Arcoíris...

Cuatro años después.

Durante el tiempo transcurrido en ese período fue bastante difícil para la pequeña Woolsburg adaptarse en todos los aspectos posibles; sin embargo nunca estuvo sola , el apellidado Karlisle siempre estuvo apoyándola lo cual significó mucho para la infante,  apoyo y comprensión fue lo que siempre quiso por parte de familia y aunque tardó un poco, al fin lo tenía con el peliverde.

Como era de esperarse la prensa y los medios no tardaron en divulgar información  , tanto falsa como verdadera, a ellos no les importaba en absoluto difamar a la ahora expulsada de la familia.

Pero existía algo o mejor dicho alguien que no se quedaría de brazos cruzados; los Woolsburg olvidaban con quién estaban tratando, si deseaban quebrantar a alguien el efecto sería reversible. El ser uno de los tres más grandes empresarios a nivel mundial tiene muchas ventajas , entre ellas eliminar a personas que te desagradan.

Fueron muchos los planes que tenía Silas para esa basura de familia, no estuvo demás en que había pensado en eliminarlos de la faz de este planeta y lo habría hecho de no ser por alguien; su ex- hija.

A pesar del daño que le causaron la pequeña se negaba a hacerle daño a su antigua familia.  Era cierto que la trataron de la peor manera posible, pero , ellos le dieron un hogar aunque fuera por poco tiempo , ellos se tomaron la molestia de adoptarla y criarla.

Ahora comprendía el porque los niños son tan importantes en esta mierda de mundo; hasta el menor acto de inocencia por parte de ellos puede hacer cambiar la mentalidades de una persona.

[...]

El día había llegado y con ello la rutina debía ser empezada; los rayos del sol tocaron a la ventana de la ahora adolescente Woolsburg y lentamente comenzó a abrir sus ojos verdes color césped.

Se estiró y dió un pequeño bostezó, había dormido plácidamente. Después de cuatro años por fin podía dormir sin tener pesadillas con respecto al trauma que sufrió cuando tenía diez; y eso fue gracias al apoyo de aquel joven hombre.

Segundos más tarde llamaron a la puerta de su habitación; y con un " adelante" de parte de la de cabellos plateados, la servidumbre entró a su zona de privacidad.

— Buenos días mi lady, aquí le traigo sus ropas escolares.—

— Está bien Esmeralda, ya te he dicho que no debes hablarme de usted, trátame como una amiga.—

— Lo siento pero no puedo, usted debe ser procurada como tal—

Aunque ya llevaba cuatro años viviendo en esta mansión seguía sin poder acostumbrarse a que la trataran de esta forma.  En su familia jamás la habían tratado con tanto respeto, de hecho la ignoraban y era tratada como un animal callejero.

—Señorita me retiro, si necesita algo por favor hágamelo saber.—

— ¿Eh? S-si claro, muchas gracias.—

Minutos más tarde por fin salió de su habitación ya vestida con su uniforme escolar; cursaba tercero de secundaria y dentro de poco se graduaría con honores. Tenía pocos amigos debido a la reputación que se hizo por ser "la oveja negra de la familia Woolsburg", sin embargo había una que otra persona que no se dejaba llevar por lo que puedes o no aparentar y eso hacia que su corazón se alegrará.

—Señorita Woolsburg, ¿No tiene pensado desayunar?—

— No, quedé de verme con mis amigas en la cafetería antes de clases.—

—Pero el señor Karlisle se molestará si no come algo.—

De repente frenaste de forma brusca, lo meditaste por unos segundos y sentiste un escalofrío; no querías hacer enojar a Silas , por experiencia propia sabías que aquel peliverde era un demonio cuando se enojaba.

— ¿Po - podrías darme un batido de fresa por favor?—

—Claro en unos momentos estará listo.—

[...]

— Así que después de todo decirte desayunar por miedo a Silas , ¿Verdad?.—

— N-no te burles—

— Bueno después de todo es comprensibles, dentro de un futuro se casarán y tendrán muchos hijos.—

—  ¡¿¡¿Qué estás diciendo?!?!—

Tu corazón latía a mil por hora, era una sensación inexplicable ; tus mejillas estaban rojas y tú cuerpo por alguna extraña razón comenzó a temblar.

Maldita sea la hora en la que tú amiga mencionó que te casarías con ... Al diablo, mejor concéntrate en tus clases.

Mientras iban rumbo al salón de clases una oleada de alumnos se dirigió rápidamente a su salón de clases; y eso era muy extraño , a menos de que hubiera un anuncio sobre algún premio o algo por el estilo, de lo contrario no habría tanta multitud rodeando aquel salón.

—¡No puedo creerlo Emily Woolsburg está en nuestra escuela!

— Estará en el salón 3-C , que envidia.—

—Escuche que dentro de poco sacará una línea de productos cosméticos .—

En ese momento sentiste que tú corazón dejó de latir; quedaste completamente paralizada . Y sentiste que tus ojos comenzaban a picar, punzadas se hacían presentes en tu pecho causándote un dolor insaciable a tal grado que casi caes al suelo de no ser porque tus amigas te sostuvieron antes de aquel impacto.

— [      ]  , ¿ Te sientes bien? , ¿Quieres que te llevemos a la enfermería?—

— N-no solo sáquenme de aquí antes de que ella me vea.—

— Ella ¿Quién?—

— Les explico después solo por favor llévenme lejos de aquí.—

[...]

— Ya veo, por eso te pusiste pálida.—

—Tranquila estoy segura de que todo saldrá bien—

— Además ella no sería capaz de hacerte algo, de lo contrario la multitud la atacaría a ella.—

— Puede que tengas razón, de cualquier forma me mantendré fuera de su vista.—

Aunque ya te sentías mejor físicamente, sentías un dolor en una parte de tu ser. Tenías miedo y sentias que la voz no te salía por el nudo en la garganta. No deseabas problemas y mucho menos querías tener otro trauma , ya era suficiente con el que habías tenido hace cuatro años y que , difícilmente lograste salir de aquel trance.

Cuando entraste al salón de clases con ayuda de tu bolso y tus amigas, lograron llevarte hasta tu asiento sin que Emily se percatara de tu presencia. Tan pronto terminarán las clases , saldrías despavorida  de este edificio y regresarias a casa.

🌺Parte 2 de 3🌺