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Preguntas - Rayan x Sucrette

Hola Chic@s! Aquí les traigo un nuevo one-shot de Rayan a pedido de @YukiYS , @Eveling_love , @selyna1423 y @ernescuki !
Espero que les guste!
Chaoo

KUMI
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Muchas veces el problema no es el amor en si mismo si no el desamor, y esto junto a todas las desepciones que Sun tenia en su vida,  habían forjado su carácter.
Sus padres se la pasaban viajando y ella se vio obligada a vivir con su tía, quien nunca se encontraba en casa,  por lo tanto desde muy joven se tuvo que valer por si misma en un mundo que poco a poco intentaba destruir sus ilusiones.  El tiempo pasó y llego un momento en el que no volvió a ver a sus padres,  comprendiendo que ellos no querían formar parte de su vida.
A los diecisiete años de edad se enamoró como nunca antes en su existencia y se alegro de saber que el también la amaba o eso decía.  Sun le entregó todas sus primeras veces, desgraciadamente,   incluso su primera decepción,  fue entonces cuando descubrió que el amor mataba el alma y apuñalada el corazón.
Nunca había sido el modelo perfecto de estudiante, siempre creyó en la subjetividad y la abstracción,  esto la había llevado a su especialidad y pasión en la vida: El arte moderno y contemporáneo, la única clase en la que podía o, mejor dicho,  sabía prestar atención. El señor Zaidi tenia una perspectiva única,  tan profunda,  tan intensa que podría jurar que con tan sólo imaginarselo la haría sonrojarse. Era tan diferente al resto de los hombres que ella había conocido que casi le parecía irreal, tanto como el intenso verde de sus ojos cuando se cursaban con los de ella. Decir que no estaba enamorada de Rayan Zaidi sería mentir pero Sun jamás lo admitiría.  Como se mencionó anteriormente,  ella le temía al desamor más que a nada en el mundo,  puesto que  consideraba al sufrimiento del corazón como el más doloroso, ya lo había experimentado una vez pero no lo haría otra vez más.
_Dicelo. - Chani se encontraba sentada frente a ella en la biblioteca.
_No. - Le contestó Sun sin despegar sus ojos del libro.
_¡Dicelo! -  Chani subió el volumen de su voz.
_¡No! - Sun la imitó aun sin despegar su vista del libro en cuestión.
_¡Pero si te gusta! - Chani continuaba con la discusión.
_Yo no me enamoro,  esa función esta muerta en mi. - Murmuró la joven mientras seguia leyendo.
Su amiga le dedicó una mirada cargada de reproche.
_¡Señor Zaidi! ¿Que lo trae por aquí? - Exclamó la rubia de cabello corto a lo que Sun levanto la vista hacia adelante instantáneamente encontrandose con nada más que la mirada de su amiga. - ¿Lo ves? Te gusta. - Chani sonrió victoriosa.
_Yo me largo de aquí. - Dijo Sun sonrojada mientras guardaba el libro en su mochila.
_Oh... ¡Vamos! Sabes que puedes hablarme de eso! - La joven de cabello corto la seguia.
_Lo se Chani... - El tono de su voz estaba más apagado que de costumbre mientras caminaba por el pasillo.
_¿Entonces? - La rubia la miro interrogante.
_Dime.  ¿Que quieres saber? - La joven se paró en seco y se giró hacia ella.
_¿Porque no te declaras? Estoy segura que a él también le gustas,  se nota en su mirada.  - Chani le sonrió.
_No me arriesgaré. Sería muy humillante decirselo y que Zaidi... - Sun no pudo terminar su frase.
_¿Decirme que? - Al darse la vuelta,  Sun se encontró con la intensa mirada de su profesor.
_Creo,  que me están llamando... - Chani tomó su celular fingiendo una llamada y se marchó dejando a su amiga cara a cara con él.
_Te escucho Sun ¿Que es lo que me tienes que decir? Vamos,  sin miedo. - Zaidi la miró comprensivo.
_Yo... - "Vamos,  piensa en algo"  se repetía una y otra vez mentalmente. - Yo... No podré ir al próximo control escrito,  tengo...tengo que hacer unos tramites... - Contestó ella y era una mentira a medias ya que si tenia que tramitar algunas cosas pero no planeaba hacerlo ese día, hasta ahora.
_Ven, hablemos en el aula. - La voz del hombre sonaba desconfiada.
Una vez en el lugar indicado,  el señor Zaidi se sentó en su escritorio mientras que la joven se quedó de pie frente a él. - ¿Y bien? Porque no vendrás al control? - Preguntó Zaidi.
_Trámites...  Ya se lo dije. - Sun desvió su mirada.
_Eso no es cierto Sun. - El hombre la miró desafiante. Un silencio se propagó.
_Tiene razón. - Ella sonrió. - Después de todo si iré al control. - Sun se sentida estúpida, se vió obligada a mentir para luego ser descubierta por una de las personas que más admiraba.
Se dirigió hacia la puerta cuando él volvió a hablar.
_Quiero saber más de ti Sun. - Le confesó y ella se volteó para mirarlo atónita. - ¿Que impulsa ese carácter rebelde? ¿Cual es la motivación de tu sentido artístico? ¿Que es lo que oculta ese rostro torturado?¿Que es lo que te motivó a mentirme ahora?...Me hago tantas preguntas acerca ti que te vuelven extremadamente interesante.  Y si me permites,  quisiera saciar mis dudas. - concluyó con una mirada suave.
_No es tan interesante señor. No me gusta dar lastima. - Contestó ella intentando controlar sus impulsos cardíacos.
_Nadie hablo de lastima,  me quiero informar como profesor. - Su voz era tranquila.
_Más a mi favor. No debería importarle nada más que mi rendimiento en clase. - Respondió la joven dandose la vuelta.
_Entonces como amigo. - Sentenció él. - Deja que intente comprenderte. - Le dijo a continuación.
_¿Comprenderme? - La joven sonrió. - Es profesor,  no psiquiatra. - Contestó ella burlonamente.
_Te podría sorprender. - Una sonrisa de se dibujo en los labios del profesor.
_¿Es un reto? - Ella sonrió traviesa y se volvió a acercar a el.
_Por supuesto. - Zaidi le devolvió la sonrisa. - Entonces,  te escucho. - Su mirada era aún más intensa.
Sun le comenzó por contar sobre su infancia,  omitiendo las partes donde sus padres hacían acto de presencia. Intercambiaron varias anécdotas y se rieron de algunas otras, enfaticemos en la palabra "reír"  la cual no se trata de reírse por un chiste o por algo particularmente gracioso,  esto se trataba de reír de felicidad,  reír por estar con él,  reír con el corazón,  algo que hace años no hacía la joven.
La charla culminó con la promesa de verse al día siguiente,  a la misma hora y en el mismo lugar. Y al día siguiente repitieron su promesa.  Sun se veía más alegre y llena de vida.
Una tarde, cuando se dirigía al aula una escena le llamo la atención. Eran Melody y el señor Zaidi.
_Puedes contarme lo que sea y lo sabes,  después de todo estoy aquí para ayudarte. - Sun escuchó, su corazón dio un vuelco, no espero no un segundo más y corrió hacia la biblioteca donde comenzó llorar desconsoladamente.
Estaba enamorada,  lo reconocia perfectamente y eso era lo que estaba mal.  El hablaba con ella como una estudiante más,  porque la quería ayudar como un profesor a una alumna,  como con Melody hace unos momentos. El hombre no se interesaba por ella de esa manera, solo ella lo creyó así.
Las lágrimas corrían desesperadamente por sus mejillas cuando una mano se posicionó sobre su cabeza. Sun alzó la vista y ahí se encontraba él,  el hombre del cual se había enamorado.
_Te estuve esperando. - Le afirmó. - ¿Que te ocurre? ¿Porque lloras? - Su rostro mostraba preocupación.
_No es nada. - Contestó secándose la cara.
_Me vuelves a mentir Sun. - El le respondió sacando a flote a la ira de la joven.
_¡Deje de fingir que le preocupo! Esta haciendo todo esto porque cree que puede salvarme de un tragico futuro y déjeme decirle que no necesito a nadie. - Le gritó la joven.
_Sabes que eso no es cierto.  Realmente me intereso por ti. - El hombre la observó preocupado.
_¿Realmente quiere saber sobre mi? ¡ESTA BIEN! ¿Que impulsa mi carácter rebelde? ¡No tube padres que me dijeran lo que está bien! ¿Cual es la motivación de mi sentido artístico?¡Me han roto el corazón e intento recopilar lo que me queda de sensibilidad! ¿Que oculto detrás de mi rostro torturado? ¡Un pasado miserable! Y ¿Porque le miento? ¡Porque lo amo y no se lo queria decir! No quiero que me lastimen de nuevo. - Las lágrimas volvian a brotar de sus ojos y el hombre comenzó a acariciar su mejilla para poco después unir sus labios con los de ella dulcemente.
_Siempre me interesaste de manera muy diferente al resto,  Sun.  No busco salvarte,  busco hacerte feliz. - Le confesó volviendo a acercarse a sus labios. - Yo también amo,  no te haces una idea de cuanto.

Fin

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