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✿; Cita.

"Gulf lleva 4 años soltero y él esta bien con eso, pero entonces llega Mild ese sábado y lo obliga a salir de su cama y tener una cita. Gulf trata de negarse de las mil maneras posibles pero después termina accediendo y cuando va esa misma tarde a encontrarse con su cita, conoce a Mew Suppasit y Gulf al verlo se le atasca el aliento; él hombre era hermoso. A simple vista parece el tipo ideal y perfecto, pero oculta un gran secreto y está en Gulf aceptar a Mew tal como es o dejarlo ir."

(๑˙๑)

Gulf estaba sumido en el mundo de los sueños. Unicornios, ángeles y un sacerdote. Era un sueño raro pero a la vez interesante. Suspiraba gustoso abrazando la almohada con fuerza, paso su pierna por encima de la almohada y sonrió. Pero su hermoso y preciado sueño fue interrumpido por un alegre Mild que abrió las cortinas dando paso al brillante sol.

—¡Despierta bello durmiente!—exclamo Mild muy emocionado. Hoy haría una gran hazaña y necesitaba ponerla en acción de inmediato—Es un hermoso sábado y hay que disfrutarlo ¡Así que levanta tu trasero de esa cama!

Gulf miro a su amigo con los ojos entrecerrados y se abrazó con más fuerza a la almohada. Ni un sábado podía estar tranquilo ¡Joder! Era su día de descanso y su impertinente amigo ya lo había arruinado con su cháchara.

—¡Por lo más sagrado déjame dormir!—gruño en la almohada.

Mild negó divertido y comenzó a mover su pie con un tic de madre desesperada. No tenía mucha paciencia que digamos.

—Juro que sino te levantas de esa cama voy a echarte agua fría—advirtio.

Gulf suspiró derrotado porque sabía que cuando Mild decía algo lo cumplía. Y no babys, él no sería mojado por la mañana. Se sentó en la cama tratando de apartar el sueño que se cargaba y frunció el ceño molesto consigo mismo, ¿por qué le había dado una llave de su apartamento a su loco amigo?

Decidió que se regañaria más tarde, ahora la pregunta era la siguiente, ¿qué bicho raro le había picado a Mild para irrumpir en su hogar? Debía ser una gran cosa porque al observar el reloj Gulf se dio cuenta que eran las 7 de la mañana ¡Qué suplicio! Ojalá que la razón del porque su amigo estuviera molestándolo fuera sería porque sino el mismo lo lanzaría a la calle a patadas.

Se estiró con un gran bostezo y se levanto un poco aturdido. Mild al ver que le había hecho caso sonrió y se dirigió a la puerta pero antes se detuvo mirando a Gulf con un brillo intenso.

—Te espero en la sala.

Gulf asintió, sus cabellos castaños se balancearon en el proceso. En estos momentos su cabello parecía literal un nido de pájaros. Quizás debería hacerle caso a su mamá y usar ese shampoo restaurador. Sí, Gulf sonrió, sonaba un buen plan, lo iba a comprar en estos días.

Se dirigió al baño, hizo sus necesidades mañaneras y cuando estuvo listo se dirigió a la sala de estar con paso lento. Ahí en el gran sofá de cuero estaba Mild sentando con las piernas cruzadas pensativo anotando en una hojita y usando unos grandes lentes de viejito. Parecía serio mirándolo desde esté ángulo pero Gulf conocía a su amigo durante 8 años y era el hombre más raro, peculiar y extravagante que el alto conocía.

Paso por la sala y fue directo hacia la cocina a preparar café, porque sino tomaba su amado café no funcionaba y estaba todo el jodido día de un catastrófico mal humor. Por eso si se iba a sentar hablar con Mild de cualquiera ocurrencia que le fuera a contar o a llevar acabo envolviendolo en el proceso, necesita su cafeína para procesarlo y no usar el cojín para posibles ataques.

Cuando su café bien negro estuvo listo sirvió dos tazas y se dirigió a la sala de estar. Puso las grandes tazas de humeante café en la mesa de vidrio y se sentó al lado de su excéntrico amigo.

—Bueno ya estoy listo para cualquier tontería que tengas que decir—hablo Gulf agarrando su taza, soplo un poco y bebió un pequeño sorbo.

Mild pareció ofendido tocándose el pecho y después moviendo sus manos exageradamente.

—Soy un tipo serio, nunca digo tonterías.

Gulf quiso reír pero siguió soplando su café y bebiendo de pequeños sorbos.

—Sigue mintiendote a ti mismo así nunca maduraras y ya tienes 28.

Mild suspiró.

—Esta bien lo admito digo tonterías y armó planes exagerados, pero esta vez seré serio—prometió moviendo sus pestañas—Y definitivamente esto te incumbe es algo que te ayudará y te hará salir de la aburrida rutina que llevas.

¿Aburrida su rutina?

Gulf miro a su amigo con confusión, sus cejas casi se juntan y apretó la taza. Esta conversación ya no le estaba gustando. Cuando Mild lo metía en sus planes o como el propio Mild lo llamaría "Manuel de ayuda a Gulfie 1212" la situación era de temer.

Y Gulf no necesitaba ningún tipo de ayuda, para él su rutina era casi perfecta. Primero tenía un buen trabajo en una empresa de renombre, vivía en un cómodo apartamento con una hermosa vista de la cuidad, mantenía una buena relación con sus padres y los visitaba seguido y tenía dos gatos sus adorados bebés; Hazard y Miluu. ¿Qué más le podía pedir a la vida? Era feliz, asi que no, no necesitaba de la ayuda de Mild.

—No necesito tú ayuda—declaro rotundo.

—La necesitas así que dejate ayudar—lo miro seriamente y apretó su hombro—¿Cuántos años llevas soltero?

La pregunta tomo de sorpresa a Gulf. La vergüenza pintando un poco sus mejillas. Sí, quizás no era un tipo muy social, ni muy coqueto, pero... ¿Quién necesitaba una pareja? Él era feliz con su vida de soltero, no podían juzgarlo por ello.

— Ummm... 4 años—contesto mirando hacia otro lado.

Mild abrió sus ojos con espantó. Era verdad que sabía que Gulf llevaba soltero un tiempo pero jamás pensó que tanto tiempo ¡Oh, oh esto sería difícil! La alarma de un tono rosa brillante sonaba en la cabeza de Mild, ya que convencer a Gulf de tener una cita sería como entrar en un campo de guerra militar.

—¡Santo Feliciano esto es peor de lo qué pensé!—exclamo horrorizado y se acarició el puente de la nariz. Después de un segundo en completo silencio miro a Gulf que había decidido seguir tomando su café con lentitud—Pero no hay gran bache en el camino que yo no pueda quitar, por algo soy un tipo genial.

Gulf bufó, esto era peor de lo que pensaba, ya el alto sabía por donde iba la cosa. Quería patear a su amigo de su apartamento y tener sus amados días de descanso en paz sin que nadie lo juzgará por su soltería. La mayoría de las personas que lo habían sabido lo habían criticado y tal vez tuvieran un poco de razón en hacerlo, ya que a su edad de 27 años el estar sin una pareja era triste y un poco raro. Pero Gulf no le prestaba atención a los comentarios, él era feliz y con que él lo fuera todo estaba bien. No necesitaba a su amigo intentando serle de cupido. Era ridículo.

—Si piensas emparejarme con alguien o buscarme una pareja, detente, eso no pasara—cruzo sus brazos y apretó su boca.

—¡Gulf, por Dios! Necesitas por lo menos salir con alguien, ok se qué será complicado al inicio pero inicia con citas, no va a matarte tener una pequeña cita. Porque no me digas que toda tu vida estarás soltero y lleno de puros gatos como mi abuela Petra.

Gulf dejo la taza de café en la mesa de vidrio y volvió a suspirar. No sabe cuántas veces había suspirado en estos momentos pero habían sido muchas veces. Miro la taza de su amigo seguir enfriandose y trato de razonar consigo mismo.

