//ADVERTENCIA//

Contenido violento/sangriento.

One-shot "Casi" No-canon (Línea alterna canon)

Sin más que decir, empecemos...

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Ese titilar anaranjado se hacia presente de nuevo, en ese prisma que siempre llevaba consigo todas las semanas, todos los días y a todas horas.

Al de cabellera verde desde su encuentro con ese cristal siempre le daba curiosidad cada que brillaba sin ser reflejado por el sol o alguna otra fuente de luz, como si el pendiente tuviera un destello propio que lo hacía ver...único.

Cada cierto tiempo se cuestionaba la mítica pregunta "dónde lo conseguí?" Incógnita a la que el olvidaba su respuesta aún más con el pasar de los meses, actualmente siendo solo el recuerdo más recóndito que ha tenido.

El mismo se lo quería quitar por X o por Y motivo, acción que no podia hacer debido a algo que se lo impedía, como si el propio collar no quisiera ser abandonado por solo un instante y se mantuviera unido a el.

Así vivió día tras día y noche tras noche, pensando que solo era una joya algo inusual que encontró en algún momento y que solo tenía ciertas características peculiares...

Hasta que lo golpeó la realidad...quizá de una forma literal.

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En la habitación de una casa de clase media, se escuchaba el ruido de lo que parece ser de una consola de videojuegos el cual estaba reproduciendo un típico juego de exploración de mazmorras.

El jugador no es más que el peliverde, el mencionado se le nota sudado y concentrado, con algo de estrés en las manos, las cuales sostenían un mando de palancas y botones de distintos colores /Porque no guarde? Ahora tengo que pasar esto sin morir/

Después de una machacada de botones de parte del chico esté suelta un suspiro de alivio al a ver completado el nivel pudiendo finalmente guardar su progreso -Vamos- Grito casi hasta quedarse afónico, casi como si hubiera callado su garganta en esos minutos para no distraerse.

El joven presiona un botón en el mando haciendo que el juego este en la pantalla de pausa, deja su control delante de el sobre su cama seguido de levantarse de la misma.

/Agh, cuando tiempo llevo en esa postura?/ Solto un leve quejido al sentir sus rodillas tronar debido a la prolongada posición en la que estaban sus piernas /Agh si que duele/

El peliverde se estira mientras ve la ventana entreabierta de su cuarto, notando que es de medianoche por la posición de la roca lunar /Je, estos días me vienen bien para desvelarme sin recibir regaños/

El joven gira su mirada al teléfono que estaba colocado en su mesa de noche, lo toma y entra a la aplicación de mensajes, viendo la primera conversación que le aparece.

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✨Hermano✨
En línea hace 6 horas

-Lars me estoy quedando en
la universidad por el examen
que será en tres días.✅✅ 5.54pm

-Como se que no me harás caso
y se que te vas a desvelar solo te
avisó, hay comida de sobra para
estos días.✅✅ 5.55pm

-Ok hermano cuídate y trae algo,
que sea algo dulce para ser
            más específico.✅ 8.29pm

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El peliverde bufea molesto /Ni me ha leído si será...agh ya que/ Deja de nuevo su teléfono en la repisa, para caminar fuera de su habitación abriendo la puerta de ella.

/Me ha entrado hambre, a ver qué dejo/ El chico camina a paso lento por el pasillo, su instinto pedía prender el foco que estaba encima de el, cosa que no hace /No se va activar esto?/ Toca ligeramente su pendiente el cual estaba debajo de su pijama.

Varios toques faltaron para que el collar brillará por si mismo dando una luz tenue a un metro alrededor de el /Bien así está mejor/ Continúa su paso por la casa notando de ves en cuando el iluminar del cristal, traspasando con creces la lana opaca de su ropa.

Con cada paso que daba sentía un pensamiento intrusivo en su mente, un sentimiento de...poder.

/Pero que?...Porque estoy sintiendo algo fuera de lo común?/ El chico mete su mano al hueco de su cuello tomando el pendiente sacándolo a relucir /Y...porque se hace más brillante esto?/ Sus pupilas se dilatan en confusión bajo el repentino cambio de luminosidad.

Un destello pego de lleno en todo su rostro, desorientandolo y haciéndolo caer al suelo, el peliverde cierra sus ojos instintivamente por el golpe en su cráneo mientras que de su esófago un grito de dolor sale, con un eco punzante por la casa.

Su torzo, piernas, brazos y cabeza comienzan un tiritar, luciendo más a una convulsión por epilepsia, los quejidos del chico se mantienen bajos, ahogados y entrecortados, como si espuma de su boca saliera al contraer rabia.

