Pretty Boy ~ Brian x Angus
AU!Omegaverse
Alpha! Brian
Omega! Angus
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El sabor del café amargo que persistía en su boca y el humo del cigarrillo era lo que matenía despierto a Brian. Desde que la banda llegó a Estados Unidos, en un vuelo de varias horas, que no había podido descansar un segundo en el día. Tenían que ensayar las canciones que tocarían en su próxima presentación y probar sonido para la noche del próximo día.
Era la segunda vez que estaban en Los Ángeles, California, y las entradas se habían agotado en poco tiempo. Aquel detalle lo ponía ansioso, definitivamente los fanáticos esperaban un buen concierto y no podían dar menos. Sin embargo, su vida personal estaba tan compleja que apenas lograba concentrarse.
Le dió una nueva calada a su cigarrillo, se encontraba solo en el patio que tenía el hotel. La silla de madera le parecía muy incómoda, pero le resultaba agradable el sol de la tarde que calentaba su cuerpo. Podía respirar tranquilo con apenas abrigo; por lo que agradecía estar pasando el otoño en Los Ángeles, allí el clima era mucho más cálido que en Londres. Quería aprovechar bien las tres horas libres que la banda tenía antes de la cena.
No le importaron los pasos que esuchó en el pasto detrás suyo, hasta que vio como Angus tomaba asiento en la silla contigua a la suya. No entendía bien que quería ese omega, últimamente no paraba de seguirlo.
El guitarrista encendió su propio cigarrillo y le sonrió. —¿Qué haces aquí solo?
—Descanso. —respondió, quitandole la mirada de encima enseguida. Ahora sólo veía hacia la piscina vacía, seguramente el agua estaba helada. -Hace días que no podemos estar tranquilos.
—Te ves cansado.
—No estoy duermiendo bien.
—El divorcio debe ser estresante.
Brian lo miró curioso. Sí, todos en su círculo social sabían que estaba pasando por un divorcio, sin embargo Angus pareció tan indiferente ante la noticia que le sorprendía que sacara ese tema de conversación ahora. Habiendo tantas cosas mundanas o de mayor importancia para charlar, decidió tocar una fibra sensible dentro de él.
El alfa suspiró, tal vez podría ventilar un poco su situación. —Sí, lo es. No extraño para nada a mi ex-mujer pero... me sorprende que nuestras hijas no quieran saber nada de mí. —se quedó viendo al joven a su lado, notó como su cigarrillo estaba manchado con el labial rojo claro que traía puesto.
El escocés dejó salir el humo de su boca por última vez antes de apagar su cigarrillo en el apoyabrazos de la silla. —Qué triste debe ser eso. —se acomodó mejor para mirarlo directamente a la cara.
—Es frustrante, dí mucho por ellas. —imitó su acción y arrojó su cigarrillo al pasto para apagarlo con su zapatilla. —No encuentro algo que me relaje ahora, y no quiero resignarme a beber, ni al juego o esas cosas. —lo observó de arriba a abajo, esa falda de jean le quedaba muy bien. —Creo que mañana buscaré algún omega para divertirme.
Young apretó los puños antes de hablar. —No creo que será necesario. —mordió su labio inferior ansioso. —Yo podría ayudarte con eso.
El cantante tragó en seco. El dulce aroma a fresas con crema de ese omega le parecía especialmente atrayente. Se quedó callado un momento. —¿Estás... hablando en serio?
El omega rio un poco y asintió. —¿Por qué no seria en serio? Yo también estoy con ganas últimamente.
Johnson se quedó callado un momento, miró su reloj de pulsera y pensó que decir. —Todavía quedan más de dos horas para la cena, así que podríamos divertirnos un poco.
.
.
.
Algunos minutos después ambos se encontraban en la habitación de hotel de Brian. El alfa staba sentado en su cama, Angus estaba encima suyo repartiendole besos suaves y cálidos. Le resultaban curiosos lo cargados de amor que se sentían, era como si detrás de ellos hubiese algo más que sólo el deseo de bajar la celentura. Pero no se quejaría, hacia tanto no sentía esa clase de besos. —¿Tienes condones? —preguntó el alfa. Con una mano tomaba por la cintura al menor y con la otra acariciaba sus muslos desnudos.
—No me molesta que te corras dentro. —contestó pícaro, sonriendo por la excitación del momento. Acarició despacio el torso desnudo del mayor, su cuerpo marcado le resultaba tan atractivo.
—Lo haría, pero no quiero más hijos.
—Tomo anticonceptivos, no te preocupes. —se quitó su camiseta, dejando ver la forma en que su brasier apretaba sus pequeños senos. Comenzó a suspirar ante los besos que el alfa iba dejando sobre su cuello. Ese aroma a chocolate amargo y menta era tan masculino y a la vez delicioso.
Brian lo miró a los ojos con deseo. —Quítate la ropa.
El menor se recostó boca arriba sobre la cama. —¿No quieres besarme un poco más?
El alfa sonrió y dejó un beso en su boca. Le parecía que ya habían jugado mucho y él tenía muchas ganas de continuar. Desabotonó el único botón y bajó el cierre de la la falda de su acompañante. Seguido de eso le quitó sus bóxers, le parecía tan tierno que fuera a juego con su brasier. Cuando se colocó encima suyo, dispuesto a quitarle la ropa interior, él lo tomó por la nuca para besarlo otra vez. Sintió como abrazaba su cintura con sus piernas, apretandolo contra a su cuerpo.
—No me hagas esperar más —casi demandó Brian. Se apartó un poco de él para desnudarlo, fue apenas suave en el proceso. Tomó las rodillas del omega y separó sus piernas, dio un pequeño vistazo a sus genitales. —. Te ves tan lindo.
El escocés rio, casi tímido. Miraba a su acompañante directamente a los ojos cuando llevó su propia mano a su entrepierna, con sus dedos índice y mayor separó sus labios, dejando ver el interior de su vagina. —Mételo, Bri. —le rogó ansioso.
Johnson no pudo más contra sus ganas. Se deshizo de su bóxer, dejando expuesto su pene erecto. Acomdó las piernas del guitarrista, una a cada lado de su cadera, con su mano izquierda sotuvo la base de su pene y con el otro apretó el muslo derecho del chico. Con lentitud metió su miembro dentro de ese omega. Su interior era suave, caliente, apretado.
—Agh~ —jadeó el de rizos, echando hacia atrás su cabeza producto de la satisfacción que le causaba estar siendo penetrado. Empezó a tocarse para aumentar el calor del momento. —Bri- mhm~ —gimió cuando las estocadas empezaron. Con una de sus manos comenzó a masturbar su propio pene.
—¿Te gusta? —preguntó, ya sabía que diría que sí. El menor asintió apurado, se dio cuenta de que estaba relajandose: vio como cerraba sus ojos a la vez que dejaba salir pequeños gemidos y largos jadeos. Amaba la manera en que ese interior apretaba su pene.
—Bésame... —le pidió entre jadeos. El hombre encima suyo lo abrazó por la cintura y se acercó a su boca.
Los besos que iban y venían, las embestidas constantes, el calor en la habitación, sus aromas mezclandose, el sonido de sus pieles chocando; todo era tan excitante. El omega gemía el nombre de su acompañante con tal dulzura que Brian sospechaba que deseaba hacerlo desde hace tiempo. —Voy a... —gimió ronco el alfa. No tenía que terminar su frase, el otro ya entendía. —¿Quieres que salga?
Angus lo tomó por las mejillas, Brian no pudo evitar que su corazón latiera apurado al ver su rostro sudado con las mejillas rojas y esa sonrisa adorable. —No, claro que no. —dejó un beso suave sobre una de sus mejillas. Luego se mordió el labio inferior cuando sintió como su pelvis empezaba a calentarse de más, él también estaba cerca. —Si me tocas, p-podré llegar también... —Johnson le sonrió; agarró su pene para masturbarlo, también bajó su cabeza para regalarle algunos chupones en sus pechos suaves.
Young se retorcía con fuerza, quería correrse. El mayor se movía desesperado, estaba tan cerca de su deseado orgasmo. El inglés no pudo aguantar más, se sostuvo de las caderas del menor mientras acababa en él. El sudor le caía por la frente y el corazón le latía en la garganta. Jadeaba pesado y gemía ronco, moviéndose agotado.
El guitarrista chilló al sentir su interior siendo llenado con ese fluído caliente y el pene palpitando dentro de él. Eso fue suficiente para él, curvó su espalda cuando su clímax lo atacó. Su vagina se contraía a la vez que su pene soltaba pequeños hilos de semen. No podía callarse, gemía por el gusto.
Brian quiso salir de él, pero el otro no lo dejó al enredar con fuerza sus piernas en la cintura ajena. —El nudo, Ang.
—¿No extrañas hacerlo dentro de alguien? —sonrió lujurioso, todavía temblaba por su orgasmo. Apretó un poco los dientes cuando sintió como el nudo crecía entre sus paredes.
El más alto cedió. —Déjame acostarme. —hizo un esfuerzo para darlos vuelta, hacia podía descansar su espalda.
Al omega no le molestaba sentir su cuerpo desnudo y sudado sobre la piel desnuda del mayor. Tenía su cabeza sobre el pecho del más alto, sintiendo su corazón latir tranquilo. Amaba la forma en que acariciaba su espalda con cariño. Podría quedarse dormido incluso cuando aún tenía el pene dentro suyo.
Minutos después cuando el nudo bajó, el cantante le pidió que se levantara para separar sus genitales de una vez. Luego de eso, ambos se miraron en silencio, no sabían muy bien que hacer ahora. A pesar de que habían acordado sólo sexo para satisfacerse en el momento y eso no implicaba relacionarse sentimentalmente, a Brian le parecía incorrecto pedirle que se fuera.
—Me bañaré, ¿Sí? —le dijo. Antes de poder levantarse de la cama, el menor lo detuvo.
—Me gustas mucho, Brimi. —admitió mientras tapaba su torso desnudo con las sábanas. Al mayor le pareció tan curiosa la expresión tímida que tenía ahora, esa actitud ni siquiera se había asomado minutos atrás. —Por eso te ofrecí hacer esto.
—Yo lo sabía —aseguró sonriente. No lo sabía, sólo lo suponía. Se puso de pie para buscar algo de ropa. —. Por eso acepté.
—
Entonoces... ¿Ahora?
—No me molestaría tener una cita contigo, mañana estamos libres. —lo miró, esperando obtener una respuesta.
Angus asintió enseguida. Todo su cuerpo se sentía tan contento ahora. —Me encantaría.
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