el rio tenía agua verde y no se podía ver a través de esta, sin mencionar las malezas sin cortar a la orilla que le daba una apariencia peor. Y como la cereza del pastel, el olor era vomitivo
-¿Este es tu lugar secreto?...emmm ¿Wow?
-No, acá no es es, es al otro lado.
Mal, sin ni siquiera tomar vuelo previamente , saltó al otro lado del riachuelo cayendo exitosamente en la orilla.
-Vamos, es tu turno.
-Pero la distancia es mucha, no creo que pueda cruzar de un salto.
-No son ni 2 metros de distancia, vamos, tu puedes.
Ben miró nervioso el río corriendo, suspiró, empezó a dar algunos pasos hacia atrás para agarrar vuelo.
-1, 2...3
Corrió hacia la orilla lo más rápido que sus piernas le permitieron, apenas llegó a la orilla, saltó.
Al estar en aire sintió una sensación que pocas había experimentado en su corta vida, la libertad.
Aunque estuvo a un pelo de caerse al agua, logró pasar la orilla del otro lado con éxito.
-LO HICE-exclamó Ben feliz.
-Genial, ahora vamos, estamos cerca.
Caminaron un rato hasta que Mal paró en seco.
-Tápate los ojos, quiero que sea sorpresa.
-Pero no podemos tocarnos¿Que pasa si me caigo?
Mal agarró su mentón y se quedó pensando unos segundos, hasta que se le ocurrió una idea.
-Ya se-Mal toma un palo del piso y agarra un extremo-mientas con una mano te tapas los ojos con la otra agarras el extremo de esta rama, será como si te estuviéramos tomados de las manos.
-Buena idea-dijo Ben.
Con su mano izquierda se tapa sus ojos mientras que con la otra agarra firmemente la rama que tenía Mal.
Luego empezaron a caminar, de forma lenta pero al menos avanzaban. Mal tenía que ir indicándole a Ben a donde pisar o que iba a pisar.
A pesar de caminar tan lento, se divertían y el sonido de sus risas y conversaciones dominaba el ambiente, lo que daba una atmósfera de felicidad pura.
Cuando ya estaban más cerca del escondite Ben escucha un ruido nuevo en el ambiente.
-¿Eso que se oye es agua?-pregunta Ben
Mal suelta una escasa risa.
-Ya verás.
Tras avanzar unos pocos pasos ya casi estaban allí.
-Ten cuidado, ahora hay una bajada.
Con algo de dificultad, empezaron a descender por esa bajada intentando no caerse ni hacerse daño, hasta que finalmente pisaron tierra firme.
-Listo, puedes destaparte los ojos.
Ben se destapó los ojos y quedó en shock ante la vista frente a el.
Mal lo había llevado a un lago, un hermoso lago.
Las aguas de aquel lago se movían de forma constante, ni muy despacio ni muy fuerte. El agua era completamente cristalina y el reflejo que se formaba por la luz del sol le daba un toque aún más atractivo. La vegetación alrededor era completamente verde, sin ni una planta seca o maltratada.
El lugar era natural, puro, si ni una intervención del humano, conservando su belleza natural sin ser arruinada por nadie.
Él lugar llegaba a ser irreal, parecía ser un lugar mágico.
Parecía ser un lago encantado.
-¿Que te parece?- Preguntó Mal
-Esto...esto es hermoso-dijo Ben aún en shock-¿como encontraste este lugar?
-La verdad este lago es mi lugar secreto desde que tengo memoria, no recuerdo exactamente como lo encontré, sólo se que siempre voy acá cuando quiero relajarme o cuando no quiero ver a nadie.
-Esto es genial ¿Como es que nadie más ha encontrado este lugar?
-No tengo idea, suerte, supongo.
-Tienes suerte de tener este lugar para ti sola.
-Bueno, ahora es de ambos.
Mal le sonríe a Ben y Ben no puede evitar devolverle la sonrisa.
-Ven, vamos al agua-dice Mal mientras se sacaba sus botas, se sacó sus calcetines y se arremangó sus leggins desgastados.Al terminar de hacer esto corrió y entró a la parte poco profunda del agua.
-Pero Mal...mis papás no puedo jugar en el agua con ropa porque eso no lo haría un príncipe-dijo Ben algo desanimado.
-Ben, ¡Vive alguna vez! Tu mismo lo dijiste, tus deberes reales no te permiten ser un niño, pero si quieres saber lo que es la libertad, deja ir esas reglas y obligaciones, al menos un rato, ¡Y diviértete! Solo eres niño una vez en la vida.
Ben mira sorprendido a Mal por sus palabras.
-¿Entonces? ¿Que dices?
Ben se limita a sonreír.
Se empieza a quitar los zapatos, luego los calcetines, quedando así descalzo. Se saca la chaqueta de su traje medianamente formal que llevaba y finalmente se arremanga los pantalones lo más arriba que podía.
Mal lo miraba mientras sonreía.
Ben se acercó al agua y lentamente empieza a entrar.
-Está fría-dijo Ben con voz temblorosa.
Al escuchar eso, lo primero que hace Mal es salpicarle agua con su pie, empapándolo.
-Ey-exclama Ben, Mal se ríe- no pienso dejar que te salgas con la tuya- Ben le salpica agua de vuelta.
-Oye-se queja Mal, Ben se burla de ella- ¿Con que así serán las cosas, eh?
Así empieza una guerra dé salpicarse agua. Por primera vez, a Ben no pensó en las consecuencias, no pensó en si lo que hacía era digno de un príncipe, no pensó en el futuro.
Sólo pensó en divertirse, sin restricciones, como cualquier niño de su edad.
Era feliz.
El tiempo siguió entre agua, risas, juegos y diversión.
Cuando empezó a hacer algo de viento decidieron salir para no resfriarse...o bueno, para que Ben no se resfríe, ya que cómo Mal no era humana, no podía resfriarse.
-¡No me he divertido así desde hace años!-exclama Ben.
-Te lo dije, tienes que soltarte más seguido-dijo Mal.
-Ojalá hacerlo fuera tan fácil como decirlo-dijo Ben suspirando melancólicamente.
Un silencio se formó entre ambos niños mientras miraban el movimiento constante del agua.
-Oh, acabo de recordar algo-dijo Ben, en eso de un bolsillo interno de su chaqueta sacó una pequeña bolsa.
-¿Que es eso?
-Pues, hace poco fue Halloween, así que aún me sobran dulces, y guarde unos pocos en mi bolsillo, podríamos compartirlos.
-¿Dul...ces?-pregunta Mal extrañada-¿Que son los...dulces?
-¿NUNCA HAZ PROBADO UN DULCE? -exclamó Ben.
-Pues, yo sólo como cosas que encuentro en el bosque, y acá...no hay dulces ni nada por el estilo.
-Créeme TIENES que probar esto.
-Siempre hay una primera vez-dice Mal encogiéndose de hombros.
Ben abre la bolsita y vacía los dulces que había en su interior sobre una piedra que había entre medio de ambos, eran unos 10 dulces más o menos, todos de distintos colores y sabores.
-Mira, hay de Mango, de banana, de manzana, de fresa...
-Ja "Fresa", que nombre tan chistoso-ríe Mal-quisiera probar el dulce de "Fresa"
-Seguro, es ese dulce rojo de ahí.
Mal saca el dulce y lo mira con curiosidad, sim saber como comerlo.
-Entonces...¿Solo lo como?
-Así es.
En eso ella se hecha el dulce a su boca, con envoltura y todo, no la podían culpar, era nueva eso de comer.
-No, así no es.-dijo Ben, Mal escupe el dulce.
-¿Y como es?
-Mira-Ben agarra uno de los tantos dulces-primero quitas la envoltura, así-empieza a quitar la envoltura poco a poco dejando libre el dulce de forma lenta, para que Mal entendiera como se hace. Mal prestaba atención como si fuera la cosa más interesante del mundo.-luego te lo comes.
Mal imita a Ben y empezó a desenvolver el dulce entre sus dedos. Ya con el dulce libre, ella lo olisquea un poco, tenía un olor agradable. Entonces se lo mete a la boca y su expresión cambió completamente.
-...¿Mal? ¿Est-
-Esta es la mejor cosa que he probado en toda mi maldita vida.
Intentaba mantener dentro de su boca el dulce el mayor tiempo posible para conservar el sabor.
-Me alegra que te halla gustado.
-¿Tienes más?
-Ahora no tengo más,los demás dulces los dejé en mi cuarto, lo siento-se disculpa Ben.
-¿Y tu puedes comer estos "dulces" todos los días?-pregunta Mal asombrada.
-En realidad no, mis padres dicen que si como dulces todos los días me va a doler la panza-dijo Ben-pero si suelo comer otras cosas todos los días, la comida que hacen los sirvientes del castillo son deliciosas...menos todo lo que tiene calabaza-hizo una mueca de asco-no entiendo como a Lonnie le pueden gustar tanto-lo último lo dijo más para el que para Mal.
-Oh, esa es tu novia ¿No?-pregunta Mal con curiosidad.
-¿Novia?-pregunta Ben extrañado-¿De que estás hablando?
-La niña esa china de pelo negro y corto-dijo Mal-¿No era tu novia?
-A ver a ver a ver, ella y yo NO somos novios.
-ah, ¿Terminaron?
-No no no no no no-dijo rápidamente Ben- a ver ¿De donde sacaste que ella era mi novia en primer lugar?
-Pues, hoy los vi bailar muy juntos en un salón y pues...
-Ok, en primer lugar, aún estoy muy pequeño para tener novia o siquiera pensar en amor-aclaró Ben-en segundo lugar, conozco a Lonnie desde que tengo memoria, la quiero mucho y todo pero no al punto de que me guste o algo así, es como la hermana que nunca tuve-explicó- y en tercer lugar, estábamos bailando "muy juntos" es porque nos estaban enseñando a bailar vals, y el vals requiere esa cercanía.
-Oh...entonces ¿No tienes novia?
-Nop, quizá cuando sea adolescente consiga alguna novia, pero por ahora no.
Mal, de forma totalmente inconsciente sintió cierta felicidad al escuchar su declaración, en el fondo había quedado muy aliviada.
—Pues...lamento haber sacado esa conclusión, es que en realidad no conozco el vals.-se disculpa Mal.
-Créeme, si los humanos normales pudieran tocarte sin problemas, te llevaría a la ciudad y te enseñaría todo sobre los humanos-dice Ben sonriéndole a Mal-lástima que el hechizo que tiene tu gente no lo permita...
Cuando Mal escucha eso frunce inmediatamente el ceño.
-Lo que tenemos no es un hechizo, es una maldición.
-¿Maldición?-pregunta Ben extrañado-según lo que yo leí de la leyenda, hace muchos años hubieron dos reinos, uno de esos reinos era Auradon, el nombre del otro reino era desconocido, los dos reinos vivían en armonía, pero un día, sin ninguna razón, el otro reino arremetió contra Auradon, tomándolo por sorpresa, Auradon intentó arreglar todo de forma pacífica sin que nadie saliera lastimado, pero fue inútil, el otro reino no cesaba. El ataque del otro reino ya había afectado a gran parte de Auradon, así que Auradon tomó la decisión de contraatacar. Como entre los dos reinos Auradon era el único que poseía magia, no tuvieron otra opción más que usarla contra ellos para no seguir perdiendo vidas; en ese tiempo, la persona que los Auradianos consideraban como "el Hada Madrina" hizo un hechizo contra todos los habitantes del otro reino, aquel hechizo transformó a todas esas personas en "seres humanos" con características completamente inhumanas, como la falta de necesidades como comer o dormir, piel palida en la mayoría de los casos, pero la principal característica y el principal objetivo del hechizo era que al más mínimo rose con otro humano, iban a desaparecer, no quedaría nada de ellos. Este hechizo provocó que la población del otro reino disminuyera rápidamente; Auradon le dió la opción de rendirse y deshacer el hechizo, pero el otro reino no aceptó e intentó seguir atacando, lo cual fue inútil, ya que su población seguía reduciéndose gracias al hechizo. Un día todos los habitantes de ese reino desaparecieron completamente sin dejar rastro, algunos decían que todos los habitantes habían desaparecido por el hechizo, otros decían que seguían vivos, pero escaparon para no seguir perdiendo integrantes. O bueno, al menos así era la leyenda.
-La leyenda está mal...
-¿Que? ¿Como que está mal? Así fue demostrada la leyenda en el libro.
-Los Auradianos fueron los que modificaron la leyenda-exclamó Mal.-ese es el problema de ustedes, hacen todo lo posible para quedar como los buenos de la historia, aunque eso implique decir mentiras. Tu reinito no es tan benévolo como te han hecho creer.
-Oh...-Ben no sabía que decir- ...¿Puedes contarme la verdadera leyenda, sin modificaciones?
-Seguro-dice Mal, luego respira profundo- hace muchos muchos años, existían dos reinos enemigos, uno se llamaba Auradon, el otro se llama Islost, los reinos no tenían una relación amistosa, por eso mismo ambos reinos no tenían mucho contacto entre si. Un día, por casualidades del destino el príncipe de Auradon y la princesa de Islost se encuentran en la frontera entre ambos reinos, y al instante se enamoraron perdidamente. Ambos chicos solían juntarse todos los días en secreto justo en la frontera. Esto duro un tiempo, asta que un día, el rey de Auradon en ese entonces los descubrió en medio de su primer beso. Tras ese suceso el reino de Auradon reaccionó de una terrible forma, y el castigo que le dieron a Islost fue peor que una guerra, la hechicera de Auradon, o como ustedes la llamaban, "hada madrina" lanzó una maldición contra todo el reino enemigo, el cual, como tu ya sabes, provoca que al más mínimo roce con un ser humano desaparezcan. Ya habiendo hecho esto, Auradon atacó sin piedad alguna al otro reino, desapareciendo así a cada habitante de Islost que encontraban en su camino, sin importarles si era inocente o no. La poca población que había quedado de Islost decidió abandonar el reino y ocultarse en este bosque, donde sabían que nunca los iban a encontrar. Auradon aprovechó y se quedó con todo el territorio que dejamos atrás. Por culpa de Auradon no podemos salir de este bosque, por culpa de Auradon es que tenemos esta estupida maldición...por culpa de Auradon es que no somos libres.
Ben se quedó en shock, sin poder creer lo que había dicho Mal, no lograba procesar lo cruel que era el reino perfecto donde él creció.
-Valla...no se que decir-musitó Ben-no sabía que Auradon podía llegar a ser así, debe ser horrible tener que pagar por errores que no cometiste,yo...lo siento.
-No tienes de que disculparte-dijo Mal-tu no tienes la culpa de haber nacido en un pueblo tan cruel.
Un silencio se formó entre ambos niños, no sabían que realmente que palabras podían decir en esa clase de situación.
-Sólo espero que cuando gobiernes no seas como tus antepasados-dijo Mal.
-Yo también-susurró Ben.
Tras algunos minutos donde ninguno habló, Mal rompió el silencio.
-Oye, ¿Me cuentas más del mundo humano?-pregunta Mal mirando a Ben.
-Sólo si tu me cuentas más del mundo no humano-responde Ben regalándole una reconfortante sonrisa, la cual Mal le devuelve.
La conversación sobre las diferencias y costumbres de ambos "mundos" duró más del que ambos podían calcular, realmente era interesante saber conocer más de una vida que no conocían.
Ben estaba impresionado por la realidad le tocó vivir a Mal, era completamente diferente a su realidad.
Mientras Ben tenía que ser visto por multitudes prácticamente desde su nacimiento, Mal tenía que ocultarse en la oscuridad del bosque, sin ser vista por nadie.
Mientras Ben había viajado por incontables reinos a lo largo de su vida, gracias al deber de sus padres, el único lugar que Mal conocía era el bosque y un poco más allá de este.
Mientras Ben vivía una vida de lujos y riquezas, Mal...simplemente vivía.
Mientras Ben era un "niño bueno" que siempre tenía que seguir las reglas y tenía comportarse de manera ejemplar, Mal hacía sus propias reglas y vivía como ella quería.
Ambas realidades juntas eran un completo contraste.
Los dos hablaban sobre sus vidas, sus amistades, sus pasa tiempos, sus cosas favoritas, etc. La conversación estuvo tan interesante que no notaron el pasar del tiempo.
Decidieron finalmente irse del lago y regresar al bosque.
-Fue muy divertido-dijo Ben.
-Lo fue-responde Mal- conocer a alguien que no fuera del bosque fue...menos horroroso de lo que creí.
-...Oye, cuando salga de acá ¿Nos volveremos a ver?-pregunta Ben.
Mal lo pensó un poco.
-Pues, es peligroso...pero yo amo el peligro-dice Mal con su sonrisa rebelde que la caracterizaba, Ben sonríe ante esto.-sólo recuerda una cosa, que siempre que tu estés conmigo, no serás un niño príncipe, sólo serás un niño ¿Lo prometes?.
-Lo prometo.
En eso Ben nota algo, todo estaba más oscuro de cuando llegó.
-¿Porque está todo tan oscuro?, según yo todo antes estaba más claro.
-Es que está oscureciendo.
-¿YA ESTÁ OSCURECIENDO?-exclama Ben, Mal asiente-no puede ser...mis amigos, estábamos jugando a las escondidas ¡Lo había olvidado por completo!. Oh por dios, deben estar preocupados.
-Creo que será mejor que te vallas.
-Esta bien-suspira Ben, aunque sabía que debía irse, quería quedarse con Mal, disfrutaba estar con ella.-nos vemos Malsy.
-Nos vemos principito.
Ben estaba a punto de irse pero Mal lo interrumpe.
-¡Ben espera!.
-¿Si?
-Trae fresas.
Ben ríe un poco.
-Lo haré.
Ahora si, Ben se fue y sin mucha dificultad logra encontrar la salida del bosque.
Al salir, devolvió su vista a los árboles del bosque y sonrió, pero su sonrisa se desvaneció al escuchar las voces de sus amigos llamándolo, no muy lejos de allí.
-Oh oh-fue lo único que dijo antes de ir corriendo en dirección a las voces.
Mientras tanto, sus tres amigos se encontraban caminando adentrándose en la playa, gritando el nombre de Ben.
-¿Seguro que está por aquí, Doug?-pregunta Lonnie con la voz algo áspera debido a todo el rato llamando a Ben, y no era de menos, ella junto con Doug y Jane llevaban toda la tarde buscándolo.
-Si no está acá, no se donde puede estar-dijo Doug.
-Nunca he estado en esta parte de la playa...me da miedo-dijo la temblorosa voz de Jane mientras estaba agarrada del brazo de Lonnie, sin ninguna intención de soltarse.
-Tu le tienes miedo a todo-dijo Lonnie.
-¡Chicos!-escucharon la voz de Ben, el cual estaba corriendo hacía ellos.
-¡Ben!-exclamaron Doug, Lonnie y Jane al unísono, mientras corrían hacía Ben.
-Ay Ben, que bien que has aparecido-dijo Lonnie, quien abrazó a Ben apenas llegó hacia el.
El abrazo sólo duró unos pocos segundos ya que Lonnie se separó violentamente y tomó a Ben de la oreja.
-Auch auch auch ¡DUELE!-exclama Ben.
-¿¡A donde te habías ido Ben?! ¡Estuvimos toda la tarde buscándote y llamándote pero no aparecías! ¡Pensamos que te había pasado algo malo idiota!-lo regaña Lonnie furiosa.
-Pues...supongo que me escondí muy bien-dijo Ben con una sonrisa nerviosa.
-Como sea, creo que ya debemos irnos, la limosina que nos va a dejar a nuestros hogares no debe tardar en llegar-dijo Jane.
Los 4 niños regresaron a la entrada de la playa y no muchos minutos después la limosina que los iba a recoger llegó. Se subieron y la limosina empezó a andar para dejar a los niños a sus correspondidos hogares.
Mientras Jane, Lonnie y Doug conversaban, Ben no prestaba mucha atención, sólo miraba por la ventana, admirando el cielo color naranja por el atardecer, ansioso por volver a ver a la niña de cabello morado.
(...)
Los años pasaron y pasaron, Mal y Ben ya no eran unos niños de 8 años, si no adultos de 18.
Ben había aprovechado su espacio libre para visitar a Mal.
Entró al bosque y empezó a buscarla.
-¿Mal? ¿Mal?-gritaba, pero ella no respondía-que raro.
En eso escucha a sus espaldas algo moverse entre los árboles sigilosamente. Ben se quedó quieto para escuchar mejor.
Una presencia maligna se encontraba a sus espaldas, se movía sigilosamente con la intención de atacar.
Lo estaba a punto de atacar, hasta que...
-Ya se que eres tu Malsy.
Ben se voltea y se encuentra a Mal colgada de cabeza en uno de los árboles, con el objetivo fallido de asustarlo.
-Oww, ¿Que me delató?-pregunta Mal haciendo puchero.
-Supongo que sólo conozco bien tu "técnica de sigilo"-ríe Ben.
-La próxima si lograré asustarte-Mal nota la cara burlesca de Ben-¿Que es tan gracioso?
-Te ves graciosa de cabeza-ríe Ben.
Mal baja del árbol y luego mira a Ben con una sonrisa.
-...hoy te ves feliz, no tienes la cara de amargada que tienes siempre-bromea Ben.
-Idiota-ríe Mal-pero si, estoy feliz.
-¿Y porque?
-¿Acaso no es obvio?
-No.
Mal rueda los ojos.
-Mañana se cumplen 10 años desde que nos conocimos-dijo Mal algo obvia.
-Wow ¿10 años ya?-dijo Ben sorprendido-el tiempo pasa volando.
-Si, pareciera que fuera ayer cuando eras un niño de 8 años regordete y ahora mírate.
-Y pareciera que fue ayer cuando eras una niña de 8 años flacucha anti social y ahora mírate.
-Ja-ja-ja -ríe Mal sarcásticamente- pero si, realmente hemos cambiado mucho a través de los años.
-Tienes razón.
-Si no fuera por mi, ahora serías un adulto amargado y aburrido-dijo Mal.
Ben ríe un poco.
-Vas a echarme eso en cara para siempre ¿Cierto?-pregunta Ben.
-Puede ser-ríe Mal-oye, ¿trajiste mis
-Fresas?-complementa Ben- obviamente, nunca las olvidaría-de la bolsa que llevaba, sacó una pequeña caja que contenía unas rojas fresas- Las más frescas siempre son para ti.
Mal recibe muy contenta su "ración de fresas semanal".
-¿Comer fresas no te aburre-pregunta Ben.
-Preguntarme eso es como preguntarme si algún día mediré más de 1.60.
-Y la respuesta es no-ríe Ben.
Mal ríe también.
-Ven, vamos al lago.
Ambos chicos tomaron el largo camino que tomábamos siempre hacia el lago, divirtiéndose como 2 niños pequeños, sin pena ni vergüenza, sólo se dejaban llevar.
A pesar del pasar de los años, nada había cambiado entre ellos, las risas, las sonrisas, la diversión, el cariño, todo continuaba igual que el primer día, o incluso más grande.
Sobre todo hablando del cariño.
Si bien, ninguno de los dos lo ha dicho en voz alta, muy muy en el fondo estaban consienten de que había un fuerte sentimiento mutuo, que traspasaba las barreras de la amistad.
Sin embargo, preferían continuar con la amistad en vez de llevarla más allá.
Lo suyo nunca funcionaría.
No sólo por el hecho de que cualquier contacto humano que le den a Mal la haría desaparecer para siempre, si no que Ben, al ser rey, en algún momento de su vida debía casarse y tener un hijo o hija que herede la corona y tarde o temprano debería buscarse a una chica para hacerla su reina, la cual lamentablemente no podía ser Mal.
Por ahora, sólo debían fingir que la química entre ellos era nula.
Todo sería mejor así.
Luego de tomar el largo camino de siempre hacia al lago finalmente llegaron.
A pesar del tiempo, el lago seguía igual que siempre, igual de hermoso que hace 10 años...bueno, que hace 9 años y 364 días más bien.
Ambos chicos estaban sentados cerca de la orilla del lago, como siempre, a un metro de distancia entre ellos.
-Hey, voy a ir a nadar ¿Te unes?-pregunta Ben.
-No gracias, estoy ocupada disfrutando mis fresas ¿Que no ves?-responde Mal con una fresa entre sus dedos.
-Bien, pues tu te lo pierdes.
Ben sale de ahí rodeando el lago, luego se sube a una roca grande, donde solía tirarse clavados al lago, ya estando ahí se sacó la ropa hasta quedar únicamente en shorts.
Mal subió la vista y miró a Ben.
-¿En serio tienes coronas en tus shorts?-Grita Mal desde donde estaba.
-Es posible-responde Ben. Mal ríe ante su respuesta.
Ben da unos pasos atrás para luego correr al borde de la roca y saltar, cayendo en el agua dando un perfecto clavado.
Mal sólo se quedaba sentada en la orilla, mirando a Ben a nadar mientras disfrutaba su bocadillo.
Aunque al principio lo miraba con una sonrisa, esa sonrisa desapareció cuando se puso a reflexionar sobre algo.
Sobre el hecho de que ella y Ben nunca podrían tocarse. Aunque ya lo había aceptado, la seguía poniendo triste. Mal quería con toda su alma tener algo de contacto con Ben, un rose de manos, un abrazo, un beso, aunque sea sólo una, lo quería probar.
A ese punto estaba dispuesta a hacer o a dar lo que fuera tan sólo para poder tener contacto con Ben, al menos una vez.
Ya estaba cansada de tener que estar siempre separada de el por un metro de distancia.
Quería ser humana, para poder abrazar a Ben, para tener una vida normal y no vivir en las sombras.
Pero Mal sale de sus pensamientos cuando se dió cuenta que algo no estaba bien.
Había visto a Ben sumergirse en el agua...pero no lo vió salir.
-¿Ben?-gritó Mal- ¿Estás bien?.
Pero Ben seguía sin salir, se estaba empezando a asustar.
-Ben, si esto es una broma, no es graciosa-vuelve a gritar Mal-sal ahora mismo.
Seguía sin haber señal de Ben.
-¡Última advertencia Ben!
Nada.
-Agh, a la mierda.
Mal se quita las botas y empieza a sumergirse en el agua, afortunadamente Ben le había enseñado a nadar recientemente.
Asta que al fin de un salto entró a la parte más profunda del lago y empezó a nadar más a fondo, lo bueno es que para ella aguantar la respiración no era un problema.
Después de algunos segundos, finalmente logró encontrar a Ben, estaba en la parte más profunda del lago.
No tardó mucho en encontrar la razón por la que Ben no salía, unas cosas que parecían ser algas bastante gruesas de alguna forma se habían enredado en su pierna. Si bien las algas no eran muy difíciles de desenredar, probablemente Ben había entrado en pánico, cosa que le dificultó liberarse, lo que provocó que se halla quedado sin aire gracias al tiempo bajo el agua.
Mal nadó hacia Ben, e intentó liberarlo sin tocar su piel, pero se le hacia muy difícil.
Si seguían mucho tiempo más bajo el agua, Ben moriría.
No era tiempo de pensar, era tiempo de actuar.
No podía desenredar las algas ya que, aunque pueda hacerlo sin tocar la piel de Ben, le tomaría demasiado tiempo.
Mal estaba desesperada, no sabía que hacer, no quería que su único amigo en el mundo se fuera.
La única opción que Mal logró ver en medio de su desesperación y miedo fue romper las algas con sus propias manos.
Sin embargo era demasiado arriesgado, en el proceso estaba en peligro de tocar la piel de Ben, y auque Ben se salvaría, ella moriría.
Tenía que tomar una decisión.
"Bueno...fue una buena vida"
Ella estaba dispuesta a hacer o dar lo que sea para tocar a Ben.
Incluso su propia vida.
Tomó la pierna de Ben, específicamente la zona donde estaban enredadas las algas, con la otra empezó a tirar la gran cantidad de algas que lo aprisionaban.
Con esfuerzo logró romper todas las algas y al fin Ben estaba libre, pero no lo suficientemente consiente como para nadar a la superficie.
Mal con un brazo agarró el torso de Ben y luego finalmente empezó a nadar hacia la superficie.
Mientras subía, empezó a sentir las consecuencias de su maldición; comenzó a sentir un leve hormigueo en sus manos, que se alargó por sus brazos y se terminó extendiendo a cada rincón de su cuerpo. Era algo incómodo, pero no era momento de pensar en eso.
Luego al fin, después de mucho esfuerzo, consiguió llegar a la orilla. Ya estando ahí Ben empezó a toser agua y a recuperar el aliento.
-Wow, eso estuvo cerca-dijo Ben con algo de dificultad-de verdad gracias por salvarme Malsy-se extrañó al no escuchar respuesta de Mal.-...¿Mal?
-B-b-ben.
Ben volteó a ver a Mal pero su rostro cambió inmediatamente.
El rostro de Mal estaba horrorizado, mientras miraba con miedo sus temblorosas manos.
Mal y Ben estaban siendo testigos, de como de una forma lenta, Mal se estaba desvaneciendo.
-Mal...no puede ser.
-Si, si puede ser.
-No...¡Es que no puede ser!-grita Ben con desesperación-¡No puedes irte Mal! ¡No puedes dejarme!
Las lagrimas inconsciente empiezan a formarse en sus ojos.
-¡Debe haber algo para salvarte! ¡Un hechizo, una medicina! ¡Algo!-vuelve a gritar- pero no puedes dejarme Mal, ¡No me dejes!
Mal sólo toma las manos de Ben con tranquilidad y las empieza a bajar.
-No Ben-Los ojos de Mal se cristalizan-ya no hay nada que podamos hacer.
Ben miraba a Mal mientras lloraba, verla poco a poco desaparecer asta su inevitable destino lo dolía más que mil navajas en el corazón.
-Es que Mal...no puedes irte, no ahora, estuviste toda mi vida conmigo...no estoy listo para decirte adiós.
-Algún día, quizá en otra vida, nuestros caminos se volverán a cruzar-dice Mal sonriendo, mientras sus lágrimas salían sin control.
-No puedo creer que este momento ya haya llegado.
Mal, con un dedo limpia una lágrima de Ben.
-Al menos la última persona con la que estaré serás tu.
Esto sólo aumentó el llanto de Ben mientras se aferraba más a la manos de Mal, se negaba a creer que lo que estaba pasando era real.
-Ben, yo...¡Yo te amo!-exclama Mal, tomando a Ben por sorpresa-esta es la única oportunidad que tengo para decirte que eres la persona mas importante para mi, la única verdadera familia que conocí, que estos años han sido maravillosos contigo, que no me arrepiento de absolutamente nada, que si no fuera por ti no hubiera conocido la felicidad, no hubiera conocido el amor...y que la vida es más que sólo estar sola.
-Mal...-Dijo Ben en shock-yo...también te amo. Fuiste por mucho lo mejor que me pasó, si no fuera por ti, mi vida no sería la misma, tu me enseñaste a divertirme, a ser quien soy, al verle el lado positivo a las cosas, a que de vez en cuando ser malo es bueno...tu me enseñaste a vivir la vida, Mal. Y también contigo...aprendí lo que realmente significa el amor.
Los dos se vieron con lagrimas en los ojos y se abrazaron, aferrándose fuertemente al contrario, sus sollozos eran lo único que se escuchaba en el lugar.
No querían que ese abrazo acabara, querían seguir sintiendo el cuerpo del otro y querían seguir sintiendo la conexión entre ambos. Pero no se podía.
Mal a cada momento se hacia menos y menos visible, al punto de que era prácticamente transparente.
Se miraron a los ojos, por última vez.
-Adiós, Malsy.
-Adiós, principito.
En eso, ambos hacen lo que esperaron hacer de toda la vida.
Juntaron sus labios, formando un cariñoso pero melancólico beso.
Sentían que sus labios encajaban a la perfección, como piezas de rompecabezas.
El beso no era apresurado, el único objetivo que querían era demostrarse todo el cariño que sentían hacia el otro, por última vez.
Sentían que eran uno sólo.
Las manos de Ben bajaron de los hombros de Mal, pasando por sus brazos asta toparse con sus suaves manos, las cuales tomó y agarró con cariño.
Lo único que les tocaba esperar a ambos, era que el beso terminara por si solo.
Poco a poco, el tibio contacto de los labios de Mal contra los labios de Ben se empezó a sentir menos.
Menos.
Y menos.
Asta que ya no se sintió más.
Ben abrió los ojos, y no había rastro de la chica peli morada que tanto amaba.
Mal se había ido.
Ya no existía.
Ahora lo único que quedaba de ella, era los recuerdos de Ben.
-Mal...
(...)
A la mañana siguiente Ben despertó muy temprano, sudando frío.
El primer pensamiento que llegó a su cabeza fue el recuerdo de Mal desapareciendo justo frente a el, asta irse para siempre.
¿Había sido un sueño?
Por más que sabía que no era así, se negaba rotundamente a creer que Mal se había ido.
Decide vestirse para ir directamente al bosque, con la mínima esperanza de que todo lo qué pasó solo haya sido una pesadilla, y que al llegar al bosque Mal estaría ahí, recibiéndolo con su hermosa y radiante sonrisa de siempre.
Salió del castillo, como era tan temprano aún no amaneció completamente y aún hacia algo de frío, pero a Ben no le importó.
Tomó el mismo camino de siempre asta aquel bosque que tan buenos recuerdos le traía. Se empezó a adentrar en el, aún con la falsa ilusión de encontrar a Mal, y poder escuchar su voz.
El bosque era tan raro sin Mal.
Todo era tan tranquilo, tan silencioso...tan vacío.
Ben merodeaba y merodeaba, recordando los miles de buenos momentos que compartió con Mal en el lugar, aceptando con tristeza que ya nunca podría crear más.
Con murria decide ir al lugar donde todo comenzó, y donde todo terminó, aquel lugar tan nostálgico pero que ahora le traía una sensación agridulce.
El lago "encantado".
Toma el clásico camino hacia el lugar, era la primera vez que no iría junto a Malsy, no podría volver a reír como un niño pequeño junto a ella en el camino.
Ben a muy duras penas lograba reprimir sus lagrimas.
La extrañaba tanto...
Algunos minutos después, que a Ben se le hicieron eternos, llegó al lago.
Caminaba a paso lento por la orilla, vió la caja de fresas que Mal dejó tirada el día anterior para salvarlo, luego fijó su vista al lago.
De inmediato en su mente se empezó a reproducir todo lo del día anterior, la sensación del brazo de Mal rodeándolo para sacarlo de agua, sus palabras, sus manos, sus abrazo, su beso....
Y sobre todo, la enorme importancia que experimentó al sentirla desaparecer.
Cuando dejó de sentir el contacto de sus labios y el tacto de sus manos era cada vez más leve hasta no sentirse más.
Esos pensamientos provocaron que los ojos de Ben se nublaran hasta que que las lagrimad cayeran.
La tristeza era mucho más fuerte que el.
Todas las cosas que pudo haber vivido con Mal, todas las cosas que pudo haberle contado, todas las cosas que pudo haber aprendido de ella se habían desvanecido.
No había forma de remediar el pasado
No había forma cambiar los sucesos.
No había forma de traer al Mal de vuelta.
Había perdido a Mal para siempre.
En medio de su tristeza, llanto y lamentos cayó de rodillas al piso y apoyó sus manos sobre este. Sollozando y lamentando profundamente la partida de Mal.
-Mal...no puede ser-pronunció entre sollozos.
En ese momento al el no le importaba nada, sólo quería mandar todo a la mierda, quería que todo fuera una maldita pesadilla, quería estar con la persona que mas amó en la vida.
Mal tenía razón, sin ella Ben no sería la persona que el es ahora, pero ahora que Mal no esta, ¿Que sería de Ben?.
Ben continuaba llorando sin sentirse capaz de parar. La única imagen que estaba en su cabeza era Mal.
Pero fuera del campo de visión de Ben, algo pasaba.
Exactamente en el mismo lugar donde Ben vio a Mal por ultima vez, de la tierra empezó a brotar majestuosamente una rosa, pero no una rosa cualquiera.
Los pétalos de esta eran de color morado oscuro, y los bordes de estos pétalos eran verdes, y el tallo de la rosa tenía demasiadas espinas.
Ben fue levantando la vista y vió aquella rosa que cuando llegó no estaba ahí.
Empezó a acercarse para verla mejor.
Cuando la vió más de cerca, una inmensa sensación de tranquilidad y armonía se extendió por su ser, como si de un momento para el otro las llamas de su tristeza se apagaran casi por completo.
Se acercó a la rosa, y con la mayor delicadeza del mundo, pasó su dedo indice por los pétalos, no sabía porque, pero eso lo hizo sentir mejor, le traía una sensación de paz que no podía explicar.
La presencia de la rosa, le hacía recordar tanto a la mismísima presencia de Mal.
Sentía como si Mal estuviera con el.
Aquella rosa de algún modo representaba a Mal, representaba su energía y su presencia; obviamente esa rosa no brotó porque si, brotó para hacer sentir bien a Ben y darle a entender que Mal también estaba bien.
Ben se secó las lagrimas y luego sonrió de forma sutil, sabiendo que Mal era libre.
Y aunque nunca pudo gozar de un romance con ella, siempre la recordará no sólo como su amiga o compañera de aventuras, si no como su amor verdadero.
Mal, después de años de haber estado tan cerca pero tan lejos de Ben, al fin pudo cumplir sus sueños y ser libre.
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Sinceramente me costó mucho hacer este OS, creo que fue lo más difícil que he escrito (y lo más largo) y estoy consciente de que quizá tiene varios errores :(
En algún punto consideré hacer que el beso de amor fuera rompiera la maldicion y que Mal se salve, pero al final no lo hice, en primer lugar porque en "Estado de coma" la solución ya era el beso de amor, y sentía que era muy poco original hacer que este OS tuviera esa misma solución, y en segundo lugar, sentía que era algo predecible.
Nos vemos en la próxima actualización (que será en mil años, ahre)
Se despide consuelo3456~❣️
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