Lo que esconde el espejo
-El más profundo de los secretos se encuentra en los lugares más oscuros, o eso diría yo. Desafortunadamente, este no es el más oscuros de los lugares, ni este el secreto más profundo-
-Una gota de oro como medio para recoger la más asombrosa hazaña. Un ardiente deseo de tener una oportunidad de ser feliz. Gestos decisivos realizados por unos pasos aparentemente frágiles. Un efímero espejismo dorado, acompañado por la más pura y deslumbrante voluntad de vivir-
-Este es el regalo que te doy Nise. . .
-Este es tu espejo y junto a él encontrarás aquello que tanto ansias. Aunque una advertencia te daré; No podrás separarte de él, si llegas a hacerlo todo aquello que llegaste a soñar se esfumara como la espuma del mar-
-¿Entendido?. . . .
La chica se despertó después de un largo sueño. Su oscura y larga cabellera castaña estaba impecable y sus ropas no tenían un solo pliegue. Con sus dorados y curiosas orbes se dispuso a mirar su alrededor buscando algún indicio de donde se encontraba o cómo había llegado allí en primer lugar.
La sala estaba prácticamente vacía. Una luz iluminaba una pequeña porción de suelo, pero, lo que más llamaba la atención de la sala era un gran espejo de marco dorado.
La chica se acercó a este y al ponerse delante su reflejo no apareció, sino que apareció el reflejo de otra chica. Era extrañamente similar a ella; mismo pelo, misma ropa, mismos ojos. . . pero el color de su cabello era castaño claro, casi como el caramelo, y sus ojos eran de un color rosa pálido.
-La recuerdas ¿No es así Nise?- Habló una voz
La chica de cabellos oscuros miró a su alrededor, pero no vio a nadie. Fijo su vista nuevamente al frente para ver como la chica de cabellos claros hablaba con una niña más pequeña que ella de melena dorados.
-Tu quieres algo que ella posee ¿Cierto?- La misteriosa voz habló nuevamente
La chica de orbes dorados inspeccionó otra vez su alrededor con la mirada un poco molesta por la voz que la disturbia. Al ver que no había nada miro nuevamente el espejo, esta vez la chica de luceros rosados se encontraba con una mujer de iris azules.
-¿Acaso se olvidó de ti? No parece importarle que tú estés encerrada mientras que ella se divierte con sus nuevas amigas- Siguió hablando la voz
-¿Quien eres?- Pregunto enfadada la chica
-¿Quién eres tú?- Preguntó la voz devuelta
-Yo soy Nise- Respondió seria
-¿Y quién es Nise? Si se puede saber claro- Contestó con un tono burlón
Cuando la chica iba a responder a la pregunta se quedó sin habla. ¿Quién era? Esa era una muy buena pregunta que ni ella sabía responder. Al mirar nuevamente el espejo vió a la chica de cabellos claros sentada en una sala completamente sola.
-Ella tiene lo que tú necesitas- Siguió hablando la voz
-¿Quién es ella?- Nise parecía conocerla, pero no sabía exactamente de donde
-Una antigua amiga tuya- Contestó la voz -Pero ella te abandonó en este lugar y se llevó algo que te pertenece-
-¿Ella hizo todo esto?- Nise se quedó mirando a la chica unos segundos -No parece mala-
-Oh mi pobre y dulce niña- Comentó la voz -El lobo siempre se disfrazó de cordero para matar a su presa-
Nise estaba perdida, no sabía si confiar en las palabras de aquella extraña voz ¿Y si le estaba mintiendo?. Miró la expresión de tristeza de la chica, hasta que vió que en sus delicadas y finas manos vió un pequeño espejo de bolsillo plateado. No sabía porque, pero lo quería.
-Ese espejo es tuyo- Dijo la voz -Ella te lo arrebato, pero si lo consigues obtendrás las respuestas que deseas, los sueños que soñaste y. . .
La felicidad que tanto ansias
Nise tocó el vidrio que la separaba de la chica y ésta miró hacía su dirección, como si pudiera verla. La chica de cabellos claros se acercó donde se encontraba Nise. La expresión de la chica era calmada y algo asustadiza, pero la de Nise era encantadora.
-Al fin te encuentro G***
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