El profesor Price es un hombre atractivo que no pasa desapercibido entre las estudiantes, pero hasta ahora nadie había captado su atención.

—Abran su libro en la página cuarenta y ocho de su libro —ordenó en cuento entro al salón de clases

Las miradas de las alumnas caen sobre él mientras camina por el pasillo formado por las bancas, y su apariencia impecable, junto con su barba bien afeitada, las hace suspirar aún más.

Una vez en su escritorio, el profesor Price comienza a hablar sobre los polinomios y sus propiedades. Sin embargo, las estudiantes no pueden evitar distraerse con su atractivo físico, y T/n no es la excepción. Mordisquea su dedo índice, aprieta las piernas y se acomoda en el asiento mientras sus pensamientos se vuelven traviesos.

En un momento de descuido, T/n nota un bulto notable en la entrepierna del profesor Price, lo cual la hace sonrojar y tratar de no ser obvia. Pero parece que el profesor ha notado su mirada, y sus ojos se encuentran en un instante cargado de tensión.

—Debido a que no prestó atención a mi clase y no ya elaborado los ejercicios que he dejado, me temo que señorita T/n deberá quedarse después de clase ya que le dará actividades extras —reprende ante la mirada atónita de la mencionada y la mirada burlona de sus compañeros —advertida esta —la señala

T/n se siente abrumada y asiente ante su regaño, sin comprender cómo perdió la noción del tiempo mientras admiraba al hombre frente a ella.

—Muy bien señorita —eleva su voz mirando como el último estudiante salía del salón —¿porque no pone atención en mi clase, acaso no le interesa? —inclina su cabeza y coloca sus brazos en la banca de T/n, quien se siente atrapada y retiene el aliento. —¿Creyó que no he notado su desinterés desde el inicio escolar? —levantó su cabeza, sus ojos fríos y calculadores se encuentran con los suyos.

—Pido disculpas por el inconveniente, Profesor Price, pero la respuesta real a todo esto es un tanto vergonzosa —se disculpa por el inconveniente con las mejillas y orejas enrojecidas,

—¿Así? —pregunta interesado — Pues no me importa, solo respóndame con la verdad —exige en tono tan grave que la hizo temblar de una forma pecaminosa

T/n aprieta los labios y se aferra al borde de su falda, lamentando su obviedad y la situación candente en la que se encuentra.

—La verdad es que usted me distrae profesor —dice después de unos minutos muy asfixiantes para ambos —

—¿Yo la distraigo? —asiente —¿Como? —pregunta un tanto confuso

—No hay momento del día en que no imaginé un escenario sucio con usted —el rubor se intensifica en su rostro mientras desvía la mirada, sin percatarse de la sonrisa retorcida que el profesor Price le muestra

T/n se espera de todo ante su confesión para nada respetuosa, pero está parece despertar un lado oscuro y depravado en el profesor, que solo un hombre sin juicio podría tener.

Acaricia su barbilla y sin aviso la toma de las muñecas para levantar sus brazos a una altura regular de su cabeza y con una sola mirada repleta de lujuria pega sus labios.

No es un beso tierno o respetuoso, es uno que solo se da cuando alguien es usado como un juguete y aunque T/n se sentía sucia y mal por ese acto, le prosiguió ganándose una sonrisa en medio del acto.

El profesor prolongó el beso, haciendo que sus lenguas se encontraran y danzaran junto a una melodía peligrosa y pecadora. Sin cuidado la levanta haciendo que la banca caiga a sus pies, los cuales son cubiertos por unas zapatillas negras muy bonitas y unas medias blancas que le llegan a las rodillas.

Una de sus manos se aprieta con más fuerza al rededor de sus muñecas y con la otra desata su cinturón, en cierta forma toda la escena es caótica y sin moral.

Cuando consigue el cinturón, abre sus ojos y ata las manos de t/n con el, ella se queja cuando el profesor comienza a mordisquear sus labios como si deseara devorarlos, se apartan con la respiración artificiosa y el dolor palpitándole en los labios, él le regala una sonrisa pervertida y se acerca a ella, la empuja hasta la pared donde su espalda choca de forma estruendosa, el frío la recorre por completo y eso causa una risa divertida por parte del hombre.

Este dirige sus manos a los botones de su saco y después a los de su camiseta para desabrocharlos lentamente, cuando esos ojos lujuriosos se encuentran con el sostén de encaje no duda en subirlo para revelar sus pechos bien erectos por la excitación que está presentando.

Remoja sus labios y se acerca a ellos, su lengua pasa por el pezon del derecho provocando un suspiro de su parte, sonríe mordisqueándolo y al otro estrujándolo, succiona, muerde y besa sus pechos causando gemidos ahogados.

Levanta la mirada encontrándose con la de su estudiante llena de placer, no puede evitar detallar sus ojos vibrantes y sus cabellos alborotados, su rostro está rojo y sus labios entreabiertos dejando salir gemidos impuros.

Price baja sus besos, succiones y mordiscos por todo su abdomen hasta llegar a su entrepierna, sube su falda solo para esconder su rostro y después baja sus bragas hasta quitárselas, las olfatea unos segundos y las mete en sus bolsillos, ella arquea su espalda subiendo una de sus piernas en el hombro de él y abre bien sus ojos cubriendo sus labios para evitar gemir en alto, cuando sus labios superiores vaginales son lengüeteados con lentitud.

Despega sus labios sin querer, cuando el profesor usa sus dedos para abrirse paso entre sus pliegues, separando sus labios superiores y con ayuda de su boca chupa los interiores, su barba le da un toque rasposo a su vagina lo que la hace removerse inquieta ante las chupadas ahí.

Entierra su mano en sus cabellos para motivarlo a seguir y lo restriega en su vagina impidiéndole retirarse sin chuparla por completo, sus ojos se vuelve blancos y la mente se nubla cuando su clitoris es lamido y succionado, pero lo que termino por quererla hacer explotar en el rostro de su profesor fueron los tres dedos entrando y saliendo de ella.

Soltó un gemido abrupto, como si este hubiera roto las paredes reforzadas que llevaban años cerradas en su garganta, levantó la mirada llena de placer y cuando estaba por tener su primer orgasmo, Price se detuvo y se puso de pie, ella lo miró confundida y antes de preguntar Price atacó sus labios, permitiéndole saborear el squirt que presentó.

Mientras ella mantiene los ojos cerrados para disfrutar, Price los mantiene abiertos deseando grabarse cada gesto reflejado en ese rostro inocente.

Sus manos navegan por todo su cuerpo, pero parece que estas tienen su lugar muy bien apartado, sus pechos son estrujados sin permiso o cuidado, llegándola a lastimar en una cierta forma que se siente excitante.

Price desabrochó sus pantalones y T/n no perdió tiempo cuando dirigió su mano a su miembro aún cubierto por esas capas finas, lo encontró tan duro que quizás es doloroso para quien lo mantiene cautivo, lo acaricia lentamente hasta llegar a la punta mojándose del presemen que ya tiene escurriéndole.

Este no aguanta más y la aparta para liberarlo, T/n despega sus labios asombrada, tantas veces a fantaseado con esto y ahora que lo tiene a unos centímetros se escandaliza cuando el tamaño supera sus expectativas. Price se vuelve a acercar para tomarla de la cadera y la guía hasta una banca donde él toma asiento, la sube en su regazo sin llegarla a sentar por completo.

Hurga entre sus pantalones y encuentra un condon ganándose una mirada divertida por parte de T/n quien sabía que este hombre siempre estaba listo para encuentros así.

No mentía al decir que se siente ahogada por la interrupción de su orgasmo pero deseaba tenerlo dentro de ella, lo cual se cumpliría una vez que ese condon cubriera ese enorme miembro.

Cuando por fin lo colocó, la volvió a tomar de la cadera con una mano y con la otra guió su miembro a su entrada trasera, una vez puesto ahí introdujo la punta nublándole la vista a la chica quien se sostuvo de su hombro con sus manos aún atadas, ella estaba por decirle que esperara para meterlo por completo pero este la sentó de un solo empujón sobre su duro miembro.

T/n soltó un gemido adolorido por ser penetrada sin cuidado, ya que Price no espero a que ella se acostumbrara a su tamaño, simplemente la comenzó a embestir rápidamente.

La silla se balanceaba sobre el azulejo blanco por la intensidad de sus embestidas. Eran tan rudas que sus testiculos golpeaban su trasero tan fuerte que se escuchaba un ligero latigazo, Price tomó el restante del cinturón para alzarle sus manos sobre su cabeza y acercar sus pechos a su rostro sin detener sus movimientos desenfrenados.

Mordió fuerte cada pecho dejándolo tan morado como fuera posible, paso las manos de ella por su cabeza dejándola encerrada entre ellas y la pegó más a él para sostenerla del trasero, lo estrujó unos minutos para después abrir sus nalgas y entrar más profundo en ella.

El choque de sus pieles es tan fuerte que ambos se tornan rojos, no se detiene ni aunque los gemidos de ella sean suplicantes, prosigue tan rápido y feroz que sus jadeos llenan el aire junto al choque infernal que presentan.

—Profesor...—chilla apretando los párpados

El miembro entra y sale casi raspando sus paredes apretadas, las cuales desean ordeñarlo.