El cuerpo del joven detiene su movimiento en seco, sus ojos se abren de par en par revelando que toda su iris es de un destello anaranjado.

La boca suelta levemente saliva en gotas, estás caen al suelo empapando lo, la mano derecha limpia su labio de dónde sale ese líquido, realizando lo en un ritmo irregular y pausado como si ya no fuera anfitrión de su cuerpo.

Las piernas reaccionan torpemente al levantarse de nueva cuenta del suelo, el "nuevo anfitrión" recarga su espalda sobre la pared en un intento de mantenerse de pie.

La luz que transmitía sus retinas se dirigía a las manos las cuales temblaban, teniendo indicios de artritis en ellas, el ente truena cada dedo con brusquedad siendo acompañado por los tronidos de hueso que hay en esa zona.

Las manos dejaron de temblar después del último falange quebrado, las examina una última vez posando sus focos en cada detalle.

El ser después de su mini análisis deja las manos descansar, y centrar su atención a la cabeza el cual también estaba tiritando desde minutos atras.

Toma con las manos firmemente los lados de la cabeza, para en un movimiento veloz tronarla en un giro de casi ciento ochenta grados, haciendo que el cuello sonara un crujido fuerte y que las vértebras colgarán y formaran una forma de U invertida.

Mueve en círculos el cuello como si se realizará un masaje, enderezando su cabeza a su posición original así como también las vértebras que la unen.

El sujeto al ya sentirse totalmente en control del cuerpo decide verse en el espejo, logrando solo ver una luz flamante de este mismo debido a la iluminación de las pupilas con tonalidad naranja que van en contra el cristal del objeto.

Se queda varios minutos parado mientras las rodillas se balanceaban de izquierda a derecha como si en cualquier momento cedieran a su propio peso y cayeran con todo y el, un leve diálogo bajo y grave se escuchaba salir de el ser.

-Li....ber....tad-

Para acto seguido volver a caminar por la alfombra a un paso disparejo y lento, tirando a propósito un mueble el cual inrrumpía su paso.

•

El sonido continuo del grafito de los lápices pasar por las hojas en blanco se escuchaban por el cuarto, siendo acompañado por el tik tak de el reloj de pared que estaba en la habitación.

-Se...acuerdan como resolvíamos...esta diferencial?- El timbre bajo del pelinaranja se da a sonar, mientras mostraba su cuaderno de apuntes donde señalaba con su plumón un ejercicio de lo que parece ser cálculo integral.

Los otros dos presentes del cuarto acercan su visión a dicha operacion siendo la peliazul y el peligris los cuales se encorvaron al estar relativamente lejos uno del otro, mientras rechinaban los asientos en los que estaban sentados debido al movimiento reciente.

La peliafro toma el cuaderno del contrario, analizando con mejor detalle las variantes de tal ejercicio -Parece ser una derivada de raíz- Hablo en un tono más alto a la habitual -Ven te enseño- De una repisa toma una caja de lo que parecen ser tizas para seguido levantarse de su asiento y caminar a una pizarra.

-Está bien- Hablo el pelinaranja sin trabas para hacer lo mismo que la joven dejando solo al peligrisáceo.

El mencionado suspira con cansancio, dejando con algo de rudeza su propio cuaderno y lápiz en la mesa de la habitación -Yo iré a despejarme, no me busquen si tardo mucho- Menciono después de levantarse de su cama en el que con anterioridad estaba acostado /Ya esto me está cansando y eso que faltan tres días más/

La dupla asiente al mismo tiempo, para desviar de nuevo su atención al pizarrón el cual ya estaba con rayones blancos debido a la tiza que poseía la peliazul, estos siendo el desarrollo de una ecuación con variantes.

Con el mensaje recibido el peligris se retira de la recamara, viendo con extrañeza los pasillos azules de la escuela universitaria en la que estudiaba actualmente /Siempre olvidó que aquí hay recamaras para nosotros, nos traen de reclusorios o que?/

El grisáceo suspira resignado mientras se dispone a recorrer dichos pasillos, cada paso haciendo sonar un eco que se podía a escuchar por toda la academia /Aunque e de admitir que se esfuerzan en tenerla impecable/

El dichoso posa su mirada en cada parte de la arquitectura de la facultad, dónde el más minucioso detalle de polvo es limpiado casi al instante, inclusive en los cuartos en los que ya nadie entra, como los salones de clubs a los que los integrantes de ellos cerraron por mil y un razones.

