Vamos a Hablar |Sabriel|
Sam Winchester estaba en la habitación del motel de turno completamente a solas, su hermano mayor se había ido con Castiel a realizar una investigación acerca de unos posibles sacrificios realizados para invocar a un demonio muy poderoso. Pero el menor de los Winchester había decidido que lo mejor sería quedarse para descansar, después de todo lo que le había ocurrido lo mejor iba a ser que descansara.
El problema era que cierto arcángel no iba a permitirle descansar ni por un solo minuto, ya que tenía el plan de finalmente conseguir cortejar al humano.
- Hola, Samsquatch - Dijo el rubio apareciendo junto a la cama de hotel en la que el humano estaba recostado.
- Vete Gabriel - Fue la única respuesta que recibió.
El arcángel frunció el seño e hizo un puchero, Sam ni siquiera se había volteado a mirarlo, solo se dedicaba a darle la espalda mientras intentaba encontrar una posición cómoda para dormir. En lugar de irse, el ser celestial apareció en el lado contrario de la cama, mirando fijamente al humano con una sonrisa de niño pequeño.
- Te ves muy mal - Dijo el arcángel.
- ¿Y por qué será? - Preguntó con sarcasmo el humano.
- Porque mi querido hermano Lucifer es un grandísimo idiota - Respondió en tono juguetón.
El humano de mayor altura soltó un suspiro para luego voltearse e ignorar al ser celestial. Nuevamente, el arcángel se sentía rechazado, por lo que solo se limitó a fruncir el seño y aparecer encima del humano.
- Escucha, niño - Comenzó a decir algo molesto - Solo quiero hablar.
- ¿¡Hablar!?
Sam se levantó de repente y en el proceso tiró a Gabriel al suelo, el cual se golpeó la cadera contra el piso de madera.
- ¡Claro, Gabriel. Vamos a hablar! - Comenzó a hablar Sam con obvio enojo - ¡Hablemos de como el bastardo de tu hermano se apoderó de mi cuerpo y me hizo hacer cosas horribles! - Gabriel solo escuchaba mientras intentaba levantarse - ¡Hablemos de como TÚ no hiciste nada para que él no llegara a mí, aun cuando prometiste ayudarnos! ¿¡POR QUÉ NO HICISTE NADA!?
- ¡Porque estaba muerto, maldita sea! - Soltó de repente el arcángel - ¿¡Sabes lo que es que tu propio hermano te asesine!? ¡NO! No has tenido que pasar por eso ¡No sabes lo que es saber que dejas de existir! ¿¡Y todo para qué!? ¡Para que luego me revivieran y me obligaran a hacer cosas horribles para ganarme el regreso a la Tierra! ¿Quieres hablar? ¡Pues háblame de lo bien que se siente que tu hermano mayor no haya intentado matarte! ¡De lo genial que es haber tenido una familia unida que te protege!
El humano se quedó en shock, no podía creer las palabras del ser celestial frente a él. Pero lo que menos podía creer era la expresión de dolor, tristeza e ira en el rostro del arcángel; esta vez no había trucos ni mentiras ni nada, eran los verdaderos sentimientos de Gabriel. Y eran sentimientos realmente tristes.
- Gabriel...
- No, déjalo así. Samuel - El arcángel tenía el seño fruncido - Tenías razón, mejor me voy.
- ¡Espera!
Antes de que el humano pudiera intentar hacer cualquier cosa para retener al arcángel, este ya se había ido. El castaño admitía que metió la pata.
*Días después*
Dean y Sam estaban ambos sentados en un restaurante comiendo hamburguesas, ambos estaban en silencio ¿Por qué? Porque ambos estaban pensando en las peleas que habían tenido con sus respectivos ángeles. Aunque el mas afectado era Sam, porque él si admitía ser culpable y se le notaba
- ¿Puedo saber que te ocurre? - Preguntó Dean a su hermano menor - Te ves como si hubieras matado a alguien y te sintieras culpable.
- Gabriel apareció frente a mí el otro día que tú y Castiel se fueron a investigar - El rubio frunció el seño al escuchar el nombre de su ángel.
- ¿Ese ingrato finalmente se dignó a aparecer? - Dean bufó - ¿Y donde ha estado todo este tiempo? Probablemente escondiéndose debajo de las piedras - Dean comenzó a beber de su cerveza.
- Estaba muerto - El mayor por poco y se ahoga con su bebida - Eso es lo que me dijo.
- ¿¡Qué!? - Varias personas voltearon a verlos cuando Dean gritó, por lo que ambos comenzaron a susurrar - No pudo haber estado muerto.
- Pues eso es lo que me dijo.
- ¿Como sabes que era la verdad? Siempre miente.
- Porque creo saber cuando un ángel me miente, o por lo menos cuando él lo hace.
- Ya parecéis una pareja - Rió Dean - Pues si lo que te hace sentir culpa es eso, solo resale y hablenlo.
- ¿Lo dices en serio?
- ¡Si, hombre! Yo tengo que ir a arreglar unas cosas, regreso en la noche.
Sin decir mas, Dean pagó la cuenta y salió del restaurante acompañado de su hermano menor. Pero al salir cada uno se fue por un camino diferente.
*Mas tarde*
Sam estaba en su cuarto de hotel de esa semana, estaba comenzando a hartarse de rezarle a Gabriel y no recibir respuesta, porque la verdad era que el arcángel no daba señales de vida y eso preocupaba al humano ¿Los ángeles podían deprimirse? Eso sería algo raro, ya que hasta donde él sabía se suponía que los ángeles no tenían sentimientos. Pero ver a Gabriel de esa forma le hizo pensar que quizás toda la información de los libros acerca de que no podían sentir nada estaba mal.
- Gabriel... Necesito que vengas, quiero hablar contigo. Por favor.
Luego de rezar eso esperó en silencio por una respuesta, pero no la recibió de la forma en la que esperaba.
- Samuel - La voz del arcángel lo sobresaltó.
- H-hola Gabriel, finalmente apareces.
- ¿Qué necesitas, Samuel?
A sam le sorprendió la forma tan seria y correcta en la que Gabriel se dirigía a él cuando hablaba, sonaba igual que Castiel, y el papel de ángel serio solo le quedaba al ángel de su hermano.
- Tenemos que hablar, Gabe - Comenzó a decir el mayor - ¿Te quieres sentar?
El rubio se encogió de hombros, pero aun así se sentó en la cama del humano y se lo quedó mirando mientras esperaba a que él comenzara a hablar.
- Bueno, Gabriel - Sam se rascó la nuca - Quería pedirte perdón por todo lo que te dije hace dos días, fui un idiota....
- Así es, lo fuiste - Respondió el rubio.
- Y un egoísta... - El arcángel asintió - ...Y un egoísta de mierda.
- Y por eso no entiendo por qué no puedo dejar de preocuparme por ti.
Las palabras del arcángel nuevamente sorprendieron al humano, miró fijamente a Gabriel, este le estaba dedicando una pequeña sonrisa. Sam también sonrió.
- ¿Me perdonas?
- Ya sabes lo que dicen: "Errar es humano y perdonar es divino" - Gabriel dijo eso con una expresión dramática - Así que como tú eres humano y yo soy simplemente genial voy a perdonarte.
Esta vez, después de mucho tiempo, Sam se rió de uno de los chistes de Gabriel. El mayor admitía que había extrañado las bromas del arcángel, que a diferencia de las de su hermano, no buscaban hacerle daño a nadie. Las bromas de Dean eran mas como insultos.
El menor de los Winchester estaba tan feliz por arreglar el asunto con el arcángel que hizo algo lo cual él nunca creyó que iba a hacer pero que el rubio había deseado desde que comenzaron a ser amigos. Lo besó, se sentó junto a él, lo cogió por la nuca y besó a aquel exasperante bromista que hacía su extraña vida mas interesante.
El arcángel por su parte se quedó de piedra los primeros segundos del beso, pero luego enroscó sus brazos en el cuello del mayor y así logró profundizarlo. Los labios de Gabriel eran dulces, probablemente gracias a que se la pasaba comiendo cosas con alto contenido de azúcar, pero a Sam le encantaban. Por su parte, los labios del Winchester estaban algo secos y tenían un sabor amargo, pero al arcángel le fascinaba aquella mezcla se sabores que ambos formaban, por lo que no le dio ni la mas mínima importancia.
El beso fue mas profundo de lo que ambos esperaron, ya que Gabriel no necesitaba respirar y Sam aguantaba bastante bien el aliento. En menos de lo creído ambos ya estaban tirados en la cama del Winchester luchando por arrancarse la ropa mutuamente y dominar el beso, finalmente el dominante fue Sam, porque al ser mas grande ponía mas fuerza en el acto que el arcángel, quien se limitaba para no terminar rompiéndole una costilla o la columna al contrario.
- Eso fue... Inesperado - Declaró el arcángel una vez se separaron.
- ¿No te gustó? - Preguntó Sam.
- Lo que no me gustó fue que te separaras - Declaró el ser celestial - Así que ven acá.
- A tus ordenes.
Con una sonrisa Sam volvió a unir los labios de ambos, el arcángel debía admitir que estaba preocupado, por no decir aterrado de ser el dominado, él nunca había sido el que recibía. Aunque tampoco había estado nunca con un hombre, pero no le desagradaba la idea de ser el dominado si así lo quería Sam. Haría lo que fuera por ese mono sin pelo que tanto amaba.
Sus músculos se tensaron cuando sintió las manos del humano en los botones de su pantalones, los cuales ya hace rato que habían comenzado a apretarle. Sam no perdió tiempo y se deshizo de aquellos molestos pantalones, arrojándolos a alguna parte del cuarto, en ese momento a ambos no podía importarles menos donde acabara la ropa que se iban quitando, es mas, creo que ni siquiera estaban pensando en eso.
En menos de cinco minutos ya ambos estaban en boxer, pero siempre que Sam tenía un buen momento este tenía que ser arruinado, en este caso lo que arruinó el momento fue su queridisima amiga y casi hermana Charlenne entrando en la habitación.
- Hey Sam, necesito que... - La chica se quedó mirando a su amigo encima del arcángel - Oh... hola Gabriel.
- ¿Qué onda, Charlie? - La saludó el rubio.
- Vaya, es bueno que estés vivo.
- Lo mismo digo - Ambos sonrieron, el momento se estaba volviendo incómodo.
-Bueno, los dejaré solos. Diviértanse y usen protección, aun no quiero sobrinos.
Sin agregar mas palabra la chica de cabello rojo salió del cuarto cerrando la puerta y Gabriel volteó de estar mirando por donde ella se había ido a mirar a Sam, el cual estaba sonrojado hasta las orejas y congelado en el lugar.
- Es una chica realmente mona - Admitió Gabriel - ¿Estás bien, Samsquatch?
- S-si - Dijo el chico luego de unos segundos - Aunque tengo un poco de frío.
- Oww... - Gabriel hizo un puchero - Arruinas el momento, Sammy.
- Lo siento - Se rascó la nuca el mayor.
- Pero supongo que sí, hace frío - Se encogió de hombros el arcángel - ¿Qué dices si nos vestimos y vamos a algún lado?
- He visto una pastelería cuando llegamos ¿Quieres ir?
- Sammy, acabas de conquistarme.
NOTA DE LA AUTORA:
Aww... mis vidas *-* son hermosos, amo a Gabriel como uke, porque él es uke, es la regla de que el mas bajito, sarcástico y adorable debe ser el uke. Funciona en Teen Wolf y funciona en Supernatural, además de en la mayoría de los ships yaoi.
En fin, espero que lo hayas disfrutado y les deseo un buen resto del día, les mando muchos besos y abrazos de arcángel. Adiós mi linda manada de locos.
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