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Canciones De Amor Y Odio - Castiel X Sucrette

Hola Chic@s! Como verán estoy intentando cumplir con mi constancia lo más que puedo, aquí les dejo un nuevo one-shot de Castiel a pedido de @camialeam!
Espero que les guste!
Chaoo

KUMI
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Estaría mintiendo si dijera que no sentía nada, que la noche de ayer en la playa, solos, tocando la guitarra como en los viejos tiempos no significaba mucho, pero la realidad era la que todos no imaginamos. Recordar, uno a uno, los detalles de la noche anterior provocaba fuertes a la par que adictivos pinchazos en su corazón, había sido prefecto.
"Parece que aún sigue habiendo algo de rencor ", "teniendo en cuenta de como habla del pasado en sus canciones, esta claro que te ha hecho la cruz", las palabras de Yeleen atravesaron su cabeza en ese momento, entremezclandose con los bonitos recuerdos. Era cierto, su compañera de habitación le había dejado a la vista un gran detalle, ¿Castiel la odiaba?
Miwa se había puesto a escuchar las canciones poco después de conversar con Yeleen y la número tres, "Labios de ceniza" ¿podía ser posible? ¿Realmente le había escrito canciones? Ella no estaba segura pero esa canción le recordaba a su ruptura, jamás olvidaria ese 3 de septiembre en el que terminaron todo y más que nada el doloroso suceso que se desarrolló días más tarde.

Flashback

Ella se encontraba en su habitación ordenando la ropa de su placar, solía hacerlo siempre que no lograba conciliar el sueño. De repente su celular comenzó a vibrar, ¿quien podía ser? Eran las doce de la noche. Al tomar el artefacto entre sus manos palideció, era Castiel y ella no estaba preparada para hablar con el, habían terminado hace dos días, su corazón no lo soportaria. Pero a pesar de todo decidió descolgar.
_¿Hola? - Preguntó con algo de duda.
_¿Miw? Pensé que no contestarias... Que alivio. - Su voz sonaba ronca al otro lado de la línea.
_Castiel, es algo tarde ¿esta todo bien? - La voz de la joven comenzaba a entrecortarse, luchaba con el impulso de sollozar.
_¡Por supuesto que no estoy bien! - El pelirrojo alzó la voz. - Todo esto es una locura, no podemos acabar así. - Leves jadeos por parte de el comenzaban a notarse.
_C-cast, por favor ya hablamos de esto, no podemos... - Miwa se vio interrumpida.
_¡Si podemos! Siempre hay otra salida, no puedo dejarte, no sabría como seguir. - Lo que había comenzado a los gritos acabó en un susurro.
_Si podrás, eres fuerte, tienes un futuro prometedor y eres muy atractivo, confía en mi Cast, esto es para mejor. - Le dijo la chica entre sollozos inútilmente ocultados.
_... Llamame así una vez más, Miw... - La voz del joven también se había terminado de quebrar, estaba llorando.
_Cast... - Miwa iba a seguir hablado pero un nudo se formó en su garganta.
_Te amo... Demasiado. - Le confesó con la voz un poco más grave de lo normal. Hubo un largo silencio en el que solo se escuchaban sollozos y jadeos, hasta de ella volvió a hablar.
_... Yo también te amo. - No había terminado de decir esto último cuando se escuchó un sonido sordo y la llamada se cortó.
Miwa paso toda la noche llorando, lo hacía aun más que el día de la ruptura, se sentía vacía, se odiaba a si misma y odiaba a las circunstancias que los habían separado.

Fin del Flashback

Al día siguiente de ese acontecimiento ella lo llamó una vez más, se quería asegurar de que estuviera bien. Pero el no recordaba nada y habló algo acerca de una resaca. La había llamado ebrio lo cual hirió aun más su corazón, si él estuvo bebiendo hasta el punto de embriagarse significaba que no la estaba pasando bien.
El sufrimiento provoca rencor, ella lo sabia muy bien, había estado enfadada con sus padres por un largo período. Entendía perfectamente por lo que pasó Castiel, no le quedaba ninguna duda de cuanto la había amado. Miwa sabía que para odiar a alguien primero debía haberlo amado, tal vez eso le había ocurrido a él.
Pero si la odiaba, su ex lo disimulaba muy bien. La noche anterior se habían sentado juntos frente al mar, tocando algunos acordes en la guitarra del pelirrojo y recordando nostálgicos momentos. Al final de la velada, él la acompañó hasta el campus y por un momento pensó que la abrazaria.
_¡Hey! ¿Estás llorando? - Cuestionó Yeleen. Miwa giró su cabeza en su dirección sorprendida.
_¿En que momento has entrado? - Le preguntó anonadada mientras se incorporaba en la cama.
_Hace un par de minutos, incluso te saludé... Pero al parecer el techo te resultaba muy interesante. - Le contestó la morena con intención. - Bueno ¿vas a contestar mi pregunta? - Insistió.
_No estoy llo... - Detuvo sus palabras en seco cuando al tocar su mejilla esta estaba húmeda. - No puede ser. - Pensó en voz alta mientras se precipitaba sobre el primer espejo que encontró. Mejillas coloradas, ojos húmedos y párpados levemente irritados: había estado llorando.
_Te lo dije... Que rara eres. - Comento Yeleen sentandose en su escritorio.
Miwa no lo podía creer, sin querer dejo que la angustia de sus pensamientos la consumieran, debía despejarse y salir a tomar aire, de otra manera todo esto la volvería loca.
_¿Que hora es? - Le preguntó a su compañera.
_Mmm... 18.30. - Contestó la otra joven de manera monótona mientras ojeaba un libro.
_De acuerdo, vuelvo en un rato. - Le informo Miwa mientras atravesaba la puerta, no sin antes tomar una chaqueta. Oyó a Yeleen murmurar un "si, si" mientras cerraba la habitación.
La joven caminó sin rumbo fijo por la calle, no sabía que hacer con su propia mente, por un lado estaba segura de que se había enamorado de Castiel una vez más pero por otro no sabía hasta que punto él sentía lo mismo ahora. Ella entendería perfectamente si el no quería volver, "he decidido que no quiero más calentamientos de cabeza" dijo la primera vez que se vieron en el concierto.
Su rumbo incierto la condujo hasta el Snake Room y el tiempo le indico que debía entrar para evitar enfermarse, comenzaba a hacer frío.
_¿Que te sirvo, preciosa? - El camarero le guiño un ojo ni bien se sentó en la barra.
_Un vaso de Bloody Mary, por favor. - Le contestó la joven ignorandolo.
Cuando el empleado del lugar se alejó, Miwa se giró hacia el escenario, se sorprendió al ver a Crowstorm ensayando allí. La joven se maldijo internamente por haber entrado, debió haberselo imaginado de alguna manera.
_Aquí tienes, hermosa ¿se te ofrece algo más? - El camarero aun seguía con su tono coqueto.
_No, así está bien. - Dijo mientras apartaba su mirada del escenario e ignorando el tono del camarero una vez más.
Mientras le daba un sorbo a su bebida e intentaba disipar su nerviosismo no lograba pensar en nada, ¿quien diría que la mejor forma de desvíar sus pensamientos de Castiel era tenerlo cerca?
_Hola... - La joven oyó una voz a sus espaldas y se volteó, sabiendo claramente de quien se trataba.
_H-hola... - Miwa le correspondió el saludo algo nerviosa.
_¿Has dormido bien? - Le pregunto mientras se sentaba a su lado y apoyaba sus brazos en la barra.
_S-si... Bueno, lo que el tiempo me permitió, me tube que levantar a estudiar. - Sonrió apenada.
_Es cierto que luces agotada. - Agregó el a la par que acariciaba el rostro de la chica, a la altura de sus cansados ojos.
_Por otro lado, tu pareces haber dormido bien. - Dijo ella, deshaciéndose de la mano para así calmar los incesantes latidos de su corazón.
_Si, estoy acostumbrado a dormir poco y hacer mucho. - Le sonrió divertido.
_Sin embargo recuerdo que te encantaba dormir, por lo menos era así cuando... - La joven hiso una pausa antes de continuar, su sonrisa animada cambio por una melancólica. - Cuando dormíamos juntos.
_El problema es que antes si tenia una razón para permanecer en la cama. - La joven lo miró instintivamente pero el desvío su vista para pedirle una cerveza al camarero.
De repente una canción comenzó a sonar, le sonaba conocida de algún lado, pero no recordaba de donde, aun así la melodía la cautivaba.
_Es hermosa... - Comentó para sí misma en voz alta a la vez que meneaba suavemente su cabeza.
_Labios de ceniza... - Comentó el mientras le daba un sorbo a su bebida.
Al oír su comentario la chica se sobresaltó y tenso. "Por supuesto, que tonta", pensó para sí.
_Se me hace raro que te guste... - hablo Castiel mientras la miraba. - ¿No nos tendría que traer malos recuerdos? - Sonrió irónicamente.
_¿Entonces es verdad? - La garganta se le hiso un nudo a la joven.
_¿Que cosa? - Él frunció el ceño.
_Que...  Que has escrito canciones sobre nosotros y que no me has dejado en una buena posición... Me odias. - Al oírla Castiel soltó una carcajada.
_¡Claro que es cierto! - Contestó entre risas y luego de unos segundos se puso serio. - Miwa, te odié. - Le confesó.
_Entiendo... - Alcanzó a decir ella antes de comenzar a llorar. Estaba dispuesta a levantarse pero él la tomo del brazo, obligandola a quedarse donde estaba.
_Te odie por dejar las cosas así, por poder seguir sin mi y por seguir amándote a pesar de todo. - Castiel escaneaba cada facción de su sonrojado rostro y continuó. - Te odie por ser tan hermosa, tan encantadora y tan buena, te odié por no encontrar motivos para odiarte.
_Y-yo... No se que decirte... - Le susurró la joven.
_No tienes que decir nada... - El pelirrojo acarició los labios de la joven. - Te estoy odiando en este momento ¿sabes? - Sin dejar de acariciarla, la volvió a mirar a los ojos. - ¿Como es posible que hayas aparecido hace unos pocos meses y ya me tienes de nuevo a tus pies? - Le sonrió divertido. - Más importante aún ¿que vas a hacer para que deje de odiarte y odiarme por sentirme así? - La joven se paró y se acercó a él, para luego tomar su rostro entre sus manos.
_Voy a compenzarte, voy a hacer que me perdones por todo el daño que te he hecho. - La joven no despegaba su mirada de el y sus lágrimas no dejaban de brotar.
_¿Cuanto tiempo te tomará eso? - Castiel le sonrió.
_Espero que toda la vida... - Le confesó.
El pelirrojo la tomó de la cintura para acercarla más él y ella acortó la distancia entre sus labios. La realidad era que entre tantas canciones de amor y odio, él ya la había perdonado y se lo estaba demostrando.

Fin

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