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Rantaro sería el tipo de novio que se pondría celoso si te ve cercas de wakiya...

Te encontrabas estudiando en la biblioteca ya que muy pronto serían los exámenes, aunque eras una alumna sobresaliente no pasaba de más estudiar un poco.

Tu mejor amigo wakiya también era un buen alumno, sólo que tenía algo de problemas con matemáticas. No era su fuerte, de hecho odiaba esa materia.

Llevabas más de una hora intentando de explicarle a wakiya el teorema de Pitágoras, pero el burro no entendía ni madres.

Wakiya, ¿Estás escuchándome cierto?— lo miraste algo irritada.—

Eh...ah, si claro la política.— habló sin mirarte ya que tenía la vista puesta en su celular.—

Viejo, estoy aquí intentando enseñarte y tú no me haces caso, tu pinshi novia puede esperar >:v.— gritaste enojada , a lo cual todos los que se encontraban en dicha habitación te chuchearon.—

No me callen >:v.— te cruzaste de brazos y miraste de forma diabólica a la rubia histérica.—

¿Te digo la razón por la cual estoy aquí?— habló de forma desinteresada.—

Dime.— no tenías más que perder excepto tú limitada paciencia.—

Me gusta poner celoso a Rantaro :v.— señaló detrás tuyo a un sujeto que escondía su cara en un manga.—

¿Pero qué?— te acercaste y quitaste aquel manga del rostro del tipo, y efectivamente era tu novio espiándote.—

Hola bombón.— te saludó nervioso, al juzgar por la cara que tenías estabas muy muy enfadada.—

Ustedes dos bestias, me hicieron perderme el capítulo de mi anime favorito!!— los tomaste de las orejas a ambos y los arrastraste por toda la escuela hasta llegar a la azotea.—

Una [   ] enojada se encontraba viendo a ese par de rubios de una forma grotesca, que hasta el mismo diablo saldría corriendo.

¿[   ]? — te llamó el de apellido Kiyama mientras abrazaba al ojiazul.—

Mujer relájate.— decía el apellidado Murasaki—

Me hicieron perderme a mi hermoso husbando, eso no tiene perdón de Dios.— empezaste a caminar lentamente hacia ellos.—

Te compraré los mangas que quieras pero déjame vivir.— suplicó el wey de tu novio.—

Ok.— tu humor dió un giro drástico, de ser una asesina sedienta de sangre pasaste a una chica tranquila y amable.—

De cualquier forma, estar enfrente del televisor todo el día aumentaría tu peso, ¿No quieres ser más gorda o sí?— Rantaro miró mal a su amigo, había hechado a perder todo.—

Los mató no me importa ir a prisión.— un aura negra apareció detrás tuyo.—

Corran perras  corran !!