Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Sweet Omega ~ Bon x Malcolm

Para Weirdcore_1967

AU! Omegaverse
Alpha!Bon
Omega!Malcolm

(no se que tan bueno sea, escribí todo esto de madrugada)

—————————————————————

Inseguro.

Esa era la palabra con la que Malcolm se describiría si le pidieran que lo hiciera con un solo adjetivo. No era precisamente bonito, ni exactamente inteligente, tampoco especialmente carismático o simpático.

Estaba seguro de que si tenía amigos era porque a ellos les interesaba algo muy específico de su persona, algo que hacía que les cayera bien al menos un poco. Además, siempre había creído que nacer omega en una familia donde casi todos eran alfas fue un error, mamá y papá lo habían criado prácticamente como una niña. No era el único omega, Angus también había nacido como uno pero la diferencia estaba en que al menor no le desagradaba en lo absoluto jugar con bebés de porcelana o usar faldas.

Por otro lado, jamás había tenido novio. Tampoco novia, como supusieron George y Alex una vez. Nunca había llamado la atención de nadie. Los alfas no se le acercaban y las mujeres betas lo mantenían a cierta distancia.

Era por todo eso y más que no podía entender por qué Bon, el vocalista de su banda, le había regalado un chocolate algo costoso en el ensayo del día anterior. Ni siquiera le gustaba tanto el chocolate.

—Es obvio que le gustas —habló Angus observandolo apoyado del otro lado del desayunador de la cocina. Dio otro bocado bastante grande a su hamburguesa.

Malcolm levantó la vista al oirlo, se percató rápidamente de que su hermanito había manchado parte de la mesada con el aderezo de su almuerzo. Ya eran más de las dos de la tarde y ellos apenas estaban almorzando... comida rápida. Además, él ni siquiera se había quitado su pijama todavía, mientras que el otro ya había tomado un baño y hecho su rutina de cremas para cuidar su piel.

—No lo sé, Ang —contestó, concentrándose otra vez en sus papas fritas sobre la mesa. Ahí tenía otra razón por la que no entendía que se le había cruzado por la cabeza a Scott: no sabía cocinar ni tenía intenciones de aprender, así que el alfa no podría esperar una cena caliente al volver a casa luego de un día agotador. —. No tiene sentido. Quizá sólo quiere sexo y ya.

—Un alfa no te da regalos si sólo quiere sexo. —le respondió con obviedad. Podía decirse que tenía experiencia con parejas, había salido con varios hombres alfas antes de estar con su actual y más estable pareja, Brian.
—. Ellos van por lo que buscan directamente. —dio un gran sorbo a su refresco de lima.

El más alto asintió. No estaba seguro de que tanto quería hablar sobre el tema. Se llevó a la boca el último trozo que le quedaba de su hamburguesa.

—Oye, Mal —lo llamó otra vez. —. ¿Vas a hablarle a Bon hoy?

—¿Para qué?

—¡Te compró un chocolate, Malcolm!

—Estás exagerando, ni siquiera es para tanto. Piensas así sólo porque a ti te gusta.

—Tengo novio y lo amo —frunció levemente su ceño.

El otro levantó una ceja de manera interrogativa. —Me refiero al chocolate, Angus.

—Oh. —sus mejillas se colorearon un poco. —No me cambies el tema.

—No entiendo por qué te interesa tanto. —se puso de pie. Tomó la caja de cartón en la que vino su hamburguesa para tirarla a la basura junto con la pequeña cajita de las papas fritas.

—Porque es la maldita primera vez que un alfa te presta atención —le recordó. —. Es obvio que ya te hace falta uno. —Malcolm pudo sentir cierto tono de superioridad en su voz que le molestó bastante.

—No tienes que meterte en la vida de los demás. —comenzó a caminar hasta el cuarto. Pudo escuchar los pasos de su hermano detrás de él.

—Sólo quiero ayudarte. —le dijo protestando un poco. Se quedó viendo como el mayor se quitaba su camiseta vieja que usaba como pijama para colocarse una limpia. —¿No vas a ducharte? —lo detuvo.

—¿Con eso vas a dejar de molestar? —Angus asintió rápidamente con una bonita sonrisa dibujada en su rostro, gracias a ellos se ganó un suspiro fastidiado del otro. —Bien. —tomó la misma camiseta que quería ponerse, unos jeans y su ropa interior para ir hasta el baño.

.
.
.

Si había algo que hacía que el estómago de Malcolm se revolviera, además del sushi, era la forma en la que los olores de todos se mezclaban dentro del estudio. Se encontraba sentado en un sofá algo desgastado, uno que olía asquerosamente a aromatizante de ambiente para que no quedaran impregnados los aromas de nadie. Desde su lugar, veía a su hermano hablando con Bon. Se preguntaba seriamente de qué estaban hablando, pues no era casualidad que las miradas se ambos voltearan hacia él cada cierto tiempo. A decir verdad, le preocupaba un poco que Angus dijera cosas que no debía.

—¿No crees que es adorable?

La voz de que Phil hizo que saliera de sus pensamientos por un momento. —¿Qué? —preguntó un poco desentendido.

—Clifford es muy lindo.

El guitarrista miró en la misma dirección que el otro, centrando su vista ahora en el nuevo bajista que acababan de integrar a la banda. El chico estaba sentando en una silla un poco alejado de todos mientras afinaba su bajo. No podía decir mucho de Cliff pues apenas lo conocía, pero podía asegurar que lograba llamar la atención de muchos alfas además de su baterista y esto lo decía sólo por sus exuberantes pechos.

—No es lindo, es sensual —se metió Bon en su conversación, moviendo un poco al baterista para entrar en el sofá también.

—Oye, detente ahí —habló Rudd empujando un poco al otro alfa. —. Es mío.

—Tranquilo, no me gustan así —miró a Malcolm por un momento, repasandolo de arriba a abajo. —. Los prefiero más delgados... planos.

—¡Oigan todos, vamos a empezar de una vez! —gritó Angus mientras intentaba llamar la atención del resto de sus compañeros.

La tarde se paso bastante rápido. El ensayo fue corto en realidad, el tiempo se desperdicio en charlas que no conducían a más que remates de chistes malos, pero que lograba sacarle al menos una sonrisa a todos.

—¡Malcolm, espera!

El guitarrista rítmico desaceleró su paso, dándose la vuelta para observar como Bon se acercaba a él bastante rápido por la acera.

—¿Qué pasa? —preguntó, volviendo a caminar hasta su auto para dejar su guitarra en los asientos traseros.

—Sólo quería saber si estás libre mañana por la noche.

—Eh, sí, creo que no tengo nada por hacer. —abrió la puerta del lado del conductor, dispuesto a irse a su casa de una vez.

—Y, ¿Quizás te gustaría salir a beber algo?

Young se sintió consiente de como su corazón latía con fuerza cuando el aroma del alfa invadió su sistema, la combinación de vino tinto y romero era bastante fuerte. —¿Salir en que sentido? —cruzó sus brazos mirando al mayor con cierta duda, tenía muchas preguntas acerca de las verdaderas intenciones que Scott tenía con él.

—Como una cita... ¡Sí, como una cita! —declaró entusiasmado, viéndolo de forma expectante.

El menor logró divisar cierto brillo de emoción en los ojos del más alto, así que no pudo hacer más que asentir para él. —Está bien, saldré contigo.

—¡Genial! —casi saltó en su lugar de la felicidad. —Pasaré por tu departamento mañana a las ocho.

—De acuerdo.

No más de quince minutos después, Young ya se encontraba en su casa. Intento abrir la puerta con su llave, notando de inmediato que había algo más bloqueando la cerradura. Suspiró cansado.

—¡Angus! —gritó mientras tocaba la puerta. No debería haber permitido que su hermano se marchara temprano con su novio hasta su casa.

Escuchó unos pasos del otro lado. La puerta fue abierta por Brian, quien se veía muy sudado y sólo usaba unos bóxers mal puestos. Malcolm no tuvo que pensar mucho para adivinar que era lo que ese alfa y su hermano menor habían estado haciendo.

—¿Quién es, bebé? —preguntó Angus, entrando a pasos lentos a la cocina. Se sobresalto al ver allí a su consanguineo.  Sus delgadas piernas se notaban temblorosas, sus rizos estaban despeinados incluso sus pupilas se veían dilatadas. Tenía una de sus bragas puesta y una camiseta que claramente no era suya. —Ah, eres tú, Mal.

—Eh, creo que ya debo irme—habló el mayor de ellos al notar la tensión entre ambos omegas. No tardó nada en ir hasta la habitación para tomar sus ropas y colocarselas.

—¿Ya, amor? ¿Y si te quedas a cenar? —la mirada que le lanzó Malcolm hizo que se arrepintiera de decir aquello al instante.

—Gracias, pero en otra ocasión sería mejor. —besó los carnosos labios de su pareja. —¿Podrías devolverme mi camiseta?

El más bajito frunció su ceño, quitándose la prenda para dársela a su pareja. Sus pechos quedaron descubiertos, Johnson hizo su mejor esfuerzo por no ver y así evitar cualquier problema con su cuñado; se despidió rápido de ambos antes de marcharse.

—Oye ¿Pasó algo más con Bon hoy? —preguntó mientras se dirigía directamente a la nevera, dispuesto a prepararse un sándwich de jamón. No le importaba estar sólo en bragas, luego se vestiría.

—Bueno, él me invitó a salir.

—¡Oh, mierda! —chilló con impresión, corrió directamente para tomar al mayor por los hombros. —Vas a tener una cita. Es tu primera cita con un alfa, ¿No? ¡Tienes que conseguir ropa nueva! Y también-

—Ya cálmate, acepté sólo porque él se veía muy emocionado. No quería hacerlo sentir mal.

—¡A mí no me engañas! Te gusta.

Las mejillas de Malcolm se colorearon con rapidez, por lo que alejo al otro de él con un poco de nervios.

—Estuve esperando esto por tanto tiempo.

—Ya cállate, Angus. Y por favor, ve a ponerte algo encima.

.
.
.

Que su hermano se haya enterado de su cita había sido un enorme error, era algo que Malcolm mantendría con seguridad siempre. Apenas eran las seis de la tarde cuando ya había terminado de bañarse y alistarse. Ahora mismo se encontraba sentado en la sala esperando a que el tiempo pasara, para su suerte faltaba poco para que ya fueran las ocho.

Mientras miraba un canal algo aburrido en televisión, sólo podía pensar lo mucho que le molestaba la entallada camiseta amarilla que su hermano le había dicho que usara. Se veía bien con sus jeans azules y sus zapatillas blancas, pero las mangas le picaban en sus brazos.

Cuando el timbre fue tocado, se levantó rápidamente a atender a través del intercomunicador. —¿Quién es? —preguntó, aunque estaba seguro de que era Bon.

—Soy Bon, ¿Bajas o tengo que subir?

—Ya voy. —cortó la comunicación entre ellos. Tomó su chaqueta, llaves y algo de dinero. Agradecía que Angus se encontrara demasiado ocupado en su cuarto hablando por teléfono con su novio, así no tendría que estar encima suyo hablando idioteces. No se tomó el tiempo de avisarle que se iba, él sabía que lo haría cerca de las ocho y que volvería al rededor de las doce.

Bajó las escaleras del edificio algo rápido hasta llegar a la puerta principal, una bastante alta de cristal. Gracias a esto último pudo ver cómo el alfa lo esperaba meciendose sobre sus talones para calmar sus ansias.

—Hola —lo saludó apenas lo vio cruzar la puerta. Malcolm le devolvió el saludo con un gesto de su mano. —Conozco un bar por aquí que sirve buena cerveza, podemos ir ahí.

—Claro, vayamos —sonrió leve. Comenzó a caminar a un lado del más alto.

Durante las tres cuadras que cruzaron, el guitarrista no pudo parar de pensar en lo bastante nervioso que se notaba su acompañante. Se cuestionó por un momento si era porque en serio le gustaba o por cualquier otro motivo aparte.

Apenas ingresar al bar fueron a una de las pocas mesas vacías, una que sólo contaba con dos sillas. Un mesero se acercó para preguntarles qué ordenaría. El vocalista pidió por ambos un par de cervezas. Malcolm frenó al camarero cuando este se estaba yendo para pedirle también una porción de papas fritas, no quería beber con el estómago vacio y ponerse a si mismo en una situación peligrosa.
Ambos empezaron una conversación cálida bastante común. Su orden llegó rápido y ninguno de los dos espero para comenzar a beber.

—Así que, ¿Qué tal todo? —preguntó el de rulos ya un tanto más relajado gracias a la lata de alcohol que estaba tomando.

—Bueno, no tengo nada interesante que contarte. —aseguró antes de llevarse un par de papas fritas a la boca.

—Siento no haber pedido nada para comer, no me di cuenta. —se lamentó por un momento.

—No hay problema. Confio en ti, Bon, pero no quiero tomar todos los riesgos.

Aquellas palabras hicieron que el alfa se sintiera sumamente seguro de sí otra vez. Saber que ese lindo omega depositaba aunque fuese un ápice de confianza en su persona era buena señal.

—Mal —lo llamó, habiendo ya acabado su primera cerveza.

—¿Sí?

—¿Has salido con otras personas antes? —preguntó buscando un tema del que hablar.

—No en realidad —admitió con cierta vergüenza. Sentía de alguna forma que ya era un poco mayor para no haber tenido jamás alguien interesado de forma romántica en él. —. ¿Qué hay de ti?

—Sí, lo he hecho, pero con algunos pocos omegas. —le comentó. —Sólo me gustan los chicos omegas. ¿A ti? —se recostó un poco sobre su silla, dejando que su aroma se dispersara.

—Me considero bisexual. Los alfas están bien pero las mujeres betas también.

—¿Un omega siendo bisexual? Eso es raro. —la expresión de incomodidad en el rostro del otro lo hicieron buscar una forma de retractarse. —Quiero decir, se supone que los omegas varones no pueden salir con mujeres, ¿No es como que tu instinto te dice que sólo quieres estar con hombres alfas?

—Ugh, no es así como funciona —intentó no molestarse con él, no quería hacerlo.

Scott no perdió tiempo y pidió otra cerveza para él. No lo hizo por su compañero pues no quería sobrecargarlo todavía. Pasaron algunos momentos en silencio hasta que decidió hablar otra vez.—Tú sabes que me gustas, ¿No?

Esa frase logró que el corazón del menor comenzará a palpitar con mucha más fuerza. Se sintió helado en su lugar. Creía que aún era demasiado pronto para hablar de aquello, miró su reloj de pulsera lo más disimulado posible, las agujas ya marcaban las diez. No sabia en que momento el tiempo se le había escapado. —Ah, no, si vamos al caso —sonrió con cierta timidez. Si bien tenía sus sospechas, recién ahora podía en serio confirmarlas.

—Pues es así. Y me gustas muchísimo —declaró. —. Eres adorable, Malcolm. Un omega bajito, delgado, con un rostro lindo y un cuerpo delicado. —bebió de su cerveza. —Eres perfecto.

Young no estaba muy seguro de que decir o hacer, era como si la personalidad de ese chico hubiese cambiado de golpe. Esas palabras se sintieron casi como un piropo que lo atrajo instantáneamente. Se apoyo sobre la mesa, acercándose un poco más para oír mejor lo que aquel hombre tenia para decirle. Era la primera vez que le hacían cumplidos.

—Además, tu aroma es muy dulce. Chocolate con leche y frambuesas, las feromonas perfectas para una buena madre. —aseguró. La convicción en sus palabras se notaba perfectamente. —¿Te gustaría ser mamá? Ah, no sé por qué pregunto, a todos los omegas les gustaría.

No a todos, precisamente. —pensó. Sabía bien, por ejemplo, que a su hermano no le gustaba la idea de engendrar niños. No se atrevió a contestarle, quería saber que más tenía para decir.

—Yo podría darte muchos cachorros. —hizo una pausa para seguir bebiendo. —Y hacerte muy feliz, claramente. Conseguiría todo lo que quisieras y vivirías tranquilo sin preocuparte por el dinero.

Malcolm mordió su labio inferior. Este tipo era mucho más arrogante y sexista de lo que parecía en un primer momento, pero eso le encantaba de alguna forma. —Para eso, primero deberíamos ser casarnos y antes haber sido novios.

—Ya veo, quieres una relación formal. —le dijo. —Puedo tomarme todo el tiempo que necesites e ir con toda la calma que quieras, muñeco. —guiño su ojo con cierta picardía.

—Creo que tú también me gustas, Ronald —afirmó, bebiendo hasta terminar su lata de cerveza.

—Si ambos nos gustamos, tendríamos que ser pareja. ¿Qué te parece?

—¿Me estás pidiendo que sea tu novio? —vio como asentía con seguridad. —Una sola cita no basta para entablar una relación —dijo con un tono un poco arrogante antes de pedir otra bebida. Si bien le fascinaba la actitud que había tomado el mayor, no quería tampoco parecer tan fácil. —. Pero quizás dos sí lo hagan.

Scott entendió sin problemas. Estaba en serio dispuesto a hacer muchas cosas con tal de que ese chico fuera suyo.

Se la pasaron bebiendo un poco más antes de volver a casa. Cada uno pago por lo que había consumido. Mientras cambiaban, Malcolm miraba la mano libre de Bon. No dudo en tomarla, entrelazando sus dedos con ternura.

—¿Te gusta el contacto físico, bonito? —preguntó.

—Sólo si yo pongo los límites.

—Tienes tus ideas claras... —pensó en voz alta. —Me agrada eso.

Young rio suave, guiando al otro hasta la puerta de su edificio. —Nos veremos luego. —le dijo, buscando las llaves de su departamento.

—¿No vas a despedirte correctamente? —preguntó.

Malcolm rodó los ojos, parándose en puntitas para besarlo directamente en los labios. Fue apenas un leve contacto, así que no lo tomaría como su primer beso.

—Tus labios son tan dulces —le dijo. —. Tú eres un omega tan dulce.

—Aw, buenas noches —entró a la residencia. Vio como lo saludaba con la mano del otro lado, aún relamiendo sus labios. Notó como el terroncito de azúcar regreso a ser su personalidad al quedarse estancado por unos momentos en aquella posición. Sin lugar a dudas, salir nuevamente con él sería cuánto menos interesante.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro