[Atención: este one shot transcurre luego de lo ocurrido en Descendants: Under the Sea.]

—M, sé que has estado estresada y nerviosa porque ya ha pasado una semana desde el Cotillón Real y no tienes idea de dónde demonios está la hija de Úrsula, pero no te preocupes por ella. —Le aconsejó la chica de cabello azul, quien se encontraba ajustando el vestido morado que le había confeccionado a su mejor amiga para una fiesta especial a la que ambas habían sido invitadas, mientras que la última simplemente se quejaba y parecía estar bastante perdida desde que había regresado a Auradon en mitad de la noche junto a la descendiente de Drizella.

— ¡No estoy así solo por ella, E! ¡Ya te he dicho lo que pasó en la Isla! ¿¡Cómo esperas que esté relajada cuando soñé con mi padre!? —Masculló la ojiverde, inquieta. —Algo anda mal, puedo sentirlo en mi corazón. Solo necesito que me prestes tu espejo mágico para averiguar dónde está Camaroncito y cuando lo sepa te juro que dejaré el tema de lado, ¡por favor! —Suplicó, observando a su compañera de cuarto de reojo.

— ¡Tranquilízate! ¡Si te sigues preocupando tanto, te van a salir arrugas! —Protestó la dueña de Evie's 4 Hearts justo cuando terminó de ajustar el vestido de Mal, entonces la última se volteó para mirarla. —Aunque quisiera hacerlo, no puedo dártelo. El último regalo que mi madre me ha dado se encuentra en el museo, junto con tu libro de hechizos. Además de que tú prometiste que dejarías de usar magia para solucionar tus problemas. —Le recordó, alzando una ceja.

—Pero es que...—Se quejó la Dama de la Corte, haciendo una mueca.

—Me encantaría seguir con esta conversación, pero no puedo concentrarme en mi trabajo si escucho tus protestas, así que ¿podemos hablar de esto mañana; por favor? ¡Hoy es un día muy importante para Jane y las dos debemos estar bellísimas en su cumpleaños! —Intervino su mejor amiga, logrando que la chica de cabello asintiera con la cabeza de mala gana, entonces comenzó a peinarla. —Supongo que iremos a la celebración en tu nueva limusina, ¿verdad?

—Sí, claro que sí, es una lástima que Carlos y Jay no puedan hacer este viaje con nosotras porque los dos se han ido temprano para ayudar a la hija del hada madrina a decorar todo para su fiesta. —Accedió la novia del rey de Auradon, quien había comprado un nuevo vehículo pues le encantaba viajar cómodamente.

En ese momento, alguien golpeó la puerta de la habitación de las villanas.

— ¡Pase! —Gritaron las chicas al unísono, entonces una pelirroja ingresó al cuarto rápidamente.

— ¿Ya están listas? —Cuestionó la recién llegada, emocionada. — ¡No quiero que lleguemos tarde! ¡No quiero dar una mala impresión de mí al llegar tarde a la primera celebración a la que asistiré en este maravilloso reino!

—Ni siquiera he maquillado a Mal todavía, así que tardaremos un poco. —Habló Evie justo cuando terminó de trenzar el cabello de la descendiente de Maléfica. —Pero no causarás una mala impresión, todos te adoramos, Dizzy.

—No todo el mundo lo hace. —Replicó la menor, haciendo una mueca al pensar en cierto rubio.

—Chad tampoco toleraba nuestra presencia en Auradon al principio, se comportaba como un bastardo, pero todo cambió cuando elegimos el bien; desde entonces nuestra relación ha mejorado bastante. —Exclamó la chica de cabello morado, unos segundos después la puerta de la habitación se abrió de repente.

—Mi ex es un resentido obsesionado con la realeza, no te lo tomes como algo personal... —Habló la recién llegada, hizo una mueca mientras jugaba con su cabello castaño. —Bueno, pensándolo bien, sí te detesta por lo que tu familia le hizo a la suya; así que retiro lo dicho. —Se retractó Audrey, observando a la pequeña pelirroja.

—Charming y tú son tan idénticos. —Gruñó Mal, su mejor amiga le dio un codazo para que se comportara. — ¿Acaso no es inapropiado para una princesa oír conversaciones ajenas? —Cuestionó mientras se cruzaba de brazos, la relación que tenía con su archienemiga jamás fue la mejor y mucho menos luego de que la última regresó de sus vacaciones al día siguiente del gran Cotillón Real.

— ¿Quieres que te diga todo lo que tú hiciste que es inapropiado? Tengo una lista bastante larga. —Sugirió la descendiente de Aurora, alzando una ceja.

—No tenemos tiempo para esto, nosotras estamos muy apuradas. —Intervino la novia de Doug, evitando el comienzo de una posible pelea entre las dos adolescentes. —Te maquillaré en la limusina, M.

— ¿Ah si? ¿Y a dónde se van, si se puede saber? —Inquirió la recién llegada, tan curiosa y entrometida como siempre lo había sido.

—Al cumpleaño... —Empezó Dizzy, pero la ojiverde le dio un codazo para que se callara.

