La cita
Un 30 de octubre, un día para asustar, dónde los niños se vestían de sus personajes favoritos de cualquier serie, película o libro.
Eran muy creativos — Pensaba Will.
Mientras veía a un niño vestido de Harry Potter y otra chica, una adolescente, que iba vestía de Jude del libro El principe cruel.
En realidad se había sorprendió, de la armadura de la chica, era idéntica a como la describían en el libro.
Tipo hojas de otoño que las habían pintado con pintura dorada, para que pareciera de oro.
Él no sabía a dónde lo llevaba su novio.
Según él iban a una cita, a McDonald's.
Pero Nico pidió su cajita feliz y los Nuggets de pollo de Will, para llevar.
Eso desconcertó demasiado al hijo de Apolo.
También había comprado varias flores en una floristería que de suerte estaba abierta a esa hora.
— Nico a dónde vamos — Pregunto Will, ya aburrido, por lo menos hubiera ido a hacer dulce o truco.
Pero no, no él pelinegro, tenía otros planes.
— Es una sorpresa, Solace.
Y de nuevo con esa respuesta.
Después de caminar un par de cuadras más.
— Llegamos — Dijo el hijo de Hades, mientras se paraba enfrente de un cementerio.
— Un cementerio.
El rubio solo miro curioso a su novio.
El pelinegro solo suspiro.
— Como rey de los fantasmas tengo la obligación de velar por las almas olvidadas.
— Eso significa.
— Significa que les voy a dejar ofrenda, para que no desaparezcan.— Explico Nico, la versión para idiotas, que solo la utilizaba para sus primos, Leo y su novio.
Aunque para él último no lo necesitaba muy seguido.
— Entonces venimos a dejarles ofrenda, por eso la comida y las flores.
Nico solo lo miro ofendido.
— Las flores son para los muertos, la cajita feliz es para mí . — Dijo, mientras hacía un puchero.
Aunque fuera el rey de los fantasmas aún se comportaba como un niño de 10 años.
— Ok, niño grande, hay que dejar las flores a los muertos.
Nico solo lo vio con una pequeña sonrisa, mientras le entraba un ramo de flores y le indicaba a cual tumba debía dejarla.
Después, de una hora, ya habían deja la ofrenda.
Él se entristesio de que las personas, ya no visitaran a sus muertos, ni en su día.
Por eso eran almas olvidadas, ya no tenían quien los recordara en la vida.
O con vida.
— Creo que ese es él último — Dijo Nico, mientras se levantaba de la tumba de un señor llamado "Carlos Gutiérrez".
— Porque ya no los visitan — Pregunto él rubio.
— Porque él muerto, muerto esta — Dijo.
Will solo levantó la ceja con confusión .
Nico solo rodó los ojos.
— Los han olvidado, no hay nadie con vida que Vele por ellos o por sus almas.
— Como cuando los cristianos rezan los nueve días.
Nico solo asistió su cabeza, aunque con un poco de enojo.
— Supuestamente esos odiotas creen que rezan por su alma para que vayan al cielo, aún que, no saben que en realidad rezan para que no lo olviden, para que sepa el difunto que siempre estará en el corazón de sus familiares.
Eso explicaba varias cosas.
— Y la comida para que es.
Nico solo lo vio " En verdad eres idiota, no?"
— No te explique al inicio, que la comida no la vamos a comer nosotros en el kiosko que está en el centro del cementerio, por nuestra cita.
— En primer lugar, no, no me dijiste que nos la íbamos a comer en el kiosko, y en segundo lugar, en nuestra cita, me traes a un cementerio, enserio hijo del dios de los muertos tenía que ser.
Nico solo se sonrojo, por llevar a su novio a un cementerio por su cita.
Solo a él se le ocurría.
— Pero no me quejo, eso lo hace más interesante. — Dijo Will mientras le guiñaba el ojo al su novio.
Nico solo se dió la vuelta, para ocultar su gran sonrojo.
— Será mejor que muevas tu trasero si no quieres que te agarren los pies los muertos.
Dijo, mientras salía corriendo al centro del cementerio.
— No te salvas de esta Di Angelo.
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Cita en un cementerio nivel hijo de Hades.
Comentén sus ideas, los estaré leyendo.
Sin más que decir.
Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos
La Autora.
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