Coincidencia / Hoseok (+18)
Este escrito ya estaba en mi perfil como un capitulo de una historia llamada Mismo Día, pero como decidí dejarla y enfocarme en otros escritos preferí pasarla para esta historia como oneshot
Así que, puede que ya la hayas leído, o puede que no lol
Puede que en un futuro haga segunda parte, ya veré
¡Sigan con la lectura!
Seúl, Corea del Sur
00:13 AM
—¿Me vas a invitar un trago o me vas a seguir mirando por otros diez minutos?— La pelinegra descansó su brazo en la barra y apoyó su mentón en la mano mientras sonreía.
—Wow, a eso le llamo ser directa —El chico de bonito perfil habló mientras tomaba asiento junto a ella.
—Directa es mi segundo nombre —El castaño sonrió y levantó la mano para llamar al bartender y ordenar algo.
—¿Puedo saber el primero?
Negó lentamente —Los nombres son una simple etiqueta. Mejor ¿por qué no te pones un nombre?
—¿Ponerme un nombre?
Asintió —Hoy soy Lex, mañana seré —Alargó la última letra y miró hacia el techo, pensativa —Emma —Sonrió —¿Y tú?
El castaño rió —Hoy seré ¿Jay? —«Lex» asintió divertida y el chico volvió a reír —Y mañana seré John.
—Son nombres lindos.
—No más lindos que tú —La pelinegra sonrió y el bantender llegó con shots dobles —Tequila —Señaló los shots —No tienes cara de que te guste el soju.
—Estas en lo correcto —Chocaron los pequeños vasos y los tomaron de un solo trago.
La pelinegra invitó una ronda y después de largos minutos hablando, ambos salieron un minuto del local para disfrutar un cigarro en compañía.
—Eres muy interesante Lex —El castaño dio una profunda calada a su cigarro y se acercó más a la pelinegra.
—Supongo que no soy muy común —El chico tomó de la cintura de la chica y acercó su boca a la de ella, pasándole el humo del cigarro, humo que la chica inhaló y soltó segundos después.
Se sentía la tensión sexual en el aire y sin pensarlo mucho, la primera en dar el paso fue ella, se paró sobre sus puntas de los pies y besó al castaño.
Él correspondió el beso apenas la vio acercarse más y sin importarles el estar afuera de un bar se besaron como nunca.
El castaño profundizó el beso y su lengua acarició la de ella, dándole paso.
Sus manos no podían quedarse quietas y comenzaron a bajar por sus caderas y justo cuando sus manos jugaban con el elástico del borde del vestido una voz los interrumpió.
—¿Tienen edad suficiente para estar aquí? —Se separaron tan rápido que tardaron en captar la pregunta.
La chica agradeció mentalmente no haber usado labial esa noche.
—Sí, tengo dieciocho —La pelinegra contestó después de segundos y el chico la miró con sorpresa de inmediato.
No se esperaba esa edad, para ser honesto.
—¿Y tú? —El hombre miró al castaño y este aclaró su garganta.
—Si, también tengo dieciocho —Ahora fue ella quien lo miró con sorpresa, pensando lo mismo que él.
—No hagan eso en plena calle —El hombre habló con tono regañón y caminó a la entrada del bar —Estos niñatos de ahora —Hizo una mueca de asco y negó.
Ambos siguieron con la mirada al hombre entrar al bar y justo cuando se iban a mirar, una chica junto a la puerta agitó los brazos para llamar la atención de la pelinegra.
—Mis amigos me hablan —Miró al chico y señaló a la chica castaña y al rubio agitando sus brazos—Nos vemos luego Jay.
Y sin dar tiempo de responder, se metió al bar de nuevo.
El castaño se quedó afuera del bar unos minutos más, sonriendo y lamiendo sus labios de vez en cuando para sentir de nuevo el sabor de los labios de la chica.
¿Le hablo de nuevo o ya no la molesto?
Se preguntó a si mismo, sacando un cigarro de su bolsillo.
Suspiró y lamió sus labios, de nuevo.
Acomodó su cabello en la ventana de algún coche y después de terminarse el cigarro volvió a meterse al bar, pero esta vez sentándose con sus amigos.
—¿Dónde estabas hyung? —preguntó Taehyung mientras se servía más alcohol.
—¿Qué no viste? Hoseok apenas se paró cuando vio a una pelinegra en la barra —dijo Yoongi y Hoseok sonrió y asintió.
—¿Cuál pelinegra Hobi? —Namjoon preguntó y él y Jimin barrieron el bar con la mirada buscando a una pelinegra.
—¿Es la de allá hyung? —Hoseok observó a Jimin señalar despistadamente una de las mesas del final.
Y ahí estaba, Lex reía con sus amigos, y golpeaba levemente el hombro de una chica a su lado, en una mesa con tal vez ocho o nueve personas, incluyéndola.
