Ropa de Bazar / Yoongi
Extraño a Yoongi debut era :c
Dedicado a: queondaquepezxD ♥️♥️♥️♥️
«Corre y no vuelvas
si quieres te ayudo a escapar
Corre y te sigo
vámonos a cualquier lugar»
La vida comienza a parecer monótona cuando no tienes aficiones. Un sueño que seguir, una carrera que continuar, una vida que planear.
Ese era el caso de Saehye, quien no tenía metas en la vida.
No sabía si era por sus repetidos cambios de opinión, su miedo a cometer errores, o a su constante ansiedad, pero lo que sí sabía es que necesitaba encontrar algo en que ocupar su tiempo.
Lo único que la hacía feliz era su novio Yoongi, un muchacho poco mayor que ella.
Lo conoció en la secundaria, un día en la salida, cuando los chicos de preparatoria iban con sus coches a "impresionar" a cualquier chico uniformado y hacer chillar a pubertas que se imaginaban un noviazgo de ensueño con ellos.
Saehye, a sus catorce años, cayó junto con sus amigas en eso último, pues desde que vio a Yoongi no pudo evitar sentir un cosquilleo en su estómago. El mayor, de sólo diecisiete, se sentía superior al manejar el coche que le prestaba su padre (solo si hacía su tarea y si no recibía quejas de él en la escuela).
"Los de prepa" acostumbraban a fumar cerca de la salida para verse aún más inalcanzables a los ojos de los menores, y fue en uno de esos días en que Yoongi conoció a Saehye.
La castaña que portaba una falda por debajo de las rodillas, una banda blanca arriba de su frente –evitando el flequillo– y una mochila rosa chillante del doble de su tamaño llamó la atención de Yoongi.
Preciosamente rara, es como Yoongi describiría a la Saehye de ese entonces, que cruzaba las piernas y cubría se rostro de emoción cuando sentía que los de prepa la estaban mirando.
Yoongi le habló uno de esos días y le prometió llevarla a cenar cuando entrara en la preparatoria.
Saehye ilusionada, en lugar de asentir chilló de emoción.
La menor terminó un año después la secundaria, y cuando Yoongi comenzó el segundo semestre de la universidad y Saehye la preparatoria el mayor cumplió su promesa. Por dos meses salieron constantemente a citas hasta que finalmente Yoongi le preguntó que si quería ser su novia.
Yoongi y Saehye no eran los mismos de ese entonces, el mayor de 22 años, lleno de perforaciones en las orejas y cambios constantes de color en el cabello, acababa de terminar su carrera, mientras Saehye, de 19, con siempre los mismos tintes que llevaba su novio, con expansores, uno que otro piercing y la personalidad casi opuesta a la de sus quince años acababa de abandonar su carrera a mitad de cuarto semestre.
La pelirroja no tenía algo por que luchar, sus problemas familiares eran cada vez peores y su relación con Yoongi no estaba en un buen momento.
—Mi mamá no me deja de tirar indirectas y mi papá me trata mal.
Sae Hye bufó, dejándose caer en la cama, descansando su cuello en el brazo de Yoongi, quien la miró sin expresión para después cerrar los ojos.
En casos en donde la menor quería escapar un rato de su realidad era en la departamento de su novio, donde vivía con Seokjin, uno de sus inseparables amigos.
Ya fuera que solo iba a escuchar música mientras miraba con el techo acompañada del pelinegro o solo a quedarse dormidos, la menor lo veía mejor que cualquier otra cosa. Mejor que las constantes indirectas y mal tratos que recibía en su casa.
Yoongi, que seguía con los ojos cerrados habló —Yo hubiera reaccionado igual, dejaste la universidad.
La menor lo miró —No me ayudas Gi.
El pelinegro giró su cabeza para mirarla a los ojos, quedando con los rostros casi unidos —¿Sabes todo lo que gastaron en tu carrera?
Saehye no pudo evitar robarle un pequeño beso —Si Yoongi. Si lo sé, pero no por eso me voy a quedar en una puta carrera que odio.
Yoongi le regresó el gesto —Niña, existen personas con verdaderos problemas, lo tuyo es pura chiflazón, la mayoría de las personas estudian carreras que no les gustan y ni modo, así es el mundo real, madura.
La menor no sabía si sentirse ofendida, herida o ambas.
La pelirroja se sentó de golpe y miró por el hombro a Yoongi —Gi, no estoy hablando de la carrera en sí, sino de cómo me tratan. Enserio mis papás han estado así desde que me salí, neta es insoportable estar en casa.
El pelinegro se encogió de hombros y llevó sus dos manos tras su cabeza —Pues tal vez te lo mereces.
En momentos en donde te encuentras mal lo último que quieres escuchar son cosas cómo "no exageres" "no es para tanto" y por supuesto "te lo mereces"
Saehye, al estar en una crisis existencial, las palabras de Yoongi (como era de esperarse) la hirieron.
—¿Sabes qué? A la mierda, te veo luego —Y sin más, la pelirroja se paró de la cama y comenzó a juntar todas sus cosas.
Yoongi mordió su labio inferior y se debatió entre detenerla o no. Sabía en qué se estaba metiendo, pues Saehye enojada era espeluznante, pero de eso, a que se vaya enojada y hablarle y esperar quien sabe que tantos días para que conteste, prefería detenerla ahora y resolver todo.
—Niña...
Yoongi sabía perfectamente el efecto de ese apodo en ella.
Saehye negó repetidas veces y se sentó en piso para ponerse los zapatos —No me digas así, no ahora.
Yoongi se sentó al filo de la cama, observando los movimientos de la menor —Por favor no te vayas.
La pelirroja estaba consciente de que Yoongi no dijo esos comentarios con mala intención, pero aún sabiendo eso dolieron. Su novio no era el mejor tratándose de consejos y cosas por el estilo, pero en esos momentos necesitaba estar sola.
—Lo siento Gi, te marco en la noche.
Yoongi se puso de pie apenas Saehye hizo lo mismo —No lo harás.
La menor detuvo su paso —¿Cuándo mierda te he mentido?
Silencio sepulcral.
—Exacto —Abrió la puerta de la habitación —Necesito estar sola.
Yoongi siguió sus pasos, dirigidos a la puerta principal —No quiero que te vayas enojada mocosa.
Seokjin, que comía con tranquilidad en el comedor, los miró con extrañeza.
Y cómo no, si lo último que hacían era pelear.
—No estoy enojada —miró al mayor —. Hola Jin.
El rubio sonrió con un poco de incomodidad —Hola Hye, ¿irán a lo de Hoseok mañana? Se pondrá bueno eh.
—Pero se te ve lo enojada a kilómetros Sae, ¿es por lo que dije?
Sae sonrió sólo con los labios —Si Jinnie, los dos estaremos ahí. Nos vemos.
—¿Me vas a ignorar?
La menor abrió la puerta principal y agitó su mano como despedida, dirigida a Seokjin, quien imitó el gesto. Miró a Yoongi a los ojos, y habló entre dientes:—Te marcaré en la noche, adiós.
Y por primera vez, se fue sin un beso de despedida.
————
Cualquiera puede romper un corazón
Con un comentario, con una acción, con una imagen, con intención, por accidente, con morbo, con dolor.
Paso por ti como a las nueve
20:19
Aquí te espero Gi
20:21
Saehye ya llevaba ratos decidiendo que ponerse, estaba entre un pantalón de mezclilla con una simple camisa verde militar o un vestido casual color blanco.
Ni siquiera había pedido permiso para salir, pero arreglarse en vano se escuchaba mejor que quedarse sin hacer nada en esa casa.
Puso a calentar la plancha para el cabello y optó por usar la blusa verde con los jeans, por el clima fresco de la noche.
Yoongi pasaría por ella para ir a una reunión, y si se daba la mala suerte de que no la dejaron ir, pues sencillo: subiría a Yoongi por su ventana trasera. O lo invitaría a cenar con ellos, una de esas opciones.
Cuando la pelirroja terminó de arreglar su cabello y su ropa ya estaba puesta y lista, decidió ir al cuarto de sus padres.
Su madre, quien estaba acostada en su cama con el celular en la mano, la miró por el rabillo del ojo pero no dijo nada.
Saehye, sabiendo que había una gran posibilidad de ser ignorada, habló —Mamá ¿puedo ir a casa de Hoseok? —Se sentó la orilla de la cama, frente a ella.
—Muy buena para ir a pedotas pero no para ir a la universidad ¿verdad? —respondió sin siquiera mirarla.
Saehye sonrió sin ganas y se paró con lentitud —No voy a estudiar algo que odio mamá, y si no me salí antes es para evitar este tipo de situaciones.
—Pues te hubieras esperado otros tres años, pendeja —Y otra vez no la miró.
La voz de Yoongi de hace unos días resonó en su mente
«Siéntate a hablar con ellos, explícales tus razones»
Era prácticamente imposible que su actitud cambie de un día para otro, pero por algo se debe comenzar.
—Ayer fui a una entrevista de trabajo y estoy en la lista de es–
La señora Lee colocó el celular que llevaba en su mano frente a la pelirroja, mostrando en la pantalla una publicación de facebook —Estoy ocupada Saehye ¿que no ves?
— Pero má, solo estás en el celular todo el día.
Y no mentía, pues su madre si no estaba en el café con sus amigas estaba acostada en su habitación jugando al candy crush o viboreando los perfiles de sus "amigas"
La rubia rodó los ojos y volvió la vista al celular —Ya lárgate con Hoseok, no te quiero oír. Ya veremos cómo le haces después, pero no te vamos a dar de comer gratis, eh.
Saehye rodó los ojos y salió de la habitación, molesta, pero satisfecha al mismo tiempo.
—Ni que hicieras de comer〜 Habló por lo bajo, y antes de darle oportunidad de su madre de escuchar lo que dijo corrió escaleras abajo.
Ya tenía el permiso, es lo que importa.
Saehye se percató de la presencia de su padre en la sala, leyendo un libro del cual no alcanzó a ver el título.
Desde el fondo de su corazón quería volver a llevarse bien con sus padres y que por un momento se pusieran en su lugar.
Sólo quería no ser juzgada.
Así que, con altas expectativas, llamó la atención de su padre y habló —Papá estoy muy nerviosa, mañana me dicen si me dieron el puesto en la empresa donde pedí trabajo.
Pero para su desgracia, recibió sólo cuatro segundos de atención, nada más que una simple mirada de indiferencia.
Saehye solo sonrió
¿Por qué espero algo de ellos?
—Gracias por escucharme, si es que a eso se le puede llamar así.
Estaba enfadada y decepcionada. Solo quería salir de su casa y esperar a Yoongi en otro lugar. Se dio media vuelta y con zancadas que retumbaron por el piso de madera caminó hacia la entrada.
El señor Lee cerró el libro con fuerza —Ven para acá.
Su voz grave y con tono de molestia la asustaron un poco, pero con la cabeza en alto regresó.
—¿Si, padre? —Está de más mencionar el tono sarcástico y el perfil de "buena niña" que utilizó.
—Déjate de esos tonitos conmigo pendeja, que por mi tienes techo y comida.
Saehye asintió con aires de inocencia, prácticamente desafiándolo —Discúlpame papi, pero te estoy contando algo importante y prácticamente me ignoraste.
—Tus nervios no son algo importante Saehye —respondió con rapidez — Y a ver qué te pones a hacer o a vender eh, que voy a mantener a una huevona.
—Esta bien —volvió a darse la vuelta pero su padre continuó.
—Mira a tu novio, por más pendejo que se vea él sí terminó su carrera.
La menor apretó la quijada con fuerza y soltó una risa nasal — ¿Es enserio papá? ¿Me estas comparando con Gi?
El señor Lee sonrió triunfante, pues cuando Saehye abandonó su tono de "niña buena" para contestarle con enojo supo que tocó una de sus fibras sensibles —Es más, si quieres andar de huevona quédate con él y sé una mantenida, pero aquí no.
La pelirroja bufó, repetir lo mismo ya le estaba cansando —Ya te dije que me meteré a otra carrera y conseguiré trabajo, en mis planes jamás ha estado ser una mantenida.
En realidad no tenía un plan en lo absoluto, pero no quería depender de alguien, nunca.
—¿Crees que no me da vergüenza estar echando mentiras a los que preguntan por ti? Si de por sí te vistes como una rarita y estas llena de agujeros ahora sales con la pendejada de que ya no quieres ser abogada.
Hipócrita
Saehye pidió permiso en todas y cada una de las cosas que se hizo. Cada perforación que tenía fue halagada por su padre antes del incidente y ahora resulta que es una rarita.
—¡Nunca quise ser abogada! ¡Jamás me gustó! Solo hasta ahora tuve el coraje de salirme.
—¿Y para qué? ¡Para causarle vergüenzas a la familia Lee! ¡Sólo para eso eres buena!
Los ojos de Saehye se aguaron en segundos y soltó una leve risa sin ganas —Tienes razón papá. Ya me voy.
—¿A dónde crees que vas? Ponte a barrer o a limpiar algo. Nunca haces nada.
Con el nudo en la garganta y con una lágrima recorriendo su rostro negó —N-nunca estás en la casa, ¿cómo estás tan seguro?
—¡Trabajo para da–
El coraje que sentía la pelirroja en esos instantes lo ocupó para salir como bala de la casa.
Apenas abrió la puerta se encontró con su chico sentado en la acera de su casa, con ambas manos en su cara y moviendo su pierna derecha con insistencia.
La voz de su padre seguía escuchándose, y cada palabra se oía fuerte y clara.
Obviamente escuchó todo a la perfección.
—Gi...
Yoongi se paró con rapidez de la acera y le sonrió a su chica —Hola niña ¿nos vamos ya o esperamos a que tu papá salga por ti?
Saehye se sintió avergonzada al sonreír, pues su rostro seguía mojado y no estaba segura si se veía en buenas condiciones.
Yoongi, sin esperar una respuesta, la tomó de la mano y ambos corrieron a la camioneta azul marino del mayor. Abrió la puerta para su novia y dejó un beso en sus labios antes de que ella se pudiera meter.
Rodeó la camioneta por atrás con lentitud para darle tiempo a Saehye de arreglarse en el espejo de su lado. La menor sonrió al no ver rastro de maquillaje corrido y exhaló repetidas veces, alejando las ganas de llorar cada vez más.
Cuando Yoongi llegó a su asiento y la miró, no pudo evitar sentir una punzada en el corazón. Lo que mas odiaba en el mundo era ver a su novia llorar.
La menor casi nunca lo hacía, solo la había visto llorar dos veces en todo su noviazgo: cuando vieron la tumba de las luciérnagas y cuando se decidió por salirse de la carrera una vez por todas.
—Lo siento.
Le dolía ver a Saehye con los ojos hinchados y rojos.
No estaba hipando o sollozando, solo estaba con la mirada clavada en el tapete bajo sus pies y con lágrimas –que parecían infinitas– rodando por sus mejillas.
—No te disculpes. Mejor nos vamos a mi departamento, ¿no crees?
Saehye negó aún cabizbaja —Quiero ir con Hoseok.
—Niña...
—No ando de humor para discutir Gi, necesito distraerme y una peda es lo ideal. Solo vámonos ¿si?
Yoongi conocía tanto a su novia que sabía que en momentos como esos no quería estar sola.
Por su reciente pelea supuso que Saehye creería que prácticamente se quedaría sola en su departamento, cosa que por supuesto, no pasaría.
Pero no dijo nada. Lo mejor era reír y tomar con amigos, besarse, bailar, a estar solos hablando de algo reciente y que lastimaría a su novia.
El ambiente de las típicas pedas de Hoseok estaba igual de siempre. Música de buena calidad en un volumen considerable alto, poco menos de veinte personas bebiendo cerveza, gente bailando, gente jugando.
Mientras Namjoon y Jackson jugaban beerpong contra Jaebum y Seokjin, Hoseok y Junhong rellenaban la hielera con la cerveza recién comprada, Jungkook y Jimin se besaban en un sillón, Taemin pasaba de grupito en grupito ofreciendo de la bolsa de papitas que comía y los demás solo hablaban y reían.