La idea de tener citas le daba vértigo y hacía que su estómago se anudara con pánico. No se sentía preparado para salir con nadie. Desde sus relaciones fallidas quizás se había encerrado al amor. Todos los hombres parecían ser iguales de idiotas y comenzaba a crear que en realidad los finales felices no existían, ¿y entonces por qué mortificarse por un canalla que a la final le pisotearia su puto corazón? No, definitivamente no estaba preparado.

—En serio Mild, no es por ser mala onda pero no quiero tener citas por el momento.

Mild se arrodilló apretando las delgadas rodillas de su amigo.

—Gulfito hazlo por mi. Debo cumplir está misión—junto las palmas y hizo un puchero.

—¿Misión? ¿De qué ridiculez estás hablando, Mild? Tú no tienes misiones. Eres el tipo más raro y poco serio que conozco.

—Aunque no lo creas puedo ser serio de vez en cuando y no es ninguna ridiculez es una misión—se levantó del frío suelo, agarro su taza de café de la mesa, se sentó de nuevo en el sofa y comenzó a beber como si fuera un jugo el que tomaba.

Gulf hizo una cara de asco. Seguía sin entender como su amigo podía gustarle el café frío. Era tan extraño.

—Dame una buena razón del porque debo tener citas.

Mild suspiró dramáticamente dejando la taza ya acaba en la mesa.

—Mi amado novio Tom me mandó hacer una lista de cosas que quería lograr. En estas semanas he logrado casi todas; desde saltar en paracaídas, montarme en la rueda de la fortuna más grande, jugarle a mis padres una broma por teléfono, innovar en mi vida sexual, hacerme un piercing en la lengua—saco su lengua y Gulf le dio un escalofrío, siempre había odiado las cosas incrustadas en la piel, le ponían la piel de gallina—Asi que en el sexto lugar puse "Ayudar a Gulfie a tener citas 1212" y necesito cumplir esto porque sino no podré seguir con las otras.

Gulf miro a su amigo y después se tapó la cara tratando de asimilar todo. Todo sonaba absurdo. Solo por una tonta lista el debía tener citas, parecía una broma de mal gusto. A veces Gulf se planteaba la pregunta, ¿por qué sigo siendo amigo de este raro? Si siempre que Mild le pedía ayuda o lo arrastraba a sus locuras, Gulf había terminado en la cárcel, en un avión a Japón y en el hospital. Su amigo era un peligro para la sociedad y para su propia integridad física.

—Si en algún punto decido aceptar y tener por lo menos una cita. ¿Con quién sería? ¡Oh no! ¡No, no y no! No me digas que piensas emparejarme con alguno de tus extraños primos. ¿Es en serio? No voy aceptar.

Mild rió y miro a su amigo con cara de "Que tonto eres, Gulfito"

—No, algo mucho mejor—sus ojos brillaron luminosos como el mismo sol y se levantando alzando las manos al techo— ¡¡Entraremos en la página más candente de la red!!—guiño un ojo y Gulf ahora si quería golpear a su tonto amigo con el cojín—Se llama "Sigotristementeaunsoltero.com" mis amigos dicen que es efectiva y la página nunca se equivoca al emparejarte con el tipo o la tipa de tus sueños.

Gulf tenía la boca abierta y después pego un gritó que hizo que Mild se tapara los oídos y su vecina del lado gritara "¡Juro que los rociare con vinagre si no se callan!"

Gulf volteó los ojos. Su vecina Meli era una mujer joven y hermosa, pero odiosa y mal humorada. Una ogra de la cual Gulf se cuidaba para no caer en el hospital.

—Te estas oyendo es la peor idea del mundo. En esos sitios se encuentran las personas más raras; psicópatas, locos y asesinos seriales. Aprecio mi vida y no voy a morir a causa de un maniático—alego espantado. Se negaba a utilizar esos siniestros sitios web de citas.

—Exageras siempre las cosas. Definitivamente esos programas de detectives que ves todo el tiempo te estan volviendo un paranoico.

—Con mis casos detectives no te metas son de ayuda y te abren la mente para estar más pendiente del entorno. Aparte no pienso morir por tener una cita con un tipo raro. Me niego. Me rehuso. De mi hogar no me sacas.

—Deja de ser tan terco, nada raro va a pasar lo prometo y si en dado caso sucede me mandas un mensaje de texto y ahí estaré. Pero hombre inténtalo, tienes 27 años y aún estás soltero, eso da penita ajena.

Gulf miro a Mild de mala manera, aunque era cierto todo lo que había dicho sobre que le tenía miedo a esos sitios web por los miles de casos que había visto, tampoco es que todos los hombres que estaban en la página eran unos dementes. Aparte si pasaba algo raro Mild estaría ahí y lo ayudaría y viéndole desde el lado bueno después que tuviera esta cita, Mild no lo obligaría a otra.

—Esta bien, lo haré—dijo derrotado.

Mild sonrió y abrazo a su amigo.

—No te arrepentirás algo me dice que conseguirás a él hombre de tus sueños, querido amigo—se separó de Gulf y fue a buscar la laptop.

Gulf se recostó en el sofá. El día sería largo, pero lo más pronto posible saliera de esto que seguro terminaría en una cita fallida, más rápido podría descansar y abrazar su hermosa almohada.

(✿)

Gulf llevaba unas pocas horas sentado en la hogareña mesa de su cafetería favorita. La pequeña cafetería estaba llena de gente y las voces alegres y pintorescas se escuchaban y quizás por ese motivo Gulf la había elegido ya que no podía dejar de pensar que esto era mala idea y que quizás iba a morir.

¡Qué los santitos lo protejan! Pidió casi suplico mentalmente. Tomo su taza de café y siguió observándo las puertas de cristal.

Desde que su amigo lo había registrado en el ridículo sitio en línea la pagina rápidamente le había sugerido el candidato perfecto que se acoplaba con sus gustos. El perfil de Lion2102 apareció a la vista y aunque no mostraba una cara, los elegantes trajes y fotos de los definidos músculos del hombre se podían apreciar en su galería. Aparte era un tipo intelectual; en su muro había frases y pensamientos interesantes que intrigaron un poco a Gulf. Asi que sin pensarlo mucho le asintio a su amigo con la primera elección de la página, este mando un mensaje y Lion respondió al instante, Gulf quería tener la oportunidad de mensajearse con él hombre por unos días para conocerlo mejor, pero Mild parecía desesperado porque saliera y fuera un hombre realizado en la vida amorosa así que propuso una cita al instante. Gulf en esos momentos pidió al universo, a los santos, a su tía Clotilde; "Por favor, por favor, que diga que tiene planes" pero la suerte no estuvo de su lado y Lion acepto la cita.

Gulf solo pensó por la rápida respuesta que él tipo definitivamente parecía desesperado. ¿Quizás era un tipo raro con una inexistente vida amorosa como él? ¿O quizás era un asesino serial buscando la próxima presa? Coloco la taza de café en la mesa y trato de calmar sus nervios, estaba sudando frío y sus dedos temblaban como si tuviera un problema en su sistema nervioso.

Quiso pedir otro café pero sentía que en estos momentos la cafeína lo pondría más inquieto. Siguió mirando las grandes puertas de cristal con el corazón casi en la garganta.

Desde que la cita había sido puesta en marcha y Gulf había decidido el lugar donde se encontrarían las únicas palabras después de eso fueron la vestimenta que llevarían para poder reconocerse y el como eran físicamente.

Volvió a mirar la ventana, los nervios se lo comerían vivo. Con cada segundo que pasaba sentía que está cita sería desastrosa. Y cuando por milésima vez apartó la mirada de la ventana dirigiendo sus negros ojos a la puerta que estaba vez si se abrió y por ella entró un hermoso hombre vestido con un elegante traje. El corazón de Gulf se detuvo.

El hombre tenía el cabello negro y espeso, su piel blanca, sus ojos eran de un gris plomo, su elegante traje azul marino se ceñía a su cuerpo como una segunda piel. Todas las características apuntaban que el recién llegado era su cita, parecía muy bueno para ser verdad. Era hermoso y Gulf sentía que en cualquier momento haría un charco en la mesa.

Se dio golpecitos en las mejillas para despertar del ensueño. Físicamente él hombre era su tipo ideal sin duda, pero aún cabía la posibilidad de que su personalidad fuera desagradable.

Trato de recomponerse y se sentó recto en su asiento. Estaba tan nervioso y temblaba, bajo la mirada y jugo con sus dedos. Quizás él hermoso hombre no era su cita, trato de reconfortarse, porque en estos momentos la inseguridad lo inundaba, se sentía tan poca cosa con su suerte rosa y su pantalón marrón. Comenzaba a sentirse insignificante y nada tenía que ver el elegante traje que vestía Lion sino por su perfecto rostro y la suavidad bonita y destellante de su mirada grisácea. Era tan precioso.

Mientras divagaba y jugaba con sus dedos incapaz de alzar la mirada pensando que el hombre no era su cita, un carraspeo hizo que Gulf dejará de divagar y mirará a la persona que había interrumpido su compasión hacia sí mismo. Y ahí estaba el hermoso hombre sonriéndole. Una sonrisa dulce y llena de amabilidad.

Gulf casi sufre un paro en ese momento. Sus mejillas se pusieron rojas "¡Oh por dios me siento en el país de las maravillas! ¡Siento como si estuviera flotando en algodón de azúcar! ¿Es normal?"

—¿Eres por casualidad Star0412? Porque todo me dice que sí, pero debo confirmarlo—sonrió.

Gulf se sentía como en el espacio mirando a Lion con aturdimiento. Se dio cuenta que parecía un tonto cuando el atractivo hombre comenzó a chasquear los dedos en su rostro.

—Lo siento, lo siento, estaba distraído—murmuro apenado y después miro al hermoso hombre—Sí, soy Star0412, ¿y tú debes ser Lion2102?—pregunto.

El pelinegro asintio y con una reverencia y un con permiso se sento. Gulf suspiro como colegiala. Lion era tan educado que tenía a Gulf hechizado. Una de las cualidades que Gulf admiraba en un hombre era la educación y cuando Gulf más observaba al hombre y lo veía pedir un café espumoso con decencia y con un tono suave, se dió cuenta que quizás había encontrado a su alma gemela.

—Si no es muy irrespetuoso preguntar, ¿cómo te llamás? Claro sino quieres decirme tu nombre por miedo entiendo soy un desconocido y en las redes sociales hay  personas raras.

Gulf miro atentamente a él hombre. ¡Dios mío este hombre parecía casi perfecto! ¿Acaso estaba soñando? No podía ser posible que tuviera tanta suerte en su primera cita.

—Me llamo Gulf Kanawut, es gusto conocerte—tendió su mano aún temblorosa y él hermoso hombre la tomó apretándola con suavidad. Gulf en ese momento sintió una corriente eléctrica invadir su cuerpo.

—Es un placer conocerte Gulf, yo me llamo Mew Suppasit y espero podamos pasar una tarde agradable—dijo, soltó la mano con delicadeza y comenzó a tomar un sorbo de su café con un elegante movimiento—Bueno, Gulf... Me encantaría saber sobre ti.

Gulf solo pensaba "Este hombre es perfecto" hasta la manera de tomar el café tenía a Gulf embobado. Quizás hasta Mew se había dado cuenta de su cara de idiota pero que la diosa del amor lo castigue no puede evitarlo. Lleva cuatro años sin salir con nadie y que de la nada le aparezca un espécimen perfecto, pulcro y educado como Mew, lo hacía actuar como un tonto y no podía evitarlo.

—Mi vida no es muy interesante... Tengo 27 años, trabajo en la corporación NewPortion donde nos encargamos de crear nuevos aparatos electrónicos, vivo solo en un cómodo apartamento, tengo dos gatos y como ves sigo soltero.

Mew dejo la taza en la mesa y lo miro con suavidad. Sus ojos grisáceos brillaron cálidos.

—No entiendo porque alguien tan lindo cómo tú podría estar soltero—soltó de manera sincera y sin miramientos. Gulf se sonrojo y Mew le pareció adorable ver a Gulf sonrojado.  Definitivamente su cita era físicamente su tipo ideal y era tan lindo que Mew quería aplastar sus mejillas, pero se contuvo eso sería raro—Mi vida tampoco es tan interesante que digamos... Soy un aburrido hombre que vive para su trabajo ya que dirigió mi propia empresa MewSuppasitConecction. Aparte de eso tengo mi propia casa, visito a mis padres los fines de semana y estoy soltero porque quizás soy un desastre como novio.

