Sick / Jimin *
El amor siempre me pareció para imbéciles.
¿Tener que avisarle a alguien que haría a cada minuto? ¿Salir menos con mis amigos para así que mi novio no se enoje? ¿Pelear por cualquier tontería? No gracias.
Ser el hombro derecho mis amigas y estar con ellas en todas y cada una de sus decepciones amorosas me ayudó a abrir los ojos.
¿Cómo una mujer podría llegar a ser tan idiota para perdonar una infidelidad? ¿Cómo podía una persona dejar que su pareja controle todo? ¿Existía alguien con tan poca dignidad?
Existían esas personas, mis amigas eran el perfecto ejemplo de ello.
Aproximadamente a los 15 años me di cuenta que mis amigos se peleaban a golpes por chicas. A los 16 años noté que las personas que tenían pareja en cada reunión se la pasaba sonriendo como idiota a la pantalla de su celular o se la pasaba de mal humor porque aún no recibía su mensaje. A los 17 años estudié el comportamiento imbécil de mis amigas al montar una escena de celos en plena peda o hasta en el salón de clases. A los 18 tenía que alejarme de mis amigas ya que sus novios querían pasar más tiempo con ellas y como siempre, mis amigas abandonaban las amistades para después volver con el corazón en mil pedazos buscando quien las escuchara.
Y siempre estaba yo, para algunos era la amiga solterona, para otros la amargada, o hasta a la que no le dan bien pero sobre todo era la amiga que siempre estaba allí, la amiga regañona que no podía creer lo que escuchaba.
Hasta que llegó él.
Y me enseñó que el amor no podía ser enfermo ni obsesivo, podría ser mucho peor.
Lo conocí en mi primer día en Big Hit Entertainment, el CEO y su equipo me buscaron después de haber escuchado varias de mis canciones, ya era una productora conocida, escribía y producía canciones para películas, dramas y animes por lo cual no les fue difícil encontrarme ya que mi nombre estaba en absolutamente todos los créditos. Y encantada, acepté trabajar con ellos.
Cuando lo vi entrar al estudio me quedé petrificada, jamás en la vida había visto a alguien tan atractivo, por supuesto que conocía al ángel del grupo del momento, pero ¿Era posible que fuera así de hermoso?
Y justo ahí comenzó mi enfermedad.
El cantante, bailarín y carismático chico de cabello castaño claro con una eye-smile que derretía a cualquiera, comenzó a notarme; me halagaba, me sonreía, sacaba cualquier tema de conversación por más idiota que fuera para seguir hablando, me mandaba mensajes en las noches, selcas mientras ensayaba, llamadas en la madrugada, cafés y almuerzos en el estudio.
Y de pronto mi idea del amor cambió; ya miraba mi celular como idiota al leer sus mensajes y videos mostrándome pasos nuevos, sus selcas despeinado y ahora siempre con un guiño a partir de que supo cuánto me derretía ese gesto.
De la nada ya mi estado de ánimo dependía si me marcaba o no.
Ya sus besos eran necesarios para vivir, sus tiernas caricias me hacían la semana, los paseos a lugares "escondidos" donde podíamos caminar de la mano sin que nadie nos viera eran como una droga para mi y sus románticos y lindos gestos me mataban de ternura.
Siempre me demostraba cuanto me amaba, al ambos tener 22 años sabíamos a donde queríamos llegar como personas y teníamos metas y planes en nuestra relación.
Nos sentíamos completos al apoyarnos incondicionalmente.
Y estuve feliz, hasta que ella apareció.
La noticia de que Park Jimin salía con Kang Seulgi se esparció como pólvora en el mundo de los espectáculos y prácticamente en todo Corea del Sur, en cualquier lugar encontrabas fotos de ellos sonriendo, tomados de las manos, besándose, saliendo y cada vez me sentía más enferma.
Jimin me juró y perjuró que esa relación iba a durar sólo un tiempo, que Seulgi no significaba nada para él y solo yo era su novia.
Por supuesto que la idea no me gustó ni un poquito, pero si esa relación ayudaba a que las metas y sueños de mi adorado novio se cumplieran todo valía la pena.
Me aseguró que lo más íntimo que hacían era darse piquitos frente a las cámaras para hacer la relación más creíble y guardar las apariencias, que hablaba con Seulgi de mi y de todas nuestras historias de amor y ella las adoro tanto al grado que me quería conocer.
Jimin repetía que Seulgi no era más que una gran amiga, y le creí.
Primer error
Los meses pasaron y mi Jiminnie cambió.
Me seguía amando, pero no como antes.
