❤︎ N + S
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Sunki ; Dream.
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Sunoo se encontraba dormido en la habitación, se veía realmente tierno. Ni-ki no podía evitar quedarse contemplando aquel hermoso rostro, aquellas finas facciones y aquellos labios color cereza que tanto amaba. Podía pasar horas viéndolo y aún así seguiría sin encontrarle algún defecto al mayor. Su cabello parecía un algodón de azúcar, quería tocarlo pero temía despertarlo. Sus mejillas se veían tan suaves, y definitivamente lo eran. ¿Cómo no amar aquella hermosa obra de arte? El peligris se volteó, quedando boca arriba. Veía el techo tratando de buscar algo en qué distraer su atención ya que sabía que si seguía viendo a Sunoo, terminaría haciendo algo de lo que luego se arrepentiría. ¿Por qué le sucedía esto? Era imposible que el pelirosa se fijara en él de ese modo.
Optó por levantarse a beber algo, quizá un vaso de leche lograría darle sueño y así podría dormir, al menos dormido podía tener a quien tanto amaba entre sus brazos. Sin hacer ruido alguno, salió de la habitación para luego cerrar la puerta. Si algo se caía, ninguno oiría nada, puesto que todos cerraban sus puertas y tenían sueño pesado. Abrió la heladera y sacó la caja de leche, virtiendo un poco de esta en un vaso que alguno de sus hyung's había dejado sobre la mesada. La calentó y luego se sentó a beber tranquilamente, pero su cabeza seguía tan activa como hacía unos minutos, no podía parar de pensar. Como si de un ebrio se tratase, dejó caer su cabeza en la mesada mientras su mano aún seguía sujetando el largo vaso de vidrio. Estaba perdido, no quería aceptar aún que Sunoo jamás sería suyo y peor aún, lo celaba como si lo fuera. ¿Estaba loco? No. ¿Era tan terco que no podía aceptar que el mayor no lo amaba? Probablemente. ¿Estaba enamorado?...
— Lo estoy. — Habló en voz alta. Era totalmente incorrecto aquello, pero nadie elige a quien amar, el amor llega solo.
Cerró sus ojos tratando de acomodar sus ideas, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos suaves pasos en la madera fría. No se movió, probablemente era Jay sonámbulo, otra vez. Lo que él no sabía, era que aquellos pasos no pertenecían al pelinegro, sino a alguien más pequeño aún.
— Kiki... — Aquella voz... Sunoo se había despertado.
Ni-ki no podía hablar. Abrió sus ojos como si se fueran a salir, con la esperanza de que el mayor pensara que estaba dormido y lo dejara ahí.
( ¿Pero qué piensas, idiota? Obviamente ya te escuchó hablar, estúpido. )
Su mente le estaba dando una mala jugada, si seguía pensando así, terminaría diciendo algo y espantaría al menor.
— Kiki, se que estás despierto, no finjas. — Lo había descubierto, pero al menos lo intentó.
— Me pillaste, Sunoo hyung. — Elevó su cabeza con una sonrisa, había perdido.
— ¿Qué haces despierto a esta hora? No es bueno dormir poco, mañana nos levantaremos temprano y tú estás aquí. — Sunoo hizo un puchero, era realmente tierno.
— Es que no podía dormir, tengo muchas cosas en mi cabeza y me dan vueltas. — Dejó salir un pequeño suspiro, estaba cansado de no poder dormir siempre por la misma razón.
— ¿Cómo qué cosas? — El pelirosa se sentó frente a él y le arrebató el vaso para poder beber.
El menor se paralizó. ¿Qué le diría? No podía simplemente encararlo y decirle "Pienso en ti, porque te amo". Su mente estaba en blanco, seguro tenía una boba expresión en su rostro que mostraba el debate mental que estaba teniendo justo en ese momento.
— Está bien si no quieres decirme en qué piensas tanto. — Salvado, por poco muere. — Pero quiero decirte en lo que he estado pensando yo.
¿Pensando? ¿En que podía estar pensando él a esa hora? Ni-ki creía que era el único que estaba pensando como idiota siendo tan tarde.
— Está bien. — Asintió, regalándole una sonrisa tierna al mayor.
— Verás, me gusta alguien... Un chico para ser exacto. — Sus manos acariciaban el vaso, se notaba que estaba nervioso.
( Y ahí fue mi corazón. )
— ¿Por qué lo cuentas de ese modo? No te juzgaré. — El pelinegro se encogió de hombros.
Por dentro estaba muriendo, sentía una molestia enorme al saber que quizá a Sunoo podía gustarle alguien más.
— Es que... Me da nervios decirtelo... Porque ese chico... — Carraspeó un poco y tomó un sorbo más de leche, para luego hablar. — Eres tú. — Soltó el pelirosa. Él solía ser muy directo, pero esto no se lo vió venir.
Sus ojos se abrieron como platos. ¡Sunoo le había confesado que le gustaba! Este era el momento que tanto había esperado. Tomó aire y habló, sonriendo dulcemente.
— También me gustas Sunoo. No te imaginas cuanto he esperado poder decirtelo. — Tomó valor y se acercó al mayor, plantando así un beso en sus labios.
Era el momento perfecto, por fin lo había besado, por fin era todo suyo. Él lo amaba y Sunoo lo amaba a él, no había vuelta atrás.
(( ... ))
— Hyung. ¿Lo despertamos? — Susurró Jungwon, viendo a Heeseung.
— Nop, Jake aún está grabándolo. Esto vale oro. — Rió, viendo como el menor sonreía y hablaba dormido.
— Um~... Sunoo hyung, te amo. — Decía, mientras arrastraba su cabeza por la mesada.
Sin duda los cinco chicos que estaban ahí parados usarían aquel video para su beneficio. Mientras Ni-ki hablaba, Sunoo dormía plácidamente en el cuarto que compartía con el peligris, abrazando su suave almohada y susurrando cosas dormido.
— También te amo... Kiki.
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