Dirty Deeds Done Dirt Cheap ~ Phil x Mark
Alto ahí. Nuevamente este es un escrito que está exagerado para verse más erótico. Contiene menciones de cosas que no son posible en el cuerpo humano, ya sabrán a que me refiero cuando vayan avanzando.
Va para Dear_Simp
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La mirada de Phil estaba desorientada entre la semi oscuridad del cuarto, sólo la lámpara sobre la cómoda estaba encendida y la luz de la luna entraba levemente por la ventana. Hacia una hora que su novio le había ganado un juego de cartas; las reglas habían sido claras y el castigo para el perdedor era fuerte: este debería ser el pasivo durante esa noche. Ellos jamás habían probado el sexo con penetración, así que sería la primera vez de cualquiera de los dos.
El baterista había caído mucho más rápido de lo que creyó que lo haría. Aunque le costó aceptarlo y ceder, ahora su boca soltaba jadeos, gemidos y maldiciones. Evans jugaba descaradamente con su agujero, el cuál ya se encontraba lo suficientemente dilatado y húmedo para ser penetrado pero el bajista estaba tan fascinado con la sensación de tocar directamente las paredes de su novio que deseaba seguir un poco más. Mientras preparaba su esfínter, lo masturbaba para darle mayor satisfacción.
—¡Mark! —gritó cuando sintió su próstata ser aplastada y su glande acariciado con el pulgar de su novio. —¡Y-ya! ¡Amor! ¡En serio, b-basta! ¡NGH! —una fuerte sensación de calidez se hacia presente con cada vez más atrevimiento en su pelvis, haciendo que el nudo caliente apretara allí. La mano del más alto aceleró su paso sobre su falo, moviéndose más rápido.
Rudd apretó sus párpados con fuerza, tomando la muñeca de Mark para que se detuviera. Al contrario de sus deseos, este siguió con mayor rapidez; sabía que si quería que parara era porque el orgasmo amenazaba con desbordarlo de placer y él quería ver eso.
—¡N-No! ¡Cielo! ¡M-Me vengo! —sintió como los dos largos y gruesos dígitos se curveaban en su interior, abriendolo aún más y apretando su hinchada almendrita.
A los pocos segundos de su aviso, el mayor se vio obligado a soltar su semen. Ya no aguantaba más la excitación y el placer que su delgado cuerpo había acumulado. Sus paredes se contrajeron con fuerza, estaba experimentando por primera vez lo que sentía un orgasmo con algo dentro. El líquido disparó a su torso y rostro. Mark se separó, dejando su interior vacío; luego pasó lentamente su caliente y húmeda lengua por los temblorosos muslos internos de su compañero.
El bajista se paró de la cama viendo como su pareja se encontraba algo atontado por lo que acababa de ocurrir, simplemente fue un muy bueno, había alcanzado un nuevo nivel de excitación.
Acabó de desnudarse bajo la mirada del baterista, quitándose sus pantalones y boxers para quedar ahora sí totalmente desnudo. Su pene erecto saltó de inmediato, casi chocando contra su estómago. La punta estaba al descubierto, roja, un tanto húmeda por los fluidos que ya habían comenzado a salir de él gracias a la excitación.
Sin decir nada, se arrodilló sobre la cama y tomó las piernas del chico frente a él. Rudd jadeo por el agarre tan fuerte, sentía su agujero palpitar ansioso por ser llenado otra vez, eso le aterraba, jamás se había sentido necesitado de esa forma. —Amor. —lo llamó, mirando directamente a sus ojos.
El nombrado sonrió ante las bellas orbes claras del muchacho debajo de su cuerpo. —Avisame cuando quieras parar. —no importaba que tuviera tantas ganas, no sería un animal con él. Dejo ambas piernas a los costados de su cadera, comenzado a tantear la entrada con la punta de su miembro, haciendo que ambos jadearan en deseo. Lentamente apoyó el glande contra su novio, empujando despacio para meterlo.
—¡M-Mark! —jadeó escandalizado. Sus paredes se abrían como jamás habían estado antes para poder recibir a su pareja en su ajustado y húmedo interior.
—Ngh, eres estrecho. —sus hombros fueron jalados con fuerza para que bajara su rostro, su compañero empezó a besarlo con desesperación intentando calmar las intensas contracciones de satisfacción entre sus paredes.
Sus labios se juntaban y se movían, igual que comenzaban a hacerlo las caderas del bajista. Se mecia en un ritmo suave, lento, amoroso, buscando hacer que el mayor disfrutara de las nuevas sensaciones en su anatomía. De a poco lo sentía soltarse y dilatarse para él. Cuando se separaron, Mark se acomodó mejor, cubriendo todo el cuerpo debajo suyo y abarcando lo mejor que podía su interior. El baterista tomó sus hombros apretandolos para tratar de relajarse un poco más a la vez que cerraba sus piernas en la cintura de hombre encima suyo. La posición del misionero hacia que las embestidas fueran bastante profundas.
Los jadeos comenzaban a volverse pesados y fuertes, pequeños espasmos recorrían el sensible cuerpo de Phil, quien sentía que podría volver a venirse si seguían así por más tiempo. Y no sólo lo sentía, realmente ocurriría. Le avergonzaba e incluso le asustaba el hecho de que aquel nudo ya se formara en su vientre bajo. Estaba empezando a desesperarse por un poco más de contacto, quería más tacto, más caricias, más besos.
—Mhm~ a-amor... —gimió, nunca lo había hecho ese tono agudo antes. Se oyó tan sumiso y rendido ante su pareja, le causó un bochorno tremendo. Si bien sus mejillas ya estaban rojas del esfuerzo, ahora lo estaban todavía más por la vergüenza. Sus ojos se cristalizaban lentamente, si ser penetrado lo hacía llorar iba a volarse la cabeza, ya se lo había jurado. Casi que gritó al sentir su próstata comenzar a ser atacada.
—Tranquilo. —susurró contra su oido, mordiendo su lóbulo después. —Lo haces... i-increíble. —suspiro con pesadez, Phil estaba muy caliente y aún algo apretado ahí dentro. Se reincorporó, quedando arrodillado mientras sostenía la cintura ajena con ambas manos. Las piernas del baterista se cerraron para atraerlo a él y así evitar que saliera, era difícil admitirlo pero le gustaba lo que sentía.
—Ugh, Mark. —lo llamó entre jadeos relajados que comenzaban a volverse fuertes nuevamente. Rasguñando las sábanas para tratar de descargar el placer que sentía.—C-Creo que aquí viene otra vez. ¡Aah~! —gimió nuevamente en un tono bastante agudo, todo su cuerpo se contrajo sobre su caliente y suave pelvis. Espasmos lo recorrían por completo, algunas pequeñas lágrimas caían por su cara roja. Estaba tan cerca de venirse, trataba de escalar al orgasmo pero se sentía limitado en sus acciones.
Una de las manos de Evans soltó su cintura y fue hacia su vientre bajo, presionando levemente. La espalda de Phil se arqueo violentamente mientras su entrepierna se levantaba en dirección a su novio, tratando de que entrara incluso más en él. Llevó sus ojos hacia atrás y rio en un nervioso placer al sentir el final de su cavidad ser golpeada; risa que de a poco se volvió un gemido excitado y de pura satisfacción al sentirse eyacular otra vez, retorciéndose nuevamente e incluso regresando su mirada para dejarla cruzada sobre su nariz. Mancho su torso y apenas su mentón, realmente se estaba viniendo fuerte.
Cuando el placer se dispersó por el resto de su organismo, se asustó de si mismo por un segundo. Era la segunda vez que se venía en tan sólo cinco minutos y esta vez ni siquiera había sido necesario que tocara su miembro. ¿Qué le estaba pasando? No tuvo un descanso para reflexionar sobre como su orgullo se escapaba, pues la mano del menor siguió recorriendo su estómago mientras aceleraba el movimiento de sus caderas . —E-Espera, Ma- —trató de hablar, su sensible cuerpo comenzó a experimentar salvajes espasmos a la vez que sus paredes se contraían ferozmente en satisfacción. —S-Siento que... aah~ Siento que viene algo más. ¡Ngh! —mordió su labio para callar un poco sus gritos.
—Tu próstata está muy hinchada, a-amor. —besó la punta de su nariz.— Tal vez sea eso. —jadeaba con la voz pesada. Se sentía muy bien estando dentro del dilatado y húmedo agujero de su novio.
—¡N-No! ¡No es eso! ¡Aah~! ¡M-Más! ¡Dame más! —le suplicó, los dedos de sus pies se cerraron mientas sus piernas atraían aún más el otro cuerpo al suyo. —¡Creo... Ngh~! ¡C-reo que me voy a venir por el culo! ¡M-maldita sea! ¡Ugh! —lágrimas y saliva resbalaban por sus mejillas y mentón.
El bajista rio con bastante volumen al sentirse superior a él por estarlo dominando de una forma tan bruta. Volvió a tomar su cintura con fuerza y se esmero a penetrarlo con bríos con el único afán de generarle otra reacción tan fuerte como la reciente eyaculación.
—¡Oow! ¡Ugh! ¡Amor! ¡Me siento a punto de acabar! —sus piernas temblaban cada vez más, el nudo en su pelvis apretaba y el calor en su estómago se volvía más intenso con el pasar de los segundos. Se parecía en algunos aspectos al orgasmo de hacia unos instantes atrás, pero no era igual en todos.
—L-Lo sé. Me aprietas mucho. —gimió ronco. —No me falta m-mucho a mi tampoco. ¡Ah, sí!
—¡Ngh! ¡¡MARK!! ¡AMOR, AQUI VIENE! ¡AAH~! ¡TE AMO, CIELO!—grito agudo con todo el aire que tenía en sus pulmones mientras sus paredes se apretaban y humedecian el miembro de su novio. Su espalda se arqueó en una perfecta C, pegando su trasero a la pelvis de su pareja, dándole a entender que era de y para él. —¡OOW! ¡M-MARK! ¡OH, MIERDA! ¡¿Qué es esto?! —lloriqueaba escandalizado, realmente no se parecía en nada a las sensaciones que experimentaba cuando tenía un orgasmo convencional; esto era más profundo, más extenso e incluso muchísimo más satisfactorio. Fluidos salían a montones del agujero de Phil y mojaban toda la sábana debajo de él.
—N-No lo sé, cielo, pero sigue así.
Mientras el cuerpo debajo suyo se venía sin control, retorciéndose y temblando, Mark podía sentir su pene palpitado y el nudo en su vientre bajo haciendo cada vez más presión. La humedad dentro del mayor se resbalaba por sus muslos delgados y nalgas para caer al colchón. El fuerte chapoteo que se oía y los agudos gritos y chillidos del baterista hicieron que no pudiera contenerse por más tiempo, liberandose para rellenar hasta rebalsar el interior de su pareja.
Rudd se sintió aliviado. La calentura comenzó a bajar hasta dejarlo cada vez más tranquilo. Los potentes choques eléctricos de placer ahora sólo eran pequeñas oleadas de contracciones sobre su pelvis.
—Ahora sí que te luciste. —salio despacio de él, abandonando el interior.
—Ahg, mierda. —suspiró, tratando de recuperar el aliento. Había sido una sesión violenta para su cuerpo inexperto en esa clase de placer.
Ambos se acurrucaron. La cama era un pegajoso desastre de fluidos, sin embargo no les importó.
—Amor, ¿Puedo decirte algo?
—Creo que... —jadeo. —a estas alturas puedes decirme lo que sea.
—Hice trampa en el juego.
Rudd se sintió casi congelado en su lugar. Frunció su ceño con fuerza y lo miró de manera acusadora. Él había trucado su baraja para poder estar arriba esa noche.
—Eres un hijo de puta. —declaró, dándose la media vuelta para no tener que verle la cara. Un dolor agudo punzo sus caderas y trasero, lo ignoro lo mejor que pudo.
—Lo siento. —besó su hombro sudado. —Pero bien que te gustó mucho.
—Cállate y duérmete.
—Yo también te amo. —acaricio sus cabellos antes de volver a la posición en la que estaba y tratar de relajarse. El cuerpo de su pareja lo tentó, así que se acomodó en posición de cucharita para abrazarlo mientras dormían.
Phil no lo admitiría jamás, pero realmente agradecía que él hubiera hecho trampa pues conoció un nuevo nivel de placer y diferentes formas de tener un orgasmo que ni siquiera sabía que existían.
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