[OS de FNAF]

Ship: Foxangle.

Nota 1: no tire hate, mijo. No creo que a usté le guste que le tiren hate a sus ships fav, ¿cierto? Entonces que haya respeto mútuo por los gustos. U-U

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   En una florería de la ciudad, un zorro rojo de ojos ámbar estaba buscando un regalo para su novia, Mangle. Llevaba buscando unos minutos las flores correctas para ella, aunque no se decidía.

   El zorro de ojos ámbar se percató de que había rosas rojas en la florería, pues antes no las había notado. Rapidamente se decidió por llevar esas y las compró.

   El de ojos ámbar creía que sólo un ramo de rosas no sería suficiente, así que, compró más cosas, como chocolates.

   Cuando llegó a su casa, el zorro agarró un papelito para ponerle un mensajito extra al que ya tenía el ramo, sólo por aburrimiento. Luego de escribir, agarró todo lo que compró (incluído el papelito) y fue directo a su cita con la albirrosa.

   El de ojos ámbar llegó al punto de encuentro como una media hora antes, estaba muy ansioso. Se sentó en un banco a esperar pacientemente a su amada.

   La albirrosa llegó después de 30 minutos, a la hora que era la cita. Le sorprendió que el zorro ya estuviera ahí, siempre llegaba tarde.

- Foxy, ¿cuánto tiempo llevas aquí? -preguntó la albirrosa sentándose al lado del de ojos ámbar.

- Media hora -el de ojos ámbar respondió simple, seguía emocionado.

- ok... ¿Qué tienes detrás de la espalda? -la albirrosa preguntó luego de notar que el de ojos ámbar tenía algo.

- Un regalo para ti -el de ojos ámbar sonrió.

- ¿En serio? ¿Y qué es? -preguntó la albirrosa con curiosidad.

   El zorro de ojos ámbar le entregó los chocolates y el ramo de rosas a la albirrosa bastante feliz. Le sonrió tiernamente luego de dárselos.

- Aww, gracias, Foxy -sonrió la albirrosa recibiendo los regalos del contrario. Se percató de ambas notas y las leyó con bastante sorpresa.

   El de ojos ámbar esperaba a que su amada acabara de leer la nota que él había escrito con su puño y letra. Le brillaban los ojos, pero también estaba muy nervioso por lo que la contraria podría llegar a responder.

   La albirrosa, por otra parte, leía atentamente. Cuando acabó, estaba algo extrañada, no entendió a lo que la carta se refería. Rápidamente, el zorro rojo sacó una cajita que tenía aparte.

- Entonces, Mangle... ¿te casarías conmigo? -el de ojos ámbar abrió la cajita que tenía, dejando ver un lindo anillo de compromiso.

- ¡Claro que sí! -sin pensarlo, la albirrosa se tiró encima del contrario para abrazarlo y besarlo.

FIN

Nota2: como dije, soy nueva escribiendo OSs, no sean crueles.