Gulf escucho atentamente y miro a Mew con admiración.  Cada hora que pasaba en la presencia de Mew, Gulf solo pensaba que tenía tanta suerte de tener esta cita y parecía mentira ya que la vida no era tan fácil y no te daba las cosas en bandeja de plata. Gulf comenzaba a pensar que detrás de esos educados tratos, su manera cálida de ser y de sus elegantes trajes Mew debía ocultar algo o por lo menos tener defectos. Algo debía ocultarse en esa fachada de perfección y pulcritud.

—Yo creo que tú no eres él del problema quizás son ellos. Porque en serio Mew eres un hombre admirable, educado y hermoso, ¿quién no desearía tenerte a su lado?—confeso y al darse cuenta que había hablado sin pensar se puso tímido ¡Joder, no debió decir eso! ¿Sonaba muy coqueto? Quizás sí ¡Oh qué humillante!

Una sexy sonrisa pinto los bonitos labios de Mew. Sus ojos brillaron.

—Eso mismo pienso yo, eres precioso, lindo y adorable Gulf, ¿quién no amaría que fueras su pareja? Yo definitivamente me sentiría muy afortunado.

Las mejillas de Gulf se volvieron rojas como el color del tomate y su corazón bombeo en su pecho como loco. El hombre más hermoso que había visto jamás le estaba halagando y haciéndolo sentir precioso. Su autoestima se sentía por las nubes en estos momentos.

—Yo igual me sentiría afortunado de tenerte como mi pareja.

Mew sonrió dulcemente y busco la mano de Gulf y la apretó con suavidad, pero después cambio su rostro a uno triste y apagado. Él no era perfecto como parecía y cuando le dijera a Gulf su mayor defecto estaba seguro que esté saldría corriendo.

—Nadie sería afortunado al salir conmigo... Soy un fenómeno.

Gulf se quedó anodadado por el cambio tan repentino. Estaban coqueteando y halangandose mutuamente y ahora Mew se llamaba fenómeno. Gulf no entendía que sucedía. Sentía que en cualquier momento Mew lanzaría una bomba como "Soy un asesino serial" Gulf tembló, Mew podría ser hermoso y ser su tipo ideal pero Gulf no salia con asesinos, eso cruzaba sus límites.

—No entiendo, ¿podrías explicarme? Porque no tiene sentido eso que dices. Yo no veo que seas un fenómeno, te ves como un hombre normal y eres tan encantador.

Mew dejo de apretar la mano de Gulf y se recostó en su asiento jugando con su corbata.

—Tengo un gusto peculiar o algo así como un fetiche.

¡Oh santo! Esto sonaba mal. ¿Gusto raro? ¿Fetiche? ¿Mew estaba bromeando? Todo estaba yendo tan perfecto hasta que su cita dijo que era un fetichista. Gulf no estaba en eso. Todo lo raramente sexual no era su estilo, podría ser un anticuado, pero quería una pareja normal. ¿Era eso mucho pedir?

Gulf trato de sonar neutral y calmado cuando decidio hablar. 

—Esta bien, todos tienen fetiches o gustos fuera de lo cotidiano, no es nada del otro mundo.

O eso esperaba el pobre Gulf. Si Mew soltaba algo escalofriante el llamaría a Mild y saldría como un cobarde por esas puertas de cristal aunque le doliera. ¡Porqué Dios, Mew era hermoso! Y dejarlo era como cometer el mayor error de su vida ¡Joder! ¿Por qué su espécimen de hombre no podía ser normal?... ¿Acaso este era su castigó por quejarse todo el tiempo y no querer tener citas?

—Mis parejas anteriores me han dejado por lo que te contaré...

Gulf miro a Mew con intriga. La cosa por lo que se veía era grave. ¿Por qué ese Dios griego de hombre no podía ser normal? ¿Por qué? Gulf estaba que casi lloraba.

—Tengo una obsesión con las medias altas y compro muchas y siempre quiero que mis parejas se midan todas así sean 30 medias. Me satisface. Me excita. Me encanta tener sexo mientras mi pareja usa las medias. Lo sé, es raro y no te culpo si decides dejarme aquí, yo lo voy a entender. En serio, hasta yo mismo sé que soy un tipo raro.

¡Oh por la tía Magdalena! ¿En qué caverna se había metido? ¿Esto era real? Gulf estaba en shock. Se recostó en su asiento tratando de asimilarlo todo. Esto parecía sacado de una tonta comedia loca que no tenía nada de romántica.

Él saber que Mew tenía una obsesión con las medias hacía sentir raro a Gulf. Él nunca habia conocido a nadie con un gusto tan particular y aunque era raro, Gulf no podía levantarse y dejar a este magnífico hombre aquí abandonado. Algo lo ataba a la silla, quizás su intuición, sentía que algo bueno saldría de esto.

Quizás hasta ya se estaba imaginando modelando medias y la idea le ponía un cosquilleo raro en su estómago. Mentalmente le pedía a sus tías muertas que no se estuviera equivocando y haya tomado la decisión correcta porque enserio quería conocer a Mew.

—Quizás es un poco raro, pero eso no me hace irme. Quiero quedarme y ver a dónde me lleva esto—sonrió con timidez y con tono suave y susurrante Gulf dijo—Dejame ser tu modelo de medias.

Mew se le atasco el aliento en la garganta, su corazón rebotó emocionado. Tantas personas lo tachaban de raro y en las citas anteriores que tuvo todos se levantaron cuando les confesó su raro gusto, pero ahí estaba Gulf mirándolo con timidez pero decidido. Y en ese breve momento Mew sintió la conexión instantánea. Este delgado hombre debía ser su futuro mandado por el universo.

—Para mí sería un placer que lo fueras—sonrió tan grandemente. La felicidad iluminando su cara.

Tantas citas fallidas y ahora Mew podía decir sin duda que está fue su cita perfecta.

Ambos hombres se levantaron y sus dedos se entrelazaron, salieron juntos de la hogareña cafetería tomados de la mano y se dirigieron a un destino incierto pero quizás con un final feliz.

(✿)

Un año después.

Mild tocó el timbre de la gran casa una y otra vez. Hizo un puchero molesto. ¿Cómo era posible que sus desalmados amigos no pudieran abrir una puerta? Era sábado y esos engendros parecían dormir.

No sabe cuántas horas estuvo sentando en el porche hasta que por fin la puerta se abrió. Mild estaba molesto, estaba que echaba llamas por todo el lugar, lamentable no era un dragón porque ya hubiera quemado la mansión de estos desconsiderados.

Mild se levantó y limpio su pantalón. El rostro divertido de Mew le dio la bienvenida y el bajito le saco el dedo.

—Hola Mild.

—Hola desconsiderado número dos, ¿donde está él desconsiderado número uno?—pregunto entrando en la casa.

—En la cocina preparando café.

Mild sin esperar a Mew, se dirigió a la cocina.

—Te dije que vendría hoy desconsiderado número uno. ¿Por qué me dejas esperado horas en ese porche? Eres un mal amigo y yo que te amo y solo quiero pasar tiempo contigo. Desalmado.

—Tan dramático como siempre—recordó y sirvió tres tazas de café; la costumbre no se perdía—Sabes que me doy el gusto de ser un dormilón los fines de semana y aparte me gusta pasar tiempo de calidad con mi precioso Mewi.

Mild imitó las arcadas.

—Ugh eso sonó tan cursi. Te desconozco amigo. Cómo es posible que del solterón que se minaria de gatitos ahora eres este sujeto que parece un árbol navidad cuando Mew aparece. Que asco.

—Debes soportarme ahora porque tú insististe en encontrarme una cita y mira lo lograste todo dio resultado. Conocí a un hombre maravilloso que es mi novio y al que amo cada días más y más.

Gulf se dirigió al sofá con las dos tazas de café; la de él y la de Mew. Las colocó en la mesita de madera y se sentó en el blando sofá de cuero negro.

Mild tomo su taza, se dirigió donde estaba su amigo y se sentó.

