[AU] Luego de una fiesta alocada y en estado de ebriedad, Barry es retado por Cisco para que acose a un señor que se encuentra sentado en una plaza.

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–¿Estas loco? No... haré eso, Cisco–negó Barry alargando las palabras, al escuchar el reto que le puso su mejor amigo.

–Que gallina eres, Allen–se burló el de cabello largo.

–Esta bien, hip, lo haré para demostrarte que no lo soy–achicó los ojos mientras se encaminaba hacia el hombre rubio de smoking que sentado miraba atento su móvil. Cisco sonrió ganador.

El castaño se acomodo bien su gorro gris, ya que hacia algo de frío a esa hora de la mañana en que finalizó esa genial fiesta. Sacudió sus jeans azules y abrió dos botones de su camisa roja aunque debajo llevaba una remera mangas largas.
Se sentó en el banco verde donde estaba su víctima. El banco estaba frente a una fuente pintoresca y detrás de esta habían unos baños públicos.

–Hola–saludó Barry mientras se sentaba en forma de indio.

–Hola–dijo indiferente el rubio de ojos azules sin quitar la vista del teléfono.

–¿Qué hora tienes?–tenia que obtener la atención del hombre fortachón.

–Son 7:45–contestó sin mirarlo y tratando de finalizar la corta conversación.

–¿Estás esperando a alguien?–preguntó sonriendo Barry.

–Sí–respondió cortante.

–Oh, ¿Qué te parece si–dejo de hablar, le daba miedo cual reacción podría tener ese hombre con lo que estaba por decir, tomó aire inflando si pecho–¿Qué te parece si mientras esperas chupo tu polla?–pregunto y el rubio lo miró por primera vez.

–¿De que mierda hablas? Estoy esperando a alguien–se fue hasta el borde del banco alejándose de Barry

–Lo sé pero mientras esperas podemos ir a esos baños y te la chupo–decía con las mejillas rojas acercándose al sujeto que lo miraba molesto mientras señalaba los baños.

–Mejor vete a joder a otra persona seguro por aquí hay una cámara escondida–dijo convencido al mirar por todos lados.

–Lo único que hay aquí son las ganas que tengo de lamer tu polla–Barry debía hacer que caiga.

–Si no te vas ahora te voy a golpear, marica–elevó la voz.

–Pero con tu polla–comento Barry levantándose –Te espero en los baños–le guiñó un ojo al que lo miraba con molestia fingida, porque las palabras de ese castaño ojiverde lo encendieron.
Barry comenzó a caminar hacia el lugar.

El rubio gruño levantándose del banco y siguiendo al de lunares, al diablo la cita con su novia. Necesitaba algo de diversión y ese chico se la daría o eso creía.

Barry notó que el sujeto lo seguía y se dio cuenta de que ya había cumplido el reto. Dejar caliente al rubio.
Se escondió detrás de una puerta del baño y cuando vio pasar al rubio sin que este se de cuenta salio corriendo del lugar a todo lo que sus piernas largas le permitían.

–Corre, corre–le gritó al pelinegro que lo había observado todo conteniendo las ganas de reír.

Unos meses luego

Barry había conseguido una entrevista de trabajo en una empresa con el nombre Queen.
Llevaba puesta una chaqueta negra debajo de esta tenia una camisa blanca. Unos jeans negros y zapatos.
Ingresó al lugar acomodándose un poco el cabello y esbozando una sonrisa que se borró cuando entró en el despacho del presidente de la empresa.

El dueño lo miro de arriba hacia abajo tratando de recordar quien era y, cuando lo hizo sus labios fruncidos se transformaron en una gran sonrisa. Barry quería desaparecer. Maldito Cisco.

–Mira que tenemos aquí–Queen lo acechaba–Tú me debes algo–Barry tragó duro–Me llamo Oliver Queen–se presentó con una sonrisa perfecta.

–Ba-barry Allen–dijo nervioso.

–Desde hoy eres mi secretario y puede–Oliver le guiño un ojo imitándolo–Que algo más.