52. Pablo Gavi
LA HISTORIA DEL HILO ROJO
Capítulo dedicado a DanyCastillo18
espero que te guste ❤️
Unos años atrás...
- Atenea, ¿has escuchado alguna vez la leyenda del hilo rojo? - pregunta mi abuela.
- alguna que otra vez - respondo.
- pues siéntate ahí que te la voy a volver a contar.
Hay una leyenda que cuenta que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.
No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.
Este hilo invisible lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida.
- ¿por qué me cuentas esto hoy abuela? - interrogó.
- porque sé que tu tienes un hilo rojo conectado a otra persona.
- ¿Qué? ¿No serás vidente verdad?
- eso es algo que yo no te voy a decir Atenea.
- ¿y quién es la otra persona supuestamente?
- no puedo decirte eso porque tú sola lo descubrirás en unos años Atenea.
- bueno - digo soltando un suspiro - tengo que ir a despedirme de Pablo que hoy se va a Barcelona.
Mi mejor amigo Pablo se va a Barcelona, las categorías inferiores del F. C. Barcelona se han fijado en él y le han fichado.
Llegó a su casa y veo como su familia mete todas las pertenencias en una furgoneta.
- Atenea, Pablo está arriba en su habitación - me dice Aurora, su hermana.
- iré a verlo - digo y ella asiente.
Entro en la habitación de Pablo y lo veo sentado en la cama mirando a un punto fijo.
- Pablo - digo acercándome a él y abriendo los brazos.
- no sé si de verdad quiero irme Atenea. - confiesa.
- Pablo es tú futuro te va a ir genial, ya lo verás.
- pero voy a echar mucho de menos todo lo de aquí.
- todos vamos a estar apoyándote a pesar de la distancia.
- ojalá algún día puedas venirte a Barcelona.
Aterrizó en Barcelona y salgo a la salida del aeropuerto para encontrarme con Salomé, una amiga que conocí en un viaje a Dublin.
- Atenea, ¿quieres acompañarme a mi trabajo? - pregunta.
- no quiero causarte ninguna molestia Salo - le digo y ella niega.
- no te preocupes no eres ninguna molestia, además deberán de estar encantados de ver a una nueva cara.
- ¿has cambiado de trabajo? - pregunto.
- si, ¿no te lo había dicho? - pregunta y yo niego la cabeza en señal de respuesta - pues si deje el bar y ahora estoy trabajando de nutricionista en el Barcelona.
- no te creo - digo abriendo la boca.
- yo al principio tampoco.
Llegamos y nada más entar Salomé me va enseñando las instalaciones un poco por lo alto.
- mira ahí hay algunos jugadores, vamos a acercarnos - me dice y yo la sigo.
Hay tres chicos, uno de ellos está de espalda.
- chicos mira os presento a mi amiga Atenea - dice Salomé.
El chico que estaba de espalda se gira y abro los ojos al verle, es Pablo.
- ¿Pablo?
- ¿Atenea?
Los dos nos fundimos en un abrazo que hace que se me caiga alguna que otra lagrimilla.
- te he echado de menos - susurra.
- yo también, un montón.
- ¿os conocéis? - pregunta aturdida Salomé.
- es mi mejor amiga - dice Pablo con una sonrisa.
- ¿así que es la famosa Atenea? - pregunta uno de los chicos - soy Pedri por cierto.
- un placer - digo dándole dos besos.
- ¿Qué haces por aquí? - pregunta Pablo.
- parece que me voy a quedar un tiempo por Barcelona - digo y él abre la boca.
- que feliz me acabas de hacer.
Horas después...
Estoy en la casa de Pablo, hemos querido pasar un tiempo juntos y hablar de varias cosas que hace mucho tiempo que no nos vemos en persona.
- ¿y bueno algún novio por el sur? - pregunta y yo niego.
- nada un par de líos pero hasta ahí - digo y él ríe - ¿y tú? He visto que tienes a todas las niñas locas.
- el encanto Pablo - dice y yo rio - ha habido alguna cosilla por ahí pero nada serio.
- hay muchos rumores de ti.
- y todos falsos - dice él alzando los hombros - ya no saben con quien emparejarme, ¿con la princesa? Enserio no he visto cosa más ridícula - dice y yo me rio por las caras que pone. - es que es de coña vamos.
- cuento menos cuenta le eches mucho mejor.
- la verdad es que si.
Acabo de trabajar y salgo del edificio, un coche llama mi atención pero lo que más capta mi atención es la persona.
- venga sube que hace frio - me dice Pablo.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto.
- recogerte y llevarte a casa.
- no tendrías porque haberlo echo.
- me apetecía además acabo de salir de entrenar hace unos veinte minutos - dice y yo asiento.
- pues como a ti te ha apetecido venir a por mi ahora vamos a cenar en mi casa una pizza.
- no renuncio al plan - dice y yo sonrió.
Acabamos de poner la pizza en el horno y estamos esperando mientras hablamos en la cocina.
- tengo que contarte una cosa Atenea.
- ¿un cotilleo?
- como te gusta los cotilleos, pero no no es eso.
- ¿entonces?
- me he dado cuenta de que me gusta una persona.
- eso es genial.
- genial si ella sintiera cosas por mi también.
- ¿se lo has dicho a ella?
- no por la cercanía que tengo a ella no se lo he dicho, tengo miedo a romper la amistad.
- Pablo se valiente y díselo, nunca sabes lo que la otra persona puede sentir.
- ¿crees que se lo debería de decir?
- claramente, ¿a ti te gustaría que te lo dijeran?
- em si creo.
- pues ya está.
- vale haber, siento cosas por ti Atenea. - dice pero no llego a escucharlo porque justo suena el sonido del horno.
- ¿Qué estabas diciendo Pablo? No he podido escuchar nada.
- no me hagas repetirlo Atenea.
- no me he enterado de nada Pablo - digo haciendo un puchero.
- voy a hacer otra cosa haber si de esta te enteras - dice y me besa.
En ese beso sentí la historia que me contó mi abuela, el hilo rojo. Pablo es mi persona.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro