LEONARDO HAMATO (LAS TORTUGAS NINJAS)
T/N= TÚ NOMBRE
(C/O)= TÚ COLOR DE OJOS
(C/P)= COLOR DE PELO
T/A= TÚ APELLIDO
M/A= MEJOR AMIGA/O
(T/P)= PAÍS
T/H= TU HERMANO/A
SOMBRAS EN LA CIUDAD
La noche envolvía Nueva York en un manto de neón y sombras. Las luces parpadeantes de Times Square iluminaban las calles desiertas, mientras en un callejón oscuro, una figura ágil y encapuchada saltaba de un tejado a otro. Era T/N, una hábil vigilante conocida por trabajar en solitario, manteniendo el orden en las sombras. Pero esa noche, no estaba sola.
Desde un rincón oscuro, Leonardo observaba cada movimiento de T/N. No era la primera vez que la veía. Había oído hablar de ella: la misteriosa justiciera que desarmaba criminales sin dejar rastro. Su precisión y determinación lo intrigaban, pero esta noche había algo más.
Leo salió de su escondite, acercándose con cautela.
—¿T/N? —llamó desde la distancia.
Ella se giró rápidamente, sus ojos brillando bajo la luz tenue de la luna.
—¿Quién eres? —preguntó, su voz firme mientras desenvainaba una daga.
—No soy enemigo —respondió Leonardo, levantando sus manos para mostrar que no tenía intención de luchar—. Solo quiero hablar.
T/N lo estudió por un momento antes de bajar la guardia, aunque mantuvo su arma a la vista.
—¿Qué hace una tortuga mutante siguiéndome?
Leonardo sonrió levemente.
—He visto lo que haces. Eres buena. Pero esta noche... creo que estás subestimando a tus enemigos.
Antes de que T/N pudiera responder, un estruendo resonó desde el edificio cercano. Ambos voltearon a tiempo para ver cómo un grupo de Foot Bots emergía, rodeándolos.
—¿Son tuyos? —preguntó T/N con sarcasmo, poniéndose en posición de combate.
—No exactamente —contestó Leo, desenvainando sus katanas—. Pero diría que podemos manejarlos juntos.
El combate fue rápido y feroz. Leonardo y T/N se movían en sincronía, como si hubieran entrenado juntos toda su vida. Cuando el último Foot Bot cayó, ambos se miraron, ligeramente sin aliento.
—Nada mal para un equipo improvisado —comentó T/N, guardando su daga.
—Nada mal para alguien que trabaja sola —replicó Leo con una sonrisa.
T/N lo miró con curiosidad, como si estuviera evaluando algo.
—Eres diferente a lo que esperaba.
—¿Esperabas algo en particular?
Ella negó con la cabeza, pero había un destello de diversión en su mirada.
—No es común que alguien me siga sin malas intenciones.
—Quizás deberías acostumbrarte —dijo Leonardo, su tono más suave—. No tienes que estar sola en esto.
T/N guardó silencio por un momento, mirando hacia el horizonte de la ciudad.
—La soledad es más fácil. No tienes que preocuparte por perder a alguien.
Leonardo sintió el peso de sus palabras, recordando sus propias luchas como líder del equipo.
—Lo entiendo. Pero a veces, tener a alguien a tu lado hace que valga la pena el riesgo.
T/N lo miró, sus ojos encontrando los de él. Había algo en su sinceridad que la desarmaba más que cualquier arma.
—Tal vez tengas razón... Leonardo.
—Llámame Leo.
Ella sonrió levemente.
—Está bien, Leo.
A partir de esa noche, comenzaron a encontrarse más seguido. Las patrullas se convirtieron en excusas para pasar tiempo juntos. Poco a poco, la muralla que T/N había construido alrededor de su corazón comenzó a desmoronarse.
Una noche, mientras descansaban en un tejado después de una misión particularmente difícil, T/N habló.
—Nunca pensé que encontraría a alguien como tú, Leo.
Él la miró, sorprendido por su tono vulnerable.
—¿Alguien como yo?
—Alguien que me entienda. Que vea más allá de lo que hago y entienda por qué lo hago.
Leonardo extendió su mano, tocando suavemente la de ella.
—T/N, creo que somos más parecidos de lo que piensas. Ambos queremos proteger a los demás, incluso si eso significa sacrificarnos. Pero no tienes que cargar con todo sola. Estoy aquí para ti.
T/N entrelazó sus dedos con los de él, permitiéndose por primera vez bajar la guardia por completo.
—Gracias, Leo.
La noche continuó, pero para ellos, parecía que el tiempo se detenía. En medio de las sombras y las luces de la ciudad, encontraron algo más que un compañero de combate. Encontraron esperanza, fuerza y un lazo que no podía romperse.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.
PREGUNTA: ¿QUE PIENSAN DEL LEO?
EL PRÓXIMO ES....
MAKOTO TACHIBANA
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