Situación vergonzosa.

Pedido por : Yanale46785

Akira Yamatoga es un chico muy alegre y con una personalidad magnética, la mayoría de las chicas morirían por pasar un día con él.

Sin embargo él solo tenía interés en una chica, su nombre era [   ] . Desde hace un buen tiempo comenzó a sentirse atraído por la bella adolescente, sólo que aún no sabía cómo acercarte a ti sin demostrar que te estaba coqueteando.

El timbre sonó y dio la señal de que las clases por fin habían terminado, una hermosa oji [   ] terminaba de acomodar sus cosas en su casillero. Había tenido un día muy pesado y lo único que quería hacer era dormir.

Por otro lado un pelirosado se encontraba impaciente, hace cinco minutos su linda [   ] debió haber salido. Sé lo que van a decir "eres un acosador" , pero yo lo veo de otra forma, soy su ángel guardián y debo cuidar de ella a toda costa.

Pasaban los minutos y la chica aún no salía de edificio, definitivamente algo estaba mal.

El ojirosa volvió a la escuela en busca de su amada, buscó por todas partes pero aparentemente no había pista alguna de ella. Era como si la misma tierra se la hubiera tragado.

Pero un "click" se encendió en su cabeza, no había revisado los salones de pintura, a ella le encantaba la pintura y cuando se sentía triste se quedaba un buen tiempo y luego se iba a casa.

Rápidamente llegó al sitio ya mencionado, y con una patada abrió la puerta dejando ver a una [   ] sorprendida por el acto del chico.

¿A-akira? ¿Qué haces aquí?— dijo haciendo a un lado aquel lienzo donde pintaba.—

¿Tú qué haces aquí?, La escuela ya terminó deberías estar en casa.— regañó a la de cabellos [   ] , se acercó a ella y miró lo que pintaba.—

Es muy lindo, capturaste la esencia del atardecer.— decía fascinado el de apellido Yamatoga.—

Te lo agradezco.— dibujó una hermosa sonrisa ocasionando que el presente se sonrojara.—

¿Haz considerado en ser pintora o algo de la rama del dibujo?— preguntó tratando de sonar normal, ya que en su interior estaba que moría de nervios .—

No lo sé, mis abuelos quieren que sea una reconocida empresaria, podría pintar pero sería como un pasatiempo.— aquel rostro de felicidad se había cambiado por uno de tristeza.—

No debí haber dicho eso, lo lamento.— se disculpó el chico, olvidó por completo que tus padres habían muerto cuando solo tenías cinco años, por lo tanto quienes se encargaron de criarte fueron tus abuelos.—

Descuida, me gusta revivir aquellos recuerdos, es irónico ¿No?.— llamaste por completo la atención de Akira al escuchar tu voz quebrantada.—

Mi abuelo quiere que sea quien dirija la empresa de la familia, y mi abuela quiere que estudie lo que a mí me gusta. Intentan cuidar de mí y lo agradezco, pero...

¿[   ]?— te llamó aquel ojirosa, quien después de todo era él único que si te escuchaba, y era el único que deseaba verte feliz sin importar lo que eligieras.—

Lo siento, no quise preocuparte.— diste un suspiro agotado, y cambiaste de aire, no deseabas pensar en ello por ahora.—

¿Quieres ir por un helado?— tomó tus manos y te miró con mucha gentileza.—

De acuerdo, solo déjame llevar mi mochila y nos vamos.— sin embargo el pelirosa te detuvo y negó con la cabeza.—

Yo lo hago tú espera en la puerta.— se encaminaba rumbo al lugar donde se encontraba tu mochila, pero en un descuido tropezó y de no ser por ti se hubiera dado en el borde de la mesa, pero como consecuencia terminó encima tuyo.—

A-akira.— lo llamaste sonrojada.—

¿Si?

Tu- t-tu mano.— dijiste volteando tu mirada, él no entendía lo que querías decirle hasta que observó que su mano estaba apretando uno de tus pechos.—

Un color rojizo invadió por completo el rostro del chico, rápidamente te ayudó a ponerte de pie y se separó de ti.

L-lo siento, no quise hacerlo.— se disculpó sin dirigirte la mirada , la vergüenza que sentía le impedía verte al rostro.—

No fue tu culpa, solo vayamos por el helado y hagamos como que esto nunca paso.— tomaste su mochila y la mano del chico y salieron en busca de aquí postre helado.—

Espero que te guste amiga!!!