Mistress for Christmas ~ Brian x Angus
Este one-shot CONTIENE UN HOMBRE USANDO VESTIDO.
No me interesan sus opiniones al respecto, muchos menos voy a leer sus críticas.
Si no lo quieren leer, no lo lean; tienen toda la libertad de no hacerlo <3
Ah, aviso por si acaso que esta historia sería el relato previo a "Wedding", parte uno y dos.
—————————————————————
Brian suspiró algo nervioso antes de tocar el timbre en el departamento de su novio. En uno de sus brazos llevaba una botella de vino bastante costoso y en la otra un ramo de rosas. Aquellos presentes eran sólo una distracción para el regalo de navidad real para Angus, pues en uno de los bolsillos de su pantalón había una cajita de terciopelo negro. Tal vez pedirle matrimonio en noche buena no era lo más convencional, pero no encontraba otro momento privado para hacerlo; además al día siguiente tendrían un almuerzo con su familia, así que sería la oportunidad perfecta para que todos recibieran la noticia de su compromiso. Aunque claro que eso último sería si su pareja aceptaba, sin embargo no se preocupaba por eso porque estaba seguro de que él diría que sí, ya habían hablado muchas veces de la posibilidad de casarse.
No tuvo que esperar más de un minuto para que la puerta fuera abierta. Se quedó casi atónito en su lugar al ver a su pareja. Su esbelta figura estaba cubierta por un entallado vestido rojo brillante que apenas sí llegaba hasta la mitad de sus muslos; encima usaba una chaqueta de jean para cubrirse un poco. El largo y rizado cabello caía libre hasta un poco por debajo de sus hombros.
—Pasa, amor —invitó Young al hacerse a un lado para dejar que el otro ingresara a su departamento. Apenas entrar el mayor extendió las flores a su novio, él las tomó con una tierna expresión de alegría en su rostro.
—¿Te gustan, cielo? —preguntó, su pareja asintió. El inglés besó los esponjosos labios del guitarrista, de inmediato pudo sentir un suave sabor a cerezas dulces. —¿Qué te pusiste en los labios?
—Sólo algo de bálsamo. —el más alto se tomó unos segundos para observar la sonrisa del menor, notando el brillo en sus labios. —Busca el destapador y ve a sentarte. Yo dejaré estas en agua y enseguida llevo la comida.
Johnson asintió, dejó la botella encima de la mesa cuadrada. Sobre el mantel blanco ya estaban puestos los platos junto con dos copas y los cubiertos. Fue hasta la cocina, esta estaba separada de la sala-comedor únicamente por una fina pared que la mantenía resguardada también de la entrada.
—¿Qué preparaste, amor? —le preguntó mientras sacaba el destapador de un cajón en la mesada. Vio como su pareja tomaba un guante de cocina.
—Enrollado de carne de res. Ah, y unas papas asadas. —se inclinó un poco para abrir al horno.
Brian se mordió el labio inferior al ver la forma en la que el trasero de su novio resaltaba gracias a lo ajustado del vestido. Se veía en serio sensual y aunque quería tocar, no iba a hacerlo sin su permiso. No dijo nada, sólo se retiró otra vez hacia la sala-comedor. Abrió la botella de vino y sirvió en ambas copas, el escocés apenas tomaba pero sabía que lo haría por ser una ocasión especial.
Poco después Angus salió de la cocina cargando un plato con algunas porciones de la carne y varios pedazos de papas cortadas de forma cuadrada. —Bien, amor, espero que esto tenga buen sabor. —le dijo sonriendo a la vez que dejaba el plato sobre la mesa. Se sentó frente a su pareja. —Sirvete tú primero.
—No, hazlo tú.
—Bueno, si insistes. —ambos rieron. El menor tomó sus cubiertos para llevar algo de comida a su plato. La verdad era que estaba hambriento. El inglés levantó su plato, esperando a que el otro le sirviera también. —Aprovechador —lo acusó con una sonrisa en su rostro. Puso un poco más de la cantidad que colocó para él mismo.
Durante toda la cena, Johnson no pudo pensar en otra cosa que no fuera la forma en la que le pediría matrimonio al menor. Apenas sí escuchaba todo lo que este comentaba. Se esforzaba por darle respuestas largas, pero no quería desviar sus pensamientos de la idea que ya se había echo.
—Siento que no me estás escuchando.
Aquellas palabras hicieron que el mayor despejara su cabeza por unos momentos. Vio como su novio revolvió un poco su copa antes de darle un sorbo al vino.
—Claro que sí, bebé —le contestó un tanto ansioso. Notó que aún quedaba algo de comida en el plato grande. No dudo ni un segundo en tomar un poco más de carne para evitar hacer sentir peor a su pareja. El escocés sonrió leve al ver su gesto.
—Veo que te gustó —dijo. Desvió su vista un momento para observar el reloj en la pared. Apenas eran las diez de la noche.
—Es que está delicioso, amor.
—Me alegra, pero guarda espacio para el postre.
Brian sonrió. Ahora que lo pensaba, su novio en serio se había esforzado en preparar la cena. Esperaba que cuando se casaran, su chico de esmerara en cocinar así de delicioso todos los días. Quizás era porque amaba oir la voz de su pareja o porque se perdía siempre en sus hermosos ojos claros, pero el tiempo comenzó a volar otra vez.
—Bebé —habló, dejando el tenedor encima del plato vacío. La tarta de duraznos había sido sencillamente un manjar. —No falta mucho para navidad —señaló hacia el reloj en la pared, ya quedaba poco más de diez minutos para que el reloj marcara las doce.
—Tienes razón. —se puso de pie. —Iré a buscar tu regalo. —le guiñó el ojo.
El inglés aprovecho el momento para buscar la cajita de terciopelo. La abrió, sonriendo al ver lo brillante que se veía. El gran zafiro oval se veía deslumbrante junto con los pequeños diamantes, uno a cada lado de la gema. Había comprado un anillo de plata para que se viera más fino y radiante, pero el oro blanco había sido su primera opción.
Escucho los pasos de su novio. Guardó la caja en un bolsillo de su pantalón del que podría tomarlo después.
—Supongo que es un buen momento para decirte que en serio te amo —aseguró el menor sentandose otra vez en su lugar. Dejó una caja negra algo grande encima del mantel.
—Yo te amo más, cielo —tomó las manos libres de su pareja, sintió los suaves que eran. Se detuvo un momento a mirar los delgados dedos de Angus, estaba seguro de que aquel anillo se vería muy bien en él.
—Feliz Navidad —dijo el menor al ver como las manecillas de su reloj de pulsera marcaban las doce en punto. El dorso de su mano izquierda fue besado y río por ello.
—Feliz Navidad —contestó Johnson.
—Abrelo ya —pidió el más bajo al soltarse del agarre del otro, tomó la caja para acercarla a su pareja.
—Gracias, bebé —se apuró a decir antes de sostener el presente, luego lo abrió despacio. Sobre un paño rojo reposaba una botella de whisky costosa, a su lado se encontraba un pequeña caja de tres bombones de chocolate con avellana. —Oh, amor —susurró antes de pararse para abrazar por la cintura al escocés. —Me encanta. En serio gracias.
—Sabía que iba a gustarte —le respondió dejando que besara sus labios con delicadeza.
—Yo también tengo algo para ti. —se sintió nervioso por un momento, sin embargo ya era el momento.
—¿Ah sí? ¿Y qué es? —preguntó curioso.
Brian se separó de él, apoyándose sobre una de sus rodillas delante de su pareja mientras buscaba la cajita en su bolsillo. El guitarrista pudo sentir su corazón latir en su garganta, estaba increíblemente expectante acerca de lo que pasaría.
—Asi que, hemos salido por años —comenzó con el discurso que llevaba un mes ensayando. —Pasamos por muchas cosas juntos y sé que aún nos quedan muchísimas más. —le mostró el pequeño objeto. —Te amo demasiado, más de lo que puedes imaginar. Me harías muy feliz si aceptaras pasar el resto de tu vida a mi lado. ¿Aceptarías ser mi esposo? —abrió la caja frente a los ojos del chico. La joya brilló gracias a la luz, igual que la mirada del menor, sólo que esta lo hizo por la ilusión.
—¡Sí! ¡Sí, claro que sí! —se tiro encima de él, abrazándolo con fuerza, cosa que provocó que ambos cayeran al piso. Brian tuvo que cerra la caja para evitar que el anillo se cayera. El más bajo besó los labios de su pareja, dejando luego varios besos cortos encima de su mejilla derecha.
—Dame tu mano entonces —el escocés se alejó, entregándole su mano izquierda. Lentamente le colocó en anillo en su dedo anular. —. Se te ve tan bien —le aseguró viendo como la linda joya se veía preciosa en su pareja. —. Eres adorable.
El menor sonrió, desviando luego su vista hacia la forma en la que aquellas gemas relucían en su dedo anular. Aquello sólo demostraba el amor que en serio le tenía ese hombre. —Te amo —le dijo otra vez.
—Yo también, bebé. —plantó un beso en los labios de su pareja.
—Ya quiero comenzar a organizar todo. —tomó por los hombros al más alto, sentandose encima de su regazo. Acomodó sus piernas para evitar que se viera su ropa interior, el vestido lo hacía sentir en serio bonito pero le incomodaba levemente la manera en que se ajustaba a una parte bastante alta de sus muslos.
Brian se sintió un poco ansioso, colocando sus manos encima de la cintura de su pequeño novio. Solían tener contacto físico, sin embargo nunca habían tenido relaciones. Se habían prometido que su primera vez juntos sería en su noche de bodas.
—El pastel será de chocolate, ¿Verdad? Y necesitamos buscar un salón muy grande, quiero invitar mucha gente. —sobó un poco los hombros de su pareja, quien sonreía dulce al escucharlo hablar. —Quiero usar un vestido. ¿Te gustaría eso?
—Me gustaría cualquier cosa que te haga feliz. —besó sus suaves labios nuevamente. —Además, te verías hermoso en un esponjoso vestido de novia.
El menor se dejó caer encima de su pareja, lo amaba demasiado. Brian lo abrazo con ternura, estaba seguro que haber conocido a su ahora prometido era una de las mejores cosas que le había pasado en la vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro