[OS del Team Madness (cuando no 7-7 xD)]

Nota: en este libro profundizaré de una manera más seria las historias de mis AUs (las de los que no he publicado) les dejaré más info en los coments. ➡

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   En un día normal, un erizo azul caminaba por la ciudad de Moebius una vez más. Esta vez tenía un propósito en específico: unos lentes negros. No eran para él, sino para su hermano, el cual era ciego.

   El erizo azul estaba completamente solo, aún teniendo 8 años, parecía que a nadie le importara lo que hiciera.

   Después de estar caminando por literalmente una hora, se sentó en un banquito que había en una plaza, completamente rendido. No consiguió encontrar lentes negros en ningún lugar.

   Se quedó en ese banquito por varios minutos, pensaba con mucha preocupación lo que pasaría si no conseguía esos lentes. No era como que fueran necesarios, pero él quería regalarle unos a su hermanito.

   Luego de auto-darse un discurso motivacional, se levantó del banquito y siguió caminando. Algo que tenía claro el erizo azul, era que en esa ciudad no encontraría lo que buscaba. Así que, aprovechando su súper velocidad, el erizo azul fue a las ciudades vecinas a ver si conseguía esos dichosos lentes.

   El erizo se juró a sí mismo que no regresaría al castillo con las manos vacías, por lo que, seguiría buscando aunque eso le llevara mucho tiempo.

   De tanto correr, el pequeño erizo azul terminó en un camino de tierra rodeado de árboles (se parece al de la portada, para que se den una idea xd). Él sabía que los extremos de ese camino llevaban a dos lugares distintos: uno iba de vuelta a Moebius y el otro iba a la ciudad vecina más cercana, o mejor conocida como "Sunlight" (haré más énfasis de esta ciudad en otro momento). El punto es: como el erizo azul no sabe cómo llego ahí, no sabe cuál de los extremos lleva a Moebius y cual a Sunlight, ahora, era cosa de intuición.

   El erizo azul decidió ir al extremo que estaba a su derecha, así que, emprendió su viaje a toda velocidad.

   Llegó relativamente rápido, sólo en 2 segundos. Como el pequeño erizo sospechaba, había llegado a Sunlight. La ciudad tenía casi el mismo tamaño que Moebius, siendo unos metros más pequeña.

   El erizo se adentró a la ciudad, con la esperanza de encontrar los lentes negros que quería regalarle a su hermano. Se encontró con un vendedor ambulante de lentes, pero, por desgracia, se le acababan de terminar los lentes negros.

   El pequeño erizo no se pensaba rendir otra vez, así que, siguió en su travesía.

   El erizo se sentía muy culpable por el accidente que dejó ciego a su hermano, considera que si él hubiera sido un poco más maduro no le habría costado la vista a su hermano.

   Por el momento, prefirió no pensar en eso. Él pensaba que la mejor forma de reparar el daño que le había causado era regalarle los lentes que su pequeño hermano siempre había querido.

    Su hermano, aparte de los lentes, siempre quiso ser como el pequeño erizo que se aventuró por 5 ciudades sólo para buscar unos lentes. El erizo azul apreciaba eso, por eso, también le iba a regalar un peluche de caballito, ya que, era el animal favorito de su hermanito.

   Seguía sin conseguir los lentes, pero al menos sí consiguió un peluche de caballito. Se resignó unos momentos en la vereda (acera o como le digan :v). El pequeño erizo soltó un suspiro de frustración antes de hablar.

- ¿Y ahora qué hago? No encuentro lentes en ningún lado... -habló para sí mismo mientras permanecía sentado en el cordón de la vereda (o sea, en el borde).

   Al escuchar lo que decía el pequeño erizo, una señora se le acercó pensando que el pequeño estaba perdido, ya que no entendió lo qie dijo.

- ¿Qué ocurre, pequeño? ¿No encuentras a tus padres? -le preguntó la señora al pequeño erizo azul al verlo sentado en el cordón.

- No es eso, es que no encuentro lentes negros para mi hermano -explicó el pequeño, bastante frustrado.

- oh... ¿y por qué no le dices a tu madre que te ayude? ¿O a algún familiar? -volvió a preguntar la señora, crédula.

- Digamos que a mis padres no les interesa mucho eso, y mi hermana mayor está en un internado -dijo el erizo azul, estaba triste.

- Espera... ¿por qué buscas lentes negros si tienes unos sobre tu cabeza? -la señora se confundió.

- Es que quería unos específicamente para mi herma- ... ¡señora, usted es una genia! -exclamó el pequeño erizo, al parecer se le había ocurrido una idea.

- ¿Ok...? -le señora seguía confundida.

   El pequeño erizo azul abrazó a la señora y se fue corriendo de regreso a Moebius. Como era de esperarse, sólo tardó 2 segundos en llegar.

   Cuando llegó a Moebius, dejó de correr con su velocidad y fue caminando tranquilito hacia el castillo con el caballito de peluche en sus manos.

   El pequeño erizo estaba emocionado por llegar al castillo, pero tampoco quería llegar de inmediato.

   Luego de caminar por 10 minutos, llegó al castillo y empezó a buscar a su hermano con la mirada mientras seguía caminando.

   Cuando lo encontró, se le acercó y le dió el peluche de caballito.

- ¿Mn? ¿Qué es eso? -el erizo verde al tomar el peluche.

- Un peluche de caballito -el pequeño erizo azul respondió simple.

- ¿De verdad? ¡Gracias, hermano! -exclamó el erizo verde lima muy feliz.

- Y otra cosa -el pequeño erizo azul se quitó los lentes negros que tenía en la cabeza y se los puso a su hermanito.

- ¿Qué me pusiste en la cara? -el erizo verde preguntó inocentemente.

- Mis lentes negros, te los regalo. Los mereces más que yo, hermanito -el erizo azul sonrió felizmente.

- ¿Lo dices en serio? ☆w☆ -el erizo verde lima preguntó feliz.

- Sep.

- Wow, ahora sí soy tan coolo como tú -el verde lima habló feliz.

   El erizo azul no dijo nada más, sólo se quedó jugando con su hermano a la guerra de Troya, obviamente con los peluches.

FIN.