Cuando conocí a Seulgi, un día que Jimin la llevó al estudio para que "conociera más" a los miembros, supe de inmediato que Jimin me mintió.
Por supuesto que él se aseguró que no estuviera en la empresa ese día, pero no contó que por el lanzamiento de un nuevo álbum todo el equipo de producción estaba prácticamente durmiendo en el estudio.
Tuve la gran suerte de encontrarme con Seulgi sola en la empresa, ella amable se presentó y yo, por supuesto hice lo mismo, esperaba que me llenara de preguntas sobre mi relación con Jimin pero jamás pasó, después de despistadas preguntas sobre si Jimin o algunos de los miembros me había mencionado ella lo negó.
"Jimin no ha dicho nada de ti, jamás se me olvidaría un nombre tan bonito como el tuyo"
Apenas escuché esas palabras sentí como mi corazón se partía, Seulgi resultó ser un amor de persona y eso dolió más.
Si Seulgi no sabe que soy la novia de Jimin, ¿entonces qué está pasando entre ellos?
Jimin jamás me había mentido, si mintió en decir que ella sabía nuestra relación ¿en que más me había mentido?
Y las peleas llegaron, Jimin enfureció cuando me vio hablar con ella y no tardó en reclamarme que me metía en su vida privada y espacio personal, y yo, como una maldita estúpida le di la razón y olvidé el asunto.
Segundo error
Y ya cuando me di cuenta, lo perdía, y solo me quedaba dejarme llevar.
¿Ser la segunda o perder a la única persona que tengo y amo en todo el mundo?
—¿En qué tanto piensas jagi? —Seguí dibujando espirales con mis dedos en su pecho con una leve sonrisa.
—En ti y Seulgi.
Dejó de jugar con mi cabello —Saehye, ¿Tengo qué repetírtelo? —Se apoyó en sus codos y habló con tono regañón.
—No hace falta.
Y de la nada me convertí en la otra, todos mis regaños hacia mis amigas se fueron a la mierda. La dignidad era una palabra que no entraba en mi vocabulario y mis viejas palabras ya no tenían importancia.
Tenía 16 años, a mis 22 esas mierdas ya no importan.
Ya no importa si soy la primera, la segunda o la maldita novena, si Jimin estaba conmigo podría hasta la número cien.
—Ten, sal y diviértete hermosa —Me tendió la tarjeta de crédito —¿Harás algo hoy? —Negué —Entonces vendré en la noche, necesito reponerme con "juntas" como estas.
—¿Saldrás con ella?— pregunté mientras me sentaba y la sábana de deslizaba por todo mi torso hasta quedar en mi regazo.
—Sí, se supone que la junta con PD-nim terminó hace diez minutos —Respondió mirándome a través de la pared-espejo de mi habitación.
Observó cómo tomé su botella de loción, asintió y la arrojé hacia él —Hueles a mí.
—Gracias jagi —Sonrió y mientras aplicaba su perfume aproveché para pararme y ponerme las bragas y una de sus tantas camisas.
—Jimin~ah.
—¿Si?
—Eres mio.
—Tuyo. Y tú eres sólo mía.
—Mas te vale que solo me lo digas a mí.
—Con ella todo es diferente, la verda–
—No quiero hablar de ella Jimin.
El castaño asintió con una media sonrisa, terminó de ponerse su camisa y se acercó a mi.
—No la voy a dejar Saehye, la amo mucho.
—Lo sé.
Si la amaras no estarías conmigo
Besó mi frente y se paró tras de mi, rodeando mi cintura con sus brazos mientras apoyaba su mentón entre mi cuello y hombro. —Me encantas —Me miró a los ojos a través del espejo y besó mi sien —Que no se te olvide.
Fruncí el ceño al ver a Jimin con una expresión un tanto diferente.
Su tono de voz era un poco más grave y hablaba más lento que de costumbre.
Al perecer notó que vi su expresión porque apenas hice un intento de hablar él retiró la mirada rápidamente y ahora solo miraba al suelo mientras me soltaba lentamente.
—¿Jiminnie? —Se acercó al tocador y se colocó su gorra y tapabocas —Jimin.
—Que no se te olvide que te adoro y me encantas.
—Park Jimin me estas asustando.
Suspiró —Adiós Hye —Apenas abrí la boca, Jimin ya había salido de mi cuarto y escuché la puerta de mi departamento cerrarse.
Blanqueé los ojos e hice un puchero al recordar que Jimin ya estaba tomando como costumbre el irse sin despedirse con un beso.