—Nos iremos a una reunión con el consejo real, Ben nos pidió que lo acompañemos, así que como yo ya estoy lista será mejor que nos marchemos. —Interrumpió la Dama de la Corte, inventando la primera excusa que se le ocurrió, ya que Jane no había invitado a la castaña a su celebración.

—Ah, sí, claro. —Masculló Audrey. —No quiero robarles más tiempo, de hecho no necesito nada de ustedes dos, vine porque necesito accesorios nuevos y pagaré lo que sea. —Añadió, mirando a la pelirroja, para luego sacar una pequeña bolsa llena de dinero de su bolso rosado.

—Eso suena muy interesante... —Dijo la menor, de seguro en esa pequeña bolsa habían más billetes de todos los que había podido contar en su corta vida cuando trabajaba en la peluquería familiar. —Tengo todo lo que quieres en mi habitación así que podríamos ir allá y así escogerás lo que quieras, yo alcanzaré a Mal y Evie más tarde. —Exclamó rápidamente antes de tomar la mano de la castaña y arrastrarla hacia la salida del cuarto, corrió por el pasillo hasta que llegaron a su habitación y abrió la puerta, dejó que la princesa ingresara primero para acto seguido imitar su acción. Cerró la puerta y caminó hacia su tocador, en el que había miles de accesorios.

—Wow, nunca creí que una chiquilla como tú tuviera tanto talento. —Admitió la adolescente que tenía una gran obsesión con el color rosa, se sentó en el tocador de Dizzy para entonces comenzar a probarse brazaletes y algunos collares. —Y no le digas a nadie que yo dije eso, tengo una reputación que mantener.

—Pueden sacar a la chica de la Isla, pero no a la Isla de la chica, eso es lo que siempre digo. —Alardeó la dueña del cuarto, mientras miraba a la princesa a través del reflejo del espejo de su tocador. —Mis labios están sellados, yo sé guardar secretos, las chicas me han dicho que no les has contado el motivo de tu ruptura amorosa con mi primastro; puedes contármelo y yo no diré ni una sola palabra.

—Oh, eso es sencillo: descubrí que ése bastardo era demasiado presumido, ¡incluso más que yo! Era insoportablemente celoso y mujeriego, por eso terminé con él: porque me di cuenta de que yo merezco a alguien mejor. —Explicó la castaña, mientras no dejaba de probarse accesorios. —Cuando mi limusina se arruinó en el medio del bosque de Sherwood, Flora, Fauna y Primavera no tuvieron mejor idea que regresar a Auradon volando ¡y me dejaron allí sola, se olvidaron de mí! Así que tuve que llamarlo y pedirle que fuera a recogerme, ¿¡y sabes cuánto se tardó en aparecer!? ¡Seis malditas y eternas horas! —Se quejó, indignada.

—No sabes cuanto detesto a las personas impuntuales. —Mencionó la pelirroja, negando con la cabeza.

— ¡Por suerte, no estuve sola durante todo ese tiempo! Veras, apareció un hombre alto y moreno que se ofreció a leerme el futuro. —Prosiguió la princesa. —Él me dijo que podía hacer que todos mis sueños se realizaran, así que hicimos un trato. Su nombre es Doctor Facilier, ¡incluso me dio un regalo!

—Un momento, ¿te encontraste con el Hombre Sombra? ¿El padre de Celia y Freddie? Wow, simplemente... wow. —Exclamó la descendiente de Drizella, sorprendida pues eso sí que no se lo esperaba. — ¿Qué fue lo que te obsequió?

— ¿Lo conoces? El mundo es realmente pequeño al parecer. —Dijo Audrey, mirándola de reojo. Al escuchar la última pregunta, simplemente se encogió de hombros. —Oh, nada especial, solo me entregó algo que me ayudará a deshacerme de Mal de una vez por todas. —Masculló antes de chasquear sus dedos, entonces su apariencia cambió radicalmente: su cabello castaño se transformó en rosado con algunos mechones morados y otros celestes, su vestido fue reemplazado por un corsé y un pantalón largo rosados, sus tacones ahora eran botas del mismo color que el resto de su atuendo. También tenía una capa violeta y una corona digna de una reina, en su mano derecha apareció uno de los artefactos mágicos que nadie en Auradon había visto desde hace meses.

—Claro que sí, él es el director de Dragon Hall, una de las escuelas de la Isla; además de que es el progenitor de mi mejor amiga y su hermana mayor. —Respondió la menor, luego la inspeccionó de arriba hacia abajo y no pudo evitar sonreír. —El cetro de Maléfica. —Habló la dueña del cuarto, algo shockeada al ver el objeto que sostenía la descendiente de la Bella Durmiente.

—Esto me ayudará a concretar mi plan para arruinar a esa chica que se cree que es superior solo porque me arrebató todo y se metió con mi familia. —Gruñó la ex novia de Chad, quien volvió a probarse brazaletes ya que sentía que algo le faltaba para completar su atuendo. — ¿Puedo quedarme con estos? No me importa cuan costoso sea, los quiero. —Inquirió, tomando varios accesorios y guardándoselos en su bolso, le entregó la bolsa llena de billetes a la pelirroja sin siquiera escuchar los precios de toda la joyería que acababa de comprar.

—Luces muy elegante, ahora pareces la Reina de la Oscuridad. —La halagó la descendiente de Drizella. —Sí, quédate con todo lo que quieras, eres una de mis mejores clientas. —Accedió para luego guardar la bolsa con el dinero en el cajón de su escritorio.

—Gracias, me encanta como suena ese apodo, ¡así haré que me llamen todos cuando destruya a mi archienemiga y conquiste este reino de una vez por todas! —Afirmó la adolescente que había hecho un trato con aquel médico brujo estafador. —Por otro lado, ¿tú crees que éste atuendo sea adecuado para dominar el mundo entero y vengarme de esa desgraciada? —Cuestionó, incorporándose de su asiento para acto seguido dar un par de vueltas para mostrarle su vestuario.

—Por un momento sonaste igual a una villana. —Mencionó la primastra de Chad, mientras jugaba con su cabello. —Sí, eso te queda muy bien. —Afirmó, asintiendo con la cabeza.

—Gracias, eso es lo que he anhelado ser desde que regresé de mis vacaciones. —Dijo Audrey, sintiéndose comprendida por primera vez en mucho tiempo. —Si tú me pones un apodo, creo que lo más justo sería que yo también te pusiera uno, así que te llamaré pequeña malvadita; ese me gusta. —Comentó entonces.

—Ése es horrible, ugh, será mejor que intentes dominar el mundo porque no eres buena para poner apodos. —Se quejó la dueña de la habitación, haciendo una mueca de disgusto, en ese momento su pecho empezó a brillar pero la princesa estaba tan distraída observando su propio reflejo en el espejo del tocador que ni siquiera se dio cuenta de que ahora la pelirroja estaba usando un collar bastante peculiar que no tenía antes. —Yo prefiero que me llames por mi verdadero nombre, Uma. —Añadió entonces, aunque su voz no era la de aquella niña feliz que solo deseaba tener más oportunidades, sino que era de alguien que había estado lejos por mucho tiempo... O eso es lo que ella quería que los demás creyeran.

— ¿Y tú quién eres y por qué impides que pueda admirar mi belleza natural? —Dudó la hija de la Bella Durmiente, confundida al ver a la chica de cabello turquesa en el reflejo del espejo.

— ¿¡No sabes quién soy!? Pero ¿¡es que el mundo aún no conoce mi nombre!? ¡Agh, detesto tanto este maldito reino! —Se quejó la capitana del Lost Revenge, indignada y frustrada. — ¡Hace una semana quise derribar la barrera de la Isla, hasta hechicé al inútil del Rey para poder lograrlo pero la entrometida de Mal arruinó mis planes!

—Espera, ¿eres la descendiente de Úrsula? ¡Lonnie me contó sobre lo que hiciste en el Cotillón! Wow, estoy impresionada. —La interrumpió la ex pareja de Chad, sorprendida. —He oído muchas cosas sobre ti desde que regresé, ¿cómo era el apodo que te puso esa brujita insoportable? ¿Piraña? ¿Serpiente? ¡Ah, espera, ya lo recordé! ¡Camaroncito!

— ¡Mi nombre es Uma! ¡No lo volveré a repetir! ¡Si me vuelves a llamar por ese maldito apodo, juro que te quitaré la voz tal y como mi madre se lo hizo a Ariel! —Le advirtió la pirata, indignada. —No me escapé de la Isla para ser insultada ni humillada, he regresado aquí porque tengo un plan perfecto para derrotar a esa maldita Dama de la Corte de una vez por todas, pero no puedo hacerlo sola. Y ya que aún no he podido liberar a mi tripulación de nuestro hogar, necesito de tu ayuda. Tú eres más peligrosa de lo que crees, eres imparable, puedes conseguir todo lo que quieras si haces exactamente lo que yo diga.

—Yo sé perfectamente de lo que soy capaz de hacer, así que no me subestimes porque yo no soy uno de esos piratas a los que puedes amenazar. —Exclamó Audrey, luego acomodó su cabello y su corona, chasqueó sus dedos e hizo desaparecer el cetro. —Me convenciste, estoy de tu lado, destruiremos a Mal de una vez por todas... y sé perfectamente por dónde empezar; así que será mejor que vuelvas a pretender ser Dizzy.

— ¿Y qué es lo que interrumpiremos primero? ¿Una boda? ¿O tal vez sea una coronación? —Inquirió la pelirroja, haciendo que su collar brillara para luego desaparecer al igual que su reflejo en el espejo, su voz volvió a ser la de la pequeña e inocente hija de Drizella. — ¡Dime, quiero saberlo!

—Una celebración a la que no he sido invitada, creo que Jane aún no supera todos esos años en los que la llené de inseguridades. —Respondió la descendiente de Aurora y Felipe, sonrió con malicia y miró a su compañera de reojo, le hizo una seña con la cabeza para que saliera del cuarto y cuando lo hizo, la princesa la siguió; no sin antes apagar la luz de la habitación. —Tenemos un cumpleaños que arruinar.