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Poción de amor|•

En un lugar muy frío algo lúgubre y solitario vivía una pequeña bruja.
Rachel era el nombre de ella un hermoso cabello de hilos dorados, fino y sutil; unos ojos que proyectaban la misma tristeza del mar y por supuesto una infinita soledad esperando ser calmada, en pocas palabras ella era así, calmada triste y algo solitaria.

En su bolsa, solía llevar una botella la cual los aldeanos vecinos del bosque murmuraban que con el líquido de esta cualquiera era capaz de enamorar a quien sea que oliera el líquido de la botella.

Gracias a ello los intentos de constantes visitas a Rachel provocaban muertes al ser el bosque tan peligroso, manchando su reputación sin hacer acto de violencia alguno.

A ella no le importa realmente estar sola pero después de todo comenzaba a volverse demasiado monótono.
Pero un día un hombre misterioso llegó a su casa herido, cuando Rachel escuchó sus quejidos de dolor salió a revisar. La apariencia de él dejaba mucho que pensar, no sabía que hacer ¿debía ayudarlo? Vio la herida rn su estómago «un lobo u oso tal vez...» pensó mientras se acercaba a él.

—¿Estás bien? —preguntó y él hombre volteó a verla mientras fruncía el ceño.

—¿¡Te parece que estoy bien carajo!? —le gritó pero se calló al instante cuando soltó un quejido.

Rachel tragó saliva, lo recargó en la pared de piedras que estaba cerca, se levantó y fue por un par de plantas y algo para machacarlas, un poco de algo y otras cosas más. Se sentó frente a él mientras comenzaba a hacer el ungüento, una vez terminó agarró un trapo y empezó a limpiar su herida.

—¿Pareces muy solitaria huh? —preguntó él mirándola —bueno con esos ojos y esa apariencia dudo que alguien quisiera acercarse a ti...

—¿Cuál es tu nombre? —ignorando sus palabras preguntó.

—¡Respóndeme primero! ugh... —se quejó al sentir como aplicaba el ungüento encima de su herida —Zack...

Habló en un murmuro pero Rachel fue capaz de escucharlo. Una vez terminó esperó un par de minutos sentada a su lado.

—¿Haces pociones y vuelas en una escoba con un gato negro?... —preguntó Zack mientras la miraba.

—Dudo que eso sea lógicamente posible a excepción de las pociones... —desvió la mirada al recordar lo que sucedía —sólo que prefiero no hacerlo.

—Ajá —dijo Zack cerrando los ojos mientras echaba su cabeza a un lado, recargándose en el hombro de Rachel. —¿cuál es tu nombre?

—Rachel... —volteó a verlo.

Zack abrió los ojos y observó su cara por un momento, levantó su cabeza del hombro de Ray y se recargó en el muro de rocas... Podría decirse que era lo más cómodo que había tocado en el resto de su vida.

—¿Alguna vez has sonreído? —Rachel desvío la mirada nuevamente.

—No recuerdo... —respondió.

—Huh...

Hubo un largo silencio, Rachel miró al piso mientras abrazaba sus piernas ella habló primero.

—¿A qué te dedicas?... ¿cómo fue posible que llegaras a este lugar?

La duda en ella había nacido al recordar las muchas muertes que había en el bosque, sabía que algunas eran ocasionadas por un humano mismo, otras por los animales salvajes. Ella encontraba los cuerpos y los regresaba a la respectiva aldea de los que eran provocando incluso más enojo en los pobladores.
El hecho de ver a Zack junto a ella (herido) le ocasionaba una gran duda.

—Yo soy la persona que mata a los tipos por el bosque —respondió mientras la miraba. —Creo que descubrí la estúpida razón de su comportamiento tan idiota.

—¿Tú?... —Rachel lo miró.

—Sí yo, ¿no me escuchaste?

—Lo siento, sí lo hice... ¿cuál fue la razón?

—Cuando los veía murmuraban algo de alguna botella y una bruja, supongo eras tú... ¿qué tan especial es esa cosa? —Rachel suspiró.

No dijo nada más y se levantó, agarró a Zack y lo ayudó a pararse él iba a preguntar que sucedía pero ella simplemente lo llevó adentro.
Lo recostó en la cama de paja y algodón.

—¿Qué demonios vas a hacer? —preguntó mientras se trataba de levantar para verla.

—Iré por algunos frutos para la cena... Supongo que tampoco has comido nada ¿no? —preguntó mientras lo volteaba a ver.

El frunció el ceño y se recostó bien.

Rachel salió de la casa mientras cerraba bien la puerta. Comenzó a caminar adentrándose en el bosque mientras veía que frutas servirían para la cena de esa noche. Recolectó todo lo que pudo y lo echó en la canasta que llevaba, cuando regresó con Zack ya era lo suficiente de noche como para que estuviera demasiado oscuro pero no importó mucho ya que realmente se sabía el camino de regreso, conocía el bosque como la palma de su mano.

Entró a su casa y se encontró con Zack casi muriéndose en el piso.

—¿Qué haces? —preguntó mientras dejaba la canasta en el piso.

—¿¡Qué no ves!? Mierda... Duele como un carajo —apretó los dientes y Rachel se acercó y lo ayudó a levantarse.

—Tuviste suerte de que no fuera tan profunda la herida —lo dejó en la silla del pequeño comedor.

—¿Suerte? Pfff —rodó los ojos —¿qué vas a hacer con todas cosas que traías?

—La cena —respondió mientras se alejaba y volvía por la canasta.

—¿Con frutas?...

—Tu herida mejorará con las frutas.

—¡Perfecto! —Respondió mientras sonreía.

Parece un niño pequeño... Pensó Rachel mientras se quitaba la bolsa y la dejaba en la mesa e iba a la cocina.
Dejó la canasta arriba a un lado de ella. Sacó las frutas y comenzó a cortarlas.

Zack por otro lado estaba mirando la bolsa de Rachel tenía curiosidad de que tenía adentro de ella, se acercó y la abrió... Descubrió que ahí estaba la botella de la que preguntó anteriormente la miró un momento.

—¿Para que sirve esto Ray? —preguntó Zack mientras la volteaba a ver apunto de abrir la botella.

—¿Ray?... —se sorprendió por el repentino apodo —¿para que sirve qué...?

Volteó a ver y vio que Zack ya había abierto la botella, tragó saliva y dejando lo que hacia rápidamente corrió y se la quitó de las manos tapándola.

—No tienes que tocar esto... —parecía realmente preocupada.



Esto da para una historia :v
Salió bonito :3

Vi el capitulo del viernes de nuevo y pienso que Danny parece pedófilo ah

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