—Lo sé, soy genial que puedo decirte—movio su cabello como una diva y Gulf soltó una risita—Ahora solo me queda decirte ¡Te lo dije! ¡Yo te lo dije! ¡En tu cara, Gulf! Siempre me gusta recordartelo—rió—Porque sino fuera por mí gran ingenio y mi gran insistencia aún seguirías soltero.

—Lo admito, lo admito, gracias a ti soy feliz, no sabía que me faltaba algo hasta que llegó Mew a mi vida. Te lo debo amigo.

Mew se sentó al lado de Gulf y le paso un brazo por los hombros besándole en el proceso el cabello.

—Si obvio que me lo debes y como pasó un año y son una pareja estable—los señaló y una mirada pícara pinto sus facciones—Ustedes tortolos van acompañarme a mí y a Tom a las Bahamas. ¿No es genial?

Mew y Gulf se miraron con pánico. ¿Las Bahamas? ¿Era en serio? Ambos suspiraron abatidos como si estuvieran yendo a su funeral y no aún viaje.

—No me miren de esa forma no es el fin del mundo, es un viaje y ya hice las reservaciones y compre los pasajes. Ustedes me lo deben porque yo los uni y aparte así celebramos su aniversario del año, ¿qué les parece?

Mew y Gulf no estaban muy seguros de aceptar, pero en el fondo se lo debían a su extraño amigo. Gracias a Mild ambos estaban juntos y se lo agradecían, de verdad que lo hacían, porque quizás en otras circunstancias jamás se hubieran conocido.

—De acuerdo—dijeron Mew y Gulf al mismo tiempo.

Mild salto en su asiento y alzó las manos moviendo sus caderas.

—¡¡Bahamas allá te vamos!! ¡¡Tiembla mundo!!

Sí, literalmente Gulf y Mew estaban temblando en este momento. Salir con Mild significaba líos y más líos, quizás caer en la cárcel, en una cueva o perderse en la nada, pero a pesar de lo extravagante y extraño que podía ser Mild era un gran amigo y ambos lo adoraban.

Gulf se acurruco en el pecho de Mew y Mew comenzo acariciar las hebras castañas para después recostar su mejilla en el sedoso cabello de su novio que olía a fresas. Encontrar a Gulf había sido lo mejor que le había pasado a Mew porque Gulf lo había aceptado con sus virtudes, sus defectos y con sus gustos raritos.

Volvió a mirar a Mild que seguía haciendo el baile de la victoria y cantaba "Bahamas vamos a ti. Bonita Bahamas, ay baby en las Bahamas seremos felices y haremos el sabrosito, el sabrosito. Oh oh Bahamas. Unenos ohhhh" Mew rió de la ridícula canción, pero su corazón se sintió cálido.

Tantos años buscando la pareja ideal que lo aceptara tal y como era y en un punto se dio por vencido, pero ahora aquí estaba al lado del amor de su vida y de su raro amigo al que también adoraba.

Sí, su vida ahora sí era perfecta, Mew podía asegurarlo.

(๑)

Esto me salió muy largo haksjdkf pero cuando empecé a escribir este one-shot tenía demasiada inspiración y lo termine en un día y después estaba, ¿cómo lo escribí tan rápido?

No sé si esto cause risa porque bueno se siente el fluff en el aire, pero espero hayan sonreído aunque sea un poco.

Aquí en esta historia Gulf en su forma de ser tiene muchas cosas de mí; como mi gran amor por el café y definitivamente sino lo tomo en las mañanas me pongo de mal humor y también mi gusto por los casos de detectives; son mi pasión, ya que mi abuelita los ve todo el tiempo y yo los veo junta a ella.

Me gustaría saber su parte favorita, la mía fue cuando Gulf dijo: Déjame ser tu modelo de medias 7u7

Lamento cualquier error (en la madrugada tengo vista de hormiga)

Bueno ahora sí me despido y solo me queda decir ¡Qué viva el café! ¡Arriba los que amamos el café! ¡Una manita arriba los que estamos solteros(as)! Ahora sí, eso era todo; los amo, les mando besos en sus mejillas bonitas, se me cuidan. Gusbai.

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