Tal vez sería por el alcohol que recorría su cuerpo o la velocidad a la que iba el auto por la carretera, pero Cliff se sentía más vivo que nunca. No tenía miedo de que la policía los detuviera, de cualquier forma no podrían frenar. El auto se detuvo sólo cuando llegaron a la casa donde vivía Phil, quien estacionó rápidamente y salió en seguida del vehículo. Esperaba a que el otro chico bajara para poder entrar ambos.

La casa estaba oscura por dentro puesto que Rudd era el único que habitaba allí, claro que encendió la luz cuando entraron. Hacia no mucho había podido mudarse solo, tenía poco tiempo hacerse cargo de la casa porque tenía que trabajar casi todo el día para pagar el arriendo, así que no estaba muy ordenado tampoco. No importaba, ambos iban a pasarla bien un rato y el orden no era algo escencial para aquello.

Williams se sentó en un pequeño sofá que había allí cuando el otro pasó a su habitación, trayendo entre sus manos un encendedor y un cigarrillo de marihuana que había comprado por ahí. Lo encendió parado a su frente a él y dio la primera calada profunda.

-¿Vas a querer? -abrió la boca después de no haberlo hecho durante largos minutos, mientras liberaba una nube de humo.

El más alto asintio y lo tomó para fumar él también. Cerrando sus ojos al soltar un suspiro negro de sus pulmones. Los ojos claros del baterista lo miraban mientras sonreía, se sentó en uno de los apoyabrazos del sofá, tomando el cigarrillo de la mano del contrario para juntar sus labios rápidamente y con ganas.

-¿Te gusto, Cliff? -preguntó cuando se separaron, bajando los besos a su cuello despacio. Dio nuevamente una bocanada, soltando el resto que salió de sus pulmones cerca de la cara ajena.

-Sí, muchísimo -suspiró.-¿Yo te gusto? -acariciaba su cabello mientras trataba de no jadear por los calientes besos.

-Tú me encantas. -siguió yendo hacia abajo, jugando un poco con su mano libre sobre el pecho del otro antes de pasarla por debajo de su camiseta y comenzar a acariciar directamente sobre la piel.

Phil dejo el cigarrillo sobre los labios abiertos del bajista, quien jadeaba al sentirlo cada vez más cerca. Tomó una parte del papel enrollado y caló igual, fumando mientras era tocado. La otra mano ahora libre del más bajo se encargó de acariciar su entrepierna sobre la ropa, jugando un poco.

-¿Qué tan lejos quieres ir? -preguntó al mayor. Nunca habían llegado hasta ahí antes, al menos no entre ellos.

-Cuanto tú quieras. -se acercó al otro para besarlo, acariciando detrás de su nuca con amor mientras Rudd se posicionaba cada vez más sobre él.

-Dame eso. -dijo el baterista cuando se separaron, tomando el cigarro y apagandolo sobre un cenicero en la mesita del costado. Salió de encima suyo para sentarse en el apoyabrazos y en seguida desabrocho los pantalones ajenos, dejando ver su ropa interior y el bulto en esta. -Abre un poco las piernas. -pidió mientras dos de sus dedos a su propia boca para humedecerlos un poco.

-¿Qué vas a hacer? -cuestionó. Para ese punto, se podía notar en ambos la excitación. Las mejillas rojas y la respiración acelerada delataban el calor en el cuerpo del inglés.

-Algo que va a gustarte mucho. -metió los dedos húmedos por los calzoncillos de Cliff, este de primera pensó que iba a meterlos en su recto pero no fue así. Los dígitos se detuvieron antes del orificio pero después de sus testículos, justo sobre el perineo y ejercieron una fuerte presión ahí. Un escandaloso gemido salió de los labios de Williams, cerrando sus piernas al sentir su próstata siendo estimulada de esa manera.

-Oh, Phil. -jadeó, alzando la cabeza en señal de excitación.

-No las cierres. -habló refiriéndose a sus piernas.-Abrelas más, así voy a poder tocarte mejor.

El bajista trato como pudo de hacerle caso pero no podía evitar retorcerse al sentir el movimiento de ambos dedos sobre ese punto. -Aah, se siente tan bien. -sonreía con los ojos cerrados mientras acariciaba sus propias manos sobre su pecho.

-Te dije que iba a gustarte. &siguió moviendo despacio, sintiendo como el calor era bastante fuerte ahí debajo y como la pequeña 'almendrita' que había sentido en un principio comenzaba a dilatarse. Por un momento pensó que sería bueno bajar un poco hasta su esfínter y tocarlo allí pero si hacia eso, tendría que avanzar hasta meter su pene ahí y él no pretendía llevar la diversión a tanto; pararía en algunos minutos después de que su pareja obtuviera su orgasmo.

No pasó mucho en realidad antes de que Cliff se viniera, manchando y mojando su ropa interior. Phil quitó los dedos luego de esto, sonriéndole.

-Vas a necesitar que te preste un par, ¿No? -dijo un poco burlón señalando la entrepierna ajena.

-A-ajá. -asintió mientras trataba de regular su respiración.

-Bien, ya vuelvo. -besó la frente del chico, yendo a su cuarto para buscar algo de ropa interior limpia para prestarle. Williams se quedó ahí, jadeando un poco aún por la excitación que de a poco iba abandonando su cuerpo.

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-No le digas a nadie que te toque así, ¿De acuerdo? -dijo Phil mientras veía al otro chico apunto de abrir la puerta del auto para bajar en su casa. Habían pasado la noche en la cama de Rudd, pero no habían hecho nada más que aquello.

-Tranquilo, no tiene nada de malo. -su mano fue detenida de abrir la puerta con fuerza.

-No le digas a nadie.

-No lo haré. -rio al besar la mejilla izquierda de su compañero y al sentir la presión del agarre abandonar su muñeca. Abrió la puerta y luego la cerro, yendo a su casa.

No iba a contarle a nadie, claramente. Pero no porque le parecía vergonzoso o un secreto sucio, sino porque no quería tener que compartir los ágiles dedos de ese hombre con alguien más. Estaba seguro de que si mantenía la boca cerrada, tendrían más encuentros así.