La borrachera siempre se hacía en el portón de la casa de Hoseok y justo cuando el pelinaranja reconoció la camioneta azul marino de Yoongi abrió la reja.
Como era costumbre, Yoongi se estacionó de reversa y después de bajarse abrió la cajuela.
La camioneta —que estaba bastante alta— servía como asiento para ellos.
Todos se acercaron a saludar, primero a Yoongi, que les pedía discreción por el aspecto un poco lamentable de Saehye.
La pelirroja le agradeció mentalmente, pues gracias a eso no tuvo que responder preguntas y en cambio recibió leves abrazos de todos, como si le dijeran "no sé qué tienes pero te apoyo" con el lindo gesto.
Y como era costumbre, no había mujeres.
Saehye se sentó en la pick up y abrió sus piernas para que Yoongi se colocara en el espacio.
—Enserio lamento que hayas escuchado eso.
Yoongi negó.
Cuando llegó más temprano por su novia alcanzó a escuchar la pelea completa de Saehye con su padre. Y aunque no se sintió ofendido, sabía que su novia estaba muy avergonzada.
—Bebé, enserio, deja de disculparte, está bien.
Pero para Saehye no estaba bien.
Temía que Yoongi se quedara con una idea errónea de ella. Ella quería encontrar una carrera que la llenara, que hiciera el estudiar la cosa más entretenida del mundo, no quería ser una "mantenida" como decía su padre. Además de que lo había insultado de manera indirecta.
—Jamás te habían dicho nada, enserio.
Yoongi sonrió y tomó de la cintura a su novia, acercándose para quedar más cerca de ella —Saehye, te creo, enserio.
La menor asintió y apoyó su frente con la de Yoongi —Te juro que algunas veces solo quisiera largarme de aquí.
Yoongi no iba a negar que esa idea parecía tentadora, por lo que asintió con una leve sonrisa.
—Yo también. ¿Quieres una cerveza? —La menor negó —¿Cigarros?
La menor sacó de su mochilita su cajetilla y encendedor —Ya tengo. ¿Y tú? ¿No quieres un refresco o un cigarro?
Yoongi torció la boca. Quería beber, pero estaba conduciendo —Te acepto un cigarro —Saehye asintió, le tendió la cajetilla y comenzó a observar la reunión.
Las papitas que tenía Taemin paseando por el lugar hicieron que su estómago rugiera y le sacara una carcajada a su novio.
La música estaba perfecta y no supo cuándo, pero de la nada ya Jimin estaba sentado a su lado con Jungkook entre sus piernas, como lo estaban ella y Yoongi, hablando de temas triviales.
Taemin le compartió de sus papas, con Yoongi dándole de comer en la boca en lo que le hacía pequeñas trenzas en el cabello de Hoseok.
Las risas jamás faltaban. Jugó beerpong (ellos con refresco) contra Seokjin y Jimin y después de haberlos derrotado, todos fueron testigos de una competencia de eructos entre Junhong y Mark, que llegó poco después de Yoongi y Sae.
Nada nuevo.
Yoongi tenía entre sus brazos a Saehye, ambos recostados en el sillón donde antes Jimin y Jungkook habían fajado —Ah niña, olvidé decirte que te compré tus cheetos.
A Saehye se le iluminó el rostro —Bésame Gi.
El pelinegro sonrió en los labios de la menor —Te hago lo que quieras en la camioneta.
Hoseok, que alcanzó a escuchar todo, los miró con una cara de asco que los hizo reír.
—Ahorita venimos 〜 cantó la menor mientras jalaba a Yoongi en dirección a la camioneta.
Los murmullos no se hicieron esperar cuando la pareja prácticamente se escapó del lugar para meterse en los asientos traseros de la camioneta.
Yoongi devoró los labios de su novia apenas cerraron la puerta. Se colocó sobre ella sin dejar caer todo su peso y la menor abrió las piernas, invitándole a pegarse más.
Saehye succionó la lengua del mayor y gimió al sentir las estocadas de Yoongi, que aunque estuvieran completamente vestidos, se seguían sintiendo deliciosas.
—Bebé... — Yoongi jadeó en sus labios —¿Y si nos escapamos?
Saehye tuvo dificultades en contestar, pues la mano de su novio ya estaba bajo su blusa luchando contra el sostén y su lengua recorría su cuello.
—Con escaparnos te refieres a...
Yoongi dejó de moverse y se colocó frente a Saehye —A irnos de aquí.
La menor se sentó como es debido y regularizó su respiración —Pero aquí están todos — Dejó de mirar a Yoongi para observar que hacían sus amigos — Mira, Jin está arriba de la mesa.
—No la peda Sae, de Seúl.
La pelirroja devolvió su vista a él y después de un segundo de seriedad soltó una risilla —Gi no juegues porque soy capaz de decir que sí.
Yoongi sonrió —Dime que sí, amor. Escucha, tengo una buena cantidad de dinero ahorrado. Si nos vamos en la camioneta a Mokpo o mandamos todo a la mierda y nos vamos a Osaka nos alcanzaría como dos meses para vivir en lo que buscamos un trabajo.
Saehye borró su sonrisa — Oh mierda, vas en serio.
Yoongi soltó —Saehye, eres la única razón por la que sigo en Seúl. Pero si vienes conmigo iremos a donde quieras, estaremos juntos y saldremos adelante, cueste lo que cueste.
Escaparse con Yoongi. Largarse de una vez por todas con su novio.
—Y-yo también tengo mucho dinero ahorrado ¿está bien para ti irnos a Wakkanai? Siempre he querido ir.
El pelinegro asintió —¡A donde quieras está bien!
La sonrisa de Yoongi era la más grande que alguna vez había visto. A pasar de la poca luz, pudo apreciar lo rosas que eran sus encías y los lindos que eran sus dientes.
—Oh por Dios. Lo haremos.
—Niña ¿Estás completamente segura?
¿Lo estoy? Claro que lo estoy
Nada se escuchaba mejor que estar a solas con su novio recorriendo muchos lugares, besarlo a cualquier hora, dormir con él sin miedo a que se pase el toque de queda.
—Si Gi, sí es contigo sí.
Yoongi sonrió, mostrando sus nuevamente sus rosadas encías.
—Yo te cuidaré Saehye, cómo lo he hecho siempre.
Ambos se dieron un beso de esquimal y se abrazaron con fuerza, por largos segundos, tal vez minutos.
Ambos se bajaron de la camioneta con una enorme sonrisa y tomados de las manos.
—¿Nos vamos ya?
Saehye asintió —Vámonos ya.
Y con cortas explicaciones comenzaron a abrazar y a despedirse de todos en la peda. No sabían en cuanto tiempo los iban a ver, pero era mejor una confusa despedida a desaparecer de un día para otro.
Yoongi se llevó a Seokjin a la camioneta para hablar sobre el departamento mientras Saehye se terminaba de despedir.
Jaebum, que al igual que todos, no entendía el comportamiento de los novios, se dejó abrazar por la pelirroja.
—¿Tanto escándalo para irse a un hotel?
Saehye soltó una carcajada y negó repetidas veces, tanto con la cabeza como con las manos —Nada de eso Jae, solo, no se preocupen por nosotros ¿okey?
De la nada ya tenía a todos a su alrededor —¿Se lanzaran juntos de un edificio o algo así? — Habló Jungkook con las cejas prácticamente unidas por el ceño fruncido.
Yoongi, que regresaba junto a Saehye rió con su novia —Estaremos bien.
Todos aún más confundidos los observaron caminar juntos hacia la camioneta.
—¡Cuídense niños! — Gritó la menor antes de subirse al auto, agitando su mano como despedida.
—Ay, se me hace que sí se van a matar.
—No Hoseok —habló Seokjin con una sonrisa, observando junto con todos como la camioneta desaparecía por la calle —Créeme que no.
La emoción se sentía en los asientos delanteros. Saehye soltaba chillidos de emoción y Yoongi reía.
—Me acordé cuando también hacías esos sonidos cuando te iba a ver a la secundaria.
—Bajh, estaba deforme en esa época, ni me lo recuerdes.
—Tan linda〜
Ambos rieron y siguieron mirando el camino rumbo a la casa de Saehye.
—Haré una maleta rápida con lo básico. Mi dinero está en la alcancía y tengo más en el banco.
—Una hora amor, paso por ti en una hora. Que no se olviden tus papeles, ¿okey? —La menor asintió —¿Les dejarás una nota?
—Si, junto con mi celular. Lo romperé antes de dejarlo ahí.
Yoongi asintió —Haré lo mismo — paró el movimiento de la camioneta y sin apagar el motor Saehye abrió la puerta —Ve niña, te veo en un rato.
Ambos sonrieron y se besaron con ternura antes de que Saehye saliera del auto.
Cuando la menor entró a su casa, por la ventana observó como la camioneta desapareció.
Una hora era buen tiempo para empacar lo básico, por lo que corrió a su habitación para empezar con lo más difícil: la nota.
¿Cómo mierda se escribe una nota de despedida? ¿Qué tiene que llevar para dejar en claro que no fue obligada a escribirla y que todo está bien?
La pelirroja se sentó en su escritorio y comenzó a escribir literalmente lo primero que se vino a la mente.
"No me odien, no se odien. Simplemente estoy cansada de no saber qué hacer con mi vida y realmente no quiero ser una carga para ustedes.
Me voy, no sé a dónde, pero les aseguro que estaré bien. No me estoy escapando por su culpa, ni porque los odie o algo parecido, lo estoy haciendo porque necesito encontrarme a mí misma, y aquí, simplemente no puedo.
Siendo honesta no pienso volver, así que no intenten buscarme porque no me encontrarán.
Los amo, hoy y siempre.
Y por favor discúlpenme por no ser la hija perfecta y no hacer más que avergonzarlos, les juro que jamás fue esa mi intención.
Estaré bien.
-L. Saehye"
Dejó la nota sobre su cama y buscó la mochila más grande que tenía. Metió varios conjuntos de ropa, su cepillo de dientes, un peine, pastillas, toallas y cualquier cosa que consideró importante.
Buscó bajo su cama todos sus documentos, como su pasaporte y otras cosas necesarios para salir del país.
Entre más pasaba el tiempo más aumentaban los nervios. Y cuando menos lo creyó, reconoció el motor de la camioneta.
Saehye bajó su mochila y sus documentos para meterlos en el maletero. Afortunadamente eran las tres de la mañana y no había vecinos o personas en la calle.
—¿Te falta algo hermosa?
Saehye asintió y corrió escaleras arriba de nuevo.
Se agradeció a si misma por sacar todas sus fotos favoritas en físico, por lo que dejar caer su celular en el retrete no le dolió demasiado.
Corrió a su habitación por su colcha calientita y por su alcancía.
Antes de bajar y regresar con Yoongi se detuvo en la habitación de sus padres. Tal vez no estaban en un buen momento y no la comprendían, pero eso no significaba que no la amaran.
Dolía dejarlos, pero sabía que nada en este mundo le haría más feliz que estar con Yoongi, y por primera vez en la vida, decidió ir por su felicidad.
Temblando, la pelirroja cerró la puerta principal después de dejar su llavero en la cama, junto a la carta.
—Saehye ¿estás completamente segura de esto? No me enojaré ni nada si dices que no, necesito que estés consiente de que todo lo que viene no será fácil.
—Me veo comprando ropa de bazar contigo, Gi. Así solo completemos para una comida al día te sigo teniendo a ti, y eso es lo único que me importa.
180210
4720
No se si se han fijado, pero cuando escribo un termino raro, o de mi país (casi siempre en cursiva) les dejo en los comentarios la definición.
Ahora si, volviendo al shot:
Me inspiré en una de mis canciones favoritas para escribirlo lol
De todas las Saehye que he escrito, esta soy yo.
He aquí mapas de los lugares que mencionaron, para que se imaginen que pez:
SEOUL—MOKPO
SEOUL—OSAKA
SEOUL—WAKKANAI
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Gracias por leer, lxs amo muchooooo
Pd. sigo en chinga con el shot de Jin, y otros tres lol
Hiena
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