Derek se sentía molesto cada vez que su Loft era usado como la guarida de las reuniones de la manada, siempre preguntándose ¿Por qué había ofrecido aquel lugar? Solo porque todo integrante de aquel grupo pertenecía a la comunidad de jóvenes de menores de edad y ir a casa de ellos para hacer reuniones, rodeados de personas adultas que no sabían nada del tema, donde solo debían hablar en voz baja no era algo que le agradaba, pero al parecer se habían tomado literal la caridad de poner su casa para las reuniones. 

Ya no podía sentarse a leer algo sin que alguien molestará en su casa y últimamente Stiles stilinski era quien parecía ir a molestar más a su casa explicándole de investigaciones o solo para hablar de sus idioteces, algo que el no prestaba atención la mayor parte del tiempo.

— Derek— cantó Stiles— ¡Derek!

Estaba cantando desde la cocina donde él se había invitado a servirse comida para satisfacer su hambre que sabía tener la mayor parte del tiempo, no sabía cuándo había comenzado a soportar ese chico pero después de dos semana ya lo dejaba pasar y no lo agarraba de la remera para tirarlo fuera del Loft, ya se había resignado a tener a ese chico cerca. 

Ese día mientras Stiles aparecía con un gran plato de comida, de donde no sabía cómo lo había conseguido, el estaba en el sillón mirando su libro y espiando cada paso a su amigo, para comprobar que sus pasos torpes no aparecieran y le hicieran caerse manchando el piso con la comida. Pero no fue así, la torpeza si llego pero antes de la comida caer al piso cayó a su playera.

— Mira que torpe eres— gruñó Sterek— limpia ya ese lío o te arrancaré tu garganta con mis dientes.

Vió como Stiles se sacaba la camiseta mientras corría en búsqueda de productos de limpieza, Derek dejó su libro y se paró irritado, no sabía porque razones le estaba aguantado, no había una reunión en su casa como para aguantarle, agarró la remera del piso y caminó hasta lo cocina donde veía a Stiles rebuscando en todas las puertas, podía verle los lunares esparcido por su espalda y como susurraba que no quería morir.

— Stilinski— le llamó.

El chico se dió vuelta para mirarle, mirándose y después la remera que tenía en su mano, Stiles no era alguien de andar sin remera, siempre reservado con su cuerpo en todo el momento, así que cuando se vió delante de él a casi desnudo se tapó con sus manos como si quisiera esconderse.

— ¡No me veas!— gritó Stiles— degenerado.

Derek quien rodeó los ojos le tiró la remera viéndole caer en la cara, el chico no demoró tanto en colocarlo en su cuerpo, aunque cuando acabó notaron ambos que la playera estaba al revés, el mayor molesto se acercó y como un padre le hacia a su hijo le sacó la remera para colocarlo bien, como debía ser, pero al parecer Stiles había malinterpretado la acción y se había enrojecido entero comenzando a balbucear sin sentido, Derek quien no se había dado cuenta de lo que el chico había pensado lo agarró de la cintura y lo cargo en su hombro, escuchando un grito.

— ¡¿Qué haces?!— gritó asustado. 

Caminó sin prestarle atención hasta la puerta abriéndola y tirando a Stiles fuera, quien cayó de trasero y se quejo de aquello, después de eso Derek se adentro a su casa cerrando la puerta en las narices del muchacho, esperando que con esa acción desagradable no se dedicará a aparecer más que en las reuniones, aunque no sabía porque era parte del grupo si no pertenecía a ninguno de ellos. Después de eso Derek pudo relajarse en su sillón, limpiando el desastre de Stiles en silencio y paseando por su Loft sin que una voz no parará de hablar pidiendo atención. Pero no duró por mucho tiempo porque al día siguiente Stiles stilinski estaba molestando en su Loft como el día anterior como si no se había dado cuenta la indirecta que estaba cansado de verle en su hogar.