Apenas eran las 10 de la mañana, tomé una ducha rápida y fui hacia la empresa, mi hora de entrada era a las 3 de la tarde, pero un par de manos y oídos extras no están de más.
Al entrar a la empresa todo era un absoluto caos, miembros del staff corriendo por los pasillos con grandes bolsas, cámaras en posiciones, otras siendo arregladas, voces de fondo y muchas, muchas pantallas mostrando programas de espectáculos y noticieros.
—¡Sae me alegra que llegues antes! ¿Nos puedes echar la mano? —Pdogg me sonrió apenas entre al estudio y me senté.
—Por supuesto, pero ¿saben por—
—Okey Sae —Interrumió —Vienen entrevistas y muchas, muchas menciones de la banda, por lo tanto tenemos que sacar nuevo contenido ¿Estás dispuesta a quedarte horas extras?
—Claro, pero ¿Qué está pasando?
—¿Cómo? ¿No te has enterado? — Negué —Jimin y Seulgi se van a casar.
Mi corazón se detuvo por segundos
¿Por eso actuaba raro esta mañana?
—¿Jiminnie se casa?
—Si, solo PD-Nim, los miembros y los productores sabemos que Seulgi está embarazada.
Mentiroso mentiroso mentiroso mentiroso mentiroso mentiroso mentiroso mentiroso
—¿Enserio? Ya lo quiero ver para felicitarlo.
—Creo que ahora está con ella, pero mañana lo puedes felicitar.
O tal vez esta noche
—Espero que sí, pero en fin, iré al baño, ya vuelvo.
Pdogg asintió mirando la pantalla.
Salí y caminé por los pasillos, me sentía abrumada entre tanto escándalo y ruido. Me senté en uno de los cubículos apenas llegué al baño y quedé en blanco.
El amor de mi vida se va a casar y va a ser papá
Jimin va a tener un hijo y no es conmigo
Pasé los dedos por mis sienes casi con violencia y traté de aguantar las ganas de llorar.
Por favor respira, Saehye, respira, estas en el trabajo, maldita sea.
Jimin me ama, a Jimin lo obligaron a casarse.
Pero el me juró que jamás la había tocado, que solo a mi me hacía el amor.
¿Seulgi estaba embarazada de otro? Claro, eso debe ser, mi Jiminnie jamás se atrevería a mentirme.
Pero ya lo ha hecho
Me dijo que no tenía ojos para nadie más, me dijo que Seulgi sabía de nosotros, pero era mentira, me dijo que la veía como una buena amiga y se terminó enamorando también de ella.
Me juró que no tenía nada con Seulgi ¿Y por qué estoy llorando ahora? Por qué se casan.
Me juró que solo me ama a mi y ahora me echa en cara que la ama y que quiere estar con ella, que si estaba obligado a estar con ella que haría un esfuerzo para que sea real.
Pero es tan egoísta que no me deja, y para ser honesta, jamás lo permitiría.
Primero muerta
Apoyé mi espalda a las pequeñas paredes del cubículo, no podía darme el lujo de llorar en la empresa, y mucho menos en horas de trabajo.
¿Y ahora qué?
///
Estallé en furia cuando vi que el maldito de Jimin tuvo los huevos de venir a mi departamento.
Entró con su juego de llaves y se paró frente a mi por largos segundos.
—Si no has corrido a abrazarme apenas llegué quiere decir que ya te enteraste —Habló dudoso al ver la cara que me cargaba en este momento.
—Hijo de puta —Desvió la mirada —Me dijiste que no la habías tocado ¡Me mentiste!
—Sae-
—¡Esta embarazada Jimin! Seulgi está embarazada y te vas a casar —Comencé a respirar con dificultad y el pánico empezó a surgir —¿Me vas a dejar? No Jiminnie, no puedo vivir sin ti.
—¿Saehye? —Se acercó casi con temor.
—Di que no es tuyo, inventa que eres estéril o cualquier cosa, pero no me dejes.
—Quiero formar una familia con Seulgi, Saehye.
—¡No! ¡Mentira! —Tomé la primera cosa que encontré y se la lancé.
—¡Sae! —Gritó cuando esquivó el zapato.
—No te atrevas a dejarme Park Jimin o no sabes de lo que soy capaz.
—No lo harías —sonreí como vil enferma por su tono entre seguro y dudoso.
Sabe que estoy enferma
Maldita enferma por él
—Pruébame.
—Maldita sea — Corrió hacia mí y me besó —¿Qué me has hecho Saehye? Que no puedo vivir sin tu piel —Besó mis hombros —Sin tus gemidos —besó y marco mi cuello mientras yo soltaba profundos suspiros —Sin tus labios —se acercó a mis labios pero me congelé al sentir la yema de sus dedos rozar la fina tela de mi entrepierna —Sin tu boca — Sonreí ante su doble sentido y me besó suavemente.
Físico
Me separé lentamente y sonreí de manera débil.
¿Siempre fue así? ¿Solo físico?
—Sin tu risa, sin tus manos, sin tus pláticas a media noche, sin tus mejillas sonrojadas, sin tu humor, sin tus ataques de ansias. ¿Qué me hiciste que no puedo vivir sin ti? —Dijo tomando mis mejillas.
Me miró a los ojos y por primera vez me harté.
Ya no sabía si Jimin decía todo eso para evitar que hiciera una locura o porque realmente lo sentía.
—Eso no te lo puedo perdonar amor—Me alejé de él y corrí hacia mi habitación.
Jimin era listo, más de lo que demostraba, pero esta vez no permitiría que jugara conmigo.
Jaló delicadamente mi brazo y volvió a acercarse a mi con dulzura.
Finge finge finge
Me repetía a mi misma cuando sentí sus manos en mi cintura.
Pasé mis brazos entre su cintura y cadera y lo abracé. El castaño aspiró el olor de mi cuello y suspiró profundamente.
Aproveché para quitar con cuidado su celular en la bolsa trasera de su pantalón.
Bingo
Lo empujé fingiendo dramatismo y corrí por las escaleras asegurándome que no viera su celular en mis manos.
Tal como planeé subió tras de mí diciendo palabras como "cariño" "princesa" "amor" y muchas más mentiras.
Apenas subí a la habitación, cerré la puerta, y con una velocidad que ni yo sabía que tenía arrojé el celular con todas mis fuerzas por la ventana y sonreí al ver como a lo lejos se hacía añicos, y, por si las dudas, hice lo mismo con el mío.
Hoy se acaba todo
La SIG Sauer P226, que yacía bajo el colchón, oculta bajo tablas de madera, me esperaba.
Siempre estaba cargada, por si acaso.
Me lancé bajo la cama y deje de moverme al escuchar a Jimin entrar a la habitación.
—¿Amor? —Podría jurar que en su cara se observaba preocupación.
O eso aparentaba, por su tono de voz.
Maldije mentalmente al ver que por el espejo-pared de mi habitación se observaba mi cuerpo bajo la cama, pasaba desapercibida por mi ropa negra pero si Jimin me veía ahí estaba muerta.
Oré a todos los dioses que no me descubriera y casi suelto un sonoro suspiro al ver por el reflejo como se apoyaba en la puerta del baño dando la espalda al espejo.
Estaba segura, por ahora.
—¿Sae? Sal amor, sé que tal vez nunca puedas perdonarme —Tratando de no hacer mucho ruido busqué el escondite de la SIG entre las tablas de madera —Te amo de una manera indescriptible y no me veo sin ti —Sonreí al ver el arma y con mucho cuidado la fui sacando —¿Sae? Respóndeme por favor —Abrió la puerta y se metió buscándome, emparejó la puerta para probablemente buscarme en la tina y fue el momento perfecto para salir.
El castaño salió del baño con cara de confusión y enseguida perdió color al verme apuntarlo con el arma.
Tocó sus bolsillos traseros con rapidez e hizo expresión de terror, tocó con velocidad sus bolsillos restantes y repitió el proceso varias veces.
—¿Me vas a dejar?
—Por supuesto que no Saehye, baja el arma.
Sonreí y coloqué el arma en mi sien.
—No puedo vivir sin ti Jimin, enserio no puedo.
—¡Sae! ¡Ni siquiera lo pienses! —Me miraba aterrado a acercándose lentamente a mi —No vas a vivir sin mí porque no te voy a dejar.
—Pero ya no eres mío, y si no me mato te juro que la voy a matar a ella.
La imagen de una Seulgi embarazada siendo consentida por Jimin mientras están comprando cosas para su bebé me enfermaba.
No sabía si odiar a Jimin por amarla y haberme mentido u odiarla a ella que llegó para arruinar nuestra relación y por embarazarse primero que yo.
Pero de lo que estaba segura es que ellos dos juntos me mataban.
La imagen de ambos haciendo el amor apareció en mi mente y sin darme cuenta el arma tembló en mis manos y con más violencia la pegué al costado de mi cabeza.
Jimin jamás permitiría que le hiciera algo a Seulgi, mucho menos ahora que llevaba consigo a su hijo.
—No vas a matar a nadie Sae, dame la pistola —Negué ya con lágrimas en los ojos y retrocedí —Amor por favor dámela, te lo suplico —Se acercó de nuevo.
—¡NO TE MUEVAS! —Grité con todas mis fuerzas y quité el arma de mi cabeza y lo apunté —Te juro que si das un paso más te vas a arrepentir.
Levantó ambos brazos y con lentitud dio un paso más.
Y disparé.
La bala chocó entre el espejo y la pared del baño a su espalda, quería soltar una risa al ver como los ojos de Jimin estaban abiertos como platos y por como su cuerpo y labios temblaban.
Tan indefenso y vulnerable.
Pero, ¿Cuántas veces yo fui la indefensa y la vulnerable? Cuantas veces lloré y temblé al darme cuenta que lo estaba perdiendo, al notar que su farsa relación de idols ya se estaba convirtiendo en algo real y solo me tocaba observar.
Observar como en las noches Jimin fingía dormir cuando en realidad mensajeaba con ella, observar como dejaba de ser mi Jiminnie para ahora ser el tierno novio de Seulgi.
—¡Está bien! ¡Está bien! Pero por favor no te hagas daño Saehye.
—Ya no puedo más, escoge.
—Sabes que eso es dif-
—¡¿ELLA O YO?!
Jimin corrió demasiado rápido y antes de que pudiera reaccionar tumbó el arma, justo a mi derecha.
—Acabas de escoger, Jimin.
Pateé su entrepierna y me lancé por el arma.
Al parecer le pegué fuerte porque la pude tomar sin ningún problema y lo miré a los ojos cuando regresé el arma a mi sien y la cargué.
—¡No lo ha-
Pum
Las piernas de Jimin perdieron fuerza.
Estaba lo suficientemente cerca como para que las salpicaduras de sangre tocaran su rostro y ropa.
Estaba en blanco, su cerebro tardó el procesar que la persona con la cabeza perforada sobre un enorme charco de sangre era la mujer que más amaba.
La chica en la cual pensaba todos los días y a todas horas desde hace años.
Su Saehye
Apenas cobró consciencia, la culpabilidad llegó.
—No, no, no, no —Sus manos temblaban y se acercó lentamente al cuerpo de la castaña —Jagi, no, no puedes estar muerta, no —Sin importarle la sangre o su estado la acercó a su cuerpo y la abrazó —No, no, no, no puedes estar muerta Jagi, no, no, no, es mi culpa, es mi culpa, por mi culpa te mataste Sae —El llanto impedía que su voz saliera.
La policía no tardó en llegar, los vecinos se alarmaron por los disparos y la llamaron a la policía y a una ambulancia para notificar.
La policía y los paramédicos no pudieron separar a Jimin del cuerpo de la chica, Jimin seguía con la culpabilidad a tope y con la imagen de Saehye quitándose la vida una y otra vez.
No podía hablar, fue tan fuerte el impacto que solo la abrazaba a su cuerpo mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas, no emitía sonido alguno, ni sollozos y su respiración muy apenas se notaba.
El castaño se aferró a tal grado que lo tuvieron que dormir para alejarlo de ella.
—El apartamento tiene cámaras, pero todo apunta a que fue un suicidio.
El paramédico con ayuda de un oficial separó a Jimin del cuerpo y preparó la bolsa negra.
No pudo evitar sentir muchísima lástima por el chico, no podía ni imaginar estar presente frente al suicidio de alguien.
Pero sintió aún más lástima por la chica tan joven a la que metía dentro de la bolsa y no se podía dejar de preguntar a si mismo la razón tan fuerte por la que una tuvo que haber pasado para llegar a ese extremo.
—¿Crees que el chico este bien? —El oficial y el paramédico observaron a Jimin dormido en la camilla de la ambulancia mientras terminaban de colocar el cuerpo de Saehye en la bolsa negra.
—No lo creo, pero no podemos hacer nada, tenemos que limitarnos a hacer nuestro trabajo.
lol
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Ella es Seulgi de Red Velvet, por si no la conocías
Lo mejor de todo esto es que yo shippeo el Seulmin lol
cUTEEEEEEEEE
En fin!! Volví, y una disculpa si no les gustó que el shot tocó contenido vez un poco más delicado que los anteriores, de corazón una disculpa.
Si hay algún error lo corregiré pronto, ya me urgía publicar este shot
GRACIASSSS PORRR LEEEERRR
Por votar, por comentar, por agregarla a su bibloteca, a sus listas, por absolutamente todo.
¡Gracias!
xoxo; hiena
¡Sigue leyendo!
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