Las risas del chico se escuchan ligeramente por el lugar /Les dije que un club de pintura no serviría en una escuela como está, pero no hicieron caso a mi consejo asi que, mal por ellos/

El joven se detiene en lo que parece ser la puerta de salida siendo un portón grande con retocados de cuarzo y otros detalle algo innecesarios /Solo iré por algo de comer y ya/

Abriendo la compuerta sale al exterior donde lo recibe los sonidos de los claxons y los motores de los autos que iban pasando, así como el mismo ruido que emanaba la ciudad.

Observando el cielo pudo notar la ausencia del sol, significando que la noche estaba ya presente /Vaya...si que nos enfocamos mucho en calculo, no pensé que el tiempo se pasaría volando al estudiar, mi yo de diez años se estaría retorciendo del enojo/ Rie bajo ante su pensar.

Mientras su caminar seguía pudo notar a lo lejos destellos naranjas de partes distintas de la cuidad, como si rayos de una tormenta eléctrica se avecinara /Que raro, no dijeron sobre una ventisca en las noticias o algo por el estilo/

Con una sensación de curiosidad el peligris emprende trote a la fuente donde proviene tal suceso.

•

Edificios y establecimientos comienzan a quemarse y derrumbarse, siendo acompañados por los alaridos de ayuda de los peatones de todas las edades, algunos atrapados en escombros, otros huyendo del causante y la mayoria siendo solo cadáveres en descomposición, todo orquestado por el sujeto el cual flotaba por todos sitios tirando aleatoriamente rayos a diestra y siniestra.

Los gritos de agonía de un hombre fueron callados por un rayo caer encima de su tórax, abriéndolo por la mitad y dejando expuestas sus entrañas e intestinos por la acera de la calle, sin olvidar el líquido espeso color rojo, el cual llenaba gran parte del suelo.

El causante de la atrocidad fijo su atencion al cuerpo ya demacrado, se acercó rápidamente al "tipo", tomando con rudeza su hígado para meterlo de lleno en su boca haciendo que la inerte tráquea lo vomitara al repudiar el sabor, expulsando sangre como si de una fuente se tratara, manchando el rostro de su asesino en el proceso.

El ser estampa la cabeza cubierta en carmesí al suelo dejando en descubierto partes del cerebro los cuales se desparraman ante tal impacto, empapándose aún más de color carmesí en su ropaje.

La persona ya es irreconocible a este punto siendo solo una masa de carne y huesos pintado del líquido escarlata.

El perpetrador acercaba su mano listo para realizarle otra deformación, cuando un disparo llega a su rostro obligandolo a alejarse de otro posible peligro, esto siendo el levitar fuera del rango del arma.

Al dar media vuelta noto la multitud de los militares apuntando rifles, francotiradores y Rpgs en dirección a su presencia.

Un militar sale del gentío con un megáfono en sus manos -Abran fuego- Grito por el altavoz de dicho objeto, haciendo que su voz se hiciera sonar por más de cien metros a la redonda.

Seguido de eso el ruido de las balas y cohetes salen por las boquillas de los rifles y bazucas dando de lleno al ser el cual intentaba cubrir su pecho o más en específico el collar, no importandole otros daños en el.

Los cargadores de todos los militares se agotaron para que de su equipaje las recargarán de nuevo con otro cargador de municiones, mientras que los que poseían los lanzacohetes sostenían otra munición de las pesadas.

-Esperen- Aviso el militar que llevaba el megáfono así como indicando con la mano el parar de disparar -Esperen- La orden fue acatada por la multitud de soldados los cuales bajaron sus armas expectantes de la siguiente orden.

El humo que dejaron los explosivos se iba disipando logrando ver al ser el cual género a su alrededor un tipo de campo se fuerza que también se disipó al no haber otro proyectil a la que reflectar.

El capitán da un breve análisis sobre el estado físico del sujeto -Esperen- Aviso aún de no apuntar cosa que los militares acatan con confusión.

La vista del ser se posa sobre la multitud de "enemigos" a su perspectiva, realizando una mueca de puro enojo se abalanza con los primeros que sus ojos visualizan, tomando las cabezas de ellos y arrancado sus cuellos de un tajo de los propios cuchillos que estos poseían.

-Ahora- Sentenció el capitán en voz alta amplificada, siendo seguido por el sinfín de balas que seguian al ente el cual al estar con la guardia baja los proyectiles dieron de lleno a su cuerpo, sin una posibilidad de protegerse de nuevo comienza a sucumbir ante el armamento militar.

El infortunio de la armada llega cuando se terminan de nuevo sus municiones -Esperen, ya está- Aviso el capitán al ver el estado crítico del ser el cual estaba ya en el suelo con prácticamente todo su cuerpo agujereado de balas -Aqui acabo nuestro labor-

La multitud de soldados empiezan una retirada en filas indias, mientras que el ente agoniza en el suelo casi tragando su propia sangre.

Se ve a pocos segundos su cuerpo regenerarse, acción que un joven presencia desde metros atrás y sabiendo el que hacer.

El peligris hace acto de presencia al correr hasta el capitán -Escuchenme, no lo han matado, de hecho no están ni cerca de hacerlo- Menciono rápidamente con un tono rápido y serio en su voz.

-Chico, sabemos lo que hacemos y esa amenaza ya fue erradicada- Hablo en un timbre firme el capataz para seguir su caminar, casi ignorando el aviso del joven.

El peligrisáceo bufea molesto -No, escuchen, ese collar es lo que hizo ese campo de fuerza, se tiene que destruir para que todo sal- Expuso de nuevo en un tono más fuerte, antes de ser interrumpido por el adulto.

-Niño somos expertos, ya fue borrada esa alimaña- Hablo bromista en su comentario el capitán, no dándole importancia las quejas del contrario.

El joven se enfurece y decide tomar cartas en el asunto por su propia mano /Odio la ineficiencia de estos tarados/ En un movimiento rápido toma el cuchillo de uno de los soldados para salir corriendo al cuerpo de su amigo /Si no lo hacen ustedes, lo haré yo/

El jefe se molesta ante el joven burlar su equipo de combate -Ey niño ven acá- Varios soldados lo persiguen al igual que el capataz.

Las advertencias de los soldados importaban poco para el grisáceo solo importaba la seguridad de la ciudad y sobre todo de su hermano.

El chico hace un deslizamiento con sus rodillas al ya acercarse lo suficiente al cuerpo casi regenerado del joven de pelo verde.

/Esta/

Toma el pendiente de su cuello con rudeza, haciendo mover levemente el "cadáver" del chico.

/Cosa/

Acerca el arma a dicha joya el cual todo este tiempo iluminaban las partes heridas.

/Termina/

Los ojos del ser se abren listo para continuar su masacre.

/Aqui/

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El pitar continuo de una máquina lo hace despertar de su trance, abriendo sus ojos de una forma lenta y pausada, tratando de aclarar su vista al estar borrosa por el brillo cegador que entraba en sus pupilas.

El peliverde tarda minutos en acostumbrarse de nuevo a poder ver -Ugh...que...paso?- Hablo en un tono mareado mientras se tocaba su frente al sentir un dolor en ella.

-Agh- Se quejo al recibir otro estímulo de su brazo el cual lo sentía pesado como si de un yunque se tratara, baja toda su extremidad a la cama haciendo que descansará /Me...duele...todo/

Se dió cuenta que su cerebro estaba de nuevo en funcionamiento después de horas de estar inactivo, entendiendo la situación solo suspira mientras su cuerpo tiritaba debido al aire frío del minisplit que entraba por sus poros casi desnudos.

/Odio las batas de paciente, porque las hacen tan delgadas?/ Se cubría todo su cuerpo con la manta que ha estado encima de el desde su despertar, recibiendo un leve porcentaje de calor en su cuerpo
/Es...espera...bata...de...paciente?/ Sus pupilas de dilatan de sorpresa.

El joven observa con detenimiento cada objeto llamativo del cuarto, las paredes siendo de un blanco de hospital con una franja de verde claro en su medio /Como...termine aquí?/ Mientras se lo plantea ve los costados de el, notando máquinas de anestesia y multitudes de bolsas con sangre almacenadas, conectadas por tubos en las venas de sus brazos.

/Estuve...apunto de morir?/ Inhalaba y exhalaba como sus pulmones lo permitían en ese momento, analizaba cada detalle en busca de alguna respuesta a sus incógnitas.

Ve a su izquierda un florero con varias flores de distintos colores y tipos /Quien...me entrego esto?/

/Quien...me trajo?/ Su mente divagaba de una pregunta a otra sin cesar, haciendo que sus ojos cerrarán de cansancio al retener una innumerable cantidad de información /Si no me las van a dar, las tendré que buscar/ Su mente buscaba salir de esa recamara aún si su cuerpo no era apto para ello.

Antes de poder si quiera moverse la puerta se abre de repente dejando ver la pandilla completa entrar, algunos con desesperación y otros calmados.

El peliturquesa fue el más rápido en acercarse a la cama, abrazando con todas sus fuerzas al contrario y llorando a cántaros -Lars, que bien que estás bien- Decía ahogadamente entre lágrimas dejando ver sus ojeras marcadas de un color casi negro demostrando la insomnia que realizó.

El cuerpo del peliverde se sobresalta al contacto repentino -Agh Li...Lift duele- Hablo casi en un grito de dolor.

