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Crowstorm Vs Amor - Castiel x Sucrette

Hola chic@s! Cómo notarán, los pedidos saldrán rápido y sobre todo, los de CDMU, ya que ante las posibles noticias de que CDMA se estrenará el miércoles próximo, los OS venideros serán de esta nueva temporada.
Este Castiel x Sucrette es a pedido de sofiazza22, espero que les guste!

Chaoo

KUMI
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"Algo no anda bien aquí" pensó Castiel.
"Este sujeto está muy servicial con MI novia ¿No?"
El pelirrojo no despegaba la mirada de Gabin, su bajista, el cual estaba más pendiente de los pasos de Sucrette que de los suyos propios. Ella tenía sed, Gabin iba a buscarle agua. A ella se le caían los folios, Gabin estaba allí para ayudarla.
El comportamiento era casi insoportable, tanto que Castiel casi se arrepentía de haber llevado a Sucrette de gira consigo.
Él, que nunca fue demasiado celoso, estaba perdiendo sus estribos al ver a esos dos tan juntos.

Más tarde en la noche, toda la banda estaba descansando en el apartamento que tenían provisorio en esa ciudad.
Castiel estaba sumido en un profundo sueño cuando lo despertó el ruido de algo estrellándose contra el suelo. El joven abrió los ojos de inmediato y se alarmó al ver que su novia no estaba a su lado.
Abrió la puerta de su habitación, como si fuera una exhalación y corrió hacia la cocina, dónde supuso que había provenido el ruido. Lo que se encontró en el lugar hizo que le temblara un ojo de la rabia.
Gabin tomaba la mano de Sucrette y ésta parecía hacer muecas de dolor.

_Listo, Su. - La voz del chico era suave - Pronto dejará de doler.

_Ejem... ¿Interrumpo? - Preguntó Castiel con tono molesto y los jóvenes se sobresaltaron.

_ ¡Cast! - Sucrette se apartó de Gabin para correr a los brazos de su novio, acción que alivió al susodicho, quién no pudo evitar lanzarle una mirada de superioridad a su compañero. - Me corté intentando juntar el vaso que se me calló. - Le contó enseñándole el dedo que estaba cubierto por una bandita.

_Que torpe eres... - Murmuró el pelirrojo mientras se llevaba la mano de su novia para besarla.

_Bueno... - Intervino Gabin - Vuelvo a mi habitación. - Comentó para luego retirarse.

_Si... Muchas gracias... - Agregó Sucrette.

Castiel se mantuvo en silencio mientras seguía con la mirada al bajista y esperaba a que cerrara la puerta de su habitación.

_¿Te pasa algo? - Preguntó extrañada la jóven.

_¿A mí? Nada. - Respondió de inmediato su novio.

_Claro... ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo lo miras? - La chica se cruzó de brazos.

_Lo de ahora no fue... - Castiel fue interrumpido.

_No hablo solo de ahora... Estás así desde que llegamos a California. - Sentenció ella.

_No se de qué hablas. - El joven la miró con un falso desentendimiento, sabía perfectamente de que hablaba su novia.

_Si sabes de lo que... - Ahora fue Sucrette la que no pudo terminar su frase.

_Es muy tarde... Vamos a la cama. - Dijo el pelirrojo mientras le servía otro vaso con agua a su novia para luego tomarla del brazo y llevarla a su habitación.

Tres días pasaron y la situación cada vez estaba peor entre los integrantes de Crowstorm, tanto que los ensayos eran insoportables. Cualquier excusa le venía bien a Castiel para ensañarcelas con Gabin y este último no se dejaba mal tratar, lo cual generaba que los demás integrantes tuvieran que intervenir.

_¡Estás yendo demasiado lejos! - Le gritó Sucrette a su novio.

_¿Yo? ¡Él es el que no deja de hacerse el galán delante tuyo!- Respondió el pelirrojo endurecido.

_¡Por favor! Me tropecé y el estaba ahí para evitar que me cállese. - Explicó enojada - ¿Hubieras preferido que me lastimara?

_ ¡No, pero siempre está ahí cuando te pasa algo! - A causa de la ira, la cara de Castiel estaba del color de su cabello.

_¿No puedes admitir que fue solo una coincidencia? - Le recriminó.

_¡No es una coincidencia, Sucrette! ¡Le gustas! - Chilló el joven.

_¡Claro que no! - Chilló más fuerte ella - ¿Sabes que? No estoy dispuesta a soportarte así esta noche. - Sucrette le arrojó su camiseta de pijama y una manta.

_¿Que? - La miró sorprendido.

_Estás siendo muy desagradable, no dormirás conmigo...

_¿Quieres que duerma en el sillón? - Castiel preguntó incrédulo a lo que su chica asintió. - ¡Claro que no! No estamos en nuestro apartamento ¿Sabes?

_Muy bien... - Sucrette le arrebató la manta de las manos. - Entonces allí dormiré yo.

_No, no y no, eso si que no. - Sentenció Castiel mientras le obstruía el paso, lo último que le faltaba era que Gabin apareciera y la invitara a dormír en su habitación - Dame eso, yo me voy. - Agarró la manta de sus manos y se fue.

Al otro día la pareja ni siquiera se habló, el único lado positivo era que la banda no se había vuelto a pelear. Castiel y Gabin apenas se miraban.
A todo esto, Sucrette tenía sentimientos contrariados. Por un lado se aliviaba de que la paz volviera a reinar en el ambiente y por otro se sentía triste de estar mal con Castiel. Ella amaba a su novio, eso nadie lo podía negar, pero todo lo que había conseguido con la banda, lo lejos que estaban llegando no se podía estropear por una escena de celos. Sucrette jamás se perdonaría que Crowstorm, el sueño de Castiel, se echara a perder por algo tan tonto, peor aún cuando ni siquiera creía que el bajista estuviera interesado en ella, no había forma.

Esa noche Castiel y Sucrette se quedaron solos. El resto de la banda salió a comer fuera y Castiel estaba muy agotado como para acompañarlos, más si había pasado la noche en un duro sofá.
En ese preciso momento Sucrette estaba leyendo en la sala de estar mientras Castiel dormía en su habitación.

_¡Buenas noches, Su! - La chica alzó la vista de inmediato, creía que estaban solos.

_¡Hola Gabin! - Le sonrió la joven - No te oí llegar.

_Lo siento, los chicos se fueron a tomar una copas pero yo preferí volver. - Explicó el chico - ¿Castiel no está contigo?

_No. Está durmiendo. - De repente la joven se puso seria.

_Upss, tema sensible... - Comentó y ella asintió.

_Estamos enfadados...

_¿Por casualidad eso tiene que ver conmigo? - Preguntó el joven.

_Te debo una disculpa por el comportamiento de Castiel. - Admitió Sucrette - Su comportamiento últimamente no tiene ni fundamento y siento que su relación este así.

_Tal vés tiene sus motivos... - Confesó el joven.

_Claro que no ¡Cree que te gusto! - Sucrette se rió fuerte. - Es ridículo...

_ ¿Por qué crees que es ridículo? - Gabin enarcó una ceja.

_¿Como que porque? - Sonrió incrédula, como sí fuera obvio.

_Sucrette, es justo así, Castiel está en lo correcto. Me gustas - Confesó el joven a lo que Sucrette se levantó de inmediato de su asiento.

_Oh, Gabin, lo siento yo... - El chico no la dejó terminar.

_No te disculpes, no lo sabías. - El chico le sonrió.

_Gabin, muchas gracias pero yo amo a Castiel. Estoy enamorada de él desde que tengo 17 años y hemos hecho tanto para estar al fin juntos, si tan solo supieras... - Confesó la joven apenada.

_No me debes ninguna explicación y se que él te ama con tanta locura como tú a él. - Agregó - No puedo competir contra Castiel por tu amor, es inútil, se cómo se te ilumina tu rostro cuando estás con él - Gabin sonrió - La razón por la que te lo confesé es porque quiero avanzar y olvidar todo esto, ahora siento que me saqué un peso de encima.

_Yo de verdad me alegro de que lo entiendas... - Ella le devolvió la sonrisa.

_¡Bueno! ¿Que tal si olvidamos todo esto? Y me gustaría que Castiel no supiera nada de esta conversación, es mi amigo y... Y tiene un puño pesado. - Gabin soltó una leve carcajada.

_Guardaré el secreto. - Aceptó Sucrette y el chico se fue a su habitación.

Pero escondido detrás de una pared, el pelirrojo no cabía más del gozo, su chica había rechazado a un hombre declarando abiertamente que estaba completamente enamorada de él.

"Muy bien Gabin, te la dejaré pasar por esta vez amigo, solo porque mi novia tiene la capacidad de ponerme de muy buen humor pero te juro que la próxima vez que sentirás mi puño "pesado" contra tu cara" dijo para sí mientras volvía a su habitación antes de que su novia arrepentida llegara a mimarlo en señal de disculpas.

Fin

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