—¡Shhh! —le da un corto beso en los labios ansiandola más —no hables, odio cuando hay una charla en una cogida —le reprende con una fuerte nalgada que retumbó en el salón

Soltó un gemido chillante y solo siguió saltando sin descanso sobre su miembro con su ayuda, ella se encontraba en las nubes, recreando cada escenario ficticio que solía tener en la ducha u otros lados escondidos, recordando cómo solía masturbarse pensando en su profesor y ahora que la estaba follando, superaba todas las expectativas ya que no era delicado, si no más bien duro, sucio y feroz.

Cada embestida se sentía eterna, la liberación de ambos estaba a unos saltos más y Price pareció notarlo ya que se detuvo, ella jadeó de sorpresa cuando este la levantó sin cuidado, haciendo que su miembro saliera a la fuerza de su entrada.

Estaba por quejarse cuando Price cambió su condon por otro, esta vez se levantó y recargó el en la pared, le levantó una pierna situándola en la banca y la posicionó a su antojo, dejándole en claro que ella es su diversión, no al revés, con sus dedos le despegó sus labios vaginales, sorprendiéndola por su capacidad de seguir erecto, este llevó su punta redonda y gruesa a su entrada.

Fue metiéndole el miembro sin despegar sus ojos de los de ella, mirando como está mordía su labio inferior y ladeaba la cabeza invadida por el placer causado, una vez que se introdujo por completo le desató las manos.

—Muéstrame cómo te tocabas al imaginarme —dice quitándole los mechones de cabello que se han pegado a su rostro —enséñame cómo te complacías conmigo en tu mente

Le tomó una de sus manos para guiarla a su clitoris y la hizo gritar de placer cuando sus dedos suaves rosaron ese botón tan hinchado, la otra se la llevó a los pechos haciendo que se los estrujara.

—Hazlo —ordenó

T/n asintió obedeciéndole, sus dedos pellizcan su clitoris al mismo tiempo que él le mueve sus caderas para comenzar a penetrarla.

Ella recorre su mano por sus pechos adoloridos y bien marcados por él, mientras sigue siendo penetrada sin parar, sus piernas se doblan y eso provocan que Price le dé una nalgada con fuerza, como si no se inmutara en la fuerza usada, el golpe es tan fuerte que la hacen doblarse.

Pero no le importa, sigue embistiéndola cada vez más rápido, mirando como su miembro desaparece en esa vagina tan mojada y masturbada por T/n que no le importaba causarle dolor.

Una y otra vez golpeaba su punto G, haciéndola gritar sin importar que alguien pudiera escuchar, aunque ambos saben que la escuela ya estaba vacía. Sus embestidas son tan certeras que él no tardó en presentar su orgasmo, su semen caliente se queda atrapado en el condon.

Las paredes de ella lo aprietan de forma tan caliente que lo hacen seguir ahí dentro, por lo cual no detiene sus movimientos, mirando como sus pechos se balancean de arriba a bajo por las estocadas fuertes dadas a la alumna.

Ella comienza a apretarlo más fuerte, como si deseara ordeñarle hasta la vida, Price siente cuando ella está por explotar y eso lo hace salirse de ella, quien lo mira enojada.

—¿Pero qué? —le pregunta sobre calentada y ahogada

—Es tu castigo cariño, no prestas atención en clases y yo no te dejo correrte —le da un corto beso en sus labios secos por tanta acción —piensa muy bien tus siguientes movimientos preciosa, si quieres que te haga estallar, solo ponme atención y no te distraigas —le sonríe al mismo tiempo que se arregla los pantalones

—No es justo—se queja agitada, su pecho sube y baja con rapidez que parece que un infarto la atacaría en cualquier minuto, sus ropas están tan fuera de su lugar que lo hacen suspirar, se acerca a ella y le ayuda a acomodarla

—Es muy justo —besa su cabeza una vez que la ayudó a estar presentable —piénsalo de esta forma —camina a la puerta del salón y la abre —si mañana eres capaz de responder algunas preguntas o realizar un ejercicio, te llevare a mi casa y te recompensare

Sin más le lanza un beso y la deja ahí sola, con el rostro rojo del placer presentado y sin bragas.

¡AMÉN!

***
NOTA DE LA AUTORA

¡Feliz semana santa, hermanas!

Bueno, bueno me he tardado en actualizar.

Este escenario lo tenía pensado desde hace tiempo y la verdad no sabía cómo detallarlo, así que espero les haya gustado y lo hayan disfrutado 😏.

Disculpen cualquier error ortográfico o de coherencia. Ahora si, conmigo hasta una próxima actualización, adeos✌️.