El contrario también se asusta, alejándose de él -Oh lo se lo se, solo me...exalte- Reía nervioso mientras se rascaba con vergüenza las patillas de su pelo.

La pelimagenta entra en escena regañando al de tez morena -Quieres que se nos vuelva a morir o que pendejo?- Exclamaba entre dientes intentando no alzar de más su voz.

-Per...perdón- Se disculpaba el peliturquesa seguido de retroceder hasta casi llegar a la esquina de la habitación.

La contraria se iba acercar a seguir su rabieta hasta que la mano de la pelimorada se hizo presente, tomándola de su camisa manga larga y haciendo que retroceda -Ya tonta, eso lo haces afuera- Menciono en su tono serio con un timbre de molestia.

-Agh, bien- Quejo la contraria dejando en paz al contrario y alejándose unos pasos de el.

El pelinaranja camina con cautela al peliverde -Te...te encuentras bien?- Cuestiono el joven con el suave timbre que siempre usa.

-Descuida Fern, estoy bien solo me encuentro...algo mal- Aclaro el contrario usando sus energías para poner su mano en el hombro del timido.

El peliemo suspira -Uff, gra...gracias tenía ese pendiente- Se aleja momentáneamente de la cama.

El pelicetrino llega con una bolsa naranja -Te trajimos tu comida favorita, espero ese accidente no haya roto tu estómago para comerlo- Menciona sarcásticamente mientras rie, hasta que una bofetada lo calla, proveniente de la pelimagenta -Agh ya perdón- Bufa molesto siendo acompañado por las carcajadas de la contraria.

-Amm...la verdad si te lo ganaste- Hablo el pelirubio con su tono cansado de siempre, tomando de una pajilla de una pequeña caja de lo que parece ser café.

-Tsk, ahora todos están en mi contra no?- Bufo molesto el tuerto mientras se cruzaba de brazos.

La pelimagenta inclina su cabeza en signo de burla -Fijese que si- Sonrió victoriosa.

La peliazul se acerca a la contraria -En que quedamos afuera?- Cuestiono con su tono autoritario y arqueando levemente la ceja e hincandose hasta la altura de la pequeña.

-Ok "Mamá" ya me calmo- Bufo la de menor tamaño mientras unas risas del pelicetrino se oían de fondo.

-No soy tu mamá solo te corrijo- Bufo de manera tierna la afro, continuamente se reincorpora.

La pelivioleta rie bajo -La prepare yo especialmente para ti- Hablo enalteciendo se con un ligero timbre de egocentrismo.

-Casi quemas la cocina de no a ver sido por mi querida- Aclaro la pelirosada en un tono juguetón, seguido de sacar la lengua en modo burlesco.

La contraria solo bufa molesta al ser expuesta inflando sus cachetes cuál niña pequeña.

El peliverde sonrie -No pasa nada, lo que cuenta es la intención- Respondió.

El peligris se acerca a la camilla con un semblante serio -Sabes lo que me costó que no me arrestaran, no me corrieran de la carrera y que te den atención medica?- Cuestiono varias incógnitas con un timbre molesto.

-Yo...- El contrario suspira decaído al igual que su mirar -Perdon si cause problemas...se...se que un perdón no soluciona nada pero...no puedo justificarme- Cierra sus ojos apenado.

-No, no puedes...- Respondió directamente el peligrisáceo -Pero eso no significa que estoy molesto- Aclaro.

-Eh?...No lo estás?- Pregunto incrédulo el chico abriendo sus ojos con confusión.

-Enserio pensaste que ese collar era normal?- Hablo en duda el peliturquesa -Desde que te vi usarlo medio mala espina- Tambaleo al recordarlo.

-Aparte de que no te lo podías quitar- Añadió el pelirubio -Se volvió una sospecha entre nosotros-

-Hasta el más tonto de aquí se pregunto la naturaleza de esa cosa- Menciono la pelimagenta, observando de reojo al peliafro que solo chisto de enojo asintiendo a lo dicho.

Los demás presentes responden con las sospechas que tenían sobre el extraño artefacto ancestral, que fueron resueltas el día de hoy.

-Vez, nadie está molesto contigo, ya lo sabíamos de antemano- Respondió sincero el pelirubio, poniendo su mano en el hombro del contrario pudiendo calmarlo.

-Ya...ya veo...- El peliverde rie entre dientes -Si que metí la pata al tomar esa cosa no?- Pregunta con gracia.

El pelicetrino responde -Un patadon más bien- Rie ante su comentario, solo que en esta ocasión recibió una risa por parte de todos.

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