— ¿Qué estás haciendo?— preguntó.

Parecía uno de esos niños que se aburrían con facilidad y después de unos minutos comenzaban a molestar a la persona que tenían cerca, lamentablemente Derek era el único ahí y no era de muchas paciencia, eso lo sabían todo, pero stilinski parecía querer hacer oído sordo a los comentarios y se lanzaba a descubrir cuánta paciencia tenía por sí solo.

— ¿Sabes que puedo descubrir de cuánto tiempo es tu barba si la tocó con este dedo?— volvió a preguntar el chico de lunares.

Derek trataba de ignorarlo, cuando el chico se cansara de no recibir atención entonces se iría, pero al ver cómo Stiles acercaba su dedo a su barba no pudo aguantarlo, nadie tenía porque tocarlo, así que cuando el dedo se acercó lo bastante cerca hizo un movimiento con su boca como si fuera morderle, y así el chico se asustaría y no volvería a hacer eso, solo que no fue así, Stiles no corrió su dedo y cuando quisieron ver ya tenía aquello en su boca viendo como se comenzaba a enrojecerse de la vergüenza, Derek corrió la boca y le miró con molestia.

— No me toques ni metas tu dedo en mi boca— musitó— o voy a rasgar tu garganta...

Pero cuando estaba por terminar vió como Stiles se paraba buscaba sus pertenencias y echaba una excusa entre balbuceó para desaparecer del lugar, dejando la afirmación de que era un chico fuera de lo común. 

Por una semana no lo volvió a ver en el Loft y eso le preocupo un poco, podía decir que se había acostumbrado a pesar de la irritabilidad que le estaba dando, marcó a cada uno de los miembros del grupo preguntando por el niño hiperactivo de lunares, pero todos respondían lo mismo, se encerraba en las tardes en su casa y no lo veían hasta las horas de escuela, hasta Scott, así que saliendo de su cueva al atardecer fue a la casa de los stilinski, comprobando que el alguacil no estaba, subiendo por la ventana encontrando a Stiles acostado en el piso, golpeó con cuidado viendo como llamaba su atención y se sonrojaba.

— Abreme niño— musitó Derek.

Stiles se levantó para abrir la ventana alejándose después de eso, Derek se quedó sentado en la ventana viendo como el chico se movía nervioso por la habitación, sonrojado y con las manos temblaban.

— ¿Qué te sucede? Has evitado ir al Loft y al grupo desde una semana— preguntó Derek— no digo que este feliz con la paz que me has dejado, pero siento curiosidad de porque tan cambio repentino.

Stiles no le contesto, solo siguió moviéndose mordiendo un bolígrafo para calmar sus nervios, Derek se levantó y caminó hasta el agarrándole de los hombros para poder detenerle, viendo como el chico se sonrojaba y apartaba la mirada, el lobo le tocó la frente para ver si no estaba agonizando.

— ¿Acaso tienes fiebre?— preguntó.

— ¡Me gustas Derek Hale!— gritó Stiles separándose— no quiero verte, me gustas y estoy tratando de superarlo. Esto está mal, mal, mal y mal, tú me odias yo debería odiarte, un odio compartido, pero me gustas maldito saco de pulgas.

Sin poder evitarlo se sonrojó tapando su boca con una de sus manos dándose vuelta dándole la espalda, la persona la cual le irritaba pero le preocupaba cuando no daba su presencia se estaba confesando y le parecía un poco adorable frente a su vista.

— ¡Derek di algo!

Dejó escapar una carcajada, algo que no hacía con habitualidad pensando en lo raro que sería aquello, una relación con alguien muy opuesto a el.

— Eres un estúpido niño, ve mañana a mi Loft.

— Eso es una confesión de tus sentimientos hacia mi.

Derek comenzó a salir por la ventana, solo deteniéndose para mirar a Stiles para alzar sus hombros.

— Puede ser Stiles, puede ser.