Inseguridades...

— Oh cariño vamos, no estés molesta conmigo.—

Sin embargo una molesta y gruñona [     ] estaba de brazos cruzados intentando no caer en los encantos de su novio. Por una vez en su relación no cedería tan fácilmente.

— Ya sé que te hice la promesa de pasar más tiempo contigo, pero me sucedieron un par de incidentes .—

Si bien Fubuki era muy conocido por ser una persona seria y muy cabeza dura, pero todo eso se venía abajo cuando su princesa le pedía algo con su enigmática dulzura. Era como si ella fuera la titiritera y el rubio fuera uno más de sus tantos títeres.

—Sabes que no me gusta que estés así conmigo; mi hermosa bebita , ¿Puedo hacer algo para recuperar tu amor?—

Ésto último lo susurró en tu oído provocando un estremecimiento por parte tuyo; debías admitir que Fubuki era muy pero muy convincente siempre obtenía lo que él quería sin ningún esfuerzo. Conocía cada parte de ti, tus debilidades y fortalezas y cada uno de tus gestos.

En ocasiones eso te hacía sentir un poco mal; él sabía básicamente todo de ti, pero tú en cambio conocías muy pocas cosas de él. Comenzabas a pensar que en esta relación tú eras la que menos le dedicaba tiempo .

—O-oye Fubuki —

El mencionado te miró de forma atenta mientras se acercaba y ocupaba un lugar en aquel sillón rojizo, tomó tu mano y sin previo aviso dió un beso en ésta.

—¿Crees que no estoy poniendo mucho empeño en nuestra relación?—

—¿ De qué hablas?—

— Bueno... Creo que soy yo quien no se toma la molestia de dedicarle tiempo a lo nuestro—

— No seas tontita, ambos tenemos nuestras propias cosas y el que no siempre podamos estar juntos; no significa que no le dediquemos tiempo a nuestro amor.—

En cuestión de segundos, sentiste como una mano del de ojos rojizos se deslizaba por tu cintura provocando un sonrojo en tus mejillas.

Aquel rubio estaba complacido , el verte así de linda y frágil le provocaba diversas emociones. Pero la que más predominaba era el poder brindarte protección, por lo que siempre era un tanto sobreprotector contigo y era bastante normal; eres su princesa y haría lo que fuera por procurar tu bienestar.

— ¿Significa que estoy perdonado?—

— Sí, solo si me haces spagueti.—

— Sabía que no sería tan sencillo obtener tu perdón.—