No podía dejar de mirarla, menos cuando la vio sonreír por lo bajo para después lamerse los labios.
—¿Qué esos no son Jin hyung y Kookie? —Yoongi dijo con los ojos entrecerrados, mirando hacía su mesa.
—¿Esa es MingMing?
—No sé, no veo bien.
De un segundo a otro los cinco chicos -sin intensión de pasar desapercibidos- miraban con atención la mesa, buscando a los chicos que estaban con ella, y efectivamente, los perfiles -o mejor dicho siluetas- de Seokjin y Jungkook estaban bebiendo muy cerca de ella.
—No es MingMing, ella no tiene el cabello negro, lo tiene color miel —dijo Namjoon observando la lejana mesa y después se dio por vencido —Bah, seguro la confundí.
—¿Cómo mierda dejaron pasar a Jungkook? —Yoongi hizo su famosa cara de asco.
—Los tres tenemos diecisiete hyung, ¿recuerdas? Los tres sacamos carnet falso —Taehyung se señaló a si mismo y después a Jimin sonando obvio, ganándose una risa de Namjoon y Jimin.
Hoseok dejó de escuchar la conversación de sus amigos cuando Lex se paró de la mesa y comenzó a bailar con Jin.
Si él tenía ya una sonrisa al verla ahí sentada, sonrió aún más cuando captó que sus dos mejores amigos la conocían. Y mejor aún, que se tenían confianza.
Jin y Jungkook eran los más unidos de todos los que vivían en el departamento, y conociéndonos, su círculo social debía estar demasiado limitado. Pero ¿Jin bailando? Demonios, Lex los tenía en la palma de su mano.
—... Y esos malditos no vinieron con nosotros por salir con los de su universidad —Yoongi rodó los ojos y dirigió su vista a su celular.
—Traidores —agregó Jimin.
La madrugada siguió llena de risas por parte de ambos, la pelinegra bailaba con su mejor amigo Seokjin, hablaba con su otro mejor amigo, Jungkook y de vez en cuando, miraba al castaño bebiendo y riendo en su mesa.
Cuando la chica entró al bar casi a rastras por sus amigos, por un largo tiempo miro la entrada esperando el regreso de Jay.
Cuando pasada la media noche se sintió observada en la barra por el chico con un hermoso perfil, dejó sus nervios y le habló con una seguridad que hasta a ella misma sorprendió.
Sus pómulos tomaron color cuando observó al susodicho entrar al bar con una sonrisa y sus labios un poco hinchados y brillosos.
Tratando de pasar desapercibida lo siguió con la mirada hasta que él se sentó con unos chicos, que reconoció de inmediato.
Los adorables roommates de sus mejores amigos.
—Noona —La pelinegra miró a su mejor amigo —Canta conmigo —Negó y se dejó caer aún más en su asiento.
—No me siento bien Kookie, pero canta para que tu noona se sienta mejor —Jungkook sabía a la perfección que eso era una vil mentira pero mejor prefirió besar su frente y cantar para ella.
—Oppa —Seokjin la miró, sabiendo que se refería a él —¡Canta con Jungkook!
Jungkook blanqueó los ojos y negó —En la siguiente Noona, esta la quiero cantar solo.
—Aquí no hay karaoke, par de raros —La chica y Jungkook se carcajearon por la situación y por la irritada voz de su mayor, pero asintieron repetidas veces, rindiéndose.
El tiempo pasó con lentitud y la reunión del salón D4 cada vez se hacía más aburrida.
Jin y Jungkook ya se habían ido y sus compañeros de la universidad cada vez sacaban más y más pláticas de hueva.
La chica soltó un ruidoso suspiro y movió uno de los tragos que estaban en la mesa.
—¿Deberíamos irnos?
—¡Oh! ¡Vamos linda! Apenas son las cinco ¡LA NOCHE APENAS COMIENZA! —Hyemin, su compañera de clase, gritó y se movió al ritmo de una inexistente canción.
—¿Quieres salir de aquí? —La piel de la pelinegra se erizó y al girarse se encontró con Jay sonriente y señalando la puerta.
—Por favor —Ambos sonrieron y prácticamente corrieron a la salida —¿Tu casa o la mía?
—La mía, mis roommates no están —Ambos asintieron y el chico sacó su celular para llamar a un taxi.
—¿Qué haces? —La chica frunció el ceño al ver como el chico llevaba su celular a la oreja.
—Llamo a un taxi.
—Tengo auto, vamos —Hoseok asintió y colgó su teléfono.
La chica tomó su mano y él la siguió hasta su auto.
—Dame tu dirección —Hoseok le indicó por donde irse y así como iban acercándose al lugar, la pelinegra sentía el trayecto muy conocido.
—Espera ¿Eres uno de los roommates de Jungkook? —Hoseok frunció el ceño y asintió —Con razón el camino se me hacía conocido —Rió —Cambio de planes, vamos a mi casa —Hoseok asintió.
—¿No quieres que me sepa tu nombre o que te vean conmigo? —Hoseok preguntó divertido.
Lex rió —Nada de eso, pero él y Seokjin oppa hace media hora acaban de ir a casa, y si vives con ellos...
—Significa que no tengo casa sola —Hoseok terminó la frase y la chica asintió.
—Pero ¿Qué no tienes más roommates? ¿Cuántos son? ¿Cinco, seis?
—Somos siete en total, y los cuatro con los que estaba iban a quedarse con un amigo.
—¿Y eso?
—Me vieron salir contigo —Lex soltó una risa.
—Tienes buenos amigos —Hoseok asintió —Pero ya que vamos a mi casa deberías mandarle un mensaje para que vuelvan.
—Oh, tienes razón —Sonrió y sacó su celular —¿Y tú de donde conoces a Jungkook y a Seokjin?
—Kookie y Jinnie son mis mejores amigos, los conocí en la universidad.
—Al parecer compartimos mejores amigos —Ambos sonrieron y Hoseok envió el mensaje a sus amigos recibiendo como respuesta muchos agradecimientos por Yoongi y emojis por parte de Jimin.
—¿Podemos detenernos en una tienda de 24 horas? —Preguntó el chico sacando su cartera.
—Sure —Lex se detuvo justo cuando pasaban por una tienda de conveniencia.
Hoseok bajó con rapidez y pocos minutos después regresó con una caja de condones ultrasensibles y una sonrisa en su rostro.
El camino fue corto y lo único que interrumpía el cómodo silencio era el bajo volumen de la radio.
—Es aquí —dijo señalando un edificio de departamentos y bajó del auto con prisa, Hoseok contuvo su risa y la imitó, posicionándose junto a ella, que ya estaba abriendo la puerta.
—Tu casa es muy bonita.
—Esta es la recepción, mi departamento está en el tercer piso —rió y llamó al elevador.
Hoseok se tapó su cara con vergüenza y Lex jaló su brazo para meterlo al elevador apenas llegó y lo besó.
Toqueteos y besos rápidos no se hicieron esperar, Hoseok besaba a Lex y acariciaba su cintura mientras ella paseaba sus manos por su cabello.
Cuando se abrieron las puertas los dos prácticamente corrieron al departamento, Lex abriendo la puerta y apenas se adentraron a la sala Hoseok de inmediato la acorraló en la pared y la besó con más intensidad.
—Vamos a mi cuarto —habló la pelinegra entre besos y Hoseok asintió.
Se separaron y tomados de las manos fueron hasta la habitación.
—¿Tienes toallitas o algo así? —La chica asintió con una expresión divertida y señaló lo que Hoseok suponía que era el baño —Créeme, las vamos a necesitar.
Besó cortamente sus labios y fue hacia donde señaló, y efectivamente, con prisa buscó las toallitas en el baño y corrió hacia la habitación apenas las encontró.
Dejó las toallitas y los condones en el buro junto a su cama y suspiró al ver a Lex de espalda mientras colocaba su largo cabello de lado y dejaba caer su bolso junto a su cama.
—Adoro tu vestido, pero definitivamente lo prefiero en el piso —Se acercó delicadamente a la chica y juntó su cuerpo con el de ella, besando su cuello y hombro mientras con las manos tomaba su cadera y pegaba su mediana erección a su trasero.
Después de segundos, Hoseok se separó de su cuerpo y comenzó a bajar el cierre del vestido negro, su sonrisa se ensanchó al ver que su espalda estaba completamente desnuda y lo único que tenía debajo eran unas lindas bragas rojas.
Dejó caer el vestido y pego de nuevo su cuerpo, Lex suspiró al sentir las manos de Jay acariciar su abdomen bajo y jugar con el elástico de sus bragas mientras lamía su cuello.
Suspiró más fuerte cuando sintió como su mano ya se adentraba a sus bragas y sus dedos separaban sus pliegues y acariciaba con delicadeza su resbalosa entrada.
—Estas tan mojada para mí —Dijo en su oreja mientras lamía su lóbulo y mordía en ocasiones. Lex contestó con un gemido apenas Hoseok estimulaba su clítoris.
Lex no lo soportó y quitó la mano del chico para girarse y comenzar a quitarle la ropa.
Levantó el borde de la camisa del chico y este levantó los brazos, ayudándole a quitarla con desesperación, junto sus labios con los de él mientras iba pasando las uñas delicadamente por su trabajado abdomen y de paso, detenerse en el cierre del pantalón.
Se separó de él y mordió su labio inferior al ver como Jay lamía los dedos que con anterioridad paseaban por su intimidad, con una expresión tan erótica que sintió sus piernas temblar.
