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Bad Boy Boogie ~ Phil x Angus

A pedido de PamelaHdz321

Este one-shot está escrito encima de una vieja historia Bon x Malcolm que ya no volveré a subir y quiero aprovechar el espacio xd

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—¿Vas a acompañarme esta noche?

Esa dulce voz hizo que Phil dejara el trapo que estaba usando para limpiar el sudor de su frente. El calor de la noche y las luces del escenario creaban un ambiente muy pesado. —Sabes que sí, primor. —no importaba que tan cansando estuviera por el recital, siempre tendría energías para disfrutar un poco con ese lindo guitarrista.

Angus se lanzó sin pensarlo a los brazos de Rudd. Había tenido que huir de un par de insistentes groupies para llegar hasta el camerino dónde sabía que lo encontraría. Ese beso candente era sólo una forma que tenían de iniciar todo el proceso que implicaba satisfacer sus deseos carnales.

La puerta fue tocada de forma persistente y pese a sus ganas, el baterista tuvo que separarse del menor para ver de quien se trataba. Abrió la puerta completamente, esperaba ver a alguien de la banda y todos ya sabían que ellos dos se encontraban para mantener relaciones. —¿Qué pasa?

—Ya nos vamos al hotel. —contestó Malcolm, intentando ver por sobre el hombro de Phil para asegurarse de que su hermanito estaba con él. Sin embargo, no pudo asegurarse de nada. —¿Angus está contigo? —preguntó un poco preocupado. No lo había visto desde que corrió por los pasillos backstage luego del show, aunque quiso no logró alcanzarlo.

—Sí, está aquí. Y me lo voy a llevar a mi cuarto para follar un poco. —se burló internamente de la expresión asqueada del ojiverde.

—Bien, sólo... no lo contagies de nada.

—Ya no molestes, corazón. —lo obligó a darse la vuelta y palmeó su hombro para que se retirara de una vez, el mayor lo entendió perfectamente. —Ya lo oíste, nos vamos al hotel. —dirigió ahora sus palabras el de rulos, quien lo observaba sentado sobre una mesa pequeña.

—Oye, ya te dije que si lo seguías tratando mal, te quedarías sin sexo gratis. —no se dejó abrazar por el otro, le molestaban algunas actitudes y quería que lo notara.

—No podrías dejarme, Ang. A ti también te encanta hacer todo esto.

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Una lámpara de noche era lo único que iluminaba a los amantes. Phil bebía una lata de cerveza helada sentado al borde de la cama, mientras Angus le practicaba un oral ruidosamente. Dejó caer algo de la bebida alcohólica sobre el cabello del más bajo sólo para molestarlo, provocando que de inmediato se quitara el miembro de la boca.

—¡¿Qué haces?! ¡No tienes idea de lo que cuesta tener el cabello bonito! —reclamó a los gritos fastidiado, corrió hasta el baño del cuarto luego. Vio en el espejo como parte de sus rizos se veían aplastados en la cima de su cabeza. Se apresuró a echarse agua para al menos disipar el olor que le resultaba tan desagradable.

Detrás suyo, Phil reía apoyado en el umbral de la puerta. Se había quitado la camiseta que llevaba puesta y ahora se dedicaba a observar a Angus con esa superioridad que amaba sentir. No lograba entender como siempre volvía hacia él, si cada vez que se encontraban le hacía alguna maldad únicamente por diversión. Nunca buscaría lastimarlo en verdad, pero le gustaba jugar a despertarle emociones fuertes y a provocarle pensamientos erráticos.

—No te rías, bárbaro. —ordenó el guitarrista, apretando los dientes por la bronca. Acomodó también sus calzoncillos, la única prenda que estaba usando. Pudo ver a través del espejo como el australiano se acercaba a él, aprisionandolo contra la mesada del baño.

—Disculpame, bebé. —tomó los extremos de la ropa interior del otro, bajandola de un solo tirón para que ambos estuvieran completamente desnudos. —Vamos a hacerlo aquí, quiero que veas tu reflejo mientras hago que te derritas del placer.

Aquellas palabras en esa perfecta voz masculina hicieron que la piel del más bajo se erizara. Su corazón latía veloz y se dejó llevar cuando una mano lo tomó de forma posesiva de su cintura mientras que la otra levantaba su pierna para dejar lugar, apretando su muslo derecho con ganas.

—Si te pones más gordito, voy a tener más para apretar. ¿No te gustaría eso?

—Me cuesta engordar. —admitió, observando en su reflejo como el pene erecto se acercaba a su agujero.

—Con lo rico que cocina Ellen, me sorprende.

Young abrió sus ojos de golpe. En todo el día no había pensado en su esposa. Ella seguro estaría preocupada esperando su llamada aunque ya fuera tan tarde. Cerró los ojos restándole bastante importancia cuando sintió la punta del miembro erecto jugar con su entrada apenas dilatada. —No estoy preparado todavía... —habló entre jadeos pesados. Estaba en puntitas de pie, casi totalmente levantado del suelo y eso requería un esfuerzo que estaba comenzando a dolerle.

—¿Ahora vas a decir que quieres condón y lubricante? —se quejó un poco, nunca eran precisamente cálidos ni románticos en sus encuentros, tampoco se preocupaban de cuidarse. —¿No quieres un anillo de compromiso también? —siguió hablando ante el silencio apenado del europeo. No desarmaría la posición en la que estaban, le resultaba excitante ver la expresión de leve tristeza en ese chico, sabía que le dolía mucho que le hablaran mal, así que aprovecharía el momento un poco más.

—No te cuesta nada ir por condones. —se animó a decir, estaba molesto ya.

—¿Y por qué debería hacerlo yo? Ambos somos hombres, cualquiera puede encargarse de comprar estas cosas.

—Tú eres el que la mete siempre. —fue soltado re forma algo brusca, provocando que casi se golpeara contra el mesón al caer tan fuerte. —¿Qué mierda te pasa? —reclamó enfadado.

—Sientate encima de esto, voy a trabajar un poco.

El de rizos obedeció, abriendo sus piernas lo más que podía. Phil se colocó entre estas y no esperó para comenzar a lamer la zona que profanaría en poco tiempo. Angus no quiso contener sus gemidos, estaba caliente y esa sensación lo hacía sentirse muy bien; sentía que finalmente podía relajarse luego del día tan agitado que habían tenido.

—Mmh~ no pares, amor... —colocó ambas manos sobre los cabellos del otro, sintiendo como sus muslos eran tomados con fuerza a cambio.

El baterista decidió hacerlo disfrutar por un rato más. Aunque quisiera metersela de una vez, la realidad es que estaba buscando que el mas bajito disfrutara un poco de otros estimulos también. Supo que era suficiente cuando comenzó a sentir las contracciones sobre la pelvis del contrario, su intención no era que se corriera tan pronto.

—Ponte bocabajo, aún quiero que te veas. —habló cuando se separaba.

Angus acató la petición sin problemas. El mármol frío sobre su cuerpo caliente era conflictivo para su mente. Sentía sus pezones duros contra la mesada y esa sensación no le agradaba del todo.
Phil se colocó detrás de él, separando sus nalgas para ver mejor la abertura. Su pene ya le dolía y no iba a seguir esperando para meterla. Apoyó la punta para hacerlo jadear un poco, luego con lentitud la metió despacio. Lo hubiese hecho de una sola embestida si las paredes del guitarrista no fuesen tan apretadas. Podía escucharlo gimotear abrumado por el calor que sentía.

—¿Te gusta, bebé? —preguntó, meciendose lo más rápido que podía por el momento. Sostenía las caderas flacas para no perder el equilibrio ni el ritmo.

El más bajito asintió. Aquella era una sensación excelente. —Ve más rápido... ah~

—No puedo, estás muy apretado. —acarició la delgada espalda con una de sus manos. —Intenta relajarte un poco más.

—¿Y si mejor intentas excitarme un poco más? —sugirió, casi como un reto. Su largo cabello fue tomado con fuerza, obligándolo a curvear su espalda casi dolorosamente. —¡Aah!

Rudd sintió que tenía el paso libre realmente, las paredes estaban bastante más abiertas. No estaba seguro si era por el placer o por la posición, pero lo único que le importaba es que podía ir más profundo. Angus se aferraba como podía del mesón, veía su reflejo casi fascinado por sus propias expresiones. La mano libre de Phil acarició su pecho, deteniendose luego a apretar su pezón izquierdo.

—Mmh~ ¡Así, Philly! —gemia por los estímulos en su cuerpo. Podía sentir perfectamente el miembro dentro suyo, golpeando una y otra vez el final de su cavidad mientras acariciaba su próstata.

—Eres excelente en esto~ —aseguró el baterista aunque el escocés no hacía mucho más que quedarse quieto y dejarse penetrar. Lo decía más que nada porque el interior caliente apretando su longitud eran como un sueño. Escuchar esos gemidos tan dulces lo hacían desear con todas sus fuerzas que el chico debajo suyo se corriera de una vez, sólo así él podría tener su orgasmo sin sentirse avergonzado por acabar tan pronto.

—¡Sigue! —gritó de golpe al sentir la velocidad aumentar. Cerró sus ojos apenado, ya no quería verse en el espejo. —M-Me voy a venir pronto...

—Sabes lo mucho que me p-prende eso. —quitó los dedos que pellizcaban los pezones para jugar ahora con la desatendida erección del más bajo. Estaba seguro de que él lo necesitaba.

—Ooh~ joder —llevó ambas manos detrás de si, colocándolas sobre el cuello del menor para apegarse su cuerpo. Sintió como su cabello era soltado y eso lo alivió de alguna forma. —¡Aah~! ¡Apúrate, estoy c-cerca!

Las embestidas no paraban por ninguna razón. Young parecía perdido en las sensaciones, ese exquisito placer era algo que no cambiaría por nada. Las manos jugando con sus puntos erógenos, esa voz grave jadeando contra su oído, el miembro erecto dentro de su cuerpo sensible. Todo lo estaba arrimando al límite sin más. Ya no podía formular palabras, las piernas le temblaban y su pelvis le dolía.
Ni siquiera pudo avisar que iba a venirse, simplemente lo hizo soltando un pequeño chillido producto de la liberación que experimentó. Phil maldijo fuerte antes de comenzar a llenarlo con su esperma caliente.

El activo no se tomó más tiempo, retiró su pene del interior para apreciar al guitarrista por unos instantes, quien se aferraba del mesón para intentar recuperar el aliento. Las piernas le temblaban y estaba muy sudado, no le quitó la importancia que se merecía el hecho de que la esencia de ambos se escurría por sus muslos delgados. —¿Quieres otra ronda? Podemos ir a la cama ahora. —preguntó, abrazándolo desde atrás por la cintura. Seguro estaba tan agotado, pero sabía que no le diría que no al sexo.

—Me encantaría. —se dio la media para abrazarlo por un momento, quería volver a la acción lo más pronto posible.

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