Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Love Song ~ Bon x Malcolm & Brian x Angus

Dear_Simp

Aquí tienes :)

————————————————————

—¡Estoy tan emocionado por esto! —dijo Angus mientras revolvía su armario, buscando algo que ponerse para esa noche.

—Yo igual. —respondió su hermano sonriendo. —Iré a bañarme. —y se fue hacia el cuarto de baño con algo de ropa en la mano.

El menor se quedó mirando las prendas que había elegido. Hacía calor, era verano, así que eran cosas que no dejaban mucho a la imaginación en realidad. Pero él estaba bien así, no le importaba.

Ya se había bañado hacía un rato, así que solamente se vistió. Colocándose ese short de jean que tanto le gustaba y una camiseta de manga corta verde entallada que no tenía ningún estampado. Sus zapatillas negras de cordones blancos estaban algo desgastadas, pero las usaría igual. No estaba seguro de a dónde irían, pero tampoco creía que fuera un lugar muy fino. Era algo simple y cómodo, perfecto.

Malcolm entró a la habitación pasados algunos minutos. Usaba un pantalón de mezclilla acampanado y una camiseta sin mangas blanca. Se sentó en su cama para desenredarse sus cabellos mojados. Luego le pasó el cepillo de cerdas suaves a su hermano mientras él conectaba el secador.

—Chicos, están llamando a la puerta. —dijo Alex al entrar al cuarto sin prestar mucha atención, para después seguir caminando hasta su habitación.

—Ah, bien. —respondió el menor de los tres, dejando el cepilla a un lado. Tomó su perfume de una repisa y se puso un poco.

El otro presente apagó el aparato y dejo el secador sobre el escritorio. Acomodando su cabello un poco frente a un espejo de mano que estaba ahí.

Ambos bajaron las escaleras para irse.

—Oh, no, no, no. Definitivamente no. —frenó George a los dos, abriendo sus brazos para no dejarlos ir más lejos. —Vas y te cambias eso. —dijo mirando de arriba a abajo al menor de ellos.

Este suspiró, cruzandose de brazos. —No molestes. —respondió y sólo logró hacerlo enojar.

—¡Mamá! ¡Mira lo que tiene puesto Angus!

Margaret salió de uno de los cuartos, estaba organizando algunas ropas viejas de invierno con las que no sabía que hacer. —¿Qué pasa? —preguntó ella, sin entender el problema muy bien.

—Mira ese short, es muy corto.

—Bueno, sí que lo es, pero creo que se ve lindo. —le restó importancia, no era algo que le preocupara en serio. —Diviértanse los dos y no vuelvan muy tarde. —besó las mejillas de sus hijos que estaban por salir y acarició el cabello del otro para volver a su tarea, quería terminar con eso de una buena vez.

El de rulos sacó su lengua de forma burlona cuando su madre se fue y George se cruzó de brazos, arqueando una ceja. Ya le enseñaría a ese niño.

—Ahora, si nos disculpas, los estamos haciendo esperar demasiado. —habló sonriendo victorioso para moverse hacia la salida, siendo seguido por Malcolm, quien ni siquiera se inmutó en la reciente situación.

Angus abrió la puerta casi desesperado, saltando encima de su novio rápidamente. Brian se tambaleo un poco y puso sus manos debajo de sus muslos para evitar que ambos se cayeran. Metió su cara en la curveadura de su cuello y besó despacio.
Malcolm sólo camino hasta Bon, besando con dulzura su mejilla. Él sostuvo su cintura despacio, feliz de verlo.

—¿Ya nos vamos? —preguntó el más alto de los presentes, tomando de la mano suavemente a su pareja después de que éste cerrara la puerta de la casa.

—Me gustaría. —dijo Johnson. —Ang, cielo, bajate. —despacio lo dejó en el piso para rodearlo por los hombros con uno de sus brazos y acercarlo más a él.

Los cuatro comenzaron a caminar mientras charlaban sobre qué comerían, el Sol iba cayendo. Se suponía que se reunirán a la hora de la cena y que buscarían un lugar que les pareciera bien a todos. Terminaron en un puesto de perros calientes, eso era algo que todos podían y querían comer.

—Hay una feria aquí cerca. Podríamos ir si quieren. —propuso Brian cuando terminaron de comer, arrojando su lata de cerveza en un bote de basura.

—A mí me parece bien. —Scott tomó la mano de su novio, entrelazando sus dedos para caminar con él.

El lugar estaba ubicado en un baldío grande. Las luces del lugar iluminaban todo el terreno y sus alrededores, incluyendo las casas que estaban cerca. El lugar estaba muy lleno de gente, apenas entrar notaron la cantidad de fila que había para todos los juegos.