Hoseok observaba el cuerpo de la pelinegra y se sintió afortunado al ver que estaba perfectamente a su gusto, pechos ni grandes ni pequeños, una cintura pequeña y piernas delgadas pero con un trasero precioso e ideal.
Cuando menos se dio cuenta ya estaba en boxers mientras la mano de la chica jugaba con el elástico de estos y sonreía al ver que su amigo ya estaba mucho más despierto que antes, dejando ver su generosa erección.
—¿Tanto te gusta lo que ves? —habló Lex con una sonrisa; no podía mentir que ver como su pene despertaba con solo observar su cuerpo afectó positivamente a su autoestima.
De un tirón bajó la única prenda que tenía y Hoseok ya se encontraba felizmente desnudo frente a Lex.
Con una sonrisa levantó a la chica y la dejo caer con cuidado bocarriba en la cama, no tardó en tumbarse sobre ella mientras descansaba su peso en sus brazos y con su boca devorado la suya.
Su cuerpo estaba tibio y deliciosamente marcado. Lex correspondió desesperadamente a su beso mientras sus manos se paseaban por todo su pecho y abdomen.
—¿Estas segura que quieres hacer esto? —dijo entre beso y beso.
—¿Tú que crees?
Hoseok sonrió y comenzó a bajar por su quijada, dando besos húmedos mientras sus manos recorrían las curvas de Lex.
Besó su cuello y bajó por su pecho y abdomen, besando y recorriendo la piel con la punta de su lengua hasta que llegó a su parte favorita.
Lex sintió como su intimidad de humedecía más cuando Hoseok tomó la tela de sus bragas con sus dientes y mientras la miraba a los ojos deslizaba la tela por sus delgadas piernas.
Él regreso a los gruesos labios que tanto le gustaban pero recibió unas palmaditas en su pecho.
Hoseok captó y se acostó justo a su lado; sin perder el tiempo Lex lo montó y comenzó a frotarse a lo largo de su erección, se inclinó besándolo nuevamente con desesperación y contuvo un leve gemido cuando las manos del castaño se presionaron firmemente en su cintura, marcando un ritmo.
—¿Quieres que sea suave? —Negó repetidas veces.
Regresó a sus labios mientras una de sus manos abandonaba su cintura, para ahora guiar a su miembro a su entrada, pero solo se ganó un manotazo de parte de Lex mientras alejaba con brusquedad su entrada de su pene.
Hoseok la miró con confusión deteniendo el beso. — ¿Te lastimé?— Negó con la cabeza, mordiendo su labio inferior.
La pelinegra de acercó lentamente a su oreja —No tan rápido bebé —Lamió y mordió su lóbulo, mientras gemidos ahogados salían de su garganta.
—No me tortures Lex, te quiero coger ya —dijo con una voz más grave de lo normal, acariciando su espalda.
La chica se paró de la cama y Hoseok se levantó de inmediato.
—¿Hice algo que te molestara o lastimara?
¿Me va a dejar así? Era la verdadera pregunta
Ella se puso de rodillas junto a la cama y sacó la lengua de forma provocativa, esperando que «Jay» entendiera la señal.
Los ojos de Hoseok se obscurecieron y con una sonrisa ladina rápidamente caminó hacia ella, juntó su largo y oscuro cabello en una coleta mientras ella ya lamía la cabeza de su pene y solo introducía esta a su boca.
Comenzó a dar pequeños besos por toda su longitud mientras acariciaba sus testículos, torturando al castaño que se encontraba con la cabeza hacia atrás, soltando graves gemidos, disfrutando el placer que recibía.
Cada beso comenzó a ser más intenso, dejando zonas húmedas para después volver a dar solo piquitos.
Apenas Hoseok la miró a los ojos comenzó a lamer toda su longitud con brusquedad, de abajo hacia arriba una y otra vez, estudiando la cara de placer del chico.
Su mirada cambió al ver como lamía las gotas del líquido pre-seminal que salían de su glande, y cuando Lex apenas escuchó un grave "oh fuck" y sintió que su respiración cada vez más rápida, sin pensarlo dos veces metió toda la longitud de golpe a su garganta, ganándose un gemido involuntario de su parte mientras maldecía.
—Mierda Lex, me vas a volver loco —Siguió succionando su pene hasta donde su garganta podía y tratando de respirar hondo por la nariz.
—Hazlo Jay —La pelinegra alejó un poco la boca de su miembro y lo comenzó a masturbar con ambas manos, mirándolo a los ojos —Sé que quieres coger mi boca —Y Hoseok vio estrellas al sentir como la húmeda boca de la chica succionaba cada uno de sus testículos mientras sus manos seguían masturbando su miembro.
Dejó sus testículos para recorrer con su lengua toda su longitud, preparándose para lo que quiso que el castaño hiciera apenas lo vio en el bar.
Hoseok jaló delicadamente la coleta que él mismo hizo para separarla de su pene.
—¿Te gusta tanto el sabor de mi pene? —Lex asintió mientras abría la boca —¿Quieres que folle tu linda boca, bebé? —La chica asintió de nuevo. Hoseok con su mano libre tomó su pene y lo paso por sus mejillas dando leves golpes —No te escucho.
—Hazlo —Lex sintió sus piernas humedecerse mientras abría la boca.
—Puedes decirlo mejor —Lex volvió a gotear por el tono de Hoseok, y aún más cuando él metió su pene de una estocada en su boca y lo sacó por completo —No te escucho Lex.
—Coge mi boca Jay, por favor —Hoseok se arrepintió un poco por no haberle dicho su verdadero nombre.
Lo único que quería escuchar era su nombre en los labios de la chica.
—Hoseok —Corrigió—Gime mi nombre bebé.
—Cógeme Hoseok, por favor —Su voz se escuchaba necesitada y sin dudar comenzó a acariciar su feminidad, gimiendo mientras él nuevamente pasaba su pene por su rostro.
Metió su pene con fuerza hasta el fondo, cerró los ojos mientras trataba de no ahogarse.
—Mírame mientras follo tu boca —Dijo apenas sacó completamente su miembro.
Lex abrió los ojos, recibiendo otra estocada y un grave gemido por parte de él.
—Mierda —Tomó con ambas manos la coleta de la chica y comenzó a embestirla completamente, dándole momentos para respirar y dejándola toma el control de vez en cuando.
Apenas se sintió cerca, levantó el cuerpo de Lex y la recostó de nuevo en su cama y comenzó a masturbarse sobre su cuerpo. Sus rodillas estaban junto a su cintura y Lex juntaba sus pechos y lamía sus labios esperando a que Hoseok se viniera sobre ella.
Después de segundos Hoseok gimió grave al ver como su semen yacía en los preciosos pechos de la chica.
Se inclinó un poco y tomó una de las toallitas para limpiar su semilla del cuerpo de Lex, pero con rapidez ella tomó con su dedo un poco de este y lo metió a su boca.
—Te haré sentir muy bien —Terminó de limpiarla y lanzó la toallita a un cesto junto a la cama.
Se acomodó y jaló sus piernas, ahora con su erección rozando su deliciosa entrada y se inclinó juntando sus pechos y besó nuevamente sus labios, sus lenguas se acariciaban y mordía su labio inferior de vez en cuando, ganándose gemidos involuntarios.
Hoseok bajó por su cuello, lamió y besó sus clavículas mientras su mano derecha bajaba lentamente a su entrada.
Su boca llegó al centro de sus pechos y sus dedos llegaron a su vagina, succionó uno de sus pezones y sus dedos separaron sus pliegues.
Lex no pudo aguantar sus gemidos al sentir la húmeda lengua de Hoseok acariciar la punta de su pezón y sentir sus largos dedos resbalarse por su feminidad.
—Ho-Hoseok por favor —Gimió al sentir cómo él mordía levemente su pezón y buscar el otro para hacer lo mismo, todo sin dejar de masturbarla.
Succionaba, mordía, lamía, moldeaba y torturaba deliciosamente sus pechos sin ignorar su feminidad.
Jamás había estado tan mojada, jamás se había percatado lo mucho que podía llegar a excitarse hasta que llegó Hoseok.
La boca del castaño después de saborear y jugar con los pechos de Lex por largos minutos siguió bajando hasta llegar a su monte de venus, abrió más sus piernas y besó con lentitud cada uno de sus muslos, desesperando cada vez más a Lex.
—Por favor —Hoseok apenas escuchó su voz llena de excitación y percató sus mejillas levemente sonrojadas no lo soportó más, besó y maltrató sus pliegues, penetró su entrada con la lengua y Lex pasó una de sus manos por su cabello mientras la otra acariciaba uno de sus pechos y soltaba fuertes gemidos.
Lex comenzó a mover sus caderas, prácticamente restregándose contra la boca de Hoseok mientras este la miraba a los ojos y sacaba su lengua una y otra vez.
Ella arqueaba su espalda y gemía como nunca al sentir como Hoseok metió dos dedos y seguía lamiendo su clítoris con velocidad.
Segundos después separó su boca de su feminidad y sacó sus dedos de su interior para separar sus labios y lamer todo lo largo de su intimidad.
—Me voy a venir Hoseok —dijo entre gemidos y acariciando su suave cabello, él sonrió en su clítoris y la penetró de nuevo con su lengua.
Lex soltó un gemido/grito y Hoseok bebió todos sus jugos y -sabiendo que aún estaba sensible- siguió pasando su lengua delicadamente entre sus pliegues.
La chica aun gimiendo, sin dudarlo sacó uno de los condones del paquete que yacía en el buro, lo abrió y se lo pasó a el chico.
Hoseok agradeció con la mirada y en solo segundos se lo puso.
Regresó sus dedos a su entrada y casi con violencia la comenzó a penetrar con dos dedos, Lex se sentía en el cielo y sus gemidos lo hacían obvio. Él de nuevo de inclinó juntando sus lenguas mientras ella gemía en su boca y arqueaba su espalda ante lo que los dedos de Hoseok la hacían sentir.
Sentía que iba a morir de placer pero su expresión cambió y en sus labios se formó una perfecta "o" cuando sintió que el pene de Hoseok entró de una solo estocada.
Gimió casi desgarrando sus cuerdas vocales mientras sentía como el enorme miembro de Hoseok la penetraba dando firmes y profundas estocadas.
—Ho-Hoseok —Gimió su nombre mientras que él tomaba más velocidad, se volvieron a besar de manera más erótica y arqueó su espalda mientras Hoseok succionaba su lengua.
Lex cambió su posición y se apoyó sobre sus rodillas, dejándose caer sobre con colchón mientras con su mano derecha frotaba su hinchado clítoris, invitando a Hoseok a entrar de nuevo.
Hoseok -con sus ojos brillando ante semejante vista- metió tres dedos en la rosada entrada de la pelinegra mientras ella seguía frotando en forma circular su clítoris.
Sonrió triunfalmente al sentir lo increíblemente húmeda que estaba y sin aguantar más frotó la cabeza -cubierta- de su pene en su entrada repetidas veces.
—Cógeme —Sintió su pene palpitar aún más al percatarse lo bien que se le daba esa posición.
Su abdomen tocaba la cama casi por completo y su trasero estaba deliciosamente elevado, mordía su labio inferior con violencia mientras su mejilla derecha se apoyaba en la cama.
Respiró hondo y esta vez la penetró con menos brutalidad, metió con lentitud su pene, dejando que Lex se acostumbrara a su longitud y apenas recibió un asentimiento por parte de ella, fue tomando velocidad.
—¡Más! Oh Dios más...más...
Obedeció y tomó velocidad —Estas tan estrecha —Tomaba su cintura con ambas manos y de vez en cuando besaba lo largo de su columna.
Los dos gemían al unísono y el cuarto se llenó de sonidos obscenos pero sobre todo eróticos.
—¡Sí! ¡Sí! ¡Ahí! —Lex tembló cuando Hoseok encontró su punto dulce y la penetraba con más fuerza y profundidad. Hoseok sonrió y aumentó aún más su velocidad.
Los sonidos de sus pieles chocando y sus ruidosos jadeos y suspiros hacían que Lex se excitara aún más. Y se podría decir lo mismo de Hoseok.
La vista era magnífica.
Minutos después Lex llegó por segunda vez a su preciado orgasmo y Hoseok siguió embistiendo hasta llegar a su segundo. Minutos –o segundos- más tarde Hoseok estaba sobre el cuerpo de Lex y sonreía mientras retiraba en cabello de su cara y besaba sus labios, aún dentro de ella.
Sin duda era el mejor sexo que alguna vez habían experimentado.
Hoseok salió de ella y un último gemido de escuchó, se retiró el condón, le hizo un nudo y lo tiró al cesto, se acostaron uno frente al otro apoyando sus cabezas a la almohada y sonrieron.
—Ten —Le tendió la cajetilla de cigarros y un encendedor, Hoseok aceptó uno con una sonrisa y ambos se recargaron en el respaldo de la cama.
—Un cigarro sabe mejor después del sexo ¿no? —Dijo para después prenderlo y devolverle el encendedor.
Lex asintió mientras pasaba por la flama la punta del cigarro y daba una calada.
—Oh, el cenicero está a tu lado —Señaló el pequeño mueble junto a su cama y Hoseok sonrió en respuesta — No sé qué hacer después del sexo casual, así que ¿quieres una cerveza?
Rió — Yo tampoco sé, pero claro, no estaría mal —Con una sonrisa Lex buscó su vestido con la mirada, asomándose a los costados de la cama y frunciendo el ceño — ¿Estás buscando tu vestido verdad? —Asintió —Ten mi camisa, por mientras —Tendió su camisa roja a la pelinegra y esta agradeció, dejó su cigarro en el cenicero y se paró de la cama completamente desnuda con Hoseok a su espalda disfrutando la vista — ¿Y si mejor no te pones nada?
Lex soltó una risita y se colocó la camisa de Hoseok que le llegaba a un poco más abajo de su trasero.
Tomó su cigarro y se fue de la habitación en busca de algo para beber, tomó una cerveza de vidrio y un bote de agua para llevarlos con ella a la habitación.
—¿Esta bien esta marca? —dijo Lex mientras entraba a la habitación levantando la cerveza.
Hoseok asintió y colgó su celular por segunda vez.
— No hay taxis a esta hora y Seokjin no contesta —Dio otra calada a su cigarro y lanzó su celular a alguna parte de la cama.
—Puedes quedarte y mañana te llevo —le entregó su cerveza y volvió a meterse en la cama tapando solo sus piernas con la sábana.
—¿Enserio?
—Claro, más tarde tengo que recoger a Kookie de todos modos, así que me queda de paso, y además no es como que si fueras un desconocido, si eres amigo de Jinnie y Kookie también eres mi amigo.
—Te lo agradezco mucho —Dejó el cigarro en el cenicero y la cerveza a un lado para besarla.
Lex dejó su cigarro en el cenicero y respondió gustosa a sus besos.
¿Cómo puede besar y coger tan bien?
El beso no era tan erótico como los anteriores, Hoseok estaba ligeramente inclinado sobre ella mientras Lex pasaba sus dos brazos por el cuello del chico y con una mano acariciaba su cabello.
Después de veinte minutos de solo besos y risitas se separaron un poco y Hoseok por fin tomó su cerveza.
—¿Se calentó? ¿No quieres que te traiga otra?
—Me la diste casi congelada, así esta perfecta.
Lex sintió sus mejillas tomar rubor cuando el chico sonrió. Su cabello ligeramente alborotado y sus labios hinchados y maltratados lo hacían ver -como su fuera posible- aún más guapo.
Los pensamientos de Hoseok eran bien parecidos, la chica con largo cabello se veía como una diosa en sus ojos, la imagen que tenía de ella con su camisa y con sus gruesos labios más hinchados aún la hacían ver preciosísima.
Cuando menos se lo esperaban y después de varios cigarros y pláticas, Lex ya estaba apoyada en el pecho desnudo de Hoseok con sus piernas entrelazadas.
Después ya dormían plácidamente en cucharita, con sus respiraciones tranquilas.
///
El primero en despertar fue Hoseok; hizo una mueca cuando una alarma resonaba en la habitación pero su humor mejoró cuando mirada se enfocó en el cuerpo delgado y desnudo que estaba despertando a su lado.
—Buenos días —Dijo Hoseok sentándose en la cama y a la vez tallando sus ojos.
—Son las cuatro de la tarde —Lex apagó la alarma y sonrió mientras también se sentaba en la cama —¿Por qué estoy desnuda? —Rió nuevamente.
—¿No recuerdas nada de anoche?
—Créeme que lo recuerdo muy bien, pero ¿No tenía tu camisa puesta?
—Creo que te la quitaste, pero estas mejor así —Lex soltó una pequeña carcajada y volvió a colocarse la camisa.
—Me iré a dar una ducha, tienes dos opciones: acompañarme o ir comer lo que sea que tenga en el refrigerador.
Tomó y levantó la caja de condones —Ya sabes mi respuesta.
///
Después de un round más en la ducha y una pizza invitada por Hoseok en "agradecimiento", ambos ya estaban montados en el auto en camino a casa de los chicos.
Una llamada interrumpió su plática y Lex puso la llamada de Kookie en speaker.
—Ya estoy listo Noona ¿Vienes en camino? —Hoseok despistadamente escuchaba cada palabra que decía la voz de Jungkook o la de cualquiera que estuviera de fondo para encontrar pistas del nombre de la pelinegra.
Por tantas cosas que habían sucedido olvidó completamente preguntar su nombre o algo sobre ella aparte de su edad.
Pero bueno, de todos modos podía acosar a Jungkookie o a su hyung.
—Sip, ya voy llegando ¿Seokjin oppa también vendrá?
—No— dijo seco —Quiero pasar tiempo contigo, siempre estoy con mis hyungs.
—Esta bien, está bien, llego en tres minutos, adiós Kookie.
—¡Adiós noona! — Apenas iba a colgar pero se escuchó la voz de Seokjin —¿Estás hablando con M— y la llamada terminó.
Puta suerte
Llegaron en exactamente tres minutos, ambos bajaron del carro y Lex se recargó en este mientras Hoseok se dirigía a su puerta.
Hoseok paró el paso, respiró profundo y tomando valentía regresó con la chica.
—Déjame seguir comunicándome contigo, enserio quiero tu número —Ella no podía negar lo mucho que estaba atraída por Hoseok y asintió tratando de disimular su felicidad mientras tomaba el celular que el castaño le tendía —Soy Jung Hoseok— Sonrió y la pelinegra -sin escribir el nombre del contacto- escribió su número y le regresó su celular —¿Te guardo como Lex, Emma? ¿O me darás tu nombre?
—¿Por qué no se lo preguntaste antes a Jungkook o a alguno de tus amigos?
—Porque lo quiero escuchar de tus labios.
Soltó una risa nasal y sus mejillas se ruborizaron un poco, mandando a la mierda todo el esfuerzo por evitar demostrar su felicidad.
Sonrió nuevamente, sin importar que sus mejillas ya estaban levemente rosas y carraspeó levemente—Sae, soy Lee Sae Hye.
Mordió el interior de su mejilla y sonrió victorioso —Te llamaré, Saehye.
—Te estaré esperando, Hoseok.
Él dejó un casto beso en sus labios y tratando de escapar chocó con Jungkook en la entrada.
El menor soltó una risa -de entre burla y diversión- y se dirigió a su noona.
—Aún no me acostumbro a tu cabello negro, lo prefiero miel.
—Pero se ve lindo— Habló mirando a la puerta.
Jungkook juntó sus cejas al recibir poca atención y volteó, mirando hacia donde ella — ¿Por qué Hoseok se ve emocionado? —Dijo mirando a su hyung mientras se observaba por la puerta abierta como saltaba y reía por la entrada mirando -con las mejillas levemente rosadas- su celular.
—Supongo que porque dije mi nombre y tiene mi número.
—¿Pusiste en práctica eso de ponerte nombres o como se diga?
—Sip, y salió bien, te lo recomiendo.
—Hoy seré Justin Seagull —Dijo con dramatismo y Saehye soltó una carcajada que captó la atención de Hoseok, que, al percatarse que la puerta estaba abierta, corrió a cerrarla con un sonrojo más intenso —yyyyy... ¿te cogiste a Hoseok o él te cogió a ti?
—Súbete al carro idiota.
///
Yoongi frunció el ceño al ver a Hoseok más feliz de lo normal.
—¿A qué hora llegaste? —Hoseok pegó un salto del susto al ver a su hyung salir de la nada.
—¡Hyung! Me asustas —Llevó sus manos a las rodillas y regularizó su respiración —¿No leíste los mensajes de ayer? —Negó —¿Recuerdas la chica del bar?
—¿Sae?
—¡¿Sabías su nombre?!
Asintió —No la reconocimos porque se tiñó el cabello, además todos le decimos por su apodo, es la amada noona de Jungkook. Viene de vez en cuando.
—¿Le hablas?
Asintió —Es muy amable, ella no se enoja cuando me voy de las reuniones, dice que me entiende.
—¿Dijiste "amada noona"? ¿A Jungkookie le gusta? —Yoongi negó —Menos mal, porque me gustó Sonrió pero segundos después captó algo importante —Espera, ¿cómo que viene de vez en cuando?
—¿Nunca nos escuchaste decir MingMing? —Asintió —Ese es el apodo de Saehye, le decimos así porque es muy cariñosa.
—¿Quieres decir que ha venido muchas veces?
—Creo que la mayoría fue cuando aún no regresabas de Gwangju, o cuando estabas en clases, fue cuando se hizo más unida con Jin y Jungkook.
—¿Te gustó MingMing? —Seokjin bajó las escaleras y escuchó las voces de sus amigos.
—Sí hyung, o bueno, tal vez es muy rápido para afirmarlo, pero definitivamente la quiero volver a ver. ¿Debería llamarla?
—¿Te dio su número? —Asintió —Wow, eso es raro en ella, pero llámala en dos o tres días, es mi mejor amiga, sé lo que te digo.
Hoseok después de poner una pose triunfal, juntó sus cejas y asintió decidido —Tienes razón hyung, ¡gracias!
—De nada Hobi, pero ya ve a cambiarte.
El castaño asintió con una sonrisa y subió las escaleras con rapidez.
—¿Enserio lo vas a ayudar? —Yoongi miró interrogante a Seokjin.
—Conoces a Sae, nosotros fuimos quienes le convencimos de hablar con Hoseok, apenas lo vio en el bar se apendejó, ahí fue cuando Jungkook y yo notamos que también ustedes estaban ahí.
—O sea ¿A MingMing le gustó mucho?
—Es lo más probable, y Hoseok es un buen chico, son tal para cual.
—Me voy a acostar —Yoongi se giró para salir pero la voz de Seokjin lo hizo pararse.
— ¿Cuándo será el día en que tú de–
Yoongi agitó la mano derecha frente a Seokjin —MingMing no me diría nada, aprende de ella.
Seokjin blanqueó los ojos y justo cuando iba a hablar una voz le interrumpió.
—¿NI SIQUIERA UN MENSAJE HYUNG? —El gritó de Hoseok mejoró considerablemente el humor de Seokjin y trató de contener su risa para contestar.
—¡NO HOSEOK! ¡NI QUIERA UN MENSAJE! ¡TEN PACIENCIA! —Soltó un suspiro cuando Yoongi lo mandó callar, ya que estaba acostado en el sillón con cara de disgusto pero con sus pequeños ojos cerrados.
180715 - 190104
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