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Rock Your Heart Out ~ Bon x Angus

Para Kuramada

Espero que te guste!

AU! Omegaverse
Alpha!Bon
Omega!Angus

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Tal vez era el calor de verano o el de su celo el que hacía creer a Bon que su novio se veía más caliente que lo de costumbre. Sus lindos shorts dejaban a la vista esas piernas lampiñas que amaba y la camiseta ajustada remarcaba tan bien su cintura pequeña. Mierda, cualquiera de los alfas que pasaban cerca suyo lo miraban con deseo.

—¿Qué te pasa, cielo? —lo escuchó decir con ese marcado acento escocés que lo hacía derretirse. Vio como daba otra lamida más a su helado de fresa, si tan solo ese fuese su miembro.

—No tienes idea de las ganas por llegar a casa que tengo. —afirmó, luego se relamió los labios con deseo moviéndose en el banco de madera. Se sentía tan desesperado por hacer suyo a ese delgado jovencito.

—¿Ya estás cansado? Apenas son las cinco y todavía quiero comprar ese disco. —miró su reloj de pulsera. Su cita en el centro había comenzando hacia poco más de una hora. —Pensé que quizás podríamos comer algo por aquí. Tengo ganas de pollo frito.

—Compremos el disco, te compensaré con el pollo luego de manosearte.

—¡Bon! Estamos rodeados de gente. —le recriminó, sus mejillas ardían de la vergüenza. Terminó con el cono de su helado antes de limpiarse las manos con la servilleta. Bajó sus lentes de sol, dejando que cubrieran sus lindos ojos azules.

—Recuerda lo que prometiste, te entregarías a mi luego de que colocara un anillo en tu dedo.

—Aún no estamos casados. —se puso de pie, estaba listo para seguir caminando.

—Pero sí comprometidos, así que salgo ganando. —imitó su acción. Tomó su mano y entrelazó sus dedos con algo de fuerza. Únicamente quería llegar rápido a la casa.

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El calor inundaba la habitación, sofocando sobre todo al pequeño omega. Angus se aferraba al cuello de la camisa de su novio, sus delgadas piernas temblaban y sabía que caería si su alfa soltaba su estrecha cintura.

—Te amo —murmuró Bon en un suspiro. Mordió el labio inferior de su pareja, quería que abriera la boca para introducir su lengua allí.

Aquello tomó por sorpresa al guitarrista, quien se removió ansioso. —Mmh~ —jadeó cuando fue recostado con lentitud sobre la cama. Se vio obligado a abrirse de piernas para que el mayor se colocara entre estas. Se sentía apresado entre el colchón y el cuerpo encima suyo. Golpeó un poco la espalda del más alto, necesitaba respirar.

El alfa se alejó, observando gustoso lo rojo que se veía el morro de su chico. —Eres tan bonito. —aseguró, comenzando a mover sus caderas encima de la pelvis del más bajito.

—Despacio, Bonnie. V-Vayamos con lentitud —un gemido se le escapó cuando su cuello fue mordido de golpe. El aroma tan fuerte del otro dejaba en evidencia su celo. Vino tinto y romero, a veces incluso llegaba a percibir un suave aroma a jamón crudo del costoso.

El más alto se reincorporó, pero colocó una mano sobre el abdomen plano del otro. —Quédate ahí, dulzura. —le ordenó mientras él comenzaba a desnudarse.

Angus no pudo evitar llevarse una de sus manos a la boca, mordiendo sus dedos pequeños con lascividad. Su cita en el centro con helado y caricias suaves se había tornado en una sesión algo pesada que acababa de comenzar. Bon no se inhibía nunca y para nada, eso le gustaba mucho al omega. Suspiró ansioso al ver como la erección resaltaba en su bóxer gris.

Las manos del vocalista desabrocharon el short corto que llevaba el más bajito. Esa prenda había sido sólo una razón por la que no quería seguir aguardando por tocarlo en una espera que parecía casi interminable. Lo bajó de un tirón junto con su ropa interior, poco le importaba si estaba usando alguna braga bonita.

El miembro del omega quedó a la vista de ambos. Estaba duro, húmedo. El más alto tomó los muslos de su novio, arrastrándolo al borde de la cama e hizo que abriera sus piernas, quería ver esa vagina en el que iba a entrar por primera vez en meses. Se arrodilló en el suelo, acercándose bastante a su entrepierna. —Aw, ya estás mojado. —llevó su dedo índice a la apertura rosa, moviendolo por encima de abajo hacia arriba para dilatarlo más.

Young se sentía jodidamente caliente. Estaba lubricandose de forma exagerada y apenas podía respirar bien. Sentía perfectamente como sus paredes vaginales se abrían, preparándose para la anhelada penetración. —Bonnie... no tardes tanto. ¡Ah! —chilló agudo cuando la lengua de su prometido se paseo sobre la sensible piel de sus labios. Se removió excitado al sentir como dos dedos entraban en él.

—Quiero prepararte bien, así no te duele tanto. —metió más sus dígitos, el ruido húmedo podía ser percibido fácilmente.

Angus gemía despacito, las prácticas sexuales que involucraban meter algo dentro de él siempre habían sido sus favoritas. Los dedos le recordaban la forma en la que su casta comenzó a desenvolverse cuando era un adolescente, se estaba autoexplorando en la ducha y se provocó su primer orgasmo sin darse cuenta.

—Ya es suficiente. —aseguró el más alto. Quitó sus dígitos, viendo cómo ese líquido viscoso se esparcía hasta sus nudillos. Se puso de pie nuevamente. Quitándose sus bóxers para dejar expuesto su pene duro, el presemen salia de la punta y el glande se veía muy rojo.

—Espera. —habló en un jadeó el guitarrista mientras se quitaba la camiseta, tenía demasiado calor. Sus lindos ojos azules amenazaban con lagrimear; se veían tan cristalinos, cómo si fueran de vidrio real.

A Scott le parecía adorable como le quedaba ese brasier de lencería rojo. Nunca había llegado a comprender por qué los usaba, las copas estaban casi vacías; suponía que quizás era para sentirse mejor con él mismo, para fingir que no era tan plano. Vio como se deshacía también de esa prenda, sus pezones duros rosas resaltaban en su pecho blanco.

El mayor fue sorprendido cuando su pareja le dio la espalda, colocándose de rodillas y apoyando su pecho sobre la cama. Una nalgada lo hizo regocijarse en su calentura. El más alto se puso en posición, tomó la base de su miembro para alinearlo a la entrada. Con lentitud comenzó a penetrarlo.

—¡Ah, despacio! —gritó el omega. Empujó su trasero hacia atrás, golpeándolo contra la pelvis del mayor.

—Oh, mierda... —jadeo el cantante. —Estás muy apretado y caliente aquí.

—Muévete, vamos —prácticamente le ordenó que lo hiciera. Sus gemidos inundaron la habitación. Su aroma tan dulce a fresas con crema llegaba a volver aún más caliente la situación.

Bon se perdió en ese movimiento de caderas que conocía bien. Su vista se nublaba, el interior de su prometido era una exquisitez que sólo él podía tener. Ese muchachito que vestía de colegial en todos sus shows lo prendía tanto. El hecho de que en breve iba a ser su esposa lo ponía muy contento, iba a ser suyo definitivamente.

—Toma... m-mi cabello —suspiró el menor, sosteniendo su cuerpo con sus manos. Su novio obedeció, jalando con fuerza los apenas largos mechones llenos de rizos. La saliva caía por los labios gruesos del más bajito, quien a su vez no paraba de lubricarse ante el placer que sentía, incluso su miembro goteaba. Su cuerpo se dobló un poco hacia atrás, sus exasperaciones se oían mucho más fuertes ahora. —M-Me voy a venir ¡Ugh!

—Vamos, hazlo. —movia su pelvis cada vez más desesperado. Le encantaba la forma en la que su miembro desaparecía dentro del interior de su omega.

—C-Cielo~ Más rápido... ¡Oow! —chillaba fuerte, estaba tan desesperado por escalar a su climax de una vez. —¡Sí, sí! ¡Así! —maneaba sus caderas, sentía sus paredes apretándose encima del pene del otro. Un fuerte placer lo atrapó, apenas podía respirar correctamente. —¡B-Bonnie, ah! ¡Te amo!

—Ugh, mierda —murmuró el alfa, las contracciones encima de su miembro lo estaban llevando al límite a él también. Podía sentir los fluidos de su novio volviendo más resbaloso el interior. No pudo resistirlo más; soltó el cabello dejando que su omega, quien se retorcía por la satisfacción de su orgasmo, se desplomara de la cintura hacia arriba pero no permitió que pasara lo mismo con el resto de su cuerpo. Pegó su pelvis una última vez antes de comenzar a acabar dentro. No le daba miedo ser papá, el más bajito tomaba anticonceptivos.

El nudo creció y los mantuvo unidos por varios minutos. Bon se recostó sobre la espalda del más bajito, sintiendo el sudor que corría por esa zona. Mordió su cuello, haciendo resaltar nuevamente esa marca que había dejado meses atrás.

—Te amo —murmuró Angus, siempre le dolía un poco ser anudado.

—Y yo a ti. —salió de él cuando pudo hacerlo. —Ve a bañarte, voy a pedir que traigan ese pollo por delivery.

—Aw, gracias —se movió un poco para besar sus labios otra vez. Estaba agotado, satisfecho y se sentía completo.

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