—Oh, mierda, mira ese perro. Es gigante. —habló Malcolm, mirando hacia uno de los puestos donde los peluches colgaban de sus caños de soporte.

—¿Lo quieres, amor? Puedo conseguirlo para ti. —sonrió, tomándolo de la mano con un poco más de fuerza para llevarlo hasta la fila.

—¿Estás seguro? Esos juegos suelen ser una estafa.

—Trabajé aquí un verano, conozco sus trucos. —guiñó uno de sus ojos.

—Bien, bien —rio un poco. —¿Ustedes dos qué quieren hacer? —preguntó dándose la vuelta, notando que la otra pareja ya no estaba ahí con ellos.

—Ah, ya irán a volver. Nosotros vayamos.

A los pocos minutos, Brian y Angus volvieron a aparecer. Llevaban un helado cada uno e iba riendo, se pararon al lado de los otros dos, total no había una fila muy bien formada y nadie se iba a quejar de que se hayan metido.

Cuando llegó su turno, Bon le dio algo de dinero a la señora que atendía ese puesto y tomo una de las tres pelotas pequeñas que le ofrecieron. En seguida llevó su mano hacia atrás y la arrojó con fuerza, apuntando justo a la botella que estaba en el medio de la base en la pirámide. De inmediato todas las botellas cayeron al piso. Scott se cruzó de brazos, orgulloso de su logro.

—Aw, cielo. Es tan lindo. —habló Malcolm, abrazando el perrito rubio de peluche que era tan felpudo y suave como uno real. Beso despacio su mejilla en forma de agradecimiento.

—Déjame tocarlo. —pidió su hermano, acercandose mientras levantaba sus brazos hacia él.

—Ni se te ocurra, limpiate las manos antes.

—No tengo como.

—Entonces, alejate. —quitó el peluche de su alcance, haciendo reír a los otros dos presentes.

—Bien, conseguiré el mío. —sacó algo de dinero del bolsillo de su short, dejando el dinero sobre la mesada y tomando una de las pelotas.

Scott se acercó a él. —Golpea la que está en el medio de la primera fila. —susurró pretendiendo que nadie más lo oyera, el menor sonrió y arrojó con fuerza.
Finalmente terminó con un gordito y esponjoso pingüino entre sus manos. Se veía bonito y olía también así, como a manzanas acarameladas.

Los juegos en la feria eran casi todos iguales y la mayoría estaban falseados o trucados a propósito, ellos lo sabían bien pero no les importo gastar su dinero en eso. Después de todo, iban a divertirse, así que no importaba tanto ese asunto. Además no había que tener tanto efectivo, los puestos eran baratos.

Ya se hacía bastante tarde cuando salieron del lugar. Bon y Malcolm tomados de la mano, mientras éste último cargaba aún el perrito de pelaje de lana en su otro brazo. Brian iba secándose la cara con su camiseta, pues su novio le había disparado con una pistola de agua en uno de los puestos y Angus caminaba a su lado, riendo aún por eso y casi arrastrando su peluche.

No eran muchas las veces que salían juntos. Algunas pocas que eran cada cierta cantidad de meses, así que decidieron quedarse un poco más sentados en la plaza que estaba casi a la salida del baldío. Allí también había bastante movimento de gente.

El mayor de los hermanos se dejó caer sobre el pecho de su novio apenas se sentaron en una banca, siendo rodeado por los brazos de éste. No pasó mucho antes de que la otra pareja comenzara con un par de juegos que los llevaron a los besos, de esos suaves pero ruidosos. Al estar también tan cerca de sus labios, Scott se tentó a besar los de su compañero, dando un pequeño piquito que él recibió gustoso y devolvió luego.

El ambiente que creaban era agradable para los cuatro. No había problema alguno entre ellos a pesar de las grandes diferencias que se notaba siempre. Era obvio que ambas parejas se movían en dos círculos distintos pero seguían siendo muy unidos, mayormente por el vínculo de sangre entre ambos Young.

Cómo sea, así estaban bien y la pasaban bien. Reunidos en una noche de verano para divertirse.

.
.
.

El menor suspiró al dejarse caer en la cama, sonriendo con los ojos cerrados al sentir el peluche debajo de él.

—¿Qué tal estuvo? —preguntó su hermano mientras se vestía para dormir.

—Bastante bien, deberíamos repetir la salida. —respondió Angus mirándolo.

—Pronto lo haremos entonces. Descansa.

—Igualmente.

El más alto apagó la luz de la habitación antes de acostarse en su cama, pensando únicamente en lo bien que se le había pasado esa noche y que en realidad si era buena idea salir más seguido en citas dobles con ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro