𝔾𝕣𝕒𝕟𝕠𝕤 𝕕𝕖 ℂ𝕒𝕗𝕖́...

Imagina con Cinco Hargreeves siendo número Ocho.

💞 ☂︎︎ Disfruten ☂︎︎ 💞

Imagina salir con Cinco, era la primera vez que te invitaba a salir después de que sus hermanos lo presionaban tanto con que lo hiciera y aunque si quería hacerlo no tenía idea de cómo pedírtelo, nunca era buen momento.

Las veces que hablaban terminaban peleados sin dirigirse la palabra el uno al otro eso hasta que Cinco se teletransportaba hasta su habitación para pedirle perdón.

Su manera de disculparse no era con palabras simplemente la engañaba con un juego de palabras y si no funcionaba recurría a ramos de granos de café, a los Hargreeves les parecía gracioso pero lo que no sabían era del mensaje que tenía aquel ramo.

- Esos bailes me parecen ridículos. - Se quejaba negándose a ir a aquella velada que Vanya los invitó, una presentación frente a una audiencia de personas importantes que la verían redactar su amor por el violín.

- No te pregunté que te parecía dije que vamos a ir. - Enfatizó Ocho con una sonrisa sarcástica imitándolo haciendo que él frunciera el ceño. 

- ¿Y qué te hace pensar que haré lo que tú quieres?. - La desafía con la mirada clavada en sus ojos, los demás pensaban que se besarían pero siempre terminaba igual.

- ¿Ya se van a besar?. - Menciona Klaus.

- ¿Por qué eres tan necio?. - Aparta la mirada sintiendo sus mejillas arder y sus estúpidos nervios parecer.

- Demuestra que pude contra ella, otra vez. - Presumió egocéntricamente con una sonrisa burlona.

Un silencio incómodo invade la habitación.

- Bueno voy a alistarme, este sexy cuerpo no se viste solo. - Dice levantándose de aquel sofá aunque se había aferrado a este debido a que no se encontraba del todo sobrio.

- ¡Te dije que dejaras de beber!, pero como nunca me escuchas. - Reprocha el joven Ben cruzado de brazos.

- Cuando tus palabras sean alcohol o drogas me las das. - Camina con dificultad hacia las escaleras.

Allison igualmente salió de ahí, Luther y Diego también, Vanya no se encontraba en la mansión, estaba ocupada ensayando. Otra vez se quedaron solos.

Se servía una taza de café como solía hacer cada vez que quería evitar una conversación.

- Eres un antisocial. - Exclamó pero él no respondió sólo rio por lo bajo.

Aquello la enfureció mucho más tirando por lo más profundo de los mares lo que le quedaba de paciencia.

- ¡No te importa nada!, ni siquiera Vanya. - Lo acusó exaltada pero lo que no esperaba es que le respondiera de la manera más calmada y suave posible.

- Si me importa. - Llevó la taza de café a sus labios para beber de este.

- Entonces, ¿por qué no quieres ir?. - Bajó la taza dejándola sobre la mesa.

Suspiró tomándose unos segundos para contestar.

- Porque no quiero que te inviten a bailar. - Confesó.

Lo que no sabían era que los hermanos Hargreeves estaban viendo aquella escena desde un rincón espiando a Ocho y Cinco.

- Ni siquiera sé bailar. - Sonrió viendo actuar al chico como si le diera igual. 

- Como sea. - Antes que Ocho dijera algo se le acercó hasta mirarla directo a los ojos, su punto débil.

- Iré sólo con una condición. - Objetó estando en una distancia muy corta.

- ¿Cuál?. - Se cruzó de brazos.

- Quiero que vayas conmigo.. como.. mi cita. - Los hermanos se intercambian miradas sin poder creer lo que ocurría. Klaus por poco pega un grito que casi los delata, por lo que tuvieron que salir de su escondite y seguir con sus cosas.

- Hablas.. ¿De salir tú y yo enserio?. - Lo estaba poniendo nervioso aunque sabía cómo ocultarlo.

- Si no quieres.. - Lo interrumpe antes que terminara.

- Si, si quiero..  - Y por primera vez Cinco sonrió honestamente, no fue una sonrisa sarcástica ni mucho menos falsa, era una real.

- Tienes que saber que no soy como los demás chicos. Te daría un ramo de granos de café en lugar de flores. - Ella rió teniendo las mejillas más que sonrojadas.

- Me gusta el café. - Mencionó.

- Me gustas. - Confesó una última vez antes de teletransportarse y desaparecer. Quedó como un tomate pero la verdad era que también le